—Contigo no quiero ir a ningún lugar —su lágrimas comenzaron a derramarse—. No lo puedo creer, Alex. De verdad, es todo lo bajo de podías caer.
—Cameron... —Alex intentaba acercarse a él
—¡No vuelvas a tocarme! —sentenció— ¿Cuando mierda planeabas decirme que te habías casado? ¡Con una mujer!
Chloe miraba todo desde afuera, podía oír las voces de Alex y Cameron, pero aún no veía a Lena ni ella tampoco.
—No lo entiendes...
—¿Que quieres que entienda? ¿Te estás dando cuenta de todo lo que hiciste?
La luna brillaba en todo su esplendor en aquella noche de verano, dándole a Camila una hermosa vista desde su baño mientras desanudaba la bata de seda. Las burbujas estaban esperándola en aquella enorme tina mientras que la música sonaba por los altavoces. Ella, con una sonrisa en el rostro se sumergió en el agua tibia mientras tarareaba las estrofas de su banda favorita. El día había sido agotador, según ella, el centro comercial y la visita obligada a la empresa de su padre la había estresado a niveles inesperados. Camila con solo veinticuatro años se había recibido de diseñadora de modas y recientemente obtuvo un título en Máster marketing de moda, tiene su propio penthouse enPuerto Madero donde almacena tres de sus cinco autos de lujo.
Sarah la tomó de la mano para entrar en el hotel. La música invadió sus oídos y comenzaron a bailar mientras saludaban a muchos de sus amigos, incluso Justin Luke, la gran estrella de fútbol, se acercó a Camila para darle un abrazo. —Tenemos que ir al VIP, es en el segundo piso —dice Justin tomándola de la mano. Esto no era extraño para nadie, cuando tienes dinero y vas a lugares como este puedes hacerte amiga hasta del hijo del presidente. Camila fue saludada y elogiada por todos los que se cruzaban en su camino. Ella subió las escaleras mientras recibía un trago de Denise. Su mirada se perdió en el pasillo de abajo, dónde había un hombre muy parecido a su novio, pero creyó que estaba alucinando, había demasiadas personas y era i
Alejandro le ordenó a su mano derecha que arreglara el asunto con los paparazzi y con Maxwell, que debió comprarle un auto nuevo. —Estoy cansado de que Camila actúe así ¿Cuándo fue que permití que sucedieran este tipo de cosas? —Creo que le diste demasiadas libertades, Alejandro —contestó Damián, su gran amigo. —¿Qué crees que deba hacer? —Sabes muy bien que Camila siempre ha sido consentida y ha tenido todo lo que quiso, aunque jamás se había comportado de esta manera. Últimamente sale en todas las tapas de revistas, estando ebria, con muchos famosos con mala reputación y es absolutamente irresponsable con todo lo que se le encargue. A este paso las cosas terminarán muy mal. —Creí que hacía bien las cosas con ella —suspiró dolido— ¿Y si la pongo a prueba? —¿En qué piensas? —Si Camila me demuestra que puede ser responsable, le devolveré todo —Damián lo miró con las cejas fruncidas—. No me malinterpretes, quiero lo mejor para el
Pov Camila —¡No sé de que te reís, idiota!—gruño y le tiro la miga de tostada que hay sobre la isla de la cocina. Nicolás está tentado como si le hubiesen contado el mejor chiste de su vida. —Es que de verdad te imagino en el medio de un campo y no logro entender cómo es que vas a sobrevivir ahí. —No voy a sobrevivir una m****a. Vas a ir a buscarme, inútil. —Guarda, porque si me tratas mal te dejo entre las vacas —él sonríe—. ¿Estás segura de que él va a dejarte ahí? —Si, idiota. Dijo que no tenía otra opción, pero siempre hay otra opción. —Si es un asunto mediático, ¿No te conviene quedarte al men
Aprieto mi mandíbula cuando levanto la mirada y veo que la chica está apretando sus labios, escondiendo una sonrisa por lo que acaba de pasar. Dios mío, la detesto. Ella debería estar desesperada por servirme, pero en cambio la muy idiota está burlándose de mi. Camino hacia ella sin pensarlo y veo como sus ojos me siguen. —Buenas noches señorita, soy... —Prepárame un baño, estoy agotada. El café me gusta con tres cucharadas de azúcar y estoy hambrienta. Le extendí mi bolso a la altura de su pecho, ella me miraba sin entender, pero sonreí y abrí la puerta, de todos modos ésta era una de las propiedades de mi familia. Dejé al chofer afuera, él se tenía que en
Unas grandes puertas dobles de madera se encontraban a lo largo del pasillo, un pequeño juego de sillones se encontraba en el centro al igual que ¿Eso era una escopeta? Mis ojos se abrieron sorprendidos y sentí que sus pasos se acercaban. Mi corazón comenzó a latir erráticamente y sin dudas cientos de escenarios comenzaron a dar vueltas por allí. —Podes quedarte en este cuarto por ahora —anunció abriendo las puertas—. Tenía pensado otra habitación, quizás con un baño privado te gustará- —¿Dónde está el dormitorio principal? —Es el del medio —dijo señalando el que estaba al lado. —¿Y porque no puedo usar e
Pov Lourdes. —¿Qué es lo que te divierte tanto? No puedo evitarme reír ante lo que pasó hace un momento. Ella en serio está bastante demente como para revolcarse en el barro mientras está enojada. Es la única persona en el mundo a la que se le ocurre venir en tacones a un lugar donde sin dudas no está preparado para ello. —Ella en serio está loca—susurro mientras me siento en la mesa—. Pensó que podía tener mi habitación solo porque lo deseaba. —Lo pude notar cuando llegó y me tiró su bolso en el pecho como si fuera un burro de carga ¿Quién la crió?—hago una mueca—. Ella no se parece en nada a tu tío. —Creo que mi tío le dio demasiados caprichos, ella piensa que es l
—Te veo después tía, intenta descansar. Puedes encender el tele en la sala. —Me iré a almorzar con las chicas al bar. —Puedes usar tanto la camioneta con el jeep, cualquier cosa me llamas —besé su mejilla—. Cuídate. —Tú también amor, te veo en la noche. Me gustaba pasar tiempo con mi tía, ella era una mujer tranquila que solía ayudarme en todo o que podía. Se había mudado conmigo cuando decidí venir al pueblo, sin dudas una de las mejores decisiones hasta ahora. Una vez que terminé de lavar la vajilla que utilicé para el desayuno subí los escalones de a dos y toqué la puerta del cuarto de Camila. Sé que esto sería difícil, después de la discusión de anoche no creo que ella de el