Terminé de vestirme, para poder irme de regreso a la casa, necesito un descanso. Miro mi bolso cargado de billetes, todos perfectamente organizados y de alta denominación, podría acostumbrarme a esto. Miro como se ubica de espaldas, me doy cuenta que genera un cosquilleo, no solo es mi vientre si no algo más allá, mi corazón palpita el doble mientras lo observó, me recrimino mentalmente y prefiero dejarte observarlo, es que estoy siendo muy masoquista, y lo peor es que me gusta serlo. En mi teléfono tengo un par de llamadas más pérdidas de Martín, no entiendo porque se comporta de esta manera, que le haya dicho que somos algo no quiere decir que tenga que controlarme o simplemente decirle dónde estoy a cada momento. Russo acaba de abrochar su pantalón y me da una sonrisa.—Espero que la próxima vez que nos volvamos a ver, no sea solo por encontrarnos luego de acabar con alguien, me gustaría que nos encontremos para tener momentos agradables como este —dije mientras me aplicaba labial.
Vamos saliendo del establo, caminando comportandonos como adolescentes, miro unión en nuestras manos, y me dan ganas de rascarme la cabeza. Su aura, su cercanía y su compañía transmiten una paz en mí, que debo admitir hace que sonría involuntariamente, caminamos camino a los viñedos, puedo alcanzar a notar las plantas de las uvas que ya están listas, ahora solo se debe esperar para recogerlas y la vendimia llegará pronto para poder comenzar con la producción de vino, en eso los negocios con Russo, se comenzaron a efectuar, ver mis ganancias al poder exportar no solo el vino si no también, toda la mercancía qué comenzará a formar parte de mí vida, voy caminando concentrada, no es difícil imaginar lo poderosa que puedo llegar a ser, vivir entre lujos y rodeada de cosas que me darán una plena satisfacción. Martín carraspea con su garganta, haciendo que me despabile un poco. —¿Te gusta mi amor? —ni siquiera puedo mirar hacia delante, para poder observar la sorpresa. La palabra mi amor q
MartínDebo decir que me he enamorado de Cynthia, verla así, ella tiene algo que me hace estar cada vez más cerca suyo, que me hace quererla, su particular forma de ser, su simpatía y su forma de dar lo mejor, debo admitir que ella está haciendo en mi un revoltijo de emociones, solo espero que eso se positivo.Gracias a lo que he vivido con ella puedo decir que sane mi corazón, que la traición que ella cometió conmigo quedó en el pasado, solo espero que con Cynthia sea diferente, que ella si valore lo que le doy, que aprecie cada momento y cada sentimiento, me duele ver que me convertí en un hombre frío debido a esa mujer, esa a la que juré nunca más nombrar, nunca más ver. También por eso estoy agradecido con mi tía, ella de una y otra forma me dio ánimos para sacar a esa mala mujer de mi cabeza y de mi corazón, ella fue la que estuvo ahí para mí, qué es encargó tengo dejar que me metiera en el alcohol, que supiera sobre llevar todo esto, ahora que tengo a Cynthia daré mucho más, da
Martín Camino directo a la salida, eso que acaba de decir mi tía me deja fuera de sí, entiendo que no llevemos la misma sangre pero, se la considera de mi familia, la considero como mi tía y todo esto me parece poco moral. Entiendo que los tragos pudieron causar efecto negativo en su conducta, sin embargo, debo reconocer que no me gustó para nada y estoy muy fuera de onda. Me siento cerca del árbol que está fuera de la casa, el mismo árbol que utilizaba para trepar cuando era un niño. Siento como alguien toca mi espalda, no hace falta girar para ver quién es, su olor es tan único. —Te ví por la ventana pensé que ibas a hablar con ella, jamás pensé que querías estar aquí afuera —dice moviendo la cabeza y sentándose a mi lado.—Ya, lo hice ya hablé con ella. Solo que quería tomar un poco de aire de vez en cuando es necesario. —Ella cruza sus piernas haciendo que la miré más de la cuenta.—Espero que haya tomado bien lo de nuestra relación, si no se lo dejaste claro puedo hacerlo yo.
