— Con todo respeto... esa cosa se mira asquerosa Renata. Mi cabeza se vuelve como un latigazo en dirección a Alessandro, ambos estamos manchados de harina y masa en la ropa, debo admitir que Alessandro sin su traje se mira un poco más mortal, aunque no deja de verse elegante.Ya han pasado 3 semanas desde la fiesta en la que Stefan y yo nos dejamos llevar por los sentimientos y emociones, los días han pasado como un suspiro y cada vez parecemos más como... una pareja. Aún no hemos hablado sobre el tema, claramente nuestra relación no es ningún secreto para los trabajadores en el interior de esta casa, lo que pasa en el exterior es ajeno para mí. Aunque estoy encerrada, indiferente al exterior así como con Armando, me parece que la situación está años luz de ser parecida, aquí me encuentro cómoda, y feliz. Preparé unos pastelillos para Stefan, él, es tan detallista, siempre me trae algo cuando sale, he incluso si es un chocolate diminuto para mí es muy significativo, quise hacer algo
Me siento satisfecha con el resultado, de nuevo Stefan contrató profesionales para que me cambiaran de look, opté por de nuevo elegir la peluca de cabello oscuro, lacio y corto, me maquillaron a la perfección, de atuendo fue una camisa de vestir blanca de mangas largas, sobre ella un blazer oscuro a juego con los pantalones de vestir y botines oscuros. Al bajar me encuentro con Stefan esperando por mí en la puerta de entrada, mi gran sonrisa se va borrando poco a poco al llegar a él, tiene un rostro algo tenso y nervioso. — ¿Todo bien?.- no puedo evitar que se me escape el tono de preocupación en mi voz, él me sonríe. — Sí, es solo que te quiero llevar a un lugar muy público, por seguridad necesitas usar esto.- me tiende unos lentes oscuros.- No quiero que pienses que me da vergüenza que nos vean en la calle, no quiero que te reconozca alguien de... — Entiendo.- tomo los lentes y me los pongo, me acerco al espejo que está en el pasillo.— No te preocupes yo no tengo problemas, mira
El camino es tenso, silencioso e incómodo, Stefan no deja de teclear a gran velocidad en la pantalla de su celular. Estoy tratando de mantener la calma, pero me es imposible, siento que está pasando algo muy malo si Stefan esta de ese modo. En ningún momento me quité los lentes, y traté de levantar la voz lo menos posible, es una lástima que este día que prometía ser maravilloso como los demás tomara este rumbo. Llegamos a casa, Stefan sale del auto y me tiende una mano para ayudarme a salir, está ansioso, muy nervioso, curiosamente no sé le nota en alerta como otras veces, más bien parece que tiene pánico, como si estuviera lleno de miedo. En cuánto entramos a la casa uno de sus hombres lo esperaba, tenía una pequeña caja en las manos. — Señor... le mandaron esto, ya lo revisamos y... bueno, tenía esta nota. El hombre le tiende un papel a Stefan, después la caja que él la toma como si fuera una bomba que está a punto de explotarle en la cara, y bueno, ya pasó una situación simil
Stefan Mis pesadillas acaban de cobrar vida, estoy experimentando nuevamente aquel sabor del miedo, aquella impotencia y desesperación en niveles alarmantes que me impiden pensar con claridad, Armado la tiene en la mira, no sabe que se trata de Renata, ha de pensar que es solo una simple mujer con la que estoy saliendo, pero ya la notó; mandar el vestido de Marisa solo es una advertencia, Renata tiene que marcharse, alejarse de mí lo más pronto posible.Esa idea me lastima en lo más profundo del alma, mi corazón duele y protesta ante la idea, pero la culpa llega arrasando con todo a su pasó, sin dejar lugar a otra cosa que no esa ella, no puedo dejar que Renata tenga el mismo destino, no puedo dejar que la lastimen, si para mantenerla a salvo, tengo que mandarla lejos de mí eso haré aunque me queme el alma.Ella está tan afectada como yo, me encantaría poder consolarla en mis brazos, pero estoy tan hecho trizas que no podría hacerlo, nuestras miradas se encuentran, sus ojos y los mío
