Izel–Estuviste muy callada en todo el camino ¿Segura que estas bien? – Laila se sienta frente a mí, su cabello está mojado mientras trae un lindo vestido celeste que resalta sus ojos.–Si– me limito– ¿Tú cómo llevas las cosas con Hunter?–Vamos excelente, desde que hablamos y nos declaramos hemos estado de maravilla– Laila se suelta a hablar pero yo solo puedo pensar en una cosa. La Diosa Luna me hizo una mala jugada.¡Por todos los Dioses, soy su mate. Su pareja destinada! ¿Podría ser esto peor? No, definitivamente no. Hace miles de años se sabe que los ángeles y los demonios no pueden estar juntos, peor que ser destinos, es una maldición que los envuelve y no para hasta su destrucción.Por qué no pude tener una pareja cualquiera, no una que sea el centro de atención del reino, guapo, príncipe, mitad demonio mitad lobo y en el peor de los casos tiene actitudes egoístas. No sé ni porque estoy pensando en él.Después del incidente con Lionel nos regresamos inmediatamente a la manada,
Karia¿Algunas vez han cometido errores tan grandes que no saben cómo arreglarlos? Yo sí, tenía miedo, sentía terror. Había pasado años en tortura, siendo esclava de ellos y no quería volver a hacerlo.Hice el mal, lo acepto, estuve a punto de cometer un crimen pero no era por satisfacción, era por cuidar mi vida así como todos son capaces de matar por cuidar de sí mismos.Me arrepiento, pedí perdón, pero eso no basta. Las palabras no son suficientes y tengo que demostrarlo con acciones. Ahora solo tenía a Fanni y debía cuidar de ella con mi vida.El transportarse se sentía como la mierda, mi estómago estaba revuelto y mi cabeza daba vueltas. Lo mismo pasaba con Isaac quien cayó al suelo de rodillas vomitando.–¿Chicos, qué hacemos aquí?– me incorporo luego de vaciar el contenido de mi estómago y veo a Cora levantarse del suelo pareciendo totalmente confundida.–Por la Diosa ¿Están bien?– Isaac se levanta y camina hacia Cora para ayudarla. Está mira a todos lados y su rostro comienza
CoraEn qué momento habían llegado hacia nosotros si los estábamos viendo hace unos segundos. Vampiros, qué esperaba.–Levántense– pide la mujer obligándonos a ponernos de pie.–¿Qué le has hecho a mi aldea?– las palabras salen solas de mi boca, Isaac gruñe cuando los vampiros me toman del brazo y Karia se pone a la defensiva.–¿Yo? Solo la reconstruí niña tonta– los vampiros nos aprisionan y no es conveniente empezar un con frotamiento en un lugar que está repleto de vampiros. Es mejor tener calma y no desesperarse.En un abrir y cerrar de ojos estamos en la puerta de mi aldea, la vibra es oscura, se siente como un peso sobre nuestros cuerpos y con cada paso que doy siento como mis piernas flaquean, las lágrimas se centran en mis ojos y los recuerdos invaden mi mente.Papá jugando conmigo, persiguiendome por todos lados, mostrándome la fotos de mamá, jugando con los niños de mi aldea y todos los recuerdos bonitos. Ellos nos guían a lo que conozco como la prisión de la aldea y nos obl
CoraEl plan salió a la perfección, en el momento todo va bien. El desafío sigue siendo deshacerme de mi sombra, solo tengo que llegar al lugar donde todo sucedió y enfrentarla.Nos encontrábamos saliendo de la prisión, mi corazón estaba latiendo a mil mientras mi sexto sentido me dice que hay algo raro, no pudimos haber salido tan fácil y que ningún guardia se nos interpusiera. Todo iba bien y eso se me hacía raro.María e Isaac iban a mí lado, mis manos empezaban a sudar mientras nos acercabamos detrás de la casa principal. Los recuerdos vuelven, discutiendo con papá, pidiéndome que devuelva el libro, el intento de borrar lo desconocido que hay en mi mente. Siento que me agobio y mi respiración se descontrola y me veo obligada a inclinarme.–No creo poder– susurro, Karia se agacha a mi lado y me abraza, no dice nada, solo me abraza mientras yo reviento en lágrimas.En este lugar fue la última vez que abrace a papá, la última vez que todo estuvo bien en mi vida. La primera y última v
