Era 17 de abril y el mes parecía sentarme de maravilla.
Ya estaba lista para empezar el día. Estaba en la cocina, que yo haga el desayuno, era algo raro. Nunca desayunaba en casa, por ende jamás preparaba. Mi papá apareció por la puerta y me miró muy sorprendido.
—¡Buen día, papá!
Él me sonrió y tomó una taza para servirse el café, mientras yo seguía haciendo los panqueques que tanto le encantan a mi hermano, mi mamá también se hizo presente en la cocina y tuvo la misma reacción que papá.
—Si van a tener esas reacciones, mejor me mudo.
Ella vino y me beso todo.
—Voy a llorar si te vas.
Mi mamá era lo más grande que tenía en mi vida, un diamante de 90kilates.
Ella también tomó una taza y se sirvió el café. Los panqueques que ya los serví en su plato. Los dos me regalaron unas sonrisas; hacía tanto que no desayunamos juntos, ellos también los sábados y domingos suelen trabajar, es por eso que nos vemos muy poco, y compart
Holaa... gracias por leer.
Adler •• Me levanté de mi pequeña siesta, estaba todo sudado; era como si me mente me tentará a no más poder, me sentía tan nervioso y más porque es el día de la cita tan esperada por mí. No me canso de verla: es tan perfecta con ese cabello rojizo que me vuelve loco, hasta un punto de no saber que carajos hacer para llamar su atención. Ella me regala muy poca atención y eso a mí me estresa, porque era la única que no me demostraba que estaba loca por mí o eso es lo que creía que me esconde. Me levanté y me fui al baño, me sentía un poco fatigado; estos días han sido duro en el trabajo, me cuesta mucho y descanso muy poco. También se me sumó un problema más, Chad, él ha estado demostrando su disgusto hacia mí y a lo que trato de conquistar a Rose: una vez volvimos de la universidad, mi hermano nos había traído y Rose estaba con nosotros, pero yo lo único que pensaba era partirle la cara a Ch
Narra Adler •• Estábamos caminando, parecía que cada vez bajaba más y más la temperatura. Vi como ella estaba con sus manos muy apresadas dentro de sus bolsillos, se la veía muerta del frío. Por otra parte estaba yo, que me estaba muriendo de calor al estar al lado de ella, me sentía muy nervioso. ¡Es la primera vez que tengo una cita! Siempre fueron noches de placeres y nunca me senté a conocer a ninguna chica. —¿Quieres ir a tomar un café? —pregunté ya que todo parecía muy muerto, no había una alma en las calles. Hasta parecía que iba a nevar, el peor día para una cita. Eran apenas las 6:15 PM y el cielo se había oscurecido por completo. —Sí, me gustaría —habló ella, apenas, ya que estaba congelada por completo. Entramos en una cafetería de Starbucks, nos pidieron que nos saquemos los abrigos; ella parecía que no se lo quería quitar. Se lo sacó y ¡Wow! juro
Narra Adler •• —No te creo —Me interrumpió cuando le conté que era vendedor de sustancias. Ella me miraba como queriendo escapar de mí—. ¿Cómo puede ser que ellos vengan a atacarte? Me habló bastante enojada y acomodando su cabello, estábamos sentados debajo de un árbol porque había comenzado a nevar mucho más fuerte, mientras íbamos caminando hacia la casa de ella. Eran las 9:45PM, no había absolutamente nadie. Tenía miedo de que ella se asustará con todo lo que le estaba contando, pero parecía más que interesada, hasta quería ayudarme con mis problemas. Ella se gana mi corazón sin hacer nada. —Es que es parte de su trabajo, ser porquerías. Ella estaba muy cerca mí, al grado de poder oler su perfume, el cual me estaba endulzando hasta no más poder. —¿No hay comprobantes? —Sonreí. Su inocencia acerca del mundo de la mafia era muy grande.
