—Yo creo que comprendes, pero bien, seré explícito ¿por qué mentir acerca de quién eras en realidad y hacerme creer algo que no eras?
»¿En algún momento pensaste en lo que pasaría cuando descubriera todo?
No pude continuar sosteniéndole la mirada, había olvidado que no hubo explicación de mi parte para todo el embrollo que había montado durante tanto tiempo. Miré el plato sobre la mesa evitando el contacto visual, evitando sentirme de nuevo culpable por haber hecho un teatro.
—Vale, no dirás nada, perfecto.
—No lo sé Asher, ni yo misma comprendo por qué lo hice. Puede que haya sido miedo, pánico, ansiedad, no lo sé totalmente, solo sé que diario me levantaba con la ferviente idea de decirte toda la verdad y lo callaba porque creí que en cuanto lo dijera te alejarías y no te culpo, yo lo
“Los hombres son más prestos a devolver un agravio que un favor, porque la gratitud es una carga y la venganza un placer.” –Robert Greene. ° ° ° Bajé las escaleras percatándome de la forma en que Danae y Mariel observaban al hombre recargado en la puerta de manera despreocupada, pese que se daba cuenta que la tensión sexual crecía en esa área de la casa. Me vio e inmediatamente sonrió. —¿Ya ven? Les dije que no había de qué preocuparse, ella está bien… muy bien—. Enfatizó esa última oración y tuve que sostenerme del pasamano para no caer de nalgas contra las escaleras. Solo hasta ese momento pude ver con detenimiento la gran cicatriz que tenía en el tórax, justo del lado derecho en la parte superior de las costillas, aunque una parte intentaba cubrirse con un tatuaje que entendí era una frase en otro idioma y números griegos. Era algo de lo que seguramente no me había percatado por mi alta cantidad de hormona
“El sexo nos descubre. El sexo nos revela cómo somos. Por eso es tan estremecedor. Nos despoja de toda apariencia.” –Don DeLillo.° ° °Decidí revisar todos los mensajes que había enviado al archivo muerto, solo de esa forma pude darme una idea de quién había sido capaz de semejante bajeza.“Debo decir que hoy te ves más hermosa que nunca. Quisiera hablar contigo de nuevo, necesitamos arreglar nuestra situación.” –Desconocido.“Necesito que me expliques quién demonios es el hombre con el que estás platicando en la barra, al parecer se están divirtiendo. ¿Acaso te lo estás cogiendo?” –Desconocido.“Ahora sí, exijo una explicación de por qué mis dos ex tienen puesto el mismo puto
Era inevitable resistirme porque causaba estragos en mí. Tomé la punta de la trenza y comencé a jugar con ella mientras sonreía como estúpida, la pasé por los labios y no me importó el calor que comenzaba a hacer en el lugar, continué.—No lo sé, señor lobo, pero no creo que sea nada bueno. Podría decir que en realidad no le causa la menor intención saber acerca de lo que es la medicina forense o qué hacemos en esa materia, solo lo dijo para que no me sienta mal—. Me encogí de hombros.—¿Quieres una gomita para esa trenza que llevas haciendo desde hace horas? —Preguntó realmente interesado.Asentí con una sonrisa en los labios.Volvió a levantarse y sacó de una cajonera de la cocina unas gomitas rojas que reconocí inmediatamente: las mismas que traen el cereal en forma de pequeños dinosa
“Sexo: lo que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de Shakespeare.” –Robert Louis Stevenson. ° ° ° Asher “Ya estoy en casa, a punto de cenar y con unas inmensas ganas de tomar el pijama para dormir. Estoy debatiéndome entre la necesidad de alimentarme o pedir esquina para dormir. ¡Auxilio!” –Aitana. Bajé de la motocicleta una vez aparqué frente a mi casa. Me quité el casco al terminar de leer el mensaje de texto y mientras pensaba una contestación caminé rumbo a la entrada; sin embargo, en el reflejo del móvil pude ver la enorme luna detrás de mí así que preferí sentarme en el jardín y observar el hermoso satélite que esa noche podía vislumbrarse. Regresaba a mi hogar cuando estaba por ser medianoche. Nunca había prestado tanta atención a las estrellas como esa noche de noviembre; la oscuridad me permitía ver el cinturón de Orión con mayor definición a tan solo una corta distancia de la luna. La vista a mediados de noviembre tiende a volverse espléndida.
