“Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si quereis probar el carácter de un hombre, dadle poder.- Abraham Lincoln”
Antes de poder abrir siquiera mi boca, Ethan se apresuró a apretar mi mano y a responderle a la princesa.
-No es mi juguete, Aïcha. Y si vuelves a dirigerte a ella, hazlo con respeto, o sino lo consideraré traición a la corte de Luz.
Ella abrió los ojos sorprendida, mientras su madre soltaba una sonora risa.
Tómalo perra.
La reina no parecía para nada ofendida, en todo caso, divertida. -¿En serio entrarías en guerra por una humana? – Ethan pareció titubear, cosa que hizo que mi pecho se oprimiese en espera de su respuesta.
-No es una humana, es mi futura prometida. – Ethan sonó tan seguro al decir aquellas palabras que estuve a punto de saltar sobre él.
Sin poder evitarlo, una sonrisa satisfecha decoró mis labios.
La princesa, que parecía realmente estupefacta ante esa información, no tardó en hablar, - no puedes casarte con una humana. Ella no puede ser reina de una especie a la que no pertenece, por no decir que el linaje ni siquiera sería feérico, serían como bastardos.
Sus palabras estaban bañadas en un veneno tan puro que casi me entraron ganas de estremecerme.
Ella realmente me despreciaba.
Y, aunque por un momento quise que Ethan hablase, decidí que era mi deber enfrentar a aquella arpía.
-No creo que eso te incumba demasiado cuando no estamos hablando de la corte Oscuridad. Hoy se os ha convocado para algo que no tiene nada que ver con lo referente a mi matrimonio con Ethan. – Le dediqué una mirada neutral a la princesa, esperando parecer lo más segura posible de mis palabras a pesar de las miradas de todos sobre mi. – Y me gustaría que fueseis más madura, y nos centrásemos en el motivo principal de esta reunión.
Ella alzó una ceja, y cuando estuvo a punto de hablar, la detuve, - dejemos el tema de mi relación con Ethan aparte. Ya que nuestro matrimonio, y el linaje será asegurado, a pesar de tu maravillosa contribución contra mi, claro.
Le sonreí falsamente, mientras sentía como Tyler reía levemente, y Ethan esbozaba una sonrisa mientras acariciaba mi mano con su pulgar.
Iris rió de pronto, haciendo a su hija ruborizarse, - es inteligente y audaz, de eso no cabe duda.
La reina me miró tras sus palabras, dedicándome una mirada feroz.
Fruncí el ceño desconcertada por el comportamiento de Iris, ya que ella normalmente apoyaría a su hija en la misión de ridiculizarme.
Y entonces, confirmando mis palabras, continuó hablando, - aunque te aconsejo que no le hables así a mi hija. O eso también será considerado traición.
En ese instante quise contestarle y mostrarle cuan audaz podía ser, pero Ethan apretó mi mano como advertencia.
-Bueno, vamos a hablar del tema principal, como bien ha dicho Helena.
Aïcha, ante la mención de mi nombre, le dedicó a Ethan una sonrisa ladeada, - Gracias por decirme su nombre, tesoro.
Y yo, al escuchar ese apodo salir de sus asquerosos labios, estuve a punto de empezar a correr hasta ella y clavarle la daga que llevaba escondida en la cara interna de mi muslo.
Pero simplemente no lo hice porque no sería yo quien comenzara una guerra. Y además, debía ser más madura que eso.
Así que simplemente apreté mis labios hasta convertirlos en una fina línea, y contuve mis ganas de estrangularla.
Estrangular.
No sabía por qué, mientras Ethan nos conducía al enorme comedor, esa acción sonaba tan familiar para mi.
¿Me habían estrangulado?
No, no que yo recordara. Pero, tal vez…
Tal vez en la prueba me hubiesen estrangulado.
-Y…, bueno, ¿qué es de lo debemos hablar esta noche tan sumamente importante?
La voz de Iris resonó por el enorme comedor, al que ni siquiera recordaba como había llegado.
Iris se sentó en una de las cabezas de la mesa, con sus hijos a sus dos extremos.
Ethan hizo lo mismo, pero en este caso, yo y Tyler estábamos a sus lados.
No sabía a donde habían ido los guardias de la corte Oscuridad, además de los que se hallaban ahora mismo detrás de la reina, yo sabía que había mas. Además de los esclavos humanos.
Ese solo pensamiento hizo revolver mi estómago, quitándome las pocas ganas de comer que me quedaran.
Miré hacia Ethan, esperando su respuesta, aunque él parecía desinteresado mientras le dedicaba una engañosa sonrisa a la reina.
-Primero comamos. – La voz de Ethan parecía cortés y amable, aunque yo sabía que tenía miedo. No podía arriesgarse a meter la pata y acabar con el débil tratado de paz que mantenían las cortes. Tenía que hacerlo por sus padres. El rey Oberón y la reina Titania.
Sí, las obras de William Shakespeare y las leyendas humanas eran ciertas, al menos en parte.