Cynthia Luego de dejar a Martín allá en ese árbol, sentado y solo, sentí un no se que en mi pecho, me sentí como a un lado, como si a él de verdad no le importara contar con mi presencia allí. Eso en algún modo baja mi ego. Entre a mi habitación y me sentía rara, me siento muy confundida, la verdad tengo ganas de estar con él, pero no de forma carnal, quiero estar con él compartiendo momentos, al menos mirándonos y nadando, increíblemente eso es lo que quiero hacer, poder tenerlo al lado mío, sentir su presencia, sentir todo de nuevo ese cosquilleo que provoca en mí.¿Es normal confundirse? eso es lo que me pregunto ahora, cada vez que me levanto y me miro en el espejo, Será normal que haya alguien que haya traspasado esa barrera que puse en mi corazón desde el principio, donde dije que no me iba a enamorar jamás de alguien. Me la pase toda la noche dando vueltas en la cama, me gustaría mejor parar todo esto y así no lastimar a una persona que tal vez no se lo merece. Me levante y
CynthiaNo soy una mujer nerviosa e cuanto al sexo se refiere, no soy mojigata eso algo que debemos disfrutar, siempre lo he tenido más que claro. Sin embargo, en estos momentos las palmas de mis manos me sudan, me tiemblan, parezco recién una adolescente hormonal. —Dime algo, parece que te hubiera asustado. —Ríe de forma nerviosa. Bajo mi cabeza y muerdo mi labio—. Si te espante dímelo de una vez, puedo cambiar la táctica. —Pensé que no querías, la verdad ya me estaba resignando a que no me deseabas, que no querías tener como mujer. —Su mirada me atravesó completa, sus pupilas se dilataron—. Claramente no me espantaste, tal vez más me espantaste las veces que me rechazaste. —soltó una gran carcajada. —No lo hice con esa intención, lo hice naturalmente para darte a entender lo importante que eres. No quiero jugar contigo, para mi son muy importantes los sentimientos, el valor que le damos a las cosas y sobre todo esto que nace acá. —Señala su pecho—. Te quiero bonita.Dice eso y
CynthiaMe levanté a colocarme los zapatos, no puedo ser como un iceberg solo por fuera, también por dentro debo serlo. Me giro cuando siento sus manos tocando mi brazo. —¿Está todo bien? ¿Por qué te has vestido? ¿Para dónde vas bonita? —pregunta tras pregunta me atacan, pero atacan este sentimiento que está naciendo.—Quiero ir a la casa, me da un poco de miedo estar acá, dormir en este lugar. —Él restregaba sus ojos y se sentaba. —mmm ok, dejame ya me visto, ¿O me pensabas dejar acá solo? No me llamaste, esto es algo realmente incómodo. —Cruce mis brazos, no quiero dar mi brazo a torcer y parecer una mujer que ya cayó ante los encantos de un hombre. —¿Tú qué crees? —levante una ceja.Él se pone de pie y se acerca a dónde estoy, pasa sus manos por mi espalda, cierro mis ojos sintiendo todo lo que provoca. —Creo que estás muy tensa y algo pasó. Se nota, tienes tus hombros rígidos, tu cuerpo en general está así. Si te sucedió algo puedes decirme, intentaré de alguna forma para hace
CynthiaCarolina me observa y comienza a reír. Eso hace que en cierto modo me desespere. —¿Vamos? La verdad no quiero perder mucho tiempo y entre más pronto te vayas de acá, mucho mejor —dije realmente fastidiada. —¿Entre más pronto? No entiendo porque tienes tanto afán de que me vaya de acá, somos algo así como "compañeras de trabajo" podemos compartir cosas, o a personas —ella pronuncia y a mi me da cólera de solo escucharla—. Es una broma, pero no sabía que Martín estaba en este lugar. Y sobre todo tan bien ubicado, se nota que ahora tiene dinero. —Él siempre ha tenido dinero, si no me crees preguntale a Russo, él te podrá decir que no estoy mintiendo —dije como si nada, esperando observar su reacción—. Iré por un vaso con agua, espérame acá. Me dirigí hasta la cocina, no confío en ella ahora que me di cuenta que Martín es su blanco. Raúl se encuentra preparando algo, está totalmente concentrado.—Necesito que vayas detrás de mí, sin que esa mujer se de cuenta, que me sigas. Ll