Narra Rose •• Llegué a mi casa y parecía que el corazón me iba a salir del pecho, había pasado una de las mejores citas. Y con un hombre maravilloso, en mi vida pensé conocer a tal persona, a pesar de tales circunstancias que nos llevaron a conocernos; prácticamente nos conocimos y ya había probado sus labios, lo que hizo mucho más intenso todo. Me acosté y no podía más de lo alegre que estaba, me tape, no me había ni sacado el jeans, mucho menos mi abrigo que lo tenía muy mojado por la nieve. Me sentía tan en paz que no me importó mojar toda mi cama. Cerré mis ojos y me invadieron las ganas de poder dormir una vez más en sus brazos, me tomaron por completo, haciendo que me desmayará del sueño. Quería soñar con él… •• Mi celular sonaba a lo lejos, pero me sentía tan apresada, traté de levantarme, pero estaba muy enredada con
Estábamos caminando con Adler y Chad hacia la universidad, había un silencio bastante incómodo entre nosotros tres, por nuestra parte con Adler, estábamos que nos mirábamos cada dos segundos, pero no podíamos demostrar nada, ya que estaba Chad y no queríamos lastimarlo. El fin de semana me la había pasado hablando con Adler, fue de lo más genial, no había un segundo que él demorara en contestarme, al igual que yo. Había veces que me estaba bañando y escuchaba el característico tono que le había puesto, sacaba mi cabeza, secaba mis manos y le contestaba, y siempre se despedía con un "Que descanses Rose" solo tardaba en contestarme cuando se levantaba, porque al parecer duerme hasta más del mediodía los fin de semana y creo que es porque no trabaja. —A partir de mañana no podré acompañarlos en la caminata hacia la universidad —interrumpió Chad, sacándome de mi pensamientos tiernos hacia Adler. Nosotros nos detuvimos al mismo tiempo, pero Chad siguió ca
—Deberías hacer esto… Estábamos saliendo de clases, Jessie y Cata hablaban de algo que no preste atención. Estuve un poco distraída con todo lo que había pasado, pero rápido se me paso lo distraída cuando vi a Adler parado junto a su hermano. Vi como los dos me miraron muy enojados. ¡Más que seguro que le contó! ¡Qué boca suelta que poseía Magnus! Me despedí de las chicas y comencé a caminar hacia ellos, antes de llegar me choque con Chad, el cual no me dijo absolutamente nada; ya lo extrañaba por completo, quería que vuelva a ser el de antes. Trate de ignorarlo y seguí mi camino. Cuando llegue ellos se quedaron en silencio, siendo que yo los vi conversar mucho. —Hola Adler —saludé un tanto cabizbaja. Él me miró, pero no me saludó. Vi como desvió su mirada a algo detrás de mí. Me di la vuelta para ver qué era lo que tanto le llamó la atención y era el rubio con el que discutí. Me miró como si fuera a matarme: el frío me inundo y e
Estaba sentada en la comisaria: me sentía bastante pérdida, era como si no pudiera creer en lo que pasó. Miré a mi alrededor y me encontré con esos ojos muy celestes, me estaban observando. Se encontraba sentado en una comisaría y con esa pose de que le importa una m****a, parecía todo un modelo de categoría bad boy. Lo miré mientras me mordía el labio; no sé porque estaba haciendo eso. Él me levantó una ceja, me avergoncé y deje de mirarlo, vi como mi mamá le gritaba algo al policía y un enfermero se acercó a mí; bastante guapo. —Hola, déjame que te reviso —habló sentándose alado mío. Buscó algo en su maletín blanco, saco algodón y al parecer alcohol; lloraré, fue en lo único que pensé. Él se acerco con el algodón para ponerme en las heridas externas, cerré mis ojos y casi chillé al sentir el alcohol en mis mejillas, también al parecer tenía un corte en la frente. Volví a abrir mis ojos y ahí estaba parado Adler mirándonos. Quise sonreír pero eso me delatar
TRES DÍAS DESPUÉS• 22 de Abril. Todo había salido bien: en la universidad me habían perdonado la actitud que tuve y lo tomaron como un acto de defensa, me dejaron seguir la carrera; mi mamá inició una demanda contra la familia Müller; el Rubio ese abandonó la carrera y se van a mudar a otro país; al parecer él ya tenía varias denuncia de maltrato y de sobrepasarse con varias mujeres, un verdadero idiota. Era miércoles y tenía algo planeado. Todos estos días me la pasé hablando con Adler: me preguntaba absolutamente todo, acerca de la universidad y del juicio con el rubio; desde ese día no lo vi más, porque no me había presentado a la universidad porque estaba todo en duda de lo que iba a pasar conmigo, entonces retomaré mis clases, por ende lo veré. Y la verdad creo que pasará algo, porque ya no soporto, de verdad quiero un beso de él, siento como si tuviera hambre de sus besos. Me senté en la cama, ya me enc