Sebàstian, se quedó observándo la pantalla del celular... Así que la roja estaba con su novio... no supo por qué aquello le molestó tanto, había estado con él toda la noche anterior, aquella misma mañana se habían despedido con un ardiente encuentro... ¿Había salido de su cama para meterse en la cama de aquel hombre?, ¿Y qué si así fuese?, se preguntó enojado, es su novio, mantienen una relación amorosa, es normal que dos adultos que sostienen una relación se acuesten...¿Entonces por qué se sentía enojado?, suponía que se debía a que Gilliam había sido... especial, por decirlo de alguna manera, desde que comenzó a mantener relaciones sexuales, se había ocupado siempre de la protección, aunque en ocasiones la tentación de dejarse llevar lo había tentado, nunca había cedido...hasta la noche anterior... por primera vez en su vida se había permitido ceder a la tentación y no podía creer lo delicioso que se sentía el interior de Gilliam, la manera en la que el interior de su cuerpo lo abra
Después de detenerse rápidamente por un café, siguieron su camino hasta las oficinas, Connie detuvo el auto en frente del enorme y lujoso edificio. —Tiene bena pinta— le dijo Connie y Gilliam suspiró,estaba tan agotada y tener que lidiar con el mal humor de su jefe lo empeoraba todo. —Si, es muy bonito. —Gil, ¿Qué te parece si entras, le explicas la situación y yo te espero aquí para llevarte a casa a descansar? —No sé si esté dispuesto a escuchar... —Nada pierdes con intentar. Si el idiota de tu jefe, no te deja ir, entonces me marcas y me voy. —De acuerdo, Rubia, lo intentaré. Gracias. —Te quiero— le sonrió dándole ánimos. —Y yo a ti— le sonrió y luego bajó del auto, enojadapor su aspecto que seguramente no era el mejor de todos, su ropa informal, poco profesional, su rostro libre de maquillaje y con los rastros de agotamiento reflejados en él, y su cabello suelto, sin nada especial, no era la mejor imagen que tenía paa ofrecerle a su jefe, pero era lo que había. Caminó dec
En cuánto cerró la puerta tras ellos, Sebàstian la acompañó hasta el sofá donde la invitó a sentarse, y tomó asiento junto a ella. —Lo siento...— volvió a disculparse— Connie... es un amor pero... lastimarnos a Rita o a mi...la saca de sus casillas. —¿Rita?, ¿Quién es Rita?— Gilliam suspiró. —Mi amiga... ambas son mis mejores amigas, llevamos años de amistad, Rita, Connie y yo... somos como un solo ser, una está feliz, todas lo estamos, una está triste... es un sentimiento compartido. Rita es muy sensata, pero Connie... bueno, es bastante volátil, pero no la juzgue duramente, lo hace porque nos ama. —Parece algo loca— dijo con una media sonrisa. —¿Loca?— sonrió con ternura— no has visto nada. Rita se divorció, su esposo le fue infiel y Connie lo apuntó y le disparó para que se fuera de su casa. —Una loca con arma.— sonrió ampliamente. —Si, Michaell... él secuestró a Rita y la usó como carnada para que Connie fuese a rescatarla y tenerla también. —¿Para qué?— preguntó frunciend
Gilliam, llegó al auto de Connie, en dónde la rubia la observó interrogante. —¿Y?— quiso saber.—¿Aún tienes empleo, o quieres tu propia biblioteca?— Gilliam sonrió ante la ternura de ella. —Lo hemos hablado y si, aún tengo empleo. —Es bueno saberlo...—Rubia... gracias — la miró con el profundo amor fraternal que sentía por su amiga— sé que en ocasiones somos agua y aceite, en cuanto a opiniones, pero... te quiero tanto. —Igual que yo a ti— Connie, le sonrió con dulzura. —Te agradezco que me defendieran, y que te plantaras frente a Sebàstian, como lo hiciste. —Voy a cuidarte siempre, Gil. Nadie puede hacerte daño mientras yo viva — le sonrió — y si lo hacen, deben asumir las consecuencias. Ya me encargaré de investigar a esa mujer... si se atreve a tocarte de nuevo...—sus ojos brillaron furiosos— me encargaré de acabar con ella. —Soy tan afortunada de tenerte, Connie. —Lo sé — sonrió batiendo su rubia cabellera— tu vida sería muy aburrida sin mí — le dió vida al motor. — debo d
