Risas, Lagrimas y Amor.
Risas, Lagrimas y Amor.
Por: Skuro-Tabis
Prólogo.

Una voz se escuchó en todo el lugar. El enorme invernadero, en lugar de estar lleno de vida, se veía lúgubre y deprimente. Las plantas marchitas se enredaban en estructuras oxidadas, y el aire estaba cargado de una humedad fría y penetrante. La voz era neutral, como si surgiera de la nada, y dijo: "Las condiciones se han cumplido. Se puede cumplir un deseo."

De repente, se oyó otra voz, la de una mujer, quebrada y sollozante, que rogaba desesperadamente – Por favor... Por favor... Tráelo de regreso a mi lado – Su voz resonaba en el invernadero vacío, mezclándose con el sonido de gotas de agua que caían esporádicamente del techo, las lagrimas se deslizaban por sus mejillas sin descanso y el dolor en su pecho solo crecia. 

La voz neutral respondió, imperturbable: "La resurrección no puede ser posible."

La mujer, al borde del colapso, dejó escapar un sollozo profundo y suplicó con más fuerza – Por favor... Por favor... Sólo quiero que regrese – Sus manos temblorosas se aferraron a su propio rostro, sus ojos hinchados por las lágrimas y su cuerpo sacudido por el dolor –Por favor... Yo quiero que él sea feliz, ¡por favor! – gritó con una desesperación que parecía romper el aire, revelando su más profundo deseo.

La voz neutral permaneció inalterada: "Reconsideración del deseo. No se puede cumplir completamente. Sin embargo, se tendrán que hacer algunas modificaciones para el cumplimiento del deseo."

Una luz brillante envolvió el invernadero, cegando momentáneamente a la mujer. En su mente, los recuerdos de momentos felices se mezclaban con la angustia de la pérdida. Ella recordó su sonrisa, el calor de su abrazo, y la risa que ahora solo existía en su memoria. La desesperación por recuperar esos momentos la consumía, y se sentía atrapada en un ciclo interminable de tristeza. Porque... porque ya no podia, ya no podia resistir vivir en un mundo donde él no estuviera, por que fue solo él quien pudo traerle alegria, luz y amor a su vacia existencia, justo cuando ella estaba al borde del presipicio dispuesta a saltar y entregarse al frio abrazo de la muerte, en un intento de escapar de todo y todos los que la habian abandonado. Pero él llego y tomo su mano para guiarla por un camino de flores... solos ella y él en su pequeño mundo en este invernadero que antes fue su prisión, pero no les podian dejar ser felices ¿verdad? 

Mientras la luz llenaba el lugar, sus pensamientos se volvieron confusos – ¡¿Qué modificaciones? ¿Qué significa eso?! – pensó, pero no tenía fuerzas para formular las palabras. Sentía como si su corazón estuviera siendo arrancado de su pecho, pero al mismo tiempo, una chispa de esperanza se encendía en su interior. 

La luz comenzó a disiparse, dejando tras de sí una sensación de calma inesperada. El invernadero seguía lúgubre, pero había algo diferente en el aire. La mujer, con lágrimas todavía rodando por sus mejillas, miró alrededor con ojos nuevos, buscando una señal, una respuesta a su deseo desesperado.

– Lo que sea necesario – murmuró, su voz apenas un susurro, pero llena de determinación – Haré lo que sea necesario para que él sea feliz.

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