Después de recorrer en el auto por un largo trayecto, los despojaron de sus pertenencias, incluyendo su teléfono celular y los dejaron tirados a la deriva dentro de una especie de bosque.
Ellos, los secuestradores, se dieron cuenta de que ese joven no era cualquier pelagatos, no, se enteraron de que se estaban metiendo con una familia poderosa y que el dinero que les ofrecieron por golpear a la chica no sería suficiente para pagar la fianza y salir de la cárcel.
Alejandro logró quitarse la venda que cubría sus ojos. Afortunadamente, los tiraron a los dos en el mismo lugar, así se ayudaron mutuamente a desamarrar sus manos, sus pies y a quitar la cinta adhesiva que les impedía abrir la boca.
—¡Dios mío, tu mano está sangrando! —exclamó Alejandro, sintiéndose culpable de que haya sido ella quien recibió los golpes, ya que al esquivar los del rostro, ella metió las manos.
—¿Qué ha sido eso? —preguntó Abril llorando.
—No lo sé, nunca me había sucedido esto. —Comentó mientras le venda la mano con un pedazo de tela que se arrancó de la camisa.
—Tengo miedo. —Dijo ella—. ¿Conoces este lugar?
—Sinceramente, no. No sé dónde estamos y nuestros teléfonos no los tenemos tampoco, creo que será muy difícil que nos encuentren y moriremos aquí.
—Cállate, no digas eso, me asustas. Tu familia te buscará y también me rescatará a mí.
—Ellos no se darán cuenta, ya que, no les podemos dar ni una señal de dónde nos encontramos. No te hagas ilusiones.
—Eso no me sirve de consuelo. —se quejó ella.
En realidad, Alejandro también estaba preocupado, pero se mostraba como si no le importara estar en medio de la nada con tal de que ella se distrajera y no se preocupara tanto. Él sabe que cuando su padre se entere de que no ha regresado a casa, moverá cielo y tierra con tal de encontrarlo.
En otra parte de la ciudad…
La familia Alvarado es muy reconocida, todos los medios de comunicación ya están filtrando información sobre el secuestro. El padre de Alejandro estaba en una reunión de negocios cuando se enteró de que, desconocidos, habían raptado a su hijo y a su prometida. Así lo daban a saber los noticieros, lástima que hasta el momento no había imágenes o vídeos que dieran credibilidad a la información.
En los bajos del edificio ya se estaban aglutinando los reporteros. Todos tenían un mismo objetivo: conocer la reacción del padre sobre su hijo y su futura nuera.
—¿Qué hará, señor? —consultó su asistente.
En ese momento, el señor estaba con el teléfono en la mano llamando a Alejandro. Él había sido el último en enterarse de la noticia y todo por no interesarse en otro tipo de información que no sea de finanzas. Para él, el dinero está en primer lugar y luego su familia.
—Sal y diles que en breves minutos daré una conferencia de prensa. Cuando todos se hayan atrincherado en un solo lugar, me lo haces saber y yo huiré por la puerta de emergencia.
Los señores salieron del edificio sin ser vistos por nadie. La madre llora y clama piedad para su único hijo. Hasta el momento no hay ninguna pista, pero sí hay un detalle que les perturba. Se han comunicado con la prometida de su hijo y esta afirma estar fuera del país y no saber nada de él.
En otro lugar…
—Esto es por tu culpa. Si tan solo me hubieras dejado ir a buscar empleo, no estaríamos aquí rogando para que alguien nos encuentre. —Se quejó.
—Abril, lamento mucho que estés pasando por este susto. Créeme que muy pronto nos encontrarán. Prometo recompensarte cuando eso suceda.
Ellos ya han caminado varios kilómetros y están cansados, sin agua y sin comida. Han atravesado una carretera con la esperanza de encontrar alguna persona caritativa que les ayude a volver a casa; sin embargo, todo parece desierto y lo más preocupante es que la noche ya cayó en su máxima oscuridad y a ellos no les acompaña pero ni una linterna.
Finalmente, la suerte les sonrió y llegaron a un sitio donde sí transitaban autos. Le pidieron a uno que los llevara a determinado lugar y fue así como salieron de aquel tenebroso territorio desconocido.
—Llamaré a mi padre para que nos venga a recoger.
—Pero, no podemos ir juntos, no es bueno que él me vea contigo.
—Pediré que solo venga el chofer, tú explícale a tu madrina que llegas tarde porque te perdiste en la ciudad. Para eso, tendrás que entrar un par de minutos antes de que yo lo haga.
—Está bien.
—Abril, en vista de que no pudimos llegar a nuestro destino en donde hablaríamos para hacer una tregua, te ayudaré a buscar empleo en una de las empresas más grandes de la ciudad, eso será parte de las disculpas que te debo.
—Luego hablamos sobre eso. Me preocupa el golpe en mi mano.
