Martín Camino directo a la salida, eso que acaba de decir mi tía me deja fuera de sí, entiendo que no llevemos la misma sangre pero, se la considera de mi familia, la considero como mi tía y todo esto me parece poco moral. Entiendo que los tragos pudieron causar efecto negativo en su conducta, sin embargo, debo reconocer que no me gustó para nada y estoy muy fuera de onda. Me siento cerca del árbol que está fuera de la casa, el mismo árbol que utilizaba para trepar cuando era un niño. Siento como alguien toca mi espalda, no hace falta girar para ver quién es, su olor es tan único. —Te ví por la ventana pensé que ibas a hablar con ella, jamás pensé que querías estar aquí afuera —dice moviendo la cabeza y sentándose a mi lado.—Ya, lo hice ya hablé con ella. Solo que quería tomar un poco de aire de vez en cuando es necesario. —Ella cruza sus piernas haciendo que la miré más de la cuenta.—Espero que haya tomado bien lo de nuestra relación, si no se lo dejaste claro puedo hacerlo yo.
Cynthia Luego de dejar a Martín allá en ese árbol, sentado y solo, sentí un no se que en mi pecho, me sentí como a un lado, como si a él de verdad no le importara contar con mi presencia allí. Eso en algún modo baja mi ego. Entre a mi habitación y me sentía rara, me siento muy confundida, la verdad tengo ganas de estar con él, pero no de forma carnal, quiero estar con él compartiendo momentos, al menos mirándonos y nadando, increíblemente eso es lo que quiero hacer, poder tenerlo al lado mío, sentir su presencia, sentir todo de nuevo ese cosquilleo que provoca en mí.¿Es normal confundirse? eso es lo que me pregunto ahora, cada vez que me levanto y me miro en el espejo, Será normal que haya alguien que haya traspasado esa barrera que puse en mi corazón desde el principio, donde dije que no me iba a enamorar jamás de alguien. Me la pase toda la noche dando vueltas en la cama, me gustaría mejor parar todo esto y así no lastimar a una persona que tal vez no se lo merece. Me levante y
CynthiaNo soy una mujer nerviosa e cuanto al sexo se refiere, no soy mojigata eso algo que debemos disfrutar, siempre lo he tenido más que claro. Sin embargo, en estos momentos las palmas de mis manos me sudan, me tiemblan, parezco recién una adolescente hormonal. —Dime algo, parece que te hubiera asustado. —Ríe de forma nerviosa. Bajo mi cabeza y muerdo mi labio—. Si te espante dímelo de una vez, puedo cambiar la táctica. —Pensé que no querías, la verdad ya me estaba resignando a que no me deseabas, que no querías tener como mujer. —Su mirada me atravesó completa, sus pupilas se dilataron—. Claramente no me espantaste, tal vez más me espantaste las veces que me rechazaste. —soltó una gran carcajada. —No lo hice con esa intención, lo hice naturalmente para darte a entender lo importante que eres. No quiero jugar contigo, para mi son muy importantes los sentimientos, el valor que le damos a las cosas y sobre todo esto que nace acá. —Señala su pecho—. Te quiero bonita.Dice eso y
CynthiaMe levanté a colocarme los zapatos, no puedo ser como un iceberg solo por fuera, también por dentro debo serlo. Me giro cuando siento sus manos tocando mi brazo. —¿Está todo bien? ¿Por qué te has vestido? ¿Para dónde vas bonita? —pregunta tras pregunta me atacan, pero atacan este sentimiento que está naciendo.—Quiero ir a la casa, me da un poco de miedo estar acá, dormir en este lugar. —Él restregaba sus ojos y se sentaba. —mmm ok, dejame ya me visto, ¿O me pensabas dejar acá solo? No me llamaste, esto es algo realmente incómodo. —Cruce mis brazos, no quiero dar mi brazo a torcer y parecer una mujer que ya cayó ante los encantos de un hombre. —¿Tú qué crees? —levante una ceja.Él se pone de pie y se acerca a dónde estoy, pasa sus manos por mi espalda, cierro mis ojos sintiendo todo lo que provoca. —Creo que estás muy tensa y algo pasó. Se nota, tienes tus hombros rígidos, tu cuerpo en general está así. Si te sucedió algo puedes decirme, intentaré de alguna forma para hace