Estar en casa le agobiaba, así que tras asegurarse de que Diego estaba bien, y que su padre había salido por los chicos al colegio, abandonó su casa, y se fué a la clínica, disfrutar de la felicidad de Rita, la hacía feliz... la pequeña Leslie era una dulzura y tenerla entre sus brazos le alimentaba el alma... las palabras de su madre la habían amargado, y le habían dolido, no entendía por qué descargaba en ella su frustración... podía entender lo que sentía con Diego, pero no era algo que ella vivía sola, todos sufrían por el pequeño... pero ser blanco de las descargas emocionales de su madre era agobiante. La amaba, con todo el corazón, pero se sentía frustrada por no ser la hija que ella quería. Allí todo parecía ser felicidad, tan diferente al ambiente de su hogar, Hugh no dejaba de sonreír, Rita estaba iluminada por el maravilloso brillo de la maternidad. Adam, había regresado y compartían juntos, Connie estaba dichosa de ver tanta alegría en la morena, y Leslie... esa pequeña s
Cuando llegó a casa, todos dormían, seguramente sus padres pensaron que se quedaría con Rita, y agradecía profundamente que así fuese, no tenía ánimos de una nueva discusión con su madre o de escucharla discutir con su padre... necesitaba algo de paz. Pensó en lo que su madre le había dicho... Casarse con John e irse de su casa... ¿Sería diferente llegar a un hogar dónde John la esperara?¿Qué tan diferente sería ser la novia a la esposa de John?¿Tener hijos con él?, ¿Realmente quería casarse con él sin amarlo?Y luego estaba él...No pudo evitar pensar en su jefe... Sebàstian... él se había comportado tan bien aquella noche, tan dulce y tierno, atento al escucharla...¿Cómo sería ser su esposa, su mujer?¿Como se sentiría llegar a casa y encontrarse con él esperandola? Sus pensamientos le agobiaron... No podía seguir así, no era justo, debía hacer algo.—Deja de pensar en tonterías, Gilliam Warren — se dijo con un suspiro— él no es hombre de matrimonio y familia, eso es evidente.
Lloró por algunos minutos, no podía evitar sentirse mal por dejar a John justo en aquel momento, pero realmente había pensado mucho en lo que las chica del habían dicho... y tenían razón, toda su vida había priorizado a los demás, ella siempre se colocaba en el último lugar y no, no era justo seguir haciéndolo, necesitaba pensar un poco más en ella, ser egoísta al menos un poco... al menos una vez, y no, no hacía aquello únicamente por Sebàstian, de verdad necesitaba aquel tiempo, estaban aconteciendo muchas cosas difíciles de manejar, aunado a lo que experimentaba con su jefe cerca... no, no podía seguir engañando a John. Limpió y corrigió su escaso maquillaje, terminó los asuntos pendientes, su teléfono sonó de nuevo... ¡Rayos, lo que menos necesitaba!, !Era Liliana!—Hola, buenos días.— respondió de inmediato. —Vaya, hasta que escucho tu voz, Warren. — el sarcasmo en su voz era irritable. —Hola, señorita Mattew. ¿Cómo va todo en la biblioteca?—Bien, como siempre. ¿Cuándo se supo
La noticia la abrumó, sus ojos se llenaron de lágrimas, la posibilidad de que su pequeño hermano tuviese una vida normal, abrió mucho los ojos y miró los azules ojos de su jefe... ¿Un donante?, ¿tan pronto?, ¿cómo lo había hecho?, ellos tenían mucho, mucho tiempo esperando por un corazón, ¿cómo de la noche a la mañana él había conseguido un corazón para Diego?Sus ojos dejaron escapar algunas lágrimas y alejándose se cubrió la boca, evitando sollozar, estaba luchando por controlar sus emociones. —¡¿Qué dices?!, ¿Cómo lo lograste?— preguntó con lágrimas bajando por sus mejillas. —Eso no importa, lo importante es que lo he conseguido— le sonrió, acariciando la mejilla sonrojada— Te prometí que todo estaría bien. —Pero... todo eso cuesta una fortuna, Sebàstian... ahora mismo no lo tenemos, hospitalización, estudios, especialistas, la operación, es demasiado. —Yo cubriré todo lo que haga falta, no te preocupes por eso, Gilliam, yo me haré cargo de todo lo que Diego necesite— Gilliam s