Me levante porque no sabía ni dónde estaba. La cabeza me daba vueltas y sentí una mano en mi brazo, miré para ver quién era que me estaba tocando y era Chad, él estaba sentado al lado de mi camilla.
Me encontraba en la enfermería porque unas estúpidas me atacaron.
—Oye ¿Estás bien? —preguntó Chad acariciándome el brazo.
—Sí…, si.
Retiré mi brazo para que no me acariciara; apenas podía hablar, estaba muy aturdida.
—Es hora de irse ya, nuestras clases terminaron —Me habló él y se paró del asiento—. Te llevaré a tu casa.
Me senté en la cama y pise el piso bien frío, fue como un electroshock para mí. Me puse mis zapatillas y traté de arreglar mi cabello, busqué a la enfermera, para poder agradecerle que me permitiera dormir aquí, pero no estaba, estuvimos solos todo este tiempo.
Salí de la enfermería y me encontré con dos pares de ojos azules y unos ojos verdes. Chad, Adler y Magnus estaban fuera de la enfermería hablando en la pue
Holaa, aquí otro deleite de lectura. Gracias por leer.
Me había levantado con un humor horrible, no quería que nadie se me acercara ni mucho menos me mirase. Tenía una cara de pocos amigos. Estaba en clases del profesor Magnus, hoy me saludo muy amigable y mis compañeros empezaron a hablar sobre eso. No apareció Chad por la universidad y eso me preocupaba. Había venido más temprano para no encontrarme con ninguno de los dos, porque no los quería ver, menos a Adler. —¡Deben de poner emoción y sentimientos al dibujar! —hablaba muy emocionado el profesor. Por mi parte parecía que mi día jamás mejoraría, no preste absolutamente nada de atención a lo que él explicaba, sabía que luego me arrepentiría, no podía bajar mi promedio o la beca se me caería también. —Oye ¿Me prestas tu marcador rosa? —me preguntó Cata, busqué en mi cartuchera y se lo presté. Ese color tan llamativo y horrible estaba en mi cartuchera por mi madre que quiere que sea un poco más femenina, ni se imagina como vine hoy a la universi
No podía dormir, sentía que si dormía este día habría sido todo una farsa de mi propio cerebro, de que Adler nunca me haya pedido una cita y eso me aterraba. Me encontraba temblando en mi casa, ya estaba amaneciendo y yo no había dormido siquiera una hora, me sentía muy nerviosa. Era el primer chico después de tantos años y no es un chico normal o común ¿Qué sería un chico normal o común? Uno que no es muy conocido, que tiene amigos y no reconocido cuando va a un lugar, un chico no popular a eso me refiero, pero Adler es un chico extra famoso, por decirlo así. Me levanté de la cama, debía bañarme para que se me quitara todo el sueño que tenía encima, entré al baño y me quité la ropa; el agua estaba tan calentita. Al terminar el baño me dirigí a mi armario para ponerme lo primero que encontrase. No quería ser tan notoria de que me arreglaba para él, más que seguro se daría cuenta. Me vestí con unos jeans negro y abrigo bastante grande de color verde, mis zapatillas b
Toda la mañana me dolió la cara. Junté mis cosas tranquilamente, no había visto ni a Chad, Jessie y a Cata. Le había mandado un mensaje a cada uno, pero no me respondieron. El día no podía ser más solitario. Me puse mi mochila y camine hacia la salida del salón. Todos me miraban como si tuviera sida, con esto no quiero discriminar, pero me miraban como si tuviera una enfermedad muy contagiosa, como una leprosa, lo cual era horrible. Caminé hasta la salida de la universidad con mi mirada al piso, la verdad hoy me sentía sin ganas de hacerme la fuerte. Estaba a decidida a dejar que pase lo que tenga que pasar. Al llegar al portón me encontré con Adler y pareció como si se hubiera detenido el mundo entero, todos nos miraban. —¡Por Dios Rose! —expresó muy preocupado por mis golpes. Y se acercó a mí, era más que nada por mi aspecto que quería cancelar la cita en ese momento. Tenía el labio partido ¿Y si él me quería besar? Supongamos.Me tomó de las me