CynthiaCarolina me observa y comienza a reír. Eso hace que en cierto modo me desespere. —¿Vamos? La verdad no quiero perder mucho tiempo y entre más pronto te vayas de acá, mucho mejor —dije realmente fastidiada. —¿Entre más pronto? No entiendo porque tienes tanto afán de que me vaya de acá, somos algo así como "compañeras de trabajo" podemos compartir cosas, o a personas —ella pronuncia y a mi me da cólera de solo escucharla—. Es una broma, pero no sabía que Martín estaba en este lugar. Y sobre todo tan bien ubicado, se nota que ahora tiene dinero. —Él siempre ha tenido dinero, si no me crees preguntale a Russo, él te podrá decir que no estoy mintiendo —dije como si nada, esperando observar su reacción—. Iré por un vaso con agua, espérame acá. Me dirigí hasta la cocina, no confío en ella ahora que me di cuenta que Martín es su blanco. Raúl se encuentra preparando algo, está totalmente concentrado.—Necesito que vayas detrás de mí, sin que esa mujer se de cuenta, que me sigas. Ll
Miro a Carolina y estoy a punto de acabarla, como puede ser tan estúpida y meternos en esto así, lo peor es que le seguí la corriente. No entiendo como Russo puede pensar que ella es la indicada para manejar todo, está claro que se deja llevar por las cosas, es demasiado impulsiva, no piensa las cosas con cabeza fría. —¿Este era tu maravilloso plan? —dije sarcástica—. Me cuesta pensar que eres tan inteligente. —Sí, no podía decirte. Capaz y cometes alguna estupidez. Necesitamos antes de hacer eso poder encontrar la ubicación de donde tiene el dinero, él creyó que podría engañar a Russo, por eso necesitábamos entrar. El hecho que hagas esto conmigo, no quiere dcir que deba decirte todo Cynthia. —¿En verdad tienes que ocultarme todo esto? Se supone que somos un equipo, que estamos juntas en esto no deberías ocultarme estas cosas —dije indignada—. Adicional, estás coplocando mi vida en peligro. —Fue orden de Russo Cynthia, para él no eres tan confiable. Ahora vamos a salir de est
Hay que verle el lado positivo a esto, ella mientras se mejora, se recuperará en la habitación de Raúl, no la vamos a tener que ver rodeando la casa y sobre todo Martín no se va a tener que cruzar con ella, la verdad es que si, me preocupa que la vea y decida irse con ella. Raúl le da algo para el dolor y para que pueda dormir. No podría hacer las cosas sin él, él es mi apoyo, es mi sombra y todo lo que hace que tenga más fuerza para continuar y cumplir mis funciones, mis misiones. Salgo de allí y le pido a Raúl que no la deje salir, al menos hasta la noche, quiero que la duerma. Quiero que lo que le de sea tan potente que a ella se le dificulte desperar al menos por veinti cuatro horas, Sonrio al ver que la tenemos bajo control, que aunque ella llegué imponiendo, jamás debe pasar por encima de mí. Salgo para cambiarme de ropa, tengo manchas de sangre y no quiero que comiencen a especular cosas. Afortunadamente a esta hora parece que todos están durmiendo. Subí y entré a mi habit
Miro a mi alrededor y son alrededor de 6 hombres armados, dos camionetas, Martín me toca la mano, supongo que piensa que me va a proteger o algo así. —Espera bonita. Vamos a ver que quieren esos hombres —dice y ruedo los ojos. Tratando de bajar del carro. —No, no se te ocurra bajar. Te pueden matar. Se acerca uno a la puerta para bajarme, Martín se alerta de una vez y abre la puerta primero. —¿Qué quieren? No tenemos dinero acá pero si lo que quieren es dinero se los puedo entregar, solo hago una llamada. —Ellos se miran y se ríen. —No, nosotros no queremos dinero, la queremos a ella. —Martin me mira y me cubre con su brazo.—Tendrán que pasar por encima mío —habla Martín decidido. —Él no tiene nada que ver, si me quieren a mí, acá me tienen, déjenlo que se vaya. —Martin me mira y niega con su cabeza. Ellos se acercan y comienzan a pelear con Martín, le dan unos cuantos golpes, mientras tanto, yo tomo mis zapatos y comienzo a golpearlos, preciso hoy dejé mi arma, por todo lo qu