Suspire abrazada a papá y mamá. Ambos estaban llorando y yo no me quedaba atrás, me sentía triste por tener que dejarlos a todos, tener que dejar a mis amigos y me arrepentí de enviar esa solicitud.
Ya no quería ir ahí.Ya era muy tarde, mi presencia allá fue confirmada el mismo día y no podía desistir. Haría quedar mal a mi manada y a mi padre.–Los extrañé mucho— me permití sollozar en el hombro de papá— los amo mucho, mucho— murmuré sin dejar de sollozar. Ya parecía a Izel, que estaba a un lado con los ojos llorosos y la nariz roja. —Portante bien princesa mía, y cuida de tu prima— asentí, no quería irme molesta con mis padres ante su pedido. Ella y yo teníamos un trato.Escuchamos decir en los altavoces que nuestro vuelo ya estaba por despegar así que teníamos que irnos ya.—Cuídense mucho ¿Vale? Cualquier cosa deben avisar e inmediatamente me tendrán allá— exclamó papá y asentimos mientras caminábamos al avión junto a mi hermano que parecía afligido.•••Sentí un nudo en el estómago cuando abrí los ojos ante el toque mi hermano indicándome que debíamos bajar ya hemos llegado. Asentí y bajé tomando mi mochila.Salimos del avión ante el cortés saludo de la azafata. Tomamos nuestras maletas después de una revisión y salimos del aeropuerto donde había un hombre con un cartel con nuestro apellido en las manos. Nos acercamos a él y este nos saludó con un asentimiento de cabeza.—Joven, señoritas— saludo— sigan me por favor, les guiaremos a su auto— seguimos al señor y pronto estuvimos delante de una camioneta negra con cuatro puertas— este es su auto. Les ayudaré a subir las maletas.Dicho esto, el hombre junto a mi hermano empezaron a subir como quince maletas al auto, donde doce eran mías y tres de Izel.Subimos al auto y pronto estábamos de camino a lo que sería nuestro nuevo hogar.Me quedé embelesada viendo por la ventana, asombrada de ver cómo los hombres lobos andaban transformados por todos lados, como las personas vestían tan elegantes y la mayoría estaba transformada o caminando. Sonreí.El lugar era realmente hermoso, tantos árboles conectados a tiendas, restaurantes y otros. Estaba fascinada por tanta belleza, tanta naturaleza y tanta tranquilidad.Había edificios gigantes, diría que el más pequeño mide alrededor de veinte metros. Y aunque era de noche todo se veía jodidamente espectacular.Mire al frente justo cuando unas puertas se abrieron dejándonos entrar en un camino rodeados de finos pinos y poco más adelante varias casas empezaron a verse, digo, casas no, mansiones. Nunca había venido al reino, cada vez que mi padre quería traerme algo ocurría. Pero al fin estaba ahí, al fin estaba cumpliendo mi sueño de conocer el reino.De pronto toda la tristeza que tenía se esfumó y se convirtió en alegría. Sonreí cuando Hunter entró en una casa de tres pisos rodeada de muchas flores, árboles y una entrada de piedras hermosa.Apenas estacionó el auto fui la primera en bajar, salí corriendo por el jardín mientras daba brinquitos de la emoción por estar ahí.—Está loca— dijo Hunter a Izel, miré a la nombrada y esta no parecía estar muy contenta de venir aquí. Suspire al ver sus ojos de tristeza.No sé por qué me empezaba a afectar lo que ella pudiera sentir. Odiaba eso. Odiaba preocuparme por los sentimientos de personas que no son cercanas a mi.—Vamos adentro— ordenó Hunter y los seguimos. Una más feliz que otra, pero lo seguimos.Si la casa era hermosa por fuera, por dentro era el paraíso, digo, no es que que manda no tuviéramos una casa hermosa, pero esta estaba muy elegante, en cambio en la manada era más alegre.Había muebles de un rosa palo, el piso era de porcelana color madera, las paredes eran de color marfil, adornos y todo era fantástico. No sé cómo no había venido aquí antes.—Iré a mi habitación— mire a Izel, su cara cortaba toda mi felicidad. —Yo quiero la principal— salí corriendo escaleras arriba antes de que pudieran decir algo abrí puerta por puerta para dar con la habitación más grande. Sonreí logrando mi cometido, la cama era gigante, tenía un televisor gigante enfrente de esta y dos puertas que supongo que son para ingresar al armario y baño.Me subí a la cama brincando de felicidad. —Pareces una niña revoltosa— sonrió mi hermano apoyándose en la puerta. —Pero así me amas.