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Capítulo 3

Alejandro le ordenó a su mano derecha que arreglara el asunto con los paparazzi y con Maxwell, que debió comprarle un auto nuevo.

—Estoy cansado de que Camila actúe así ¿Cuándo fue que permití que sucedieran este tipo de cosas?

—Creo que le diste demasiadas libertades, Alejandro —contestó Damián, su gran amigo.

—¿Qué crees que deba hacer?

—Sabes muy bien que Camila siempre ha sido consentida y ha tenido todo lo que quiso, aunque jamás se había comportado de esta manera. Últimamente sale en todas las tapas de revistas, estando ebria, con muchos famosos con mala reputación y es absolutamente irresponsable con todo lo que se le encargue. A este paso las cosas terminarán muy mal.

—Creí que hacía bien las cosas con ella —suspiró dolido— ¿Y si la pongo a prueba?

—¿En qué piensas?

—Si Camila me demuestra que puede ser responsable, le devolveré todo —Damián lo miró con las cejas fruncidas—. No me malinterpretes, quiero lo mejor para ella. Camila necesita madurar, pero tiene que aprender a ganarse las cosas que quiere.

—¿La mandarás a trabajar en otro lugar?

—Algo así —murmuró— ¿Recuerdas la hacienda que hemos comprado con Mariano cuando éramos jóvenes?

—Si... Pero es en la mitad del campo, en un pueblo pequeño... No pensarás...

—Hablaré con Lourdes, le pediré ayuda para que encamine a Camila ¿Crees que pueda lograrlo?

—Lourdes es la mujer más correcta que conozco, si ella no puede hacer algo con Camila, no sé quién pueda. ¿Se ha quedado definitivamente allí?

—Si, eso es lo que dijo Cris. Quiere recuperar las tierras y aprovecharlas, ahora tiene un lugar donde se siente mejor.

—¿Hablaste con ella después de lo que pasó? —Alejandro hace una mueca.

—Siempre llamo para ver cómo está, pero no hablamos sobre eso aún. Tenemos esa charla pendiente.

—Ella estará bien —suspira—. Y con respecto a Camila, creo que será la mejor opción.

Alejandro asintió convencido, aunque sabía que su hija no le gustaría para nada, pero no le quedaba ninguna opción, ya que el otro camino era ir a prisión, porque Maxwell la había denunciado por robo y daños a su vehículo.

Bueno, no tan a ese extremo, él podría arreglar las cosas con ese hombre, pero no había otra opción con respecto a sacarla del campo por un buen tiempo.

Golpeó insistente la puerta del departamento de Camila unas horas más tarde. La mujer se despertó asustada, intentando mover el cuerpo de Nicolás a su lado.

—¡Nicolás, despierta! —toca su brazo y el hombre se queja.

—¿Que? —preguntó sin entender

Escucha como la puerta principal se abre y maldice por lo bajo. De repente todo el mundo tiene una llave de ahí y entra como su fuera una feria americana.

—Camila, vístete que te espero en la cocina. ¡Ahora! —su padre parecía enojado

Ella se viste rápidamente mientras mira como su amigo se queda en la cama, sin intensiones de moverse.

—¿Cómo m****a llegamos a tu departamento? —pregunta él.

—Llegamos y nos pusimos borrachos como la m****a. Terminaste durmiendo conmigo porque la habitación de invitados se quedó sin cama —rasca su cabeza mientras busca un par de zapatillas— ¿Porqué?

—Porque me duele la cabeza —suspira—. Voy a dormir —anuncia— ¿Me llamas y me dices si todo va bien con tu padre?

—Duerme e intenta no hacer ruido. Lo único que me falta es que piense que estamos juntos.

—Eres como mí hermana, que asco —ella pone los ojos en blanco y termina de peinarse.

Camila abrió la puerta de su habitación una vez que estuvo lista y caminó hacia la cocina, sintiendo el aroma a café caliente y quiso gemir de gusto.

—¿Qué pasa? —pregunta sin entender.

—Pasa que tenemos que hablar, Camila. Y muy, muy seriamente.

—Por favor, ni siquiera tengo que trabajar ahora. ¿Qué es tan urgente como para que irrumpas en mi casa por la mañana?

