POV Camila
¡Mierda!
Todo a mi alrededor era m****a, literalmente. Había caballos dentro de unas cercas, escoba, rastrillos, palas y paja a mi alrededor. Subí los anteojos a mi cabeza y miré al chico con una ceja levantada mientras que él estaba cruzado de brazos
El chico parece estar divirtiéndose con todo esto y por eso comienza a caerme mal.
—¿Para que eres buena?
—Para cosas que a ti no te importan. ¿Porque me hablas en primer lugar?
—Intento ser amable, no me hables de esa manera —él hace una mueca—. Podríamos llevarnos bien, después de todo parece que pasaremos un largo tiempo compartiendo espacio.
—No me importa —suspiro— ¿Cuánto queres?
—¿Perdón?
—¿Cuánto dinero queres para que hagas mi trabajo? ¡Podes poner un precio!
—Está confundida conmigo...
Del bolsillo trasero saq
—¿Que harás el sábado?—Aún no lo sé, quizás vaya al bar, oí que alguien cantará ¿Porque no vienes con nosotras?—¡Ni loca! —rió—. Sé que todos tomaran y me aburriría con todos ustedes.—¿Entonces porque no invitas a tus amigas y hacen algo en casa?—Puede ser —sonrió—. Quizás juguemos a las cartas.—Intenta no apostar la casa, lo demás está todo bien —dije bromeando—Solo apostamos unos cuantos pesos, no exageres —ella ríe—. Lo hacemos por diversión.—Está bien.¿Ya pensaste lo que queres hacer para tu cumpleaños?—No lo sé, no tengo muchas ganas de hacer nada.—¿Como que no? ¡Invitaremos a todo el pueblo! ¡Haremos una gran fiesta!—¡Niña, no exageres! —se ríe— ¿Crees que vendrá tu madre? ¿Los chicos?—Recién terminé la llamada con mi madre. Quiere venir a vernos en unos días y
Narrador omnisciente Ninguna de las dos podía dar una explicación de lo que sucedió hace un momento, ni siquiera están seguras de lo que podía haber pasado si es que Karla no se presentaba allí. Camila por su parte, decidió dejar el asunto a un costado y no pensar en eso, después de todo también creía que tal vez esta situación pueda ayudarla más tarde y sacar provecho de eso. pero en cambio Lourdes, aún daba vueltas en su cabeza. —No entiendo lo que está pasando—dice Karla mientras se sienta frente a ella en el escritorio. —Pasa que las cosas se están saliendo de control y apenas lleva unos pocos días acá—se queja —¿Ella te gusta?
—¿Porqué volviste de España? —Bueno, fue un hecho bastante feo. Mi esposo falleció y me quedé sola allí, toda mi familia estaba en Buenos aires—ella hace una mueca—. Cuando Lourdes mencionó sobre venir a la estancia de la familia le pregunté si podía acompañarla, quería regresar. —¿Hace mucho tiempo? —Lo de mi esposo fue hace unos dos años y que vinimos creo que algunos meses, casi un año. —¿Te gusta este lugar? —Si, me gusta. Quizás ahora disfruto mucho más de la paz que puedo obtener, estoy tranquila, hago mis cosas y me divierto con las chicas. Allá era un lío, creo que ni siquiera tenía tiempo para preguntarme como me sentía porque estaba mucho tiempo en el traba
Pov CamilaSé que todavía no es horario para comenzar con el segundo turno, por lo que entró directamente a la casa y subo hacia mí habitación.Según Lourdes iba a arreglar la otra que es más grande, pero aún no veo ningún movimiento por su parte y quiero ahorcarla.Me meto a la ducha luego de elegir otro conjunto de ropa y antes de entrar a la ficha recibo una llamada de WhatsApp de Nicolás.—Hasta que por fin das señales de vida —dice al responder—Acabo de ver tu mensaje ¿Cómo es que tenés internet?—Tuve que
Narrador omnisciente—¡Ya para! —Camila gritó en medio de risas— ¡Perdóname!—¿Y entonces quién me va a pagar por mi camisa mojada? —la ojiverde estaba a punto de alcanzarla—¡Estaba sucia de todas formas!—¿Que dijiste? —su risa podía oírse a metros de distancia— ¡Te lo estás buscado!Camila abrió los ojos cuando escuchó los pasos muy cerca de ella y su cuerpo giró al mismo tiempo que Lourdes se paró enfrente, tomándola por las piernas para subirla a su hombro derecho y así caminar lo
Alejandro se sienta en su cama luego de darse una ducha y comienza a revisar su celular, esperando el mensaje de su hija que nunca llega. Él está preocupado, ha estado pensando en esa situación desde el día que se enteró de todo el lío mediático. Trató de ser el mejor padre que pudo. Desde que no está Florencia, la madre de Camila, todo fue el doble para él. Tuvo que hacerse cargo de la empresa, de su hija adolescente y de todo el peso que ya traía encima. Nada de eso fue fácil, pero al menos Camila le dio una tregua de unos cuantos años, porque el lío de su desobediencia comenzó hace unos pocos meses atrás. Necesitaba a su esposa, la extrañaba y le hacía falta sus consejos para saber si todo esto estaba bien. Y aunque lo deseaba, ella ya no estaba y solo podía seguir amándola como hasta ahora, pero en cambio, aún conservaba una amistad bonita y es en quién puede apoyarse hoy. Por un lado estaba Mariano, pero no quería que se preocupara ya que está recuperánd
Lourdes decide dejar todos esos pensamientos en su mente de una vez, no quiere agobiarse con Camila y solo trataría de mantenerse en equilibrio como lo venía haciendo. Por eso mismo se puso de pie y estiró su cuerpo para salir hacia el patio otra vez. El tiempo de descanso había terminado y ella tenía que ocuparse de las últimas cosas antes de tener su domingo libre. No podía escapar de Karla, ella lo sabía y por más de que le gustaría quedarse en la cama este sábado, sabía que le haría bien salir de la casa. Después de todo, habían pasado muchos meses sin salir de allí más que para hacer compras y conseguir cosas para la casa. Comienza a caminar por el patio, dispuesta a ir hacia el establo para tomar a su caballo e ir a dar una vuelta por el lugar, hasta que algo la detiene. Es Camila, ella llegó temprano del descanso y está cargando una farda de paja hacia adentro, al parecer Jonatan la está haciendo trabajar en serio, aunque no la vea contenta. El chico s
Era demasiado extraño cuando Lourdes no aparecía en todo el día en la casa, ella solía tomarse un tiempo aunque sea para tomar algo y charlar con ella, por lo que Karla estuvo buscándola cerca de las seis de la tarde.—¿Dónde está Lourdes? —le pegunta Karla a uno de los empleados—Fue a ver los terrenos que están más al oeste—responde él mientras la mira.—¿Hace mucho?—No, recién—dice secándose el sudor—. No está de buen humor, perdió mucho tiempo buscando unos animales que se habían cruzado.—¿