AmaráQuisiera estar con los chicos recorriendo la feria, sin embargo me encontraba aquí en medio de mujeres que en su mayoría me doblan la edad y no hablan más que de hijos, de sus labores y todo lo que tiene que hacer una luna. Ellas son agradables, aún no he conocido a la primera que me falte el respeto o algo por el estilo.Simplemente me siento presionada, ellas esperan mucho de mí, de mis acciones, de mi reinado y yo solo puedo pensar una cosa. Una casa en el campo junto a mi esposo y mi hijo, con un lago donde podamos pescar y hacer esto en la cena, ¿Eso era mucho pedir, Diosa luna? Me sentía mal por Aziel, se que él desearía lo mismo que yo pero en vez de eso está en una reunión hablando de negocios con los alfa de cada manada. Esté cargo nos consume a ambos, siendo tan jóvenes y con tanta responsabilidad en nuestros hombros.–Todo estará bien Amara– Laila aprieta mi mano, dándome apoyo. Ella también debe estar aquí, pues también es una futura luna– lo harán excelente, además
DaniLlevaba mucho tiempo en este lugar, recorriendo lo de un lado a otro, pasillo por pasillo y no podía encontrar a los chicos. No sé en qué momento ellos habían desaparecido de mi vista y yo había llegado hasta aquí. Ni siquiera me imaginaba que está casa fuera tan grande por dentro.Me detengo en medio de uno de los pasillos casi dándome por vencida, estaba agotada y por más que caminara no encontraba la salida y tampoco a mis amigos. No podía sentir la conexión con Jayson, estaba preocupada, deseando encontrarlo rápido pero se me hacía imposible.Dedico tomar mi camino lejos de este pasillo entrando a otro, una luz azul es apenas lo que alumbra mi camino. Mi corazón comienza a latir mientras escucho pasos acercarse hasta mi, son rápidos y por instinto terminó corriendo antes de que estos puedan alcanzarme, corro como si mi vida dependiera de ellos, cruzando pasillo tras pasillo hasta que llegó a uno donde no hay salida y me veo obligada a detenerme esperando los pasos detrás de m
Lluvia.Gotas caían sobre aquel hombre que traía a una pequeña en sus brazos; corría mientras tapaba a la pequeña criatura que llevaba en sus brazos. La cual no paraba de llorar. Sentía su corazón destrozado al sentir los latidos de la pequeña disminuir. ¡No, no podía dejarla morir! Moriría si algo le pasara, juró protegerla como su propia hija y eso haría.Corrió, corrió lo más fuerte que pudo hasta llegar a una abriendo la puerta de golpe asustando a la elegante mujer que tomaba su taza de café. Ella lo miró, perpleja, sin saber que hacer o decir al ver a su esposo en aquella situación.—¿Papi?— lo llamo la pequeña pelinegra al ver a su padre cubierto de sangre y con aquella pequeña, que no dejaba de llorar en brazos.—Dime que no es cierto por favor— sollozo aquella mujer. El hombre no pudo evitar soltar unas lágrimas.Se sentía terrible, se sentía culpable de esa situación, se lamentaba no poder haber llegado antes y haber causado tal daño a esta pequeña en sus brazos.—¡No, no,n
AmaraBajo las escaleras a gran velocidad, ignorando los gritos de mi madre pidiéndome que me detenga. Estoy muy emocionada.El cartero de la manada acaba de llegar con la carta tan esperada por mi. Han sido tres meses de agonía, esperando la respuesta de aprobación a la escuela del reino. Quería cursar mi último año allá y aunque fácilmente hubiese entrado con las influencias de mi padre, quiero entrar por mis propios logros.Abro la puerta antes de que el cartero toque y recibo las cartas antes de que pueda decir algo. Cierro la puerta y me doy la vuelta buscando entre las miles de cartas que hay en mis manos.—¡Sí!— exclamó cuando veo la carta con el sello de la escuela del reino, con nerviosismo la abro y mis ojos destella ante lo que leo— ¡Sí,si, joder!— grito dando brincos mientras las cartas caen al suelo.Mamá me mira con una sonrisa en la cara mientras mi padre y hermano salen de la oficina del primero. Me miran estupefactos y yo solo corro abrazando a papá que al parecer y