—Lamentablemente— murmuró y lo alcancé a escuchar. Me detuve y lo miré mal.—Tonto.—Alistate y baja a cenar, mañana comenzaremos clases— Hunter beso mi frente antes de salir. Camine dentro de mi habitación dejando que algunos señores subieran mis malestar y cuando al fin terminaron abrí una sacando toda mi ropa esparciendola. No encontraba mi pijama.Cuando al fin lo hice, tomé mi toalla y caminé al baño. Esto me fascinó, tenía una tina y enfrente de esta había una ventana con vista al jardín. Todo era extravagante y solo para mi.Me metí en la tina mientras había llave y el agua comenzaba a llenarme. •••Baje las escaleras ya con mi pijama puesta viendo a mi hermano hablando con Izel que le sonreía con alegría. Una punzada en mi estómago llegó y ya estaba acostumbrada a ella, no podía evitar que me dieran celos cuando Izel estaba cerca de mi hermano.—¿De qué hablan?— pregunte sirviéndose comida.—Nada importante— fruncí el ceño mirando a mi hermano— sus uniformes están en la repisa, mañana a primera hora las llevaré al colegio y ahí las guiarán. Yo me tengo que regresar mañana mismo a la manada — mi hermano hizo una mueca— no me convence dejarlas aquí solas, están pequeñas aun y hay muchos depredadores sueltos— mi hermano apretó su tenedor con fuerza.—Estaré bien. Izel y yo podemos cuidarnos— dije mirando a la mencionada qué volteo la cara pero asintió.—Estaremos bien, no te preocupes— de apoyo y le agradecí con una sonrisa. Pareció sorprenderla.—Igual estaré viniendo cada cierto tiempo y las llamaré todos los días— sonreí. Mi hermano siempre ha sido muy sobreprotector con nosotras, sin contar a todos los chicos que nos ha espantado alegando que no es el momento y aún debíamos esperar.No niego que me gusta que mi hermano me cuide, pero tengo diecisiete años y dentro de nueves meses cumpliría dieciocho y me transformare. Quería tener una experiencia de romance adolescente una vez (sin fallarle a mi mate acostándome con otro antes de tiempo) quería sentir ese flechazo que todos cuentan y quiero vivir un poco más libre lejos de tantos cuidados. Estando aquí sola ya no tendré que escaparme en las noches y llegar antes del amanecer. Aquí podía ser libre y eso sería.Cuando la cena terminó cada uno se fue a su habitación, yo sin embargo no podía dormir, estaba nerviosa por el día de mañana y aterrada por no ser lo suficientemente para tan prestigiosa escuela. Digo, mis calificaciones son buenas, pero acá se necesita más que eso para encajar.Aquí solo hay personas poderosas muy pocas personas becadas. Necesitaba ser buena en combate y yo nunca he peleado, necesitaba ser buena dialogando con personas importantes y yo nunca he salido de mi manada. Yo solo esperaba no ser un completo caos.Por otra parte me preocupaba no poder hacer amigos, digo, soy buena socializando, pero no se como me vaya aquí y eso me pone los pelos de punta. Tenía que aprender a convivir con otras personas que no fueran mis padres y mi grupo de amigos. Suspiré, di una vuelta más en la cama tratando de conciliar el sueño sin lograrlo. Mañana será un día largo.Me miré en el espejo sintiéndome ridícula en este dichoso uniforme. Era una falda negra con ondas, una camisa blanca de vestir y una saco negra a la altura de la cintura. Me queda jodidamente grande. Y seguramente los otros dos me quedarían iguales.—¡Amara vamos a llegar tarde en su primer día!— Me llamó mi hermano. Me miré una vez en el espejo y salí de la habitación asegurándome a mi misma que al volver arreglaría ese problema. Cuando salí vi a Izel junto a mi hermano y me pregunté porque a ella si le queda a su medida el uniforme, marcando su cintura y sus piernas y a mi me hace ver gordo. Fruncí el ceño y caminé tomando mi mochila en brazos.Salimos de la casa y poco después de veinte minutos ya estábamos enfrente de ¡un jodido castillo! Sonreí, esto definitivamente cumplía con mis expectativas. Me adentro al castillo mirando alrededor, todo jodidamente hermoso y los chicos ni se diga. Sonreí internamente al pensar que cumpliría mi romance adolescente con uno de estos papuchos.
