Estefanía WolskyEstaba ardiendo en llamas. Mi cuerpo pedía a gritos una liberación, pero él no me la estaba dando en el futuro cercano, no a menos que rogara por ello. Y para ese momento me atrevía a arrastrarme con tal de que me tocara en el lugar correcto.Así que abrí mis rojos labios y supliqué que me diera lo que necesitaba.—Por favor, Kadet. Por favor, te lo suplico, haré lo que quieras, pero por favor déjame correrme.Una sonrisa socarrona surcó sus labios mientras levantaba su cabeza para observarme.Yo estaba casi desnuda debajo de él mostrándole todo de mí y manteniéndome en una posición vulnerable. Pero por la forma en la que me miraba y me tocaba me sentía más como una diosa que tenía un fiel servidor que la adoraba.Mis manos temblaron bajo su agarre mientras él descendía con lentitud sobre mi pezón y comenzó a chuparlo correctamente y a darme lo que necesitaba; que me tocara donde dolía.—Si, por favor, por favor, te daré lo que me pidas, solo… oh sí.Sus manos soltaro
Estefanía WolskyCada vez que recordaba mi noche con Kadet me sonrojaba considerablemente. Era inevitable que lo hiciera cuando me había despertado en medio de la noche y había pedido que volviera a hacerme correr.Jesucristo, aun podía recordar como le había rogado que me diera lo que quería, lo que había ansiado y necesitado y disfruté cada segundo. Aun cuando siempre había estado acomplejada de las marcas que cubrían mi cuerpo.Mi infancia no fue buena, ninguna infancia de un niño huérfano lo era, pero la mía había sido mucho peor que la de otros niños.Tal vez por eso había seguido siendo virgen a los veintisiete años. Mostrar mi cuerpo nunca había sido una opción. Pero Kadet no me había dado ni una sola opción, él solo había aparecido y había exigido y yo solo pude darle y darle y lo que no le daba él simplemente lo tomaba y yo lo dejaba.Pero eso no quitaba que las dudas me recorrieran y que la vergüenza me envolviera.Por eso, a las cinco de la mañana cuando mis ojos volvieron
Estefanía WolskyDespués de esa tarde en la capilla Kadet se mantuvo a mi alrededor, pululando sobre las cosas que hacía y prestándome una atención que nunca me habían prestado nunca. Al menos no de esa forma.Me enviaba mensajes, se mantenía al tanto de mis comidas y de paso, cada vez que me veía sus dedos recorrían el camino hacia mi cuerpo y terminaban en mi interior dándome placer.Además de eso todo había continuado en normalidad.Las dos arpías no habían vuelto a aparecer y supuse que Kadet tenía algo que ver con eso y si me lo preguntaban lo agradecía enormemente, porque tener que lidiar con ellas no había sido mi parte favorita de este trabajo.Me había pasado los últimos días concordando las cosas que se necesitarían para la gala. Al igual que en la cena se necesitaría pagar entradas, pero por el resto era más para pasearse y tomar champaña cara que habían donado.Y si me lo preguntaban había hecho mi trabajo muy bien durante el último mes porque las donaciones se habían trip
Mónica me arrebató la nota en cuanto consideró que ya la había leído y luego comenzó a dar saltitos como loca.Ella sabía todo lo que había pasado con Kadet porque le había contado con lujos y detalles cómo me hizo sentir y todas las cosas que había hecho conmigo. Y ella fue clara al decirme que si me hacía venir de esa forma con solo sus dedos que ya podía imaginarse como terminaría echa pedazos cuando llegara a follarme.Me sonrojé aparatosamente, pero soporté sus consejos y sus comentarios porque me ayudaban mucho más de lo que ella creía.—Bien, vamos a vestirte y me tomaré la libertad de maquillarte yo, quiero que estés radiante y solo te dediques a ser mimada.Y desde ese momento ella tomó las riendas llenándome de cosméticos para la piel, la cara y luego maquillándome de una forma hermosa. Me ayudó a colocarme el vestido que tenía una abertura en la pierna y la espalda totalmente descubierta y luego me colocó la gargantilla pesada alrededor del cuello.Mi cabello fue recogido e
