Stefan No tengo idea de que me pasó hace rato, la manera en la que me entregué a Renata fue completa, y me sentí de una manera que no pensé volver a experimentar nunca, me sentí seguro y a la vez perdido. Renata fue un huracán que llegó a removerme todo en el interior, a hacerme sentir cosas tan intensas, como el odio, la preocupación, el deseo, el miedo... y el amor.No tengo idea de que es lo que hay entre nosotros ahora, en que punto nos encontramos después de todo lo que hemos hecho, pero lo que si sé es que tengo miedo de hablarlo, como cuando pides un deseo en voz alta y temes que no se haga realidad, temo abrir la boca para comenzar una conversación en la cual no sé que decir ni que rumbo tomará. La puerta de mi oficina se abre, una emoción sin precedentes golpea mi pecho al pensar que Renata viene de vuelta, pero al ver la cara de Alessandro todas esas emociones se esfuman como humo arrastrado por el viento.— Uy que cara... sin duda no me esperabas a mí.- Alessandro se burla
Renata "Sonidos... sonidos muy fuertes, ensordecedores, invaden mi mente entre la oscuridad profunda en la que me encuentro, Gritos cargados de terror... detonaciones de armas ... Lamentos... Suplicas... golpes; el inconfundible sonido de la carne chocando contra los nudillos atraviesa las paredes, escucho llanto, el llanto de mujeres, hombres y niños, no veo nada, todo está muy oscuro, estiro las manos y estas chocan contra una superficie metálica muy fría... estoy... estoy en la caja; el miedo detona en mi cuerpo, comienzo a temblar y a sentir humedad, humedad en mis piernas, una humedad cálida y viscosa, arriba de mi cabeza se abre un pequeño espacio que deja entrar un poco de luz en el interior, logro ver mis manos, están manchadas de sangre... mucha sangre, en mi ropa, mis piernas... otro aborto"Abro los ojos de golpe y me siento en la cama sintiendo que la ropa y las sábanas se me pegan en el cuerpo que se encuentra lleno de sudor, mi corazón está acelerado, me late con fuerza
Poco a poco comienzo a percibir los sonidos, mi cuerpo parece recomponerse del adormecimiento que las pastillas me provocan, el sonido del exterior toma intensidad, el cantar de las aves, los aspersores rociando el césped a primera hora de la mañana como siempre y el sonido de... ¿Teclas?Me esfuerzo en abrir los ojos, levantar los párpados que los siento como si fueran de plomo, cuando por fin lo logro me encuentro con la habitación aún sin las cortinas corridas, un poco oscuro en el interior y a mi lado Stefan sentado trabajando en el ordenador, su pecho desnudo se ilumina con la luz de la pantalla, su rostro tremendamente atractivo se encuentra concentrado en la pantalla mientras mantiene el ceño fruncido, sus brazos flexionados logran que sus músculos se tensen lo suficiente para que se aprecie su considerable musculatura; todo un deleite visual para mí. Me muevo ligeramente para acomodarme, ya que estaba algo incómoda, la cabeza de Stefan se mueve en mi dirección, cuando sus oj
Stefan¿Se puede ser de verdad tan inhumano? ¿Se puede ser tan insensible hasta ese punto tan enfermizo? ¿Se puede ser tan maldito hasta con las personas que según quieres? La respuesta era si a todas, siento ganas de vomitar, no de asco, sino de impotencia, de desesperación, Renata vivía en el infierno, paso por años de torturas físicas y psicológicas que ya hubieran orillado a alguien a suicidarse sin duda, ahora entiendo, su comportamiento cuando llego aquí. Sus ganas infinitas de encontrar la muerte, eso era mejor que regresar con ese demonio, ahora lo entiendo, la comprendo totalmente. Creo que nadie se ha topado con el verdadero diablo que ese hombre puede llegar a ser, más que ella, mi alma llora por Renata, las injusticias por las que tuvo que pasar, la vida fue lo que le sigue de injusta con ella y por culpa de ese maldito ella perdió todo, hasta sus ganas de vivir, era una muerta en vida, sin emociones, sin propósitos. Jamás había deseado tanto arrebatarle la vida a al
