VILKANK
Era tarde en el ciclo de oscuridad, lo sabía porque antes de encerrarse en su habitación se había despedido de todos pasando por lo que llamaban la sala de la casa. Según lo que le había dicho Alisa era común que todo el mundo se acostara temprano a dormir, ya que sin energía no había demasiadas cosas que se pudiera hacer. La verdad era que para sus planes aquello era bastante conveniente, sabía que si no se ponía en contacto con su hermano pronto tendría un potencial desastre en las manos.
Había pasado la tarde entera junto a Alisa, ella había intentado irse, pero él no la había dejado. Le preguntó los nombres de sus amigos y ya podía reconocerlos a todos, habían hablado de todas las cosas que podían e incluso sentía que había podido explorar un poco esa extraña reacción de su
ALISAAquel día tendría que prestar atención, eso era lo que Alisa seguía pensando mientras desayunaba junto a sus amigos en la mesa de la cocina. Harry ya se había marchado junto a Molly para distraer a la pequeña mientras los demás seguían allí, Víctor era el único que no había bajado todavía. Ella pensó en buscarlo hasta que lo vieron aparecer por la puerta con cuidado, miraba a todos con atención, a pesar de su tamaño lucía como si pudiera desaparecer en cualquier segundo y esa sensación la hizo sentir más incómoda de lo que podía admitir para sí misma. Él saludó a todos con cordialidad antes de que Tiana le ofreciera un plato.Víctor pudo haberse sentado en todos los lugares alrededor de la mesa, pero escogió el que estaba vacío justo a su lado. Su amig
ALISAVíctor o mejor dicho, Vilkank la miraba esperando con la paciencia que se le tendría a un niño. Ella se calmó una vez más y él habló.-Esa es una descripción más acertada- asintió él con calma -un ser inteligente de otra especie originaria de una planeta distinto al tuyo, por lo que sí, podrías llamarme un alien.-Eso lo resume todo- afirmó ella con la misma risa histérica -grandioso, simplemente grandioso.-Me alegra mucho que puedas entenderlo-le dijo él con una sonrisa -ahora puedo proceder a decirte mis razones de estadía y seguir con el contacto.Alisa reía una vez más. Tuvo que levantarse y caminar intentando procesar todas los pensamientos que cruzaban su mente, Vilkank no la detuvo, por lo que fue un punto a su favor sobre la amenazaba que significaba para ella.-No estoy
ALISAEl colchón temblaba, el mundo entero se movía a su alrededor. Alisa se levantó asustada y en pánico cuando comprendió que no se trataba de ella, la casa entera se estremecía con fuerza mientras las ondas de un terremoto se veían mientras hacían chocar las paredes de su habitación, ella se tragó un grito al mismo tiempo que intentaba levantarse corriendo. Su corazón iba a mil por hora, en el segundo en que abrió la puerta observó que las de sus amigos todavía estaban cerradas. El miedo se metió en sus entrañas y antes de que pudiera moverse su cuerpo se tropezó golpeándose con fuerza contra la puerta frente a ella.-Vilkank- ella gritó y unos segundos más tarde la puerta se abría.No pudo ver lo que sucedía, el pánico fue demasiado, por lo que solo pudo acurrucarse mientras
ALISA-Lo lamento- se disculpó la mujer -nosotros… pasamos por esto al perder nuestra casa. Todavía resulta aterrador.-Tranquila- afirmó Tiana -¿por qué no vamos todos a la cocina por un te relajante y así nos acompañamos mientras el miedo se va poco a poco?Nadie se negó a la solicitud. Caminaron hacia el lugar como una procesión notando que algunos lugares de la casa se veían afectados, pero en general todo lucía bien. Encontraron a Harry y Molly compartiendo una galleta en la cocina, la niña sonreía, lo que fue una forma de relajarlos a todos. Ella se alegró de que todos estuvieran bien hasta que recordó que no todos estaban en aquella casa y se alarmó.-Tengo que salir- anunció ella poniéndose en movimiento.-¿Qué sucede?- Preguntó Harry.-El señor Oslo
VILKANKAbrió los ojos sintiéndose cansado, Vilkank había tenido una noche bastante movida luego de que Alisa se fuera por primera vez de su habitación luego de contarle la verdad y luego la segunda vez cuando un terremoto azotaba el lugar. Se había despertado con las luces rojas brillando sobre sus ojos y el rayo protector de su pulsera de camuflaje brillando alrededor de la habitación. Todo se movía, las paredes temblaban con fuerza y él esperaba que nada se destruyera. El pensamiento de Alisa cruzó su mente justo en el segundo que la escuchó gritar su nombre en el pasillo.Corrió hasta la puerta, a pesar de las advertencias, para encontrarla tirada en el pasillo, su reacción inmediata fue salir para ponerla a salvo y eso fue exactamente lo que hizo. Se alegraba de haberlo hecho, porque de lo contrario podría haberse lastimado severamente como le hab&i
VILKANK -¿Tienes algo de tiempo libre?- Preguntó Alisa acercándose y sorprendiéndolo. -Ahora sí- asintió él. -Bien- aceptó ella -es momento de que me acompañes por fin a la sala de café. Él sabía que hablaba de su sala de comunicaciones improvisada. -¿Iremos solo nosotros?- Preguntó él. -Josep suele venir conmigo, pero hoy probablemente esté ocupado, así que sí- explicó ella. -Creo que es mejor que nadie además de ti note que no conozco mucho de tu tecnología- le susurró él -sobre todo considerando que Josep no me mira de la misma manera luego de anoche. -También lo noté- convino Alisa con una mueca -y pienso que tienes razón, Josep es un hombre perceptivo que estuvo con nosotros anoche. Estoy segura de que notó que las heridas del señor Oslo fueron más graves de lo que dijiste y aunque no puede decir nada porque es evidente que fue curado, eso no impide que sienta sospechas. -Lo que lo
ALISALuego de saber que la antena funcionaba y comunicarse con Velkank, el hermano irritable, esperaron a que la información fuera trasmitida a la nave principal en su totalidad. En ese entretanto comieron alguna de las cosas que les habían dado Tiana y Mildred sentados en la grama que crecía salvajemente. A lo lejos veían las casas derrumbadas del vecindario en el que todavía vivían y un sentimiento de opresión se quedó en su cuerpo, esos podían ser ellos en cualquier segundo, era una preocupación constante. Justo como le había sucedido al señor Oslo y todavía agradecía que Vilkank estuviera con ellos.Apretó la mano que todavía sostenía la del demonio rojo que iba con ella a todos lados y la arrastraba a sus misiones. Se miraron compartiendo esa conexión intensa que crecía más cada vez que estaban junto
ALISACaminaron hasta la entrada de la lanzadera, era momento de volver, pero al llegar a la puerta ambos se detuvieron. El crepúsculo pintaba el cielo de colores impresionantes, no había forma de que llegaran a la casa antes de que la oscuridad los hiciera poner en peligro su seguridad, se habían tardado demasiado y ahora era peligroso salir. Alisa se volteó hacia él luciendo bastante nerviosa, pero sonrió.-Creo que nos quedaremos aquí- comentó ella -¿hay algún lugar donde dormir?Él asintió. Cerrando la puerta de la lanzadera Vilkank la llevó a la pequeña habitación, aunque el lugar estaba preparado para ser ocupado por dos personas, no estaba pensado para viajes largos, por lo que solo había un lecho en el espacio. Ella se quedó en silencio mientras observaba el lugar, no dijo una sola palabra aunque su pequeñ