CynthiaNo soy una mujer nerviosa e cuanto al sexo se refiere, no soy mojigata eso algo que debemos disfrutar, siempre lo he tenido más que claro. Sin embargo, en estos momentos las palmas de mis manos me sudan, me tiemblan, parezco recién una adolescente hormonal. —Dime algo, parece que te hubiera asustado. —Ríe de forma nerviosa. Bajo mi cabeza y muerdo mi labio—. Si te espante dímelo de una vez, puedo cambiar la táctica. —Pensé que no querías, la verdad ya me estaba resignando a que no me deseabas, que no querías tener como mujer. —Su mirada me atravesó completa, sus pupilas se dilataron—. Claramente no me espantaste, tal vez más me espantaste las veces que me rechazaste. —soltó una gran carcajada. —No lo hice con esa intención, lo hice naturalmente para darte a entender lo importante que eres. No quiero jugar contigo, para mi son muy importantes los sentimientos, el valor que le damos a las cosas y sobre todo esto que nace acá. —Señala su pecho—. Te quiero bonita.Dice eso y
CynthiaMe levanté a colocarme los zapatos, no puedo ser como un iceberg solo por fuera, también por dentro debo serlo. Me giro cuando siento sus manos tocando mi brazo. —¿Está todo bien? ¿Por qué te has vestido? ¿Para dónde vas bonita? —pregunta tras pregunta me atacan, pero atacan este sentimiento que está naciendo.—Quiero ir a la casa, me da un poco de miedo estar acá, dormir en este lugar. —Él restregaba sus ojos y se sentaba. —mmm ok, dejame ya me visto, ¿O me pensabas dejar acá solo? No me llamaste, esto es algo realmente incómodo. —Cruce mis brazos, no quiero dar mi brazo a torcer y parecer una mujer que ya cayó ante los encantos de un hombre. —¿Tú qué crees? —levante una ceja.Él se pone de pie y se acerca a dónde estoy, pasa sus manos por mi espalda, cierro mis ojos sintiendo todo lo que provoca. —Creo que estás muy tensa y algo pasó. Se nota, tienes tus hombros rígidos, tu cuerpo en general está así. Si te sucedió algo puedes decirme, intentaré de alguna forma para hace
CynthiaCarolina me observa y comienza a reír. Eso hace que en cierto modo me desespere. —¿Vamos? La verdad no quiero perder mucho tiempo y entre más pronto te vayas de acá, mucho mejor —dije realmente fastidiada. —¿Entre más pronto? No entiendo porque tienes tanto afán de que me vaya de acá, somos algo así como "compañeras de trabajo" podemos compartir cosas, o a personas —ella pronuncia y a mi me da cólera de solo escucharla—. Es una broma, pero no sabía que Martín estaba en este lugar. Y sobre todo tan bien ubicado, se nota que ahora tiene dinero. —Él siempre ha tenido dinero, si no me crees preguntale a Russo, él te podrá decir que no estoy mintiendo —dije como si nada, esperando observar su reacción—. Iré por un vaso con agua, espérame acá. Me dirigí hasta la cocina, no confío en ella ahora que me di cuenta que Martín es su blanco. Raúl se encuentra preparando algo, está totalmente concentrado.—Necesito que vayas detrás de mí, sin que esa mujer se de cuenta, que me sigas. Ll
Miro a Carolina y estoy a punto de acabarla, como puede ser tan estúpida y meternos en esto así, lo peor es que le seguí la corriente. No entiendo como Russo puede pensar que ella es la indicada para manejar todo, está claro que se deja llevar por las cosas, es demasiado impulsiva, no piensa las cosas con cabeza fría. —¿Este era tu maravilloso plan? —dije sarcástica—. Me cuesta pensar que eres tan inteligente. —Sí, no podía decirte. Capaz y cometes alguna estupidez. Necesitamos antes de hacer eso poder encontrar la ubicación de donde tiene el dinero, él creyó que podría engañar a Russo, por eso necesitábamos entrar. El hecho que hagas esto conmigo, no quiere dcir que deba decirte todo Cynthia. —¿En verdad tienes que ocultarme todo esto? Se supone que somos un equipo, que estamos juntas en esto no deberías ocultarme estas cosas —dije indignada—. Adicional, estás coplocando mi vida en peligro. —Fue orden de Russo Cynthia, para él no eres tan confiable. Ahora vamos a salir de est