—¿Mañana? —él se ríe sin gracia, sabiendo que era cerca de las tres de la tarde.

—Es la mañana para mi —se queja, poniendo los ojos en blanco

—¿Alguna vez te dijeron que las cosas que estás haciendo traen consecuencias? —interrumpió su padre, dándose la vuelta para llevar dos tazas de café a la mesa

—No empieces con tus cosas —suspiró cansada.

—¿Mis cosas? —rió sin gracia—. Tenés veinticuatro años, Camila ¿Cuando fue que diste un volantazo a tu vida y te convertiste en esto?

—¿En esto? —preguntó con una ceja levantada

—¡Mírate! ¿No te das cuenta de cómo estás actuando en este momento? ¿Cómo me tratas?

—Papá... —hizo un puchero pero Alejandro negó con la cabeza.

—¡No! Siempre te he dado y facilitado todo lo que quisiste, Camila. Fuiste una excelente estudiante y una excelente hija durante todos estos años ¿Porqué ahora actúas como una idiota?

—No me...

—Creí que te había dado una buena educación y tenías suficientes valores como para ser una mejor persona.

—Soy buena en todo lo que hago ¿Qué es lo que querés?

—¡Quiero que madures de una vez!

—Soy una mujer madura, tengo títulos, mi propia casa, mis autos y tengo una vida muy feliz...

—¿Y cuántas de esas cosas ha sido por tu propio esfuerzo? ¡Esos amigos que te has conseguido solo están quemándote la cabeza ! ¿Desde cuándo estar en revistas mediáticas ha estado en tu lista de prioridades?

—¡Dios! —murmuró sabiendo lo que se venía

—Haz estudiado duro muchos años como para que tires tu imagen por cosas como éstas, Camila ¡Si quieres ser una famosa diseñadora y tener tu lugar debes dejar de hacer el ridículo!

—Quizás no quiera hacerlo... —mintió para no darle la razón

—¿Entonces que pretendes? ¡Jamás te he obligado a estudiar diseño! ¡Has tenido a libertad en elegir lo que te gustara! ¡No quiero seguir financiando tus escándalos!

—¡Pero, Papá...

—¡Maxwell te ha denunciado, Camila!

—¿¡Que!?

—¡Le destrozaste todo el auto y te llevaste una cadena de oro! ¡Mierda! ¿Desde cuando eres una ladrona?

—¡Lo encontré cogiendo con una mujer! ¡Yo le había regalado esa puta cadena de oro!

—Que vocabulario —niega con su cabeza— ¿Tenés idea de las consecuencias de lo que hiciste?

—¿Qué me harán? ¿Meterme presa?

—Si —la cara de Camila se pone pálida al ver la seriedad de su padre

—¿Qué? ¿Me hablas en serio?

—¡Como siempre he solucionado tus problemas! —Camila sonrió— ¡Es la última vez! De ahora en más te arreglarás sola —su sonrisa murió—. El único dinero que tendrás es el poco que  trabajaste ese mes en la empresa...

—¿Qué decís?

—Vos elegís, Camila. Haces las cosas a mi manera o retiro mis movimientos y ves que haces en la justicia.

—¡No podes hacer eso!

—Puedo hacerlo, como tu padre y como tu jefe —suspira—. Ya estoy cansado, este ha sido mi limite ¿Lo entiendes?

—Solo fue un momento de enojo, jamás hice algo parecido.

—Un momento de enojo que hizo tu reputación una m****a. Ni siquiera puedo calcular el dinero que le di a los paparazzi para que no publicaran todas las cosas que tenían. Tuve que bajar todo, absolutamente todo.

—Bueno, entonces está solucionado —intenta convencerlo.

—Solucionado una m****a. Los medios se enteraron de que él te denunció y está por todos los portales, aunque las fotos del momento hayan desaparecido. ¿Entiendes eso? ¿Te das una idea de toda la m****a que está pasando alrededor?

—No puede ser —murmura impactada—. ¿Ellos están hablando de mi? ¿Que dicen?

—No importa que dicen. Puedo intentar que esto desaparezca, sabes que si. Pero estando acá no ayudas en nada, seguirás saliendo como siempre y esto será algo que no podemos acabar jamás.