Kadet KravecHabía sido muy paciente con Fany. La había estado llevando despacio adentrándola en su sexualidad poco a poco y ayudándola a conocerse a sí misma y a su cuerpo. Y aunque al final ella se restregaba contra mi miembro y me daba el placer que necesitaba, creo que estaba claro que quería follarla.Y tras ella decirme esas palabras y pasearse por el lugar con ese hermoso vestido que había elegido solo para ella, estaba claramente tensando la cuerda de mi autocontrol para no lanzarla sobre mi hombro y salir definitivamente del lugar.—Es hermosa —escuché decir a alguien junto a mí.Me giré para ver de quien se trataba y casi gruñí con molestia al ver que era mi casi rival comercial. Casi porque claramente iba un paso delante de él, tal vez unos cuantos más, pero estaba tratando de ser modesto.—Lo es —contesté llevando mis manos hacia mis bolsillos.—Por ella tomaría bajo mi mando todos los orfanatos de la ciudad y la pondría bajo mi tutela, buena elección Kravec.La sangre com
Estefanía WolskyPodía sentir su mirada sobre mí durante todo el tiempo que tardó en acabarse la gala. Los elogios y las felicitaciones por el trabajo que estaba haciendo iban de un lado a otro y me adulaban como si fuera un dios renacido.Pero era obvio que toda la atención me la estaban dando porque el posible socio comercial más importante de toda la ciudad y probablemente del país estaba con su mirada puesta en mí.No daba un paso sin que él estuviera mirándome y agradecía su atención. Me deleitaba con ella como si fuera un baño de agua tibia que relajaba todo mi cuerpo. Pero también agradecía que me diera mi espacio para fluir y poder moverme a través de la sala sin que tuviera que estar colgando de su brazo.La mayoría de las personas me observaban atentas y muchos mantenían su mirada puesta en la joya de mi cuello. Eso me asustaba un poco porque sentía que me juzgaban, tal vez incluso creerían que había tomado parte de sus donaciones para acicalarme, pero la verdad es que nunca
Estefanía WolskyHabía estado todo el viaje en vilo. Kravec conducía hacia su casa a una velocidad prudente, pero podía ver en el fierro agarre que mantenía en el volante que estaba haciendo todo lo que podía para no desviarse en la carretera y terminar lo que hacía tantas veces habíamos iniciado.Mi corazón martillaba con fuerza contra mi pecho y estaba tan, pero tan nerviosa.Al fin podría decir que había explorado absoluta y totalmente mi sexualidad después de esta noche. Al fin podría decir que Kadet me había hecho suya, me había reclamado.Al llegar a su edificio estacionó el auto y antes de que llegara a mi puerta ya yo estaba saliendo. Su mano tomó la mía y nos guio hacia el ascensor y en cuanto subimos y presionó el botón para llegar a su ático, me empujó contra la pared y se apoderó salvajemente de mis labios.Éramos conscientes de que cualquiera podría subir en el ascensor, pero todo lo que importaba en ese momento eran sus manos recorriendo mi cuerpo y su beso dominante y a
Kadet KravecFany se había quedado desparramada en el sofá los últimos cinco minutos y le di su tiempo para que recuperara la compostura mientras yo la admiraba. Su piel brillaba y la sonrisa bobalicona no desaparecía de su cara.Nunca creí que una virgen me permitiría joderla de esa forma, pero ella había parecido disfrutar de cada segundo. Sus gritos pidiéndome más y el balbuceo de sus labios soltando mi nombre sería algo que nunca olvidaría y definitivamente la haría repetirlo una y otra vez, aunque tuviera que hacer todo igual.Con un suspiro bajo me puse de pie y me acerqué a ella para tomarla entre mis brazos y levantarla del sofá. Era una mujer alta, pero delante de mí se veía tan pequeña y frágil. Y un sentimiento posesivo y animal me hacían querer esconderla para que nadie la tocara o la viera, aunque sabía que claramente eso sería imposible.Pero de lo que si estaba seguro era de que no saldríamos de esta casa hasta que me la follara mínimo unas diez veces.Jesucristo, mi mi