Hay que verle el lado positivo a esto, ella mientras se mejora, se recuperará en la habitación de Raúl, no la vamos a tener que ver rodeando la casa y sobre todo Martín no se va a tener que cruzar con ella, la verdad es que si, me preocupa que la vea y decida irse con ella. Raúl le da algo para el dolor y para que pueda dormir. No podría hacer las cosas sin él, él es mi apoyo, es mi sombra y todo lo que hace que tenga más fuerza para continuar y cumplir mis funciones, mis misiones. Salgo de allí y le pido a Raúl que no la deje salir, al menos hasta la noche, quiero que la duerma. Quiero que lo que le de sea tan potente que a ella se le dificulte desperar al menos por veinti cuatro horas, Sonrio al ver que la tenemos bajo control, que aunque ella llegué imponiendo, jamás debe pasar por encima de mí. Salgo para cambiarme de ropa, tengo manchas de sangre y no quiero que comiencen a especular cosas. Afortunadamente a esta hora parece que todos están durmiendo. Subí y entré a mi habit
Miro a mi alrededor y son alrededor de 6 hombres armados, dos camionetas, Martín me toca la mano, supongo que piensa que me va a proteger o algo así. —Espera bonita. Vamos a ver que quieren esos hombres —dice y ruedo los ojos. Tratando de bajar del carro. —No, no se te ocurra bajar. Te pueden matar. Se acerca uno a la puerta para bajarme, Martín se alerta de una vez y abre la puerta primero. —¿Qué quieren? No tenemos dinero acá pero si lo que quieren es dinero se los puedo entregar, solo hago una llamada. —Ellos se miran y se ríen. —No, nosotros no queremos dinero, la queremos a ella. —Martin me mira y me cubre con su brazo.—Tendrán que pasar por encima mío —habla Martín decidido. —Él no tiene nada que ver, si me quieren a mí, acá me tienen, déjenlo que se vaya. —Martin me mira y niega con su cabeza. Ellos se acercan y comienzan a pelear con Martín, le dan unos cuantos golpes, mientras tanto, yo tomo mis zapatos y comienzo a golpearlos, preciso hoy dejé mi arma, por todo lo qu
Raúl entra y cuando me ve se tensa de inmediato. Mira a aquel hombre y le entrega los documentos. —Aquí tiene, ahora que están completos. Necesito que la suelten y la dejen ir, así quedamos todos al tanto. —Raúl le habla con tanta determinación, aquel sujeto solo se ríe. —Ustedes dos no me vienen a decir que hacer, yo soy el que toma las decisiones y si decido no dejarlos salir pues eso haré. ¿Está claro? —mira fijamente a Raúl, mientras a mi fiel amigo le temblaban las manos de la impotencia. —¿Estás seguro? Mira cuánto puedes perder si me tienes en este lugar. También medita cuánto puedes ganar si me dejas salir. Él me da una leve sonrisa, creo que tanto Raúl como yo, nos estamos conteniendo para no golpearlo. —Esta bien, lo hago porque a una mujer como tú, sería una pena verla tirada en una fosa se desperdiciaría mucho. Puedes irte, bueno, ustedes dos pueden irsen. Espero no verlos por acá, al menos que sea para obtener una respuesta, tienes dos semanas preciosa para que cumpl
MartínAlguna vez escuché por allí, que cuando es la hora de que te llegue tu complemento, no te salvas ni aunque te escondas. Eso siento que es Cynthia para mí, mi complemento, mi media mitad, si lo decimos de una forma cursi. Jamás, nunca en mi vida me había clavado tanto con una persona, pero es que su olor, su personalidad, su rostro, su belleza, tiene algo que me atrae de una forma descomunal. Definitivamente no me arrepiento de nada con ella, en especial al ver que es correspondido, cuando las cosas son recíprocas son mucho mejor, y adicional valen la pena. Ver esa escena, cuando esos hombres nos interceptaron, me hizo activar un recuerdo, uno de hace muchos años, cuando era un niño muy pequeño y llegaron algunos de la misma forma, colocando revolver por todo lado a mi papá, muchas veces pensé que iba a ser su fin, pero bueno, ahora que soy adulto comprendo que él no hacía nada bueno. Me hubiera gustado haberla defendido, que ella sintiera que estoy para cualquier momento, que