Narra Rose
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Llegué a mi casa y parecía que el corazón me iba a salir del pecho, había pasado una de las mejores citas. Y con un hombre maravilloso, en mi vida pensé conocer a tal persona, a pesar de tales circunstancias que nos llevaron a conocernos; prácticamente nos conocimos y ya había probado sus labios, lo que hizo mucho más intenso todo.
Me acosté y no podía más de lo alegre que estaba, me tape, no me había ni sacado el jeans, mucho menos mi abrigo que lo tenía muy mojado por la nieve. Me sentía tan en paz que no me importó mojar toda mi cama. Cerré mis ojos y me invadieron las ganas de poder dormir una vez más en sus brazos, me tomaron por completo, haciendo que me desmayará del sueño. Quería soñar con él…
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Mi celular sonaba a lo lejos, pero me sentía tan apresada, traté de levantarme, pero estaba muy enredada con
Holaa, dejo otro capítulo por aquí. Gracias por leer.
Estábamos caminando con Adler y Chad hacia la universidad, había un silencio bastante incómodo entre nosotros tres, por nuestra parte con Adler, estábamos que nos mirábamos cada dos segundos, pero no podíamos demostrar nada, ya que estaba Chad y no queríamos lastimarlo. El fin de semana me la había pasado hablando con Adler, fue de lo más genial, no había un segundo que él demorara en contestarme, al igual que yo. Había veces que me estaba bañando y escuchaba el característico tono que le había puesto, sacaba mi cabeza, secaba mis manos y le contestaba, y siempre se despedía con un "Que descanses Rose" solo tardaba en contestarme cuando se levantaba, porque al parecer duerme hasta más del mediodía los fin de semana y creo que es porque no trabaja. —A partir de mañana no podré acompañarlos en la caminata hacia la universidad —interrumpió Chad, sacándome de mi pensamientos tiernos hacia Adler. Nosotros nos detuvimos al mismo tiempo, pero Chad siguió ca
—Deberías hacer esto… Estábamos saliendo de clases, Jessie y Cata hablaban de algo que no preste atención. Estuve un poco distraída con todo lo que había pasado, pero rápido se me paso lo distraída cuando vi a Adler parado junto a su hermano. Vi como los dos me miraron muy enojados. ¡Más que seguro que le contó! ¡Qué boca suelta que poseía Magnus! Me despedí de las chicas y comencé a caminar hacia ellos, antes de llegar me choque con Chad, el cual no me dijo absolutamente nada; ya lo extrañaba por completo, quería que vuelva a ser el de antes. Trate de ignorarlo y seguí mi camino. Cuando llegue ellos se quedaron en silencio, siendo que yo los vi conversar mucho. —Hola Adler —saludé un tanto cabizbaja. Él me miró, pero no me saludó. Vi como desvió su mirada a algo detrás de mí. Me di la vuelta para ver qué era lo que tanto le llamó la atención y era el rubio con el que discutí. Me miró como si fuera a matarme: el frío me inundo y e
Estaba sentada en la comisaria: me sentía bastante pérdida, era como si no pudiera creer en lo que pasó. Miré a mi alrededor y me encontré con esos ojos muy celestes, me estaban observando. Se encontraba sentado en una comisaría y con esa pose de que le importa una m****a, parecía todo un modelo de categoría bad boy. Lo miré mientras me mordía el labio; no sé porque estaba haciendo eso. Él me levantó una ceja, me avergoncé y deje de mirarlo, vi como mi mamá le gritaba algo al policía y un enfermero se acercó a mí; bastante guapo. —Hola, déjame que te reviso —habló sentándose alado mío. Buscó algo en su maletín blanco, saco algodón y al parecer alcohol; lloraré, fue en lo único que pensé. Él se acerco con el algodón para ponerme en las heridas externas, cerré mis ojos y casi chillé al sentir el alcohol en mis mejillas, también al parecer tenía un corte en la frente. Volví a abrir mis ojos y ahí estaba parado Adler mirándonos. Quise sonreír pero eso me delatar
