La mirada de Stefan es abrazadora, profunda, llena de promesas oscuras y placenteras, me derrito ante la caricia de sus ojos sobre mi piel, no tengo idea de que es lo que nos pasa, a mí, a él. Parecemos conejos, un par de adolescentes con las hormonas alborotadas, pero en realidad no quiero parar, no quiero que él lo haga me gustaría que esto no acabara nunca. Se ha convertido en una droga para mí, todo él, su cuerpo, su voz, su olor y su presencia; me tiende la mano para que salga de mi escondite, no dice ni una palabra, no necesito que lo haga, la tomo y salgo del lugar, me quedo parada frente a él, nuestras miradas unidas bailando a un compás suave mientras nuestros cuerpos permanecen en su lugar. Hay algo diferente en su mirada, algo que no sé cómo describir ni interpretar, hay deseo y necesidad como ya lo había visto reflejado en sus ojos en otras ocasiones, pero esta vez hay algo más. Da un paso para acortar la poca distancia que nos separa, toma mi rostro entre sus manos y
Stefan No tengo idea de que me pasó hace rato, la manera en la que me entregué a Renata fue completa, y me sentí de una manera que no pensé volver a experimentar nunca, me sentí seguro y a la vez perdido. Renata fue un huracán que llegó a removerme todo en el interior, a hacerme sentir cosas tan intensas, como el odio, la preocupación, el deseo, el miedo... y el amor.No tengo idea de que es lo que hay entre nosotros ahora, en que punto nos encontramos después de todo lo que hemos hecho, pero lo que si sé es que tengo miedo de hablarlo, como cuando pides un deseo en voz alta y temes que no se haga realidad, temo abrir la boca para comenzar una conversación en la cual no sé que decir ni que rumbo tomará. La puerta de mi oficina se abre, una emoción sin precedentes golpea mi pecho al pensar que Renata viene de vuelta, pero al ver la cara de Alessandro todas esas emociones se esfuman como humo arrastrado por el viento.— Uy que cara... sin duda no me esperabas a mí.- Alessandro se burla
Renata "Sonidos... sonidos muy fuertes, ensordecedores, invaden mi mente entre la oscuridad profunda en la que me encuentro, Gritos cargados de terror... detonaciones de armas ... Lamentos... Suplicas... golpes; el inconfundible sonido de la carne chocando contra los nudillos atraviesa las paredes, escucho llanto, el llanto de mujeres, hombres y niños, no veo nada, todo está muy oscuro, estiro las manos y estas chocan contra una superficie metálica muy fría... estoy... estoy en la caja; el miedo detona en mi cuerpo, comienzo a temblar y a sentir humedad, humedad en mis piernas, una humedad cálida y viscosa, arriba de mi cabeza se abre un pequeño espacio que deja entrar un poco de luz en el interior, logro ver mis manos, están manchadas de sangre... mucha sangre, en mi ropa, mis piernas... otro aborto"Abro los ojos de golpe y me siento en la cama sintiendo que la ropa y las sábanas se me pegan en el cuerpo que se encuentra lleno de sudor, mi corazón está acelerado, me late con fuerza
Poco a poco comienzo a percibir los sonidos, mi cuerpo parece recomponerse del adormecimiento que las pastillas me provocan, el sonido del exterior toma intensidad, el cantar de las aves, los aspersores rociando el césped a primera hora de la mañana como siempre y el sonido de... ¿Teclas?Me esfuerzo en abrir los ojos, levantar los párpados que los siento como si fueran de plomo, cuando por fin lo logro me encuentro con la habitación aún sin las cortinas corridas, un poco oscuro en el interior y a mi lado Stefan sentado trabajando en el ordenador, su pecho desnudo se ilumina con la luz de la pantalla, su rostro tremendamente atractivo se encuentra concentrado en la pantalla mientras mantiene el ceño fruncido, sus brazos flexionados logran que sus músculos se tensen lo suficiente para que se aprecie su considerable musculatura; todo un deleite visual para mí. Me muevo ligeramente para acomodarme, ya que estaba algo incómoda, la cabeza de Stefan se mueve en mi dirección, cuando sus oj
