CoraEl plan salió a la perfección, en el momento todo va bien. El desafío sigue siendo deshacerme de mi sombra, solo tengo que llegar al lugar donde todo sucedió y enfrentarla.Nos encontrábamos saliendo de la prisión, mi corazón estaba latiendo a mil mientras mi sexto sentido me dice que hay algo raro, no pudimos haber salido tan fácil y que ningún guardia se nos interpusiera. Todo iba bien y eso se me hacía raro.María e Isaac iban a mí lado, mis manos empezaban a sudar mientras nos acercabamos detrás de la casa principal. Los recuerdos vuelven, discutiendo con papá, pidiéndome que devuelva el libro, el intento de borrar lo desconocido que hay en mi mente. Siento que me agobio y mi respiración se descontrola y me veo obligada a inclinarme.–No creo poder– susurro, Karia se agacha a mi lado y me abraza, no dice nada, solo me abraza mientras yo reviento en lágrimas.En este lugar fue la última vez que abrace a papá, la última vez que todo estuvo bien en mi vida. La primera y última v
AmaraEl sol salió, Aziel estaba dormido pero esta vez estaba encadenado. Luego de que Casiel me teletrapostara el castillo, los chicos llegaron minutos después con Aziel y Casiel inconscientes. Ambos ya en su forma humana.Casiel estaba en otra habitación, yo me encontraba en mis mia junto a Un Aziel inconsciente y esposado. Diosa, mi vida empieza a volverse un caos.La puerta se abre y entra la reina con una bandeja en sus manos, trae desayuno y tinto para ambas. Me sienta a mi lado y me da una sonrisa.–Lo siento Amara– susurra– pero ten fe, todo va a mejorar, todo va a salir bien– aprieta mi mano en señal de apoyo y yo asiento. De verdad que estoy hecha un caos.Volteo hacia Aziel quien está despertando, no me acerco, anoche intentó atacarme, está fuera de control y lo menos es mantener distancia hasta que aclaremos las cosas.–Amara– me llama, este intenta moverse pero el estar encadenado se lo impide– ¿Qué sucede, porque estoy encadenado?– su voz es ronca y denota pura confusión
Izel Mi llegada al castillo me tiene los nervios de punta. A todos los lastime y con ninguno hablé después de recuperar mi humanidad. Diosa soy un desastre. Me sentía realmente mal y no quería ver a ninguno pero debía afrontar las consecuencias de mis actos.Apenas entramos a la sala nuestra presencia fue informada y pocos minutos después llegó una fila de personas. La reina corrió a abrazar a su hija, Amara fue corriendo por sus padres, mientras yo estaba evitando una mirada a toda costa.Mi corazón latía con fuerza y yo solo me concentré en ver a la persona que venía caminando hacia mi. Sentí mis manos sudar y unas profundas ganas de abrazarla; mis deseos se hicieron realidad cuando ella lo hizo. Sin decir una palabra, solo me abrazó y yo la abrace a ella, mis ojos se hicieron agua pero retuve las lágrimas que querían salir de ellos.–Te quiero– susurra en mi oido, por mi parte solo asiento sabiendo que si digo algo mi voz se va a quebrar. Fanni besa mi mejilla y se aleja a saludar
Lluvia.Gotas caían sobre aquel hombre que traía a una pequeña en sus brazos; corría mientras tapaba a la pequeña criatura que llevaba en sus brazos. La cual no paraba de llorar. Sentía su corazón destrozado al sentir los latidos de la pequeña disminuir. ¡No, no podía dejarla morir! Moriría si algo le pasara, juró protegerla como su propia hija y eso haría.Corrió, corrió lo más fuerte que pudo hasta llegar a una abriendo la puerta de golpe asustando a la elegante mujer que tomaba su taza de café. Ella lo miró, perpleja, sin saber que hacer o decir al ver a su esposo en aquella situación.—¿Papi?— lo llamo la pequeña pelinegra al ver a su padre cubierto de sangre y con aquella pequeña, que no dejaba de llorar en brazos.—Dime que no es cierto por favor— sollozo aquella mujer. El hombre no pudo evitar soltar unas lágrimas.Se sentía terrible, se sentía culpable de esa situación, se lamentaba no poder haber llegado antes y haber causado tal daño a esta pequeña en sus brazos.—¡No, no,n