TRES DÍAS DESPUÉS• 22 de Abril. Todo había salido bien: en la universidad me habían perdonado la actitud que tuve y lo tomaron como un acto de defensa, me dejaron seguir la carrera; mi mamá inició una demanda contra la familia Müller; el Rubio ese abandonó la carrera y se van a mudar a otro país; al parecer él ya tenía varias denuncia de maltrato y de sobrepasarse con varias mujeres, un verdadero idiota. Era miércoles y tenía algo planeado. Todos estos días me la pasé hablando con Adler: me preguntaba absolutamente todo, acerca de la universidad y del juicio con el rubio; desde ese día no lo vi más, porque no me había presentado a la universidad porque estaba todo en duda de lo que iba a pasar conmigo, entonces retomaré mis clases, por ende lo veré. Y la verdad creo que pasará algo, porque ya no soporto, de verdad quiero un beso de él, siento como si tuviera hambre de sus besos. Me senté en la cama, ya me enc
Era viernes 24 de abril y la cita tan esperada había llegado. Para la noche se esperaban temperaturas muy bajas. Es por eso, que para la cita elegí ponerme mis botas de cuero negro: con suela de goma color marrón. Un jeans de un azul desgastado, mi abrigo gigante para el frío y debajo una blusa blanca; mis aros que son bastante grandes, son de un acero quirúrgico, bañado de un dorado, también combinaba con un collar del mismo material y color; uñas pintadas de un color celeste cielo, mi cabello lo llevaré en una coleta, mi bufanda negra. Lo tenía sumamente planeado y con ganas de todo. Me encontraba bañándome muy nerviosa e intentando cantar la canción de “Sexy bitch” de David guetta. Estaba tan emocionada que necesitaba gritarlo. Mis parlantes estaban a un nivel que jamás los puse; mi mamá me preguntará por eso más tarde. Salí del baño y me comencé a vestir rápido sin parar de bailar y cantar. Esta canción me había olvidado lo mucho que me gustaba.
Todo era maravilloso, la verdad no entendía porque Adler me había traído a un lugar tan lujoso y lejos como este. —¿Te gusta? —Sí, es muy bello el lugar y me asusta un poco lo lujoso que es, y yo vine con estas fachas. Me miré preocupada. —Viniste hermosa como siempre Rose. No digas tonterías. Comenzó a sonar una pieza bastante característica y muy conocida. Era una de las piezas de "Schubert" que se llamaba "Serenade" Armonizaba el lugar y daba más aire a prestigioso. Era realmente exquisito. —Ese es la pieza de Schubert ¿no? —preguntó Adler y me quedé asombrada, no pensé que escuchara música clásica. —Sí, me encanta. —A mi mamá le encantaba. —Es que ¿Cómo no enamorarse de esas melodías? —Lo mismo me decía a mí. “Una vez que dejas que tu corazón y tus oídos se endulcen con alguna melodía, no hay manera de borrar eso dulce. Es por eso que siempre queremos escuchar la misma canción una y
El viaje a casa me había dormido; lo abandoné. Él manejó tranquilo y yo dormía plácidamente en ese asiento de cuero muy caro. Cuando llegamos él me tocó suavemente el hombro y yo grité, hasta incluso le pegué por la mano, fue porque sentí que un violador me quería hacer daño, lo miré exaltada y él muy asustado, sorprendido e incluso enojado por el golpe. Le pedí mínimo mil disculpas por eso. Me bajé del auto y él también, me acompañó hasta la puerta de mi casa dónde ahí me regaló un hermoso beso, que me quedé con muchas ganas de más besos. Lo vi irse hasta el auto, subió y una vez que arrancó, desapareció de mi vista. Entré a la casa y recordando esa noche que mi corazón latía desbocado y con mucha falta de aire; me apoye por la puerta y mi cuerpo fue cayendo como en cámara lenta hasta llegar a estar sentada en el suelo y con mi espalda pegada a la puerta. Sentía que esto era un sueño, un maldito sueño del que no me gustaría despertar. Justo cuando me estaba parando, v
ADLER ••• Por fin pude declararme a Rose por fin, le hice notar mis sentimientos hacia ella y salió como lo esperaba. En todo momento pensaba en que ella no correspondería mis sentimientos, que incluso aceptó la cita para decirme que no la molestara más. Mis inseguridades que las tuve cuando salía con… ella, habían vuelto. Me animé a pedirle el auto a mi hermano, bueno de uno de los tantos; Él se sorprendió tanto, porque nunca me había esforzado para llevar a una mujer a un lugar tan lujoso. Mi hermano se había quedado tan atónito, que me dio su mejor auto; confiaba plenamente que volvería sanito, sabía que la bebida me gustaba, pero no tomaría para chocar con su auto menos estando con Rose. Sabía que su hermano menor no haría tales cosas desastrosas con su auto. Fui a buscarla y las manos me sudaban, hacía un frío a morirse, pero yo sentía que tenía fiebre, me saque el abrigo para no