MILDRED
Dos años más tarde
Habían pasado dos años y todavía no podía creer que hubiera pasado tanto desde que los humanos habían llegado a Portrats. El tiempo corría apresurado, el año anterior Alisa y Vilkank habían completado su ritual de unión de almas, algo parecido a un matrimonio religioso de la tierra porque se suponía que esta unión no podía terminarse. Había sido bonito y sentimental, ella comprendía la emoción de su amiga, pero estando con su esposo nunca podría experimentar aquel ritual y estaba bien con eso. Su vida se sentía completa del modo en que estaba ahora, saber que la seguridad era una constante la hacía sonreír con más fuerza.
Mildred sonrió cuando su pequeña, que ya había cumplido los ocho años de edad, corría hacía la cocina de la casa que les habían asignado luego de llegar. Josep y ella habían decidido quedarse cerca de sus amigos, por lo que sus casas no quedaban demasiado lejos, eso ayudaba mucho
MILDREDLlevar a Molly a la casa de Vartirak siempre resultaba ser un proceso complicado, debía organizar un bolso completo en donde lo básico fuera llevado. A su hija no le gustaba estar sin sus pertenencias aunque sí le gustaba quedarse en otras casas para dormir, la niña decía que se sentía como una aventura aunque ella nunca pudiera comprenderlo luego de todo lo vivido. Se subieron en el vehículo que los llevaría por fin a la casa de la mujer Prometius y llegaron rápidamente allí.Vartirak abrió la puerta con una sonrisa.-¿Cómo está mi niña bonita?- Le preguntó la mujer a Molly cuando su hija corría a abrazarla.-Estoy muy bien- aseguró la niña -sobre todo porque voy a quedarme contigo, ¿Lili y Margo ya están aquí?-Solo Margo, bonita. Lili llegará más
Ella se quedó muda unos segundos.-Supongo que en la tierra fue una posibilidad olvidada- inició Mildred -y al llegar aquí tuvimos que adaptarnos, aprender a vivir en un nuevo planeta. Olvidar los malos recuerdos para poder disfrutar de nosotros y nuestra relación como lo hacíamos antes, pensé que esa era la razón de esta cena.-Tienes razón- aceptó con dulzura en su mirada -pero, ¿considerarías la idea de tener a otro pequeño?Sus ojos se llenaron de lágrimas y ella solo pudo alzarse sobre la mesa para besar a su esposo con fuerza.-Claro que sí- afirmó ella sin dejar de besarlo -feliz aniversario mi cielo, te amo muchísimo.-Feliz aniversario, mi cielo- respondió él con sentimiento -te amo mucho.Josep la acercó a su cuerpo para besarla con fuerza y luego la dejó ir. Era momento de irse, lo veía
MARTIN OSLODos años después de la llegada de los humanos a PortratsSu vida había sido placentera y agradable, al menos era eso lo que pensaba cuando recordaba los buenos momentos y a las personas que habían estado con él. Al final del camino solo era Hillary la que había estado allí. Se habían conocido luego de que ambos fueran confrontados porque nunca atendían a las reuniones vecinales, por lo que habían unido fuerzas hasta que los habían dejado en paz. Hillary Carusso era una mujer divertida a la que había apreciado muchísimo y había lamentado el día en el que lo había dejado solo, él había pensado que pasarían más tiempo juntos.Sobre todo porque luego de una vida de lujos y excesos donde el amor se había escapado de sus manos al igual que las oportunidades de tener una familia, ella había llegad
HARRYAdvertencia: Este capítulo posee escenas románticas y eróticas entre dos hombres, no es necesario que lo leas si no eres amante del tema. Gracias por llegar hasta aquí. Después de todo lo que había sucedido su vida se sentía un poco perdida, dejar la tierra había sido un cambio drástico, sobre todo considerando lo que dejaba atrás y al sitio al que se dirigía. No había sido sencillo aceptar que Portrats tendría un clima bastante homofóbico para desarrollarse, algo que le molestaba muchísimo. Y no porque él fuera gay, se había considerado bisexual desde el día en que había besado a un hombre sabiendo que lo había adorado, solo para comprobar, y luego había salido con su novia ansioso por desnudarla, la mujer era divina.Su vida estaba llena de personas que amaba y que lo hac&ia