AmaraBajo las escaleras a gran velocidad, ignorando los gritos de mi madre pidiéndome que me detenga. Estoy muy emocionada.El cartero de la manada acaba de llegar con la carta tan esperada por mi. Han sido tres meses de agonía, esperando la respuesta de aprobación a la escuela del reino. Quería cursar mi último año allá y aunque fácilmente hubiese entrado con las influencias de mi padre, quiero entrar por mis propios logros.Abro la puerta antes de que el cartero toque y recibo las cartas antes de que pueda decir algo. Cierro la puerta y me doy la vuelta buscando entre las miles de cartas que hay en mis manos.—¡Sí!— exclamó cuando veo la carta con el sello de la escuela del reino, con nerviosismo la abro y mis ojos destella ante lo que leo— ¡Sí,si, joder!— grito dando brincos mientras las cartas caen al suelo.Mamá me mira con una sonrisa en la cara mientras mi padre y hermano salen de la oficina del primero. Me miran estupefactos y yo solo corro abrazando a papá que al parecer y
Cierro la maleta y sonrió mirando todo empacado. Estaba emocionada, feliz y un poco inquieta por lo que me esperaba fuera de estas cuatro paredes. De pronto caí en cuenta de todo lo que iba a dejar.Mis padres, mi hermano, mis amigos y toda mi vida estaba aquí. Realmente había deseado irme al reino donde no conozco a nadie y seguro los primeros días me perdería en las calles.Por lo menos estaría con Izel.Aleje ese pensamiento tonto de mi mente y volví a sonreír, todo va a salir bien. Encontraría mi propio camino, digo, Hunter es el próxima alfa de la manada en algún momento encontrará a su mate, mis padres se irán de viajes viajes eso suceda y ¿yo? No sé qué camino tomar, ni siquiera me veo en un futuro.Salgo de la habitación dejando todo lo empacado atrás y camino a la cocina donde estaban todos esperándome en una agradable conversación donde Hunter era el protagonista.—¡Es enserio mamá!— chilló mi hermano— Monica no me gusta para nada, a mi lobo le parece despreciable. Ni siq
Suspire abrazada a papá y mamá. Ambos estaban llorando y yo no me quedaba atrás, me sentía triste por tener que dejarlos a todos, tener que dejar a mis amigos y me arrepentí de enviar esa solicitud.Ya no quería ir ahí.Ya era muy tarde, mi presencia allá fue confirmada el mismo día y no podía desistir. Haría quedar mal a mi manada y a mi padre.–Los extrañé mucho— me permití sollozar en el hombro de papá— los amo mucho, mucho— murmuré sin dejar de sollozar. Ya parecía a Izel, que estaba a un lado con los ojos llorosos y la nariz roja. —Portante bien princesa mía, y cuida de tu prima— asentí, no quería irme molesta con mis padres ante su pedido. Ella y yo teníamos un trato.Escuchamos decir en los altavoces que nuestro vuelo ya estaba por despegar así que teníamos que irnos ya.—Cuídense mucho ¿Vale? Cualquier cosa deben avisar e inmediatamente me tendrán allá— exclamó papá y asentimos mientras caminábamos al avión junto a mi hermano que parecía afligido.•••Sentí un nudo en el estó
Me miré en el espejo sintiéndome ridícula en este dichoso uniforme. Era una falda negra con ondas, una camisa blanca de vestir y una saco negra a la altura de la cintura. Me queda jodidamente grande. Y seguramente los otros dos me quedarían iguales.—¡Amara vamos a llegar tarde en su primer día!— Me llamó mi hermano. Me miré una vez en el espejo y salí de la habitación asegurándome a mi misma que al volver arreglaría ese problema. Cuando salí vi a Izel junto a mi hermano y me pregunté porque a ella si le queda a su medida el uniforme, marcando su cintura y sus piernas y a mi me hace ver gordo. Fruncí el ceño y caminé tomando mi mochila en brazos.Salimos de la casa y poco después de veinte minutos ya estábamos enfrente de ¡un jodido castillo! Sonreí, esto definitivamente cumplía con mis expectativas. Me adentro al castillo mirando alrededor, todo jodidamente hermoso y los chicos ni se diga. Sonreí internamente al pensar que cumpliría mi romance adolescente con uno de estos papuchos.