Renata Me encerré en el baño para llorar en lo que las empleadas empacan mis pertenencias en las maletas, tengo ambas manos en la boca para que no escuchen mis sollozos, las lágrimas corren empapándome los dedos y cayendo sobre mis muslos. Me duele el pecho con cada respirar, es como si estuviera aspirando flamas ardientes, el corazón me lastima con cada palpitar no puedo creer que de verdad esté pasando esto. Me permití emocionarme con las palabras de Alessandro cuando me dijo que para Stefan lo que había entre nosotros no era algo momentáneo, algo pasajero, que cuando él amaba se entregaba por completo y de eso no me queda duda. Se encargó de hacerme feliz y hacerme sentir especial cada momento que estuvimos juntos, me llenó de detalles y bonitas palabras que se grabaron con fuego en mi mente, pero todo principio tiene un final y este es el nuestro. La situación nos sobré pasa, tanto a él como a mí, no quiero marcharme, no quiero separarme de su lado e irme a quién sabe donde par
Me quedo pasmada admirando la bonita casa que tengo al frente, es muy grande, un espacio muy amplio para mi sola sinceramente, tiene un bonito patio delantero con flores de varios colores, se me hace un nudo en la garganta, es tan bello que duele. — Le ayudo con sus maletas.- el hombre se dispone a llevarlas, pero ya es momento que me encargué de mi vida yo misma.— No es necesario, le agradezco, pero las llevaré yo. El hombre asiente educadamente, sin más se da la vuelta y regresa al auto, el sonido del motor me causa un escalofrío, el auto se aleja y yo me preparo mentalmente para entrar a la que será mi nuevo hogar, el inicio de una nueva vida. Suspiro pesadamente y tomo mis maletas para ir al interior de lugar. Recorro el corto sendero de piedra lisa para llegar a la puerta de cristal blanca, miró las llaves en mis manos sintiéndolas con indiferencia, se sienten tan frías y pesadas en mi mano, tragó saliva y meto la llave en la cerradura, al girar hace un clic y la puerta se
3 meses después... — ¡Pero que bello! ¡Te quedó divino Alison! .- grita una de mis compañeras del trabajo."Renata" cada vez que alguien me llamaba Alison repetía mi nombre verdadero en mi cabeza, para no olvidar quien soy realmente. — Gracias, ¿pero que dice la clienta?.- le doy vuelta a la silla de la clienta para que vea ella misma en el espejo como quedo, la mujer levanta ambas cejas y mueve los labios diciendo "Wow".— Los rumores eran ciertos, en verdad haces magia con tus manos, muy bonito maquillaje y peinado, seré la envidia de la fiesta.Mis compañeras me felicitan y yo les sonrió a todas, después de 3 meses trabajando en el salón de belleza se me dio la oportunidad de mostrar mis conocimientos en maquillaje y peinado, al principio solo era una ayudante, al ver que tenía experiencia la encargada me cuestionó más sobre donde había aprendido, terminé diciéndole que tomé cursos pero había perdido mis certificaciones, cuándo se me dio mi propio espacio de trabajo comencé a ten
Armando. Apoyo mis codos en la superficie fría de la madera del escritorio, meto mi cara entre mis manos después deslizo los dedos por mi cabello y tiro de él, estoy cayendo en picada, y todo por culpa del maldito de Bardi. — Te lo dije... no ibas a ganar nada con mandarle ese maldito vestido a Stefan, solo lo hiciste enojar, lo provocaste y ahora estás pagando las consecuencias. Levanto la mirada a la mujer que se encuentra sentada en una de las sillas de al frente, está pasando una lima por sus largas y arregladas uñas, Isa es todo un fastidio, un maldito dolor de cabeza, todo era mejor cuando la miraba unos cuantos días al mes, ahora siento que me estoy volviendo loco con ella aquí. Desde que le mandé el maldito vestido a Bardi esté me ha estado cazando, tendiéndome emboscada tras emboscada, y sobre todo parece estar colaborando con las autoridades, ya van varias entregas de mercancía que me quitan en dichosos operativos, sin mencionar que no puedo asomar la cara sin tener que e