Aitana "Todos los días del mundo algo hermoso termina.” –Jaroslav Seifert. —Espera, espera, ¿Cómo que Dorian conoce a tu casi esposo y no sabías nada? —Cuestionó Mariel mientras limpiábamos la vajilla que solo se usaba en los momentos especiales. Tuve que contarle toda la historia del día anterior ya que ahora pocas veces nos veíamos y parecía perderse de mucha información al respecto. Por su parte, la relación que comenzaba a entablar con Bruno crecía a pasos pequeños, de ahí que también le sorprendiera la cena de esa noche. La verdad era que no tuve una respuesta convincente en ese momento, de hecho, Asher se limitó a observar fijamente al profesor con cierto nivel de furia, solo alcanzó a reponer que se habían conocido de jóvenes durante la preparatoria. Cosa que creí a medias. —Ni yo lo sé, Asher solo se limitó a decir que estudiaron juntos y nada más. —Respondí encogiéndome de hombros. —Pues, si esto está yendo tan serio como parece—, elevó los cubiertos que limpiaba para de
Si tan solo hubiera podido tener un deseo para cambiar algo entre nosotros, habría pedido que fueras más valiente como para luchar por salvar lo nuestro. O, quizás, ser más madura para superar los obstáculos que la vida a veces llega a presentar y esta no sería la excepción. Aunque me conformaría simplemente con no habernos conocido jamás. Porque amarte significó morir en vida y ser un ente errante para siempre. Pero mientras, quiero recordar la manera tan vil en que todo se jodió y con ello la historia que deseaba fuera tan bonita como la pintabas. EPIGRAFE Y DEDICATORIA "La mejor manera de li
"Epígrafe... la he olvidado, quizás mientras lee sabrá la respuesta o, puede tal vez, que yo la recuerde al terminar de escribir. Puedo decir que es muy conocido y quedaría perfecto para ocasiones como éstas, pero sinceramente lo he olvidado en cuanto... bueno, usted sabe, un nuevo viaje. Existe alguien, conozco una persona dentro de este universo inmenso, que me ha hecho ver que después de la metamorfosis la oruga se aleja, lo que las personas señalan en aquella chica ahora la hace la más bella mariposa que lucha contra todos por demostrar que sí tiene valor. Y las palabras ya no duelen porque han dejado de tener sentido, porque no tienen peso sobre lo que ahora es. Nadie entiende los mundos que residen en su interior, la razón a sus tempestades ni mucho menos a la gama de pensamientos que la albergan. Nadie lo nota porque todos están recluidos en sus monocromáticas vidas, en rutinas inservibles que si se vieran desde su perspectiva entenderían
"Dicen que la curiosidad mató al gato, pero no dicen si lo que descubrió valió la pena.” –José Saramago. ° ° ° 8 de Junio, 2018 —¿Sabes lo que es darle hasta el fondo, Aitana? —Preguntó Mariel con un ligero mohín. Coloqué el caballito en la mesa después de darle un leve trago. —Sí, pero todo con tranquilidad, estoy calentando motores. La música retumbaba en el ambiente; el salón estaba a reventar con tantos jóvenes bailando en la pista. Las fiestas de graduación nunca habían sido de mi total agrado, los profesores arruinaban toda la experiencia al tener sus mesas en las altas tarimas vigilando que todos nos comportáramos de maneras correctas. ¡Bah! Eso es lo más aburrido que puede ocurrir durante la última fiesta con tu generación, y eso aclarando que yo no era la que estaba diciéndole adiós a su querida Universidad, aunque era lo que más deseaba en la vida.
Miré a todos lados buscando algún rostro conocido para no quedarme sola y en poco tiempo encontré a algunos compañeros del equipo de fútbol. Decidí caminar en su dirección, pero me detuve cuando, estando a unos cuantos metros, pude ver a Adrián sentado con ellos; el golpe bajo fue encontrarlo abrazando a Sonia, su mejor amiga, y, finalmente, besarla como nunca lo hizo conmigo.Me debatí entre encararlo y desquitar mi furia o buscar una mejor forma de dejarlo mal parado ante todos.Salí sin que se percatara de mi presencia, tomé el teléfono que había guardado en el busto y salí del lugar. Remarqué su número hasta que respondió, lo vi salir para alejarse lo más que pudiera del ruido que le delataría.Tomó una larga distancia, bastante lejos de mí como para que pudiera verme.—¿Qué ocurre, Aita
—¿Y cuánto crees que eso tarde? Digo, no es que me urja porque el dolor de cabeza es tuyo y no mío. —¡Argh! Ya voy, ya voy. Te pareces a mi madre regañándome. Me levanté para tomar la pequeña toalla rosada con la cual limpiaba la pantalla del computador, la doblé en tres partes y humedecí en el lavamanos del baño. No tenía la menor idea de cómo eso me ayudaría, pero por alguna extraña razón confiaba en ese hombre. Regresé a la habitación para volver a recostarme. En el teléfono seguía corriendo el tiempo de la llamada y me sorprendía que siendo las cuatro de la mañana él todavía no dormía. —Listo, ya estoy de nuevo recostada y con la toalla sobre mi cabeza—. Informé. —Muy bien, siendo así entonces me despido porque, aclaro, yo sí soy educado. Ten excelente noche Julieta. —¿Ya? No fue tan difícil, pensé que ahora me pedirías ir a buscar sexo como un buen generador de endorfinas. —¡Ja! Si no pudiste conseguirlo en horas que te pe
"No existe mujer más sensual, que la que tiene cara tierna con una mente perversa.” –Frida Kahlo. ° ° ° Desbloquee el celular solo para buscar en la galería de fotografías algunas que había guardado deliberada y libidinosamente, esas donde su cuerpo se ceñía a la perfección dentro de un traje sastre negro, e incluso aquellas donde seguía sus rutinas de gimnasio. Las imágenes solo mostraban torsos desnudos, espaldas torneadas, trajes que se veían como de portada porque el hombre que los modelaba era un manjar andante, pero sin rastro alguno de su aspecto facial, algo que me dijera cómo imaginarme a lo que ahora podría catalogar como mi hombre ideal. Desde que conocí a Marqués y tras stalkearlo a detalle, jamás encontré fotos que me permitieran conocer algo más que no fuera su cuerpo ni cabello ni ojos y mucho menos su boca, no había nada de su cara, llegué a pensar que era bastante feo o por lo menos recíproco
Abrí el archivo sintiendo el corazón al mil por hora mientras se cargaba hasta dejar ver unos ojos aceitunados, de esos que parecen combinación entre verdes y miel. Los observé detenidamente solo para darme cuenta que tenían un poder de atracción tal que provocaban erecciones en mi piel, era como si su mirada estuviera fija en mí sabiendo que lo comía de pies a... pecho o hasta donde me era permitido mirar; sinceramente ningún otro hombre llegó a causar lo que él en mí, nadie, ni mi ex novio, llegaron a estimular tanto mi mente nada sana y demasiado pecaminosa. Nadie me acercó tan peligrosamente a la línea de fuego que estaba a punto de cruzar.—Esos son mis ojos, Julieta, los que me encantaría que vieras mientras juego en la parte baja de tu cuerpo, mientras lamo cada rincón de tu vagina una y otra vez.Hay veces que logro de manera efectiva el persuad