Oberón y Titania murieron hacía décadas en una guerra que supuso el fin del tratado de paz entre Luz y Oscuridad. Ya que, en cambio a lo que cuentan las leyendas, las cortes se llamaban Luz y Oscuridad, no Invierno y Verano.
Y después de años de luchas, batallas y muerte, entre ellas las de los reyes de ambas cortes, sus herederos tuvieron que tomar el mando. Ante eso, Ethan e Iris, tuvieron que firmar un tratado de paz para no acabar con sus ya dañadas cortes en el intento de otra guerra.
-O al menos esperemos al vino, porque hoy debo emborracharme. – Detuve mi retahíla de pensamientos ante las decididas palabras de Tyler, y estuve a punto de soltar una carcajada.
Ethan, en cambio, si rió. Y Tyler estuvo a punto de seguir hablando pero antes de poder escuchar sus palabras, las doncellas se acercaron para servir los platos.
En ese momento, una doncella se acercó a mi con una enorme olla, y al servir la sopa un poco del contenido cayó en mi vestido, haciéndome sisear ante el calor repentino.
-Perdone mi insolencia señora, - asentí y miré a la mujer pelirroja con amabilidad.
Años antes mi madre estuvo en su lugar, así que nunca trataría como inferior a alguien del servicio.
Esta pareció sacar un paño de su vestido, y empezó a limpiar el estropicio que era ahora mi ropa.
Los ojos de la doncella se abrieron por algo parecido al miedo y una sombra cruzó por su rostro.
Fruncí el ceño ante su extraño comportamiento e incluso me planteé en apartarla, pero ella parecía desesperada mientras limpiaba mi vestido con rudeza y rapidez, cosa que no entendí en un principio, hasta que sentí algo afilado apuntando hacia mi estómago.
Exhalé bruscamente por el miedo, y de pronto noté como la mujer era bruscamente lanzada hacia atrás, y un bonito rostro me miró con salvajismo desde su lugar.
Las exclamaciones de Aïcha y sus madre se escucharon claras, mientras Ethan y Tyler volcaban sus sillas hacia atrás con rapidez para levantarse.
Kilian, el heredero de Oscuridad, se hallaba donde antes había estado la doncella y antes de poder pensar en lo que acababa de ocurrir, los gritos comenzaron.
“ℂuando te vi me enamoré, y tu sonreiste por que lo sabías. "-¡Proteged a la realeza! – Los gritos en un segundo tomaron el castillo, sumiéndolo en la peor de las catástrofes.Y mientras alguien tiraba de mi brazo, mis pensamientos siempre eran los mismos.Yo podía haber evitado esto. Yo lo sabía.Y alguien de la corte Oscuridad también, e iba a averiguar quien era.-¡Helena! ¡Muévete!Mi mirada estaba observando al hombre que me gritaba a esas palabras, pero mi mente estaba tan lejana que apenas percibía el bullicioPero entre esa enorme niebla mental que me abrumaba, un solo pensamiento me hizo mantenerme cuerda.Melanie.Mi hermana también estaba aquí, pero ella estaba desprotegida.-Mi hermana. Tengo que buscarla.Mi voz estaba entrecortada y temblorosa debido al miedo, mientras me levantaba con ayuda de Kilian de la silla.Él ni siquiera me respondió, y yo tampoco se lo exigí.Por un instante me preg
“Todo hombre alimenta un secreto sueño que no es la bondad ni el amor, sino un desenfrenado deseo de placer y egoismo. – Grabriele D' Annunzio”Entonces los guardias abrieron las puertas de la habitación que compartía con Ethan. Ante mi apareció la enorme estancia, y erguido sin un solo rasguño, me recibió mi futuro prometido. Las puertas volvieron a cerrarse con un sordo ruido, y entonces, exhalé enfadada, -¿Quién crees que eres para hacerme venir contra mi voluntad? ¡A mi, Ethan! ¡A la persona que se supone que amas! Mis gritos tronaron en la habitación, acallando el silencio que aguardaba segundos antes. -Mi hermana no aparecía, ¿sabes? ¡Y tu guardia estuvo a punto de dejarla para salvarme a mi! Y no solo eso, ¡en mitad de todo esto vinieron tus guardias y no tú a buscarme, y podías haberlo hecho por que apuesto lo que sea a que has estado todo el tiempo aquí! Solté el aire que había contenido al grit
“Somos facilmente engañados por aquellos a quienes amamos. – Molière”-¿Qué? Eso es imposible. Las brujas no han podido entrar a este mundo.Kilian alzó una ceja, mientras se giraba hacia Tyler, - veo que tenéis a la humana como un simple adorno adorable.Fruncí el ceño, ofendida por sus palabras.-Primero, no soy un adorno. Y segundo, no me vuelvas a llamar adorable.Kilian parpadeó y mientras posaba su vista en mi parecía que era la primera vez que se percataba de mi presencia.-Perdona, pero, ¿en qué momento hemos pasado a tener la confianza como para que me hables así?Bufé, hastiada, - justo en el momento en el que has llegado y te has entrometido en una conversación privada.Tyler carraspeó, notablemente abrumado, - bueno, señora, príncipe, buenas noches.Él hizo una