Alejandro se acercó y sobó su mano. Al ver que el golpe se estaba volviendo morado, le dijo que la llevaría al hospital. Pero ella alegó que no sentía dolor y su preocupación se debe a que su madrina preguntará que cómo se hizo daño.
Tal y como lo habían planificado, Alejandro le pidió a su padre que su chofer lo recogiera. En el camino de regreso pasaron por la farmacia por unas cremas y pastillas para el dolor.
Abril llegó a casa, explicó su situación. Su madrina, muy preocupada, le pidió perdón por haberla enviado sola.
—Estaba a punto de pedirle ayuda a los patrones, no lo había hecho desde temprano porque ellos están nerviosos, imagínate que su hijo está secuestrado. —comentó la señora. Abril tragó saliva, sintiendo el nudo de la desesperación en su garganta.
Media hora más tarde llegó Alejandro, su madre corrió a abrazarlo y expresó el miedo que sintió cuando escuchó la noticia. Afortunadamente, el chofer habló a solas con él cuando llegó y lo puso al tanto de lo que se estaba diciendo en las redes sociales, eso le sirvió para defenderse y decir que estaba solo.
—¿Todo bien? —preguntó Alejandro en un mensaje de texto.
Ella no tardó en responder. Estaba ansiosa también por saber qué tal le había ido a él.
—Por mi parte sí. ¡Buenas noches! —se despidieron.
—Este será nuestro segundo gran secreto. —indicó Alejandro, siendo el primero la piedra que ella le lanzó.
Durante la semana los chicos no salieron de casa. Cada uno tenía sus traumas por el secuestro y no querían exponerse a que volviera a suceder, ya que, no se sabe cuál de los dos era el objetivo.La madrina estaba contenta de que su ahijada se tomara un par de días para conocer mejor la ciudad con la ayuda del internet. Si tan solo ella supiera cuál es la verdad, se llevaría la decepción más grande de su vida, ya que se lo ha advertido en muchas ocasiones que no se acerque al joven de la familia.Por otro lado, los padres de Alejandro tienen planeado realizar un viaje para celebrar su aniversario de bodas. Saldrán del país por dos meses; eso sucederá dentro de dos semanas. Es por ese motivo que el señor le ha dicho a su hijo que deberá presentarse en la empresa para que desde ya vaya familiarizándose con los números y todo lo que ello implica.Alejandro está comprometido con una bella modelo de talla internacional. El padre de ella y su padre han decidido que ya es tiempo de que se cas
Desde su habitación, Abril imagina que todos la están pasando bonito con la llegada de la prometida de Alejandro. Sabiendo que ya no saldrá afuera y que su madrina tardará en llegar, ella se puso su pijama y se tiró sobre la cama para intentar dormir y olvidarse de todo lo que le recuerde a aquella noche donde se entregó a ese hombre que está a un paso de casarse.Alejandro observó detenidamente cada movimiento de la señora que servía la cena. Esperaba con ansias ver a Abril, pero de inmediato recordó que ella le había mencionado que tenía prohibido presentarse dentro de la mansión.—Me disculpo un momento, no me siento bien del estómago, regreso en unos minutos. —Anunció Alejandro, levantándose y caminando en dirección a su habitación.En ese momento nadie sospechó nada, nadie se imaginaba lo que había sucedido un par de noches atrás entre el hijo de la familia rica y la sirvienta. Tampoco a nadie se le cruzó por la mente que, desde su habitación, saldría para la casa de empleados e
Abril no podía creer que quien estuviera frente a ella era el mismo Alejandro. Ella salió por un momento pensando que se había equivocado de puerta, sin embargo, el letrero de presidente se miraba muy grande, bonito y brillante.Volvió a entrar, Alejandro estaba confundido por cómo ella estaba actuando.—¿Qué sucede? —le preguntó.—Imposible, me niego a creer que tú seas mi jefe. Ni siquiera has estado trabajando y ahora de la nada te apareces como el presidente.—¿Qué creíste? ¿Acaso te recomendaría trabajar con una empresa de la cual yo no conozco a sus dueños? ¡Qué poco interés tienes, ni siquiera te has dado a la tarea de investigar a fondo sobre tu lugar de trabajo! —se burló Alejandro.—¡Me tendiste una trampa!—¿Hay algún problema?—Sí. Es por eso que, ¡RENUNCIO! No quiero estar cerca de ti.Sabía que actuarías de esa forma. Motivo por el cual aquí te entrego una copia del contrato que firmaste ayer. Puedes leerlo con calma, punto por punto, y luego me dices si todavía sigues c