—No saldré, lo prometo —suspira—. Mira, sé que fue un momento de m****a y te pido perdón, pero no va a volver a pasar.

—No, sé que no va a volver a pasar. Y juro que pensé mucho en esto, estuve toda la mañana intentando pensar que era lo mejor y tuve que llegar a una sola conclusión.

—¿De que hablas?

—Hablo de que te vas a ir de la ciudad.

—¿Qué?

—Te irás al campo, Lourdes te recibirá en la hacienda y la ayudarás con el trabajo allí. No puedo hacer otra cosa por ti, todo esto va más allá de cualquier arreglo con la prensa, de cualquier cosa incluso.

—No, no y no. Tiene que haber otra forma. No quiero irme. ¿Dónde m****a queda ese lugar?

—Está a tres horas de aquí, en el pueblo de Medalí. Creéme, es tu mejor opción.

—¿¡Cómo va a ser mi mejor opción!?

—¿Y que m****a quieres que haga, Camila? ¿Tienes ganas de enfrentarte a toda la prensa y decirle lo que pasó? ¿ O querés ir a dar declaraciones a la comisaría?

—Dijiste que habías arreglado el asunto.

—Si, pero como lo soluciono puedo también deshacer todo. Hago lo que puedo, son demasiadas cosas que tengo que hacer para mantenerte limpia y aún así sigues haciendo cosas que no corresponden. Esto fue lo que terminó de agotarme, en los últimos meses le he pagado como tres sueldos o más a los paparazzi para que no publicaran nada. ¿Hasta cuando?

—Esto fue diferente.

—Si, realmente lo fue. Y no sé porqué agradezco aún que todo no haya sido peor. ¿Dónde está Nicolas?

—Durmiendo.

—Nicolás fue el único con mínima sensatez para sacarte de allí. Cuando se levante dile que quiero que vaya a mi oficina.

—¿Para qué?

—Quiero hablar con él —suspira—. Y esa amiga tuya, Denise. Es mejor que se mantenga alejada de ti, no la quiero en el pueblo, te lo advierto.

—¿Ahora que tenés en contra de mi amiga?

—¿No te parece suficiente que desde que ella llegó todo se fue a la m****a? —frota su rostro—. Ya no quiero discutir, solo tenés que hacer lo que te corresponde.

—No voy a ir.

—Si vas a hacerlo, Camila.

—¿Me ves levantando m****a de animales? —preguntó mostrando sus uñas esculpidas— ¿Crees que podes manejar mí vida?

—Voy a hacer lo necesario para que hagas las cosas de una buena vez por todas. Y tampoco estés muy cómoda, Cristian va a venir a buscarte, en cuatro horas.

—No, no voy a irme hoy ¿Cómo se te ocurre?

—No fue una pregunta. Agarra tus valijas, prepará lo que sea que vayas  a llevar y espera a Cristian.

—Es una locura —murmura

—Una locura es que pierdas todo en unos pocos meses. Y no me vengas a dejar como el malo de la película cuando he estado aguantando todo tipo de cosas durante este tiempo-

—Voy a hablar con Max.

—Ni se te ocurra. Lo único que vas a lograr es que desista del acuerdo y de el pase libre para los medios. Deja las cosas como están y prepara todo. No quiero enterarme de que le haces una escena a Cristian porque voy a llevarte yo mismo —suspira—. Me voy, te llamo antes de que él llegue.

La miró por última vez y dejó la taza en su lugar antes de retirarse. Era entendible lo que el hombre planteaba, desde que ella conoció a Denise no paró de hacer escándalo tras escándalo, saliendo por todos los portales de noticias que luego casualmente borraban todo.

Eso solo tenía un nombre, y era dinero. Dinero que su padre vivía poniendo para que ella no fuera expuesta, pero para entonces, las personas ya habían leído todo y los rumores se corrían.

Camila siempre había expresado lo maravillada que estaba con entrar al mundo de la moda siendo diseñadora, ella era la futura estrella de la empresa y de repente todo comenzó a ir mal. lo único que él quiso es mantener las cosa que más podía para que cuando ella se diera cuenta, aún tenga la oportunidad de tener una buena reputación en el ambiente.

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