“La verdad rara vez es pura, y nunca simple. -Oscar Wilde”-Señora, ¿está bien?Aparté mi fija mirada del escritorio, y la fijé en la doncella.Separé mis entreabiertos labios, y mientras tragaba saliva las mismas palabras bailaban en mi cabeza.-Las brujas vinieron a por ti, preciosa.-Si Helena se entera de esto nunca me perdonaría.Y aún así, a pesar de eso, lo echaba tanto de menos…-¿Señora?Mi perdida mirada se giró hacia ella, y disipando la niebla que atormentaba cada pensamiento, hablé, - si, estoy bien.Ella asintió con una sonrisa, -ah, y otra cosa. Llame al príncipe Kilian, dile que es urgente.Noté como la doncella frunció el ceño durante unos instantes, y la sospecha deslumbró en sus ojos.Pero, sin decir nada más, se giró musitan
“La peor forma de extrañar a alguien es estar sentado a su lado y saber que nunca lo podrás tener. -Gabriel García Márquez”Parpadeé lentamente, mientras mis pupilas se asimilaban a la oscuridad. Las mantas me cubrían dándome calor, como un refugio escondido, y mientras los porrazos en la puerta despertaban mis agotados sentidos, supe al instante quien era. Aparté las múltiples mantas de mi cobijo, y apoyé mis descalzos pies en la fría madera, mientras me preparaba mentalmente para lo que iba a pasar a continuación. Me abrigué con una bata de terciopelo, mientras me acercaba a la puerta aporreada. Abrí esta, mientras un suspiro tembloroso salía de entre mis labios, y mi organismo se agitaba por nerviosismo. -Amor. Las palabras golpearon contra mi como una puñalada, mientras los azules ojos de Ethan me recibían. Por un instante estuve a punto de saltar a sus brazos y perdonarle cada fallo que cometió. Estuve a punto de pe
“El corazón fue hecho para ser roto- Oscar Wilde “Mis pies parecían pesados sacos mientras intentaba seguir el ritmo de mis acompañantes, quienes no intentaron ni por un solo segundo aminorar su paso, por lo que la diferencia de distancias era notoria. Ahora, mientras corría sin aliento intentando no ser atrapada, era consciente de mi absurda decisión. Si, Ethan me estaba ocultando algo, y sí, probablemente esta sería la primera vez que pisara alguna franja de tierra fuera de Luz. Pero, ¿eso merecía la pena a cambio de una enorme pelea, y probablemente poner en riesgo mi relación con Ethan? ¿Solo por pisar territorio desconocido asumiría las consecuencias de un castigo?No, probablemente con la mente fría no lo haría. Pero mientras corría, sudorosa y confundida de la razón por la cual había llegado a esto, estaba segura de que ya no podía retroceder. -Helena, ¡cuidado! – fruncí el ceño ante la alterada voz de Kilian, mientras miraba sobre mi ho
Mis ojos apenas se habían acostumbrado a la oscuridad del castillo cuando, al girarme, encontré justamente a la persona que estaba buscando. -¿Cómo sabías que te estaba buscando? – Pregunté mientras me giraba hacia Kilian. El príncipe se encontraba apoyado en una impoluta pared con una burlona sonrisa decorando sus rojizos labios. - ¿Quién ha dicho que lo supiese? Bufé, irritada por sus respuestas. Respuestas que realmente, no resolvían ninguna pregunta. – ¿Por qué sino estarías esperando? Kilian alzó una ceja, - ¿por qué el amor, con la venda en los ojos puede, siendo ciego imponer sus antojos? Fruncí mis labios, totalmente perdida ante su nueva respuesta. - ¿Qué? Él simplemente rió, separándose de su cómoda posición contra la pared. – Shakespeare. El creador humano de las historias que nos narran. Rodé los ojos ante su engreída respuesta. Él realmente tenía buena memoria literaria, pero debería ser un poco más humilde. -Sé qu
Extrañamente no había sido complicado pasar por aquel muro. Killian me había ayudado todo lo que podía y, sinceramente, preferí no abrir los ojos mientras él me ayudaba a subir. El moreno no habló mucho más conmigo mientras nos adentrábamos en aquel inmenso bosque. Hacía algunos minutos habíamos empezado a escuchar el barullo de Luz, mientras toda la ciudad se levantaba. Preferí no pensar en cómo dentro de pocas horas ya habrían dado voz a la desaparición de la futura reina Helena.Zarandeé una larga rama que estuvo a punto de golpetear mi frente, mientras me deshacía de aquellos pensamientos.Ethan.-¿Pensando en un príncipe? – Inquirió Killian, quien se encontraba a metros de mi, avanzando a pasos agigantados por la maleza.-Ethan es un rey. – Repliqué.El moreno me miró sobre su hombro mientras esbozaba una sonrisa.-No me refería a él.Entrecerré los ojos en su dirección, - yo que tú dejaría los juegos, Killian. Estas aqu