En la oficina…Abril estaba muy afanada en su computadora transcribiendo un documento para la reunión de este día. Acababa de colgar la llamada con Alejandro cuando una mujer entró de la nada.—¿Quién te crees que eres para ignorar mis llamadas?—gritó aquella mujer, creyendo que su prometido estaba allí. Pero guardó silencio al ver a la chica sentada en un escritorio en la esquina, en la misma oficina de su prometido. Por un momento, Abril pensó que se estaba refiriendo a ella. Entonces preguntó: —¿Quién eres? No te conozco.—¿Dónde está Alejandro y qué haces tú en su oficina? —cuestionó alterada al recordar que anteriormente había tropezado con ella en el elevador.—El señor Alejandro aún no ha llegado, yo soy su asistente; si gusta, puede sentarse y esperarlo.—Por supuesto que lo esperaré. Cuando él venga, quiero que salgas y nos dejes a solas—. Ordenó con prepotencia.—Está bien—. Respondió Abril, imaginando que ella es la prometida de la familia.—¡Qué haces allí, sentada, sírve
Es un hecho que Gabriela no sabe que Abril vive prácticamente en la misma casa con Alejandro. Solo siente que él se está distanciando de ella últimamente y por eso le ha pedido nuevamente que la despida y que encuentre a una nueva asistente o preferiblemente que sea un hombre, así ella estará más segura de que nunca le pagará mal.—¿Cuándo regresarás al extranjero?— preguntó Alejandro.—He decidido tomarme unas vacaciones en mi país. Mi futuro esposo ha estado solo por mucho tiempo y quiero compensarlo con mi presencia a diario.—Entiendo— respondió.Por su parte, Alejandro ya hubiese roto esa relación desde hace un tiempo, pero eso sería desobedecer la orden de su padre y romperle el corazón. Ya que, desde siempre lo han catalogado como un hijo desobediente y que, por una parte, se avergüenzan de él; son palabras que su padre le dice en ocasiones cuando lo hace enojar, pero luego le pide disculpas y le dice que todo lo hace para que él recapacite y sea un hombre de bien ahora que ya
Más tarde bajaron para asistir a la primera reunión y posteriormente fueron a cenar. Ya era bastante tarde cuando regresaron a sus respectivas habitaciones, Alejandro estaba un poco pasado de tragos y Abril estaba muy enojada porque al día siguiente, a primera hora, tenían una segunda reunión. —Te llamaré muy temprano para que te levantes, porque dudo que lo hagas a tiempo por tu cuenta. —No te preocupes, estoy acostumbrado a emborracharme, ya verás que la reunión sí se llevará a cabo en tiempo y forma. —Prometió. Abril se quedó un rato viendo un programa en la televisión antes de irse a la cama. Más tarde, cuando ya estaba dormida, se despertó por unos fuertes golpes en la puerta de su habitación. Ella se levantó y preguntó quién es.—Soy yo— respondió aquella peculiar voz.—¿Alejandro?— Ella se sorprendió. —¿Qué te pasa?—preguntó abriendo la puerta. Él estaba recostado sobre la pared, su rostro lucía colorado y un morado adornaba su mejilla.—Puedo quedarme en tu habitación, por
Finalmente, todo se solucionó y pudieron asistir a la reunión programada. Alejandro confesó que la noche anterior, después de que la dejó a ella en su habitación, volvió a salir del hotel y fue a un bar en donde se involucró en una pelea y terminó lesionado.El día se les pasó entre reuniones de trabajo y coqueteos en el tiempo libre. En cierta ocasión los inversionistas preguntaron si ellos eran pareja, obviamente que Abril lo negó de inmediato y dijo que eran buenos amigos desde la infancia y se trataban de esa manera desde siempre.Admiro tu grado de inteligencia para inventar mentiras. Dijo Alejandro cuando ya estaban acercándose a sus respectivas habitaciones.—Yo admiro lo idiota que eres—. —Por favor, no vayas a buscar problemas esta noche porque yo no voy a andar al pendiente de nuevo, vigilando que tu maquillaje continúe protegiendo tu rostro. —le advirtió en forma divertida.Él se sintió avergonzado.—Lamento causarte incomodidad—. Se disculpó. Abril se quedó con la palabra
Días después…Alejandro continúa insistiendo en que Abril viaje con él a la empresa. Sin embargo, ella se sigue negando a aceptarlo, ya que se ha prometido a sí misma que no volverá a caer en los juegos que él siempre prepara. Sabe que al final quien va a salir perjudicada será ella.Gabriela regresó nuevamente de su gira en el extranjero y lo primero que hizo fue visitar a su prometido en la oficina. A él no le agradó la sorpresa, ya le ha pedido que no se presente de repente, pero ella no hace caso… ella teme encontrarlo haciendo algo indebido.—¿Dónde está la oficina de tu miserable asistente?—preguntó, sentándose con la pierna cruzada en la silla de presidencia cuando no le correspondía.—Mi asistente tiene un nombre; llámala por Abril— aclaró Alejandro.—¿Tanta confianza le tienes para no referirte a ella como: señorita Abril, o directamente por su apellido?— reclamó.—Gabriela, tú sabes que este compromiso no es porque yo lo quiera, así que, te pido que me respetes a mí y a mis