Cierro la maleta y sonrió mirando todo empacado. Estaba emocionada, feliz y un poco inquieta por lo que me esperaba fuera de estas cuatro paredes. De pronto caí en cuenta de todo lo que iba a dejar.Mis padres, mi hermano, mis amigos y toda mi vida estaba aquí. Realmente había deseado irme al reino donde no conozco a nadie y seguro los primeros días me perdería en las calles.Por lo menos estaría con Izel.Aleje ese pensamiento tonto de mi mente y volví a sonreír, todo va a salir bien. Encontraría mi propio camino, digo, Hunter es el próxima alfa de la manada en algún momento encontrará a su mate, mis padres se irán de viajes viajes eso suceda y ¿yo? No sé qué camino tomar, ni siquiera me veo en un futuro.Salgo de la habitación dejando todo lo empacado atrás y camino a la cocina donde estaban todos esperándome en una agradable conversación donde Hunter era el protagonista.—¡Es enserio mamá!— chilló mi hermano— Monica no me gusta para nada, a mi lobo le parece despreciable. Ni siq
Suspire abrazada a papá y mamá. Ambos estaban llorando y yo no me quedaba atrás, me sentía triste por tener que dejarlos a todos, tener que dejar a mis amigos y me arrepentí de enviar esa solicitud.Ya no quería ir ahí.Ya era muy tarde, mi presencia allá fue confirmada el mismo día y no podía desistir. Haría quedar mal a mi manada y a mi padre.–Los extrañé mucho— me permití sollozar en el hombro de papá— los amo mucho, mucho— murmuré sin dejar de sollozar. Ya parecía a Izel, que estaba a un lado con los ojos llorosos y la nariz roja. —Portante bien princesa mía, y cuida de tu prima— asentí, no quería irme molesta con mis padres ante su pedido. Ella y yo teníamos un trato.Escuchamos decir en los altavoces que nuestro vuelo ya estaba por despegar así que teníamos que irnos ya.—Cuídense mucho ¿Vale? Cualquier cosa deben avisar e inmediatamente me tendrán allá— exclamó papá y asentimos mientras caminábamos al avión junto a mi hermano que parecía afligido.•••Sentí un nudo en el estó
Me miré en el espejo sintiéndome ridícula en este dichoso uniforme. Era una falda negra con ondas, una camisa blanca de vestir y una saco negra a la altura de la cintura. Me queda jodidamente grande. Y seguramente los otros dos me quedarían iguales.—¡Amara vamos a llegar tarde en su primer día!— Me llamó mi hermano. Me miré una vez en el espejo y salí de la habitación asegurándome a mi misma que al volver arreglaría ese problema. Cuando salí vi a Izel junto a mi hermano y me pregunté porque a ella si le queda a su medida el uniforme, marcando su cintura y sus piernas y a mi me hace ver gordo. Fruncí el ceño y caminé tomando mi mochila en brazos.Salimos de la casa y poco después de veinte minutos ya estábamos enfrente de ¡un jodido castillo! Sonreí, esto definitivamente cumplía con mis expectativas. Me adentro al castillo mirando alrededor, todo jodidamente hermoso y los chicos ni se diga. Sonreí internamente al pensar que cumpliría mi romance adolescente con uno de estos papuchos.
Me levanto y salgo a toda velocidad del lugar deseando desaparecer por completo de su vista y no querer encontrármelos nunca más.Camino a toda velocidad al baño donde entró y dejó la mochila a un lado para verme al espejo. Lavo mi ra y la secó con servilletas no antes de que Laila entre entre lugar y me de una sonrisa de disculpa y su mirada gacha.—Amara, lamento el comportamiento de esos Idiotas— murmuró ella. Estábamos solas en en baño— solo me están cuidando… Digamos que la última amiga que tuve solo me utilizo para acercarse a Aziel y Casiel— asiento entendiendo perfectamente quienes son— si no quieres ser mi amiga esta bien, pero pido disculpas por ellos— la miró algo inquieta, se ve una buena chica y me gustaría que fuera mi primer amiga pero el hecho de que ella tiene una relación con esos Idiotas y yo estar cerca de ellos me inquieta.—Laila— la llamo al ver que está a punto de irse, esta se gira y me mira esperanzada— si quiero ser tu amiga, discúlpame a mi también por comp