HARRYEl hombre lo miró entonces mostrando la sorpresa en su mirada. Sus ojos se llenaron de pánico mientras se levantaba casi como si necesitara correr, huir de él. Harry lo miró con intensidad preparado para cualquier reacción menos para la que sucedió, Raknik pareció perder toda la fuerza antes de lanzarse una vez más en el sitio en el que había estado sentado, se revolvió el pelo con lo que parecía desesperación y luego lo miró.-Sirve entonces- le dijo Raknik sin verlo.Él se sentó y colocó las copas en el mueble antes de servirlas. Llenó ambas copas hasta la mitad antes de entregarle una a Raknik.-Es un tinto de la tierra, debería ser bueno- comentó él dando el primer sorbo.Se mantuvieron en silencio, Harry se negaba a irse. Necesitaba alguna explicación, una reacci&oacu
ALISA Ya nada sería igual, nunca más. Ese era el pensamiento de todas las mañanas, el pensamiento que no la dejaría ir nunca más. Alisa sabía que aquello era normal, pero no por eso más tranquilizador. Con un suspiro se levantó del lecho que no era suya, una con sábanas suaves y costosas, una manta aún más lujosa y una habitación que era casi del tamaño de su antiguo departamento. Obviamente aquella habitación, aquella casa, no le pertenecía. Se dirigió al baño entonces para cepillarse, ducharse y vestirse con algo sencillo, bajó las escaleras lentamente admirando todo como cada mañana. Se encontró con Tiana en la cocina ya preparando el desayuno. -Buenos días- saludó ella -¿necesitas ayuda? -Siéntate ya- ordenó Tiana riendo -tienes cara de que te lanzas al metro. Y con esas palabras le entregó una taza de café humeante. -Si es que funciona en este momento, pero lo dudo mucho- comentó ella -gracias. E
ALISA Tres horas después y junto a sus suministros ellos emprendían el viaje de regreso a casa. Alisa conducía por lo que en el momento en que un pequeño cuerpo se cruzó en su camino pisó el freno casi causando un accidente. -¿Qué sucedió?- Preguntó Harry asustado -¿está bien señor Oslo? -Estoy bien niño, soy viejo no frágil- contestó el hombre -¿qué sucedió niña Alisa? -Yo no estaría de acuerdo- contestó Harry al anciano lo que le valió una mirada de reprimenda. -Creo que una niña se cruzó en mi camino- dijo ella al fin. Bajaron del auto ella y Harry solo para estar seguros, allí a un lado de la carretera y llorando estaba una niña de cuatro o cinco años. -Hola, cielo- dijo ella acercándose -¿dónde están tus padres? -¿Cómo te llamas?- Preguntó Harry. -Mi nombre es Molly- explicó la pequeña entre llantos. -¿Y tus padres?- Repitió ella. La niña comenzó a llorar con fuerza
VILKANK Todo se estaba saliendo de control. No sabía cómo las cosas habían llegado a ese punto, pero el estado de emergencia era permanente en todos los planetas poblados cercanos, dentro de la galaxia Andrómeda. Vilkank era un simple científico, uno que se había dedicado a un trabajo que le encantaba y que por alguna razón el Consejo Universal de Planetas Unidos había decidido financiar a pesar de la delicada situación política de aquella galaxia y que ahora explotaba, literalmente, en el rostro de todos los implicados. No por nada, desde hace ciclos, dos de las especies más nombradas e influyentes en el universo estaban en pico de guerra. Fue por esa razón que cuando la galaxia Andrómeda estuvo en todas las lecturas científicas cincuenta ciclos atrás, resultó ser un gran anuncio para quienes estudiaban nuevas estrellas y planetas con especies inteligentes, como él. Era conocido que el Consejo, mejor llamado CUPU, derrochaba muchos de sus r