Era 17 de abril y el mes parecía sentarme de maravilla. Ya estaba lista para empezar el día. Estaba en la cocina, que yo haga el desayuno, era algo raro. Nunca desayunaba en casa, por ende jamás preparaba. Mi papá apareció por la puerta y me miró muy sorprendido. —¡Buen día, papá! Él me sonrió y tomó una taza para servirse el café, mientras yo seguía haciendo los panqueques que tanto le encantan a mi hermano, mi mamá también se hizo presente en la cocina y tuvo la misma reacción que papá. —Si van a tener esas reacciones, mejor me mudo. Ella vino y me beso todo. —Voy a llorar si te vas. Mi mamá era lo más grande que tenía en mi vida, un diamante de 90kilates. Ella también tomó una taza y se sirvió el café. Los panqueques que ya los serví en su plato. Los dos me regalaron unas sonrisas; hacía tanto que no desayunamos juntos, ellos también los sábados y domingos suelen trabajar, es por eso que nos vemos muy poco, y compart
Adler •• Me levanté de mi pequeña siesta, estaba todo sudado; era como si me mente me tentará a no más poder, me sentía tan nervioso y más porque es el día de la cita tan esperada por mí. No me canso de verla: es tan perfecta con ese cabello rojizo que me vuelve loco, hasta un punto de no saber que carajos hacer para llamar su atención. Ella me regala muy poca atención y eso a mí me estresa, porque era la única que no me demostraba que estaba loca por mí o eso es lo que creía que me esconde. Me levanté y me fui al baño, me sentía un poco fatigado; estos días han sido duro en el trabajo, me cuesta mucho y descanso muy poco. También se me sumó un problema más, Chad, él ha estado demostrando su disgusto hacia mí y a lo que trato de conquistar a Rose: una vez volvimos de la universidad, mi hermano nos había traído y Rose estaba con nosotros, pero yo lo único que pensaba era partirle la cara a Ch
Narra Adler •• Estábamos caminando, parecía que cada vez bajaba más y más la temperatura. Vi como ella estaba con sus manos muy apresadas dentro de sus bolsillos, se la veía muerta del frío. Por otra parte estaba yo, que me estaba muriendo de calor al estar al lado de ella, me sentía muy nervioso. ¡Es la primera vez que tengo una cita! Siempre fueron noches de placeres y nunca me senté a conocer a ninguna chica. —¿Quieres ir a tomar un café? —pregunté ya que todo parecía muy muerto, no había una alma en las calles. Hasta parecía que iba a nevar, el peor día para una cita. Eran apenas las 6:15 PM y el cielo se había oscurecido por completo. —Sí, me gustaría —habló ella, apenas, ya que estaba congelada por completo. Entramos en una cafetería de Starbucks, nos pidieron que nos saquemos los abrigos; ella parecía que no se lo quería quitar. Se lo sacó y ¡Wow! juro
Narra Adler •• —No te creo —Me interrumpió cuando le conté que era vendedor de sustancias. Ella me miraba como queriendo escapar de mí—. ¿Cómo puede ser que ellos vengan a atacarte? Me habló bastante enojada y acomodando su cabello, estábamos sentados debajo de un árbol porque había comenzado a nevar mucho más fuerte, mientras íbamos caminando hacia la casa de ella. Eran las 9:45PM, no había absolutamente nadie. Tenía miedo de que ella se asustará con todo lo que le estaba contando, pero parecía más que interesada, hasta quería ayudarme con mis problemas. Ella se gana mi corazón sin hacer nada. —Es que es parte de su trabajo, ser porquerías. Ella estaba muy cerca mí, al grado de poder oler su perfume, el cual me estaba endulzando hasta no más poder. —¿No hay comprobantes? —Sonreí. Su inocencia acerca del mundo de la mafia era muy grande.
Narra Rose •• Llegué a mi casa y parecía que el corazón me iba a salir del pecho, había pasado una de las mejores citas. Y con un hombre maravilloso, en mi vida pensé conocer a tal persona, a pesar de tales circunstancias que nos llevaron a conocernos; prácticamente nos conocimos y ya había probado sus labios, lo que hizo mucho más intenso todo. Me acosté y no podía más de lo alegre que estaba, me tape, no me había ni sacado el jeans, mucho menos mi abrigo que lo tenía muy mojado por la nieve. Me sentía tan en paz que no me importó mojar toda mi cama. Cerré mis ojos y me invadieron las ganas de poder dormir una vez más en sus brazos, me tomaron por completo, haciendo que me desmayará del sueño. Quería soñar con él… •• Mi celular sonaba a lo lejos, pero me sentía tan apresada, traté de levantarme, pero estaba muy enredada con