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Cuando el climax estalló en ambos cuerpos dejándolos sin aliento, Sebàstian se desplomó junto a Gilliam, mientras luchaban por recuperar la normalidad de sus respiraciones...Unos minutos después se giró hacia ella, quién miraba al techo con ojos abiertos, mientras su pecho subía y bajaba más rápido de lo normal, pero más tranquilamente que minutos antes. —¿Estás bien, Gilliam?— ella asintió solamente, pero no pronunció palabras. Entonces él extendió su mano y acarició su plano abdomen. —¿Dónde habías estado?— le preguntó con voz ronca, Gilliam se giró hacia él con el ceño fruncido, mostrando confusión. —En el mismo lugar de siempre, supongo— respondió con sinceridad y él sonrió. —Lo he disfrutado mucho, Gilliam...—Yo también— respondió sinceramente. —La boca puede mentir, pero el cuerpo siempre dice la verdad, y los nuestros hablan el mismo idioma. —la pelirroja frunció el ceño.— una vez te pregunté que si el rojo de tu cabello era indicativo de tu pasión, o si debía guiarme por
Gilliam, se detuvo en la entrada de del edificio propiedad de su jefe. Se sintió terriblemente acalorada.. —Debes ser fuerte, Gil— se dijo— mantente lo más serena, neutral y profesional posible. En cuanto llegó al piso correspondiente la secretaria de Sebàstian le informò que el jefe la estaba esperando. —Señorita Warren, buen día, el señor Bentzell le está esperándo. —Muchísimas gracias— respondió asintiéndo dirigiendose a la puerta, después de un leve llamado escuchó la profunda voz de su jefe dándole permiso de ingreso, antes de entrar suspiró profundamente y entró. —Buen día, señor Bentzell— dijo de forma profesional. —Señorita Warren— la saludó, sus ojos se encontraron y los de él brillaron con lujuria, recorriéndo su cuerpo con una sonrisa.—He mandado a instalar un pequeño escritorio para usted— le señaló el lugar y ella asintió mirando el elegante y bonito escritorio, caminó hasta él y colocó su bolso encima. —Muchas gracias— respodió asintiendo. — es cómodo. —¿Pu
Decidida a hablar con él, sacó su celular y llamó su número, solo tuvo que esperar dos repiques antes de escuchar la dulce voz de John... —Amor mío, me alegra mucho saber de ti, estaba por llamarte.— le dijo con la cálida voz que lo caracterizaba. —Cariño...— cerró los ojos — ¿Cómo estás? —Bien, en medio de todo, mi hermano sigue igual, esta en un especie de coma, mi madre está triste, es iicil vera así. —Lo siento tanto— le dijo con sinceridad— quisiera poder ir y estar contigo en este momento dificil. —Lo sé, cariño—le dijo dulcemente—a mi me encantaría que estuvieras aquí, pero lo entiendo... te extraño muchisimo Gil. Me hace falta tu amor— la culpa la cubrió como una manta, ¿Cómo podría reconocer que había tenido la mejor noche de su vida y no había sido junto a John?, ¿Cómo asumir que frente a la pasión y lujuria de su jefe, John parecía demasiado tierno y quizás... tan inexperto como ella misma?, ¿Cómo lidear con la culpa de la traición? —Yo también te extraño mucho John,
Tras la declaración de Gilliam y los fuertes aplausos de éxtasis de Connie, la rubia fue en busca de bebidas para las tres y los pasabocas que Hugh había preparado, antes de dejar todo cómodamente ubicados... —¿Y bien?— Rita la miró sonriendo— antes de que Connie te bombardee a preguntas, yo quiero saber si la pasaste bien, ¿Te sentiste bien?, ¿Lo disfrutaste?—¿Lo dudas?— preguntó la rubia riendo de felicidad. —La verdad... —se ruborizó— no creí que pudiese disfrutarlo tanto, pero... fue increíble. —¡Demonios, que bien!, ¡Salud por eso!— respondió Connie, bebiendo de su vaso. — necesito que lo califiques, del uno al diez... puntúa al jefe. —Un veinte— dijo rápidamente y bebió de su vaso, Connie gritó y viroteó, mientras Rita sonreía. — yo... me resulta irónico que sea tan difícil ponerlo en palabras... el sexo con Sebàstian fue... increíble, aún contra mi voluntad, lamenté tanto nuestro acuerdo...—¿De qué acuerdo hablas?— preguntó Rita confundida. —Acepté meterme en su cama, si