Me levanto y salgo a toda velocidad del lugar deseando desaparecer por completo de su vista y no querer encontrármelos nunca más.Camino a toda velocidad al baño donde entró y dejó la mochila a un lado para verme al espejo. Lavo mi ra y la secó con servilletas no antes de que Laila entre entre lugar y me de una sonrisa de disculpa y su mirada gacha.—Amara, lamento el comportamiento de esos Idiotas— murmuró ella. Estábamos solas en en baño— solo me están cuidando… Digamos que la última amiga que tuve solo me utilizo para acercarse a Aziel y Casiel— asiento entendiendo perfectamente quienes son— si no quieres ser mi amiga esta bien, pero pido disculpas por ellos— la miró algo inquieta, se ve una buena chica y me gustaría que fuera mi primer amiga pero el hecho de que ella tiene una relación con esos Idiotas y yo estar cerca de ellos me inquieta.—Laila— la llamo al ver que está a punto de irse, esta se gira y me mira esperanzada— si quiero ser tu amiga, discúlpame a mi también por comp
Izel.Cierro la puerta detrás de mí, no puedo más y caigo al suelo. Duele, como duele cada vez que hago esto, es como si me golpearan una parte interna en mi pecho. Cada vez, cada vez que absorbo algo de una persona duele, es una tortura sentir mi corazón acelerarse, mi piel erizarse y mis huesos doler tanto que me obligan a doblarme en el piso y soltar todo el contenido de mi estómago. Me arrastró al baño sentándome arrodillándome en el inodoro y vomitando; no es un vómito cualquiera. Es de color negro y más que comida es el mal que tenía esa persona. Me quedo ahí arrodillada, espero que vomitar haya aliviado un poco mi dolor y poder levantarme. Para eso pasan algunos minutos donde siento como mi cuerpo se contrae y las punzadas aumentan en mi pecho.Estoy acostumbrada, cuando era más pequeña no sabía cómo controlarlo y cada vez que tocaba a una persona enferma o que sufría, absorbía el mal y terminaba en el hospital "enferma". Nadie lo sabía, ni siquiera mi tío que es la persona
AmaraCuando aquella chica me dijo que fuéramos a comer un helado jamás me imaginé que fuera en una fiesta donde no cabía nadie más y todos parecían estar en las nubes. Definitivamente en el reino hasta las fiestas eran extravagantes.Mire el reloj en mi mano viendo la hora, era realmente tarde y empezaba a sentirme mareada. Visualice a Laila bailando alegremente con un chico que la sostenía de manera posesiva de la cintura, se veía tan desarrollada en este ambiente.Suspire dando un trago más, mi cabeza daba vueltas.—Hey reina ¿Quieres bailar?— fruncí el ceño mirando al sujeto. Negué por sexta vez en la noche una invitación a bailar. El chico solo sonrió y se marcho.—Vaya, al parecer acá a todos les encantan los rostros nuevos— un chico castaño se sentó a mi lado tomando de su trago— a mi también me encantan— este sonrió de forma pícara, le hice mala cara y este río.—¿Qué te sucede?— Me molesto.—Soy gay amiga, no te preocupes.—¿Siempre están movido por acá? — pregunto tratando d