AmaraEl sol salió, Aziel estaba dormido pero esta vez estaba encadenado. Luego de que Casiel me teletrapostara el castillo, los chicos llegaron minutos después con Aziel y Casiel inconscientes. Ambos ya en su forma humana.Casiel estaba en otra habitación, yo me encontraba en mis mia junto a Un Aziel inconsciente y esposado. Diosa, mi vida empieza a volverse un caos.La puerta se abre y entra la reina con una bandeja en sus manos, trae desayuno y tinto para ambas. Me sienta a mi lado y me da una sonrisa.–Lo siento Amara– susurra– pero ten fe, todo va a mejorar, todo va a salir bien– aprieta mi mano en señal de apoyo y yo asiento. De verdad que estoy hecha un caos.Volteo hacia Aziel quien está despertando, no me acerco, anoche intentó atacarme, está fuera de control y lo menos es mantener distancia hasta que aclaremos las cosas.–Amara– me llama, este intenta moverse pero el estar encadenado se lo impide– ¿Qué sucede, porque estoy encadenado?– su voz es ronca y denota pura confusión
Izel Mi llegada al castillo me tiene los nervios de punta. A todos los lastime y con ninguno hablé después de recuperar mi humanidad. Diosa soy un desastre. Me sentía realmente mal y no quería ver a ninguno pero debía afrontar las consecuencias de mis actos.Apenas entramos a la sala nuestra presencia fue informada y pocos minutos después llegó una fila de personas. La reina corrió a abrazar a su hija, Amara fue corriendo por sus padres, mientras yo estaba evitando una mirada a toda costa.Mi corazón latía con fuerza y yo solo me concentré en ver a la persona que venía caminando hacia mi. Sentí mis manos sudar y unas profundas ganas de abrazarla; mis deseos se hicieron realidad cuando ella lo hizo. Sin decir una palabra, solo me abrazó y yo la abrace a ella, mis ojos se hicieron agua pero retuve las lágrimas que querían salir de ellos.–Te quiero– susurra en mi oido, por mi parte solo asiento sabiendo que si digo algo mi voz se va a quebrar. Fanni besa mi mejilla y se aleja a saludar
Lluvia.Gotas caían sobre aquel hombre que traía a una pequeña en sus brazos; corría mientras tapaba a la pequeña criatura que llevaba en sus brazos. La cual no paraba de llorar. Sentía su corazón destrozado al sentir los latidos de la pequeña disminuir. ¡No, no podía dejarla morir! Moriría si algo le pasara, juró protegerla como su propia hija y eso haría.Corrió, corrió lo más fuerte que pudo hasta llegar a una abriendo la puerta de golpe asustando a la elegante mujer que tomaba su taza de café. Ella lo miró, perpleja, sin saber que hacer o decir al ver a su esposo en aquella situación.—¿Papi?— lo llamo la pequeña pelinegra al ver a su padre cubierto de sangre y con aquella pequeña, que no dejaba de llorar en brazos.—Dime que no es cierto por favor— sollozo aquella mujer. El hombre no pudo evitar soltar unas lágrimas.Se sentía terrible, se sentía culpable de esa situación, se lamentaba no poder haber llegado antes y haber causado tal daño a esta pequeña en sus brazos.—¡No, no,n
AmaraBajo las escaleras a gran velocidad, ignorando los gritos de mi madre pidiéndome que me detenga. Estoy muy emocionada.El cartero de la manada acaba de llegar con la carta tan esperada por mi. Han sido tres meses de agonía, esperando la respuesta de aprobación a la escuela del reino. Quería cursar mi último año allá y aunque fácilmente hubiese entrado con las influencias de mi padre, quiero entrar por mis propios logros.Abro la puerta antes de que el cartero toque y recibo las cartas antes de que pueda decir algo. Cierro la puerta y me doy la vuelta buscando entre las miles de cartas que hay en mis manos.—¡Sí!— exclamó cuando veo la carta con el sello de la escuela del reino, con nerviosismo la abro y mis ojos destella ante lo que leo— ¡Sí,si, joder!— grito dando brincos mientras las cartas caen al suelo.Mamá me mira con una sonrisa en la cara mientras mi padre y hermano salen de la oficina del primero. Me miran estupefactos y yo solo corro abrazando a papá que al parecer y