Un sonido fuerte llega a mis oídos sacándome de mi sueño profundo, el sonido de las detonaciones de armas me obliga a abrir los ojos de golpe, despertando por completo, no es como que me interrumpieran teniendo un hermoso sueño, ya he olvidado cuando fue la última vez que soñé algo, por lo menos una pesadilla que perturbara mi mente, pero ni eso, no había nada, solo es cerrar los ojos dejándome caer en un vacío oscuro para después despertar de nuevo en la mañana por ese sonido desagradable que a pesar de que su origen se encuentra en la distancia logra llegar a mis oídos y colarse en mi habitación para ser el primer sonido que llega a mis oídos al despertar. Ya me he acostumbrado a ese sonido que siempre me llega a primera hora del amanecer, para ser más exacta a las 7:00 am, es mi horrible despertador, y a pesar de que lo he escuchado todos los días durante años, no creo que nunca me acostumbre a ello, o me parezca por lo menos un poco familiarMe giro hasta quedar boca arriba, exte
Me dispongo a marcharme a mi habitación, no tengo ganas de seguir pensando en mi miserable existencia cuando de repente una de las sillas de mi lado izquierdo es abierta y se sienta Rick, es la mano derecha de mi esposo, el único al que no le molesta ver cerca de mí por la confianza que le tiene es mucha, si tan siquiera supiera que intenta por todos los medios meterse entre mis piernas y ser él quién caliente mi cama cuando Armando esta ausente. — Mi señora, usted siempre tan hermosa tan radiante como una bella flor.- su tono de voz claramente es coquetería en todos los sentidos.Me encuentro cruzada de brazos, los ojos verdes de Rick se van rápidamente a mis pechos que se asoman ligeramente, no me importa, ni siquiera me incomoda, a lo largo de los años por estar en este ambiente me acostumbré a ser vista como un pedazo de carne, como un exquisito postrecito andante a la vista de unos hambrientos vagabundos. — Buen día, Ricardo.– Le digo seria con voz molesta y fría, como siempre.
Al llegar al centro comercial las miradas se van en mi dirección, lo atribuyo principalmente a mi guardarropa; Armando tiene algún tipo de capricho-obsesión por verme siempre bien arreglada, impecable... el problema es que me visto a su gusto y su gusto de ropa no es para nada el mío. Las prendas de mi closet tienen que tener alguna de estas características, grandes escotes, brillos, lentejuelas y entalladas ceñidas al cuerpo, tengo algunas prendas cómodas para usar cuando él no esta, pero por más que quisiera no vendría con mis pantalones de chándal al centro comercial. Llevo un pantalón de tiro alto, con una camisa de manga larga fajada que tiene un escote no tan llamativo, llevo zapatillas altas de color negro y mi bolso; no traigo puesta ninguna pulsera, collar, reloj o aretes que son obligatorios usar en compañía de Armando, pero aún sin ellos las personas miran en mi dirección. Tengo un cuerpo con curvas bien definidas sin llegar al punto de ser exagerado, es la principal raz
Al separarse de mí su mirada se torna más oscura y pérdida, siento un escalofrío recogiendo mi columna vertebral, el aire lo siento más frío, tanto que lástima mis pulmones al respirar, esta sería una noche larga. — Patrón que bueno que llegó, los invitados esperan por usted. Rick llegó a la sala, por primera vez su presencia me tranquiliza, en ningún momento posa su mirada en mí, ya que estoy con Armando, de lo contrario me comería con la mirada como siempre lo hacía; mi esposo pasa su mano en mi cintura empujándome levemente para que avance junto con él. — Ya vamos. Hay prioridades, primero tenía que ver a mi esposa.- me contengo de soltar una risa de burla, que buen chiste.Caminamos juntos al exterior en donde ya estaban algunos hombres un tanto ebrios y eso que esto va empezando, no quiero imaginar el caos en que se convertirá esto más tarde, en cuanto Armando hace presencia en el lugar no tardan en acercarse a él sus amigos a saludarlo, posan sus ojos en mí, recorren toda mi