Sebàstian, se quedó observándo la pantalla del celular... Así que la roja estaba con su novio... no supo por qué aquello le molestó tanto, había estado con él toda la noche anterior, aquella misma mañana se habían despedido con un ardiente encuentro... ¿Había salido de su cama para meterse en la cama de aquel hombre?, ¿Y qué si así fuese?, se preguntó enojado, es su novio, mantienen una relación amorosa, es normal que dos adultos que sostienen una relación se acuesten...¿Entonces por qué se sentía enojado?, suponía que se debía a que Gilliam había sido... especial, por decirlo de alguna manera, desde que comenzó a mantener relaciones sexuales, se había ocupado siempre de la protección, aunque en ocasiones la tentación de dejarse llevar lo había tentado, nunca había cedido...hasta la noche anterior... por primera vez en su vida se había permitido ceder a la tentación y no podía creer lo delicioso que se sentía el interior de Gilliam, la manera en la que el interior de su cuerpo lo abra
Después de detenerse rápidamente por un café, siguieron su camino hasta las oficinas, Connie detuvo el auto en frente del enorme y lujoso edificio. —Tiene bena pinta— le dijo Connie y Gilliam suspiró,estaba tan agotada y tener que lidiar con el mal humor de su jefe lo empeoraba todo. —Si, es muy bonito. —Gil, ¿Qué te parece si entras, le explicas la situación y yo te espero aquí para llevarte a casa a descansar? —No sé si esté dispuesto a escuchar... —Nada pierdes con intentar. Si el idiota de tu jefe, no te deja ir, entonces me marcas y me voy. —De acuerdo, Rubia, lo intentaré. Gracias. —Te quiero— le sonrió dándole ánimos. —Y yo a ti— le sonrió y luego bajó del auto, enojadapor su aspecto que seguramente no era el mejor de todos, su ropa informal, poco profesional, su rostro libre de maquillaje y con los rastros de agotamiento reflejados en él, y su cabello suelto, sin nada especial, no era la mejor imagen que tenía paa ofrecerle a su jefe, pero era lo que había. Caminó dec
En cuánto cerró la puerta tras ellos, Sebàstian la acompañó hasta el sofá donde la invitó a sentarse, y tomó asiento junto a ella. —Lo siento...— volvió a disculparse— Connie... es un amor pero... lastimarnos a Rita o a mi...la saca de sus casillas. —¿Rita?, ¿Quién es Rita?— Gilliam suspiró. —Mi amiga... ambas son mis mejores amigas, llevamos años de amistad, Rita, Connie y yo... somos como un solo ser, una está feliz, todas lo estamos, una está triste... es un sentimiento compartido. Rita es muy sensata, pero Connie... bueno, es bastante volátil, pero no la juzgue duramente, lo hace porque nos ama. —Parece algo loca— dijo con una media sonrisa. —¿Loca?— sonrió con ternura— no has visto nada. Rita se divorció, su esposo le fue infiel y Connie lo apuntó y le disparó para que se fuera de su casa. —Una loca con arma.— sonrió ampliamente. —Si, Michaell... él secuestró a Rita y la usó como carnada para que Connie fuese a rescatarla y tenerla también. —¿Para qué?— preguntó frunciend
Gilliam, llegó al auto de Connie, en dónde la rubia la observó interrogante. —¿Y?— quiso saber.—¿Aún tienes empleo, o quieres tu propia biblioteca?— Gilliam sonrió ante la ternura de ella. —Lo hemos hablado y si, aún tengo empleo. —Es bueno saberlo...—Rubia... gracias — la miró con el profundo amor fraternal que sentía por su amiga— sé que en ocasiones somos agua y aceite, en cuanto a opiniones, pero... te quiero tanto. —Igual que yo a ti— Connie, le sonrió con dulzura. —Te agradezco que me defendieran, y que te plantaras frente a Sebàstian, como lo hiciste. —Voy a cuidarte siempre, Gil. Nadie puede hacerte daño mientras yo viva — le sonrió — y si lo hacen, deben asumir las consecuencias. Ya me encargaré de investigar a esa mujer... si se atreve a tocarte de nuevo...—sus ojos brillaron furiosos— me encargaré de acabar con ella. —Soy tan afortunada de tenerte, Connie. —Lo sé — sonrió batiendo su rubia cabellera— tu vida sería muy aburrida sin mí — le dió vida al motor. — debo d