Renata Después de hacer el amor en la tina de baño Stefan y yo permanecimos más tiempo en la bañera, hablando de cosas tan simples y cotidianas, pero para mí fue una plática de lo más agradable, en cierto sentido, éramos polos opuestos, a él le gustaban más las cosas saladas a mí lo dulce, disfrutaba de la música fuerte y alocada y yo prefería las cosas bajas y suaves, le gustaba hacer ejercicio y yo apenas y tenía fuerzas para aguantar mi existencia cada mañana.Cuando salimos de la ducha él se envolvió en una de las toallas para ir a su habitación por ropa limpia, yo me cambie y me quedé en espera de que él regresara, mis emociones... es complicado explicar como me siento ahora, aún estoy un poco afectada por el descubrimiento de ayer, saber que Armando era al culpable de la muerte de mi madre y hermano, siento tristeza, pero las lágrimas de dolor no los van a revivir, ya lloré su pérdida en el pasado, lo que siento es un odio que crece, rencor que alimenta llamas en contra de Arma
Ya había caído la noche, Stefan aún no llegaba a casa. Me pasé toda la tarde en compañía de Alessandro, sorprendentemente no se la pasó haciendo comentarios sobre mí y Stefan, al contrario, me contó como le fue en su viaje a la fiesta de su amigo Darel y se lamentó al decirme que piensa que ya perdió a un buen compañero de cacería, porque todo parece indicar que ese chico está enamorado de una chica a la que está cuidando ahora en su casa, no pude evitar pensar en mí y Stefan. Salgo del baño y me siento en la cama para cepillar mi cabello, ya está bastante largo, recordé que fue muy cómodo tener el cabello corto como aquella vez que usé esa peluca para la fiesta de máscaras, la primera noche en que Stefan y yo estuvimos juntos, lo recuerdo con nostalgia como algo lejano, cuándo en realidad solo han pasado un par de días, con Stefan el tiempo se va, muy rápido. — Es mi día de suerte, pensé que te encontraría dormida.- sonrío al escuchar la voz de Stefan y sus pasos avanzando a donde
— Con todo respeto... esa cosa se mira asquerosa Renata. Mi cabeza se vuelve como un latigazo en dirección a Alessandro, ambos estamos manchados de harina y masa en la ropa, debo admitir que Alessandro sin su traje se mira un poco más mortal, aunque no deja de verse elegante.Ya han pasado 3 semanas desde la fiesta en la que Stefan y yo nos dejamos llevar por los sentimientos y emociones, los días han pasado como un suspiro y cada vez parecemos más como... una pareja. Aún no hemos hablado sobre el tema, claramente nuestra relación no es ningún secreto para los trabajadores en el interior de esta casa, lo que pasa en el exterior es ajeno para mí. Aunque estoy encerrada, indiferente al exterior así como con Armando, me parece que la situación está años luz de ser parecida, aquí me encuentro cómoda, y feliz. Preparé unos pastelillos para Stefan, él, es tan detallista, siempre me trae algo cuando sale, he incluso si es un chocolate diminuto para mí es muy significativo, quise hacer algo
Me siento satisfecha con el resultado, de nuevo Stefan contrató profesionales para que me cambiaran de look, opté por de nuevo elegir la peluca de cabello oscuro, lacio y corto, me maquillaron a la perfección, de atuendo fue una camisa de vestir blanca de mangas largas, sobre ella un blazer oscuro a juego con los pantalones de vestir y botines oscuros. Al bajar me encuentro con Stefan esperando por mí en la puerta de entrada, mi gran sonrisa se va borrando poco a poco al llegar a él, tiene un rostro algo tenso y nervioso. — ¿Todo bien?.- no puedo evitar que se me escape el tono de preocupación en mi voz, él me sonríe. — Sí, es solo que te quiero llevar a un lugar muy público, por seguridad necesitas usar esto.- me tiende unos lentes oscuros.- No quiero que pienses que me da vergüenza que nos vean en la calle, no quiero que te reconozca alguien de... — Entiendo.- tomo los lentes y me los pongo, me acerco al espejo que está en el pasillo.— No te preocupes yo no tengo problemas, mira