Estaba por comenzar la clase, mi reloj marcaba las diez con diez de la mañana. Continuaba sentado y recargando las manos sobre el escritorio; a esta hora solía estar leyendo o, en mi caso, escribiendo la contestación que por la noche no había podido enviar.“Curiosa siempre has sido, no me lo tienes que decir, lo noté desde el momento en que comenzamos a platicar. Es decir, al día de hoy no encuentro otro motivo por el cual hayas creado un perfil en dicha aplicación —agregando información recientemente adquirida: que en ese entonces eras menor de edad— y en segunda, para que continuaras conversando conmigo.” –Asher.Pude imaginar su sonrisa, incluso el susto que debió causarle el que su celular sonara a mitad de la clase. Tenía pleno conocimiento de que Aitana no silenciaba sus notificaciones por miedo a que fuese algo importante, sin embargo, me decía que lo tenía a un nivel moderado.“¿Sabes que estoy en plena clase, cierto? Lo único que me salva de un posible regaño es que el prof
“El amor es tan solo una forma de tener a alguien que te llame cariño después de tener sexo.” –Julian Barnes. ° ° ° Asher —¿Te refieres a aquella que me recomendaste en su momento? —preguntó Aitana sin dejar de mover la pajilla y con el rostro más angelical que podría haber visto. —Sí, ese mismo que te dije, sino me equivoco, al principio de nuestras charlas nocturnas. —Eh… sí, bueno, digamos que no me sentí plenamente capaz de leer siquiera dos páginas y mira que lo sigo conservando en el celular. —Se encogió de hombros con la mirada aún en su bebida. —Dado que no te veo muy convencida de siquiera pasar de la página con el título, te explicaré sin tanto lujo de detalle. Un nuevo sorbo de café entró por mi boca tomándome el tiempo para saborearlo, aunque también servía para aprovechar esos segundos e intentar organizar con agilidad mis palabras, buscar una manera de que Aitana no pensara que era más pervertido de lo que ella podría soportar. Aunque hasta el momento no tenía quej
“El sexo sin amor sólo alivia el abismo que existe entre dos seres humanos de forma momentánea.” –Erich Fromm. ° ° ° Aitana Acomodé mi suéter color ocre que me había regalado mi hermana en mi cumpleaños, me encantaba porque en estos días era lo que más calentaba sin necesidad de llevar un saco; el pantalón era de mezclilla negro deslavado de las rodillas y para completar el outfit unas botas cafés que parecen tener un oso integrado para repeler el frío. —Debo irme a la Universidad, Sandy, pero prometo llegar temprano para acompañar a papá para despedirte al aeropuerto. —Hablé mientras bajaba las escaleras a toda prisa para no perder las últimas clases de viernes. —¡Te estaré esperando, hermanita! ¡Cuídate! Tomé mi mochila del sillón y las llaves de mi bonita carcachita para irme a clases. El día se había nublado y al parecer una lluvia se avecinaba, algo normal en estos días del mes. Yo odiaba solamente tener las últimas dos clases, porque significaba llegar a las doce del día y
“Es tan arriesgado creerlo todo como creer nada.” –Denis Diderot.° ° °Necesitábamos una de esas noches de chicas. Por primera vez sentía que estaba bastante perdida respecto a ellas y lo que esa tarde pude notar: primero, que Dana había tenido algo que ver con Adán, el chico intelectuoso que acudía al café muy seguido, pero casualmente llevaba días sin aparecer. Ahora entendí la razón. Y que Mariel y Bruno habían estado demasiado cerca, más de lo normal en todos los años de Universidad.—Me vale que tengan planes, hace semanas que no tenemos algo así solo para nosotras. Siento que ya me abren como un huevito kínder y yo soy el juguete del que de repente se acuerdan. —Hice una mueca triste.—¡Claro que no, no seas dramática, Tina! Pero ¿no crees es un poco apresurado todo esto? —Inquirió Mariel.—Un poco, sí, claro, por supuesto, pero extraño una noche así. Además, mi hermana se va de viaje en unas horas y yo estaré más sola que una lechuga… y, o sea, sí me gustan, pero no estar así