AzielTrague grueso viendo a mi padre caminar de un lado a otro, las venas de su cuello se marcaban dejando demostrar su enojo. Luego de que nos hayan llevado a la delegación papá tuvo que ir por nosotros, firmando papeles y preocupando mucho a mamá. Esta nos mataría al llegar a casa.Ahora nos encontramos en la oficina de papá junto a los Sisu. Agache mi cabeza cuando golpeó golpeó escritorio con fuerza.-¡¿Qué les pasa por la cabeza?! ¡¿Qué les sucede, el reino dentro de algunos años estará bajo su responsabilidad y ustedes se comportan como unos vagabundos?!- grito papá en nuestra dirección. Estaba furioso.-Si majestad...- intentó dialogar Jayse.-¡Hay una chica en el hospital envenenada, un futuro alfa con daños en su rostro y un cadáver de un alfa!- levante el rostro mirando a papá, estaba rojo de la furia, pero se notaba preocupado por toda esta situación.-¿De qué cadáver habla tio? - hablo Casiel, el cual nunca ha tenido miedo a mi tío, respeto sí, pero miedo jamás. -Se enc
Hunter Cuando me enteré de lo que sucedió con Amara tomé el primer vuelo al reino, no podía creerlo. ¡¿Envenenada?! ¡¿Qué mierda de seguridad había en el reino?! Estaba cabreado, estaba que quería destrozar todo. Podían joder todo lo que quieran pero a mi familia jamás, sobre mi cadáver dejaría que le hicieran algo a mis hermanas y mis padres.Me sentía inquieto, desde que puse un pie en el hospital mi loco empezó a removerse, no podía controlarlo, me desesperaba. Entre al ascensor aspirando una deliciosa esencia de vainilla que me drogada.Me relaje ante ese olor. Cada vez más el olor se intensifica y mi lobo comenzaba a aullar.¡Es ella! Dijo por conexión ¡Es nuestra luna! Las puertas del ascensor se abrieron y mi mirada fue directo a la dueña del delicioso olor. Mi sangre hirvió cuando cuando vi a ese chico abrazándola, mis instintos solo eran de robarmela y marcarla para que nadie más pudiera tocarla que solo yo.Gruñi llamando la atención de todos, el chico que antes abraz
Izel Llegué al hospital entrando, estaba solo, no había nadie en los pasillos además de los enfermos. Me pregunto dónde está Hunter, luego recuerdo que está próxima a hacer un alfa y debe estar con el rey aclarando esta situación.Me acerco a recepción y pregunto si puedo ver a mi prima, a lo que la recepcionista palidece y me pide un momento. Un guardia vuelve junto a ella luego de unos minutos.—Señorita Cooper, su hermana ha escapado del hospital— abro mis ojos sorprendida ante la declaración, pero se me pasa porque recuerdo que es Amara y quien sabe que travesura está haciendo por ahí.Suelo un suspiro agotado mientras negó con la cabeza. —Vale, la iré a buscar— miento. Amara y yo al parecer por fin estamos entablando una amistad así que me haría a casa y solo esperaría que ella vuelva.–Izel— me gire hacia el auto que estacionó frente a mí.—Jayse— salude entusiasmada— ¿Qué haces por acá?—Traía a Aziel, y ya me iba a casa ¿Quieres que te lleve?— lo pensé, no me gustan los extr
AmaraBaje las escaleras a toda velocidad pensando que era tarde, pero para mi sorpresa veo a Izel sentada frente al televisor, ida de sí misma.—Izel— la llamo y esta no responde— ¿Izel, te encuentras bien?— toco su hombro y esta brinca, gira a mirarme y frunce el ceño.—Si, estaba esperándote.—¿Has tenido otro de esos sueños despierta?— preguntó algo preocupada, papá decía que cuando Izel comienza a soñar despierta es porque algo trágico viene en camino, es comprobado, porque las veces que lo ha hecho o Hunter se fractura un brazo o mamá queda hospitalizada.—Algo así, mejor vamos— se levantó tomando su mochila y saliendo de la casa.—¿Dónde está Hunter?—Se ha ido— golpe directo al corazón.—No se despidió de mí— susurré llegando a la parada de buses.—No, no lo hizo— afirmó Izel, la mire mal justo cuando llegó el autobús.•••Cada una se fue por su lado apenas llegamos al colegio. Caminando a mi aula de clase me encontré con Laila quien venía con Aziel. Intenté darme la vuelta pa