VILKANK
Abrió los ojos sintiéndose cansado, Vilkank había tenido una noche bastante movida luego de que Alisa se fuera por primera vez de su habitación luego de contarle la verdad y luego la segunda vez cuando un terremoto azotaba el lugar. Se había despertado con las luces rojas brillando sobre sus ojos y el rayo protector de su pulsera de camuflaje brillando alrededor de la habitación. Todo se movía, las paredes temblaban con fuerza y él esperaba que nada se destruyera. El pensamiento de Alisa cruzó su mente justo en el segundo que la escuchó gritar su nombre en el pasillo.
Corrió hasta la puerta, a pesar de las advertencias, para encontrarla tirada en el pasillo, su reacción inmediata fue salir para ponerla a salvo y eso fue exactamente lo que hizo. Se alegraba de haberlo hecho, porque de lo contrario podría haberse lastimado severamente como le hab&i
VILKANK -¿Tienes algo de tiempo libre?- Preguntó Alisa acercándose y sorprendiéndolo. -Ahora sí- asintió él. -Bien- aceptó ella -es momento de que me acompañes por fin a la sala de café. Él sabía que hablaba de su sala de comunicaciones improvisada. -¿Iremos solo nosotros?- Preguntó él. -Josep suele venir conmigo, pero hoy probablemente esté ocupado, así que sí- explicó ella. -Creo que es mejor que nadie además de ti note que no conozco mucho de tu tecnología- le susurró él -sobre todo considerando que Josep no me mira de la misma manera luego de anoche. -También lo noté- convino Alisa con una mueca -y pienso que tienes razón, Josep es un hombre perceptivo que estuvo con nosotros anoche. Estoy segura de que notó que las heridas del señor Oslo fueron más graves de lo que dijiste y aunque no puede decir nada porque es evidente que fue curado, eso no impide que sienta sospechas. -Lo que lo
ALISALuego de saber que la antena funcionaba y comunicarse con Velkank, el hermano irritable, esperaron a que la información fuera trasmitida a la nave principal en su totalidad. En ese entretanto comieron alguna de las cosas que les habían dado Tiana y Mildred sentados en la grama que crecía salvajemente. A lo lejos veían las casas derrumbadas del vecindario en el que todavía vivían y un sentimiento de opresión se quedó en su cuerpo, esos podían ser ellos en cualquier segundo, era una preocupación constante. Justo como le había sucedido al señor Oslo y todavía agradecía que Vilkank estuviera con ellos.Apretó la mano que todavía sostenía la del demonio rojo que iba con ella a todos lados y la arrastraba a sus misiones. Se miraron compartiendo esa conexión intensa que crecía más cada vez que estaban junto
ALISACaminaron hasta la entrada de la lanzadera, era momento de volver, pero al llegar a la puerta ambos se detuvieron. El crepúsculo pintaba el cielo de colores impresionantes, no había forma de que llegaran a la casa antes de que la oscuridad los hiciera poner en peligro su seguridad, se habían tardado demasiado y ahora era peligroso salir. Alisa se volteó hacia él luciendo bastante nerviosa, pero sonrió.-Creo que nos quedaremos aquí- comentó ella -¿hay algún lugar donde dormir?Él asintió. Cerrando la puerta de la lanzadera Vilkank la llevó a la pequeña habitación, aunque el lugar estaba preparado para ser ocupado por dos personas, no estaba pensado para viajes largos, por lo que solo había un lecho en el espacio. Ella se quedó en silencio mientras observaba el lugar, no dijo una sola palabra aunque su pequeñ
ALISAAlisa abrió los ojos un poco confundida hasta que recordó el lugar en el que estaba y sintió los brazos de Vilkank rodeando su cuerpo, aunque no fue lo único que sintió. Sus mejillas se llenaron de calor y el deseo la alcanzó tan rápido como una llamarada que la consumía, podía sentir la dureza de Vilkank contra sus glúteos, era grande y grueso, se sentía tan bien que no podía dejar de moverse solo para comprobar que lo que sentía era él. Gimió con suavidad cuando él la apretó contra su cuerpo en un ademán deseoso, pero se detuvo cuando comprendió que Vilkank estaba dormido, se sentía como aprovecharse.Se volteó con una sonrisa y observó la dureza que apenas era contenida por la parte inferior del traje de camuflaje, ellos se había acostado intentando ponerse lo más c&oac
ALISAElla no lo dudó, en otra situación se habría negado, pero el tiempo apremiaba y ellos debían llegar lo más rápido posible. Se colgó del cuello de Vilkank con facilidad, él sostuvo sus piernas en una postura cómoda y comenzó a caminar a una velocidad vertiginosa, habría jurado que su demonio corría, de no ser por todos los desechos que se encontraban en el piso que le impedían hacerlo, sin embargo, aquel nivel de agilidad era impresionante.Llegaron a la casa en tiempo récord solo para que más lágrimas se escaparan, todo el lugar estaba derrumbado, no quedaba casi nada en pie salvo algunas columnas y el garaje que parecía una pequeña habitación debajo de un montón de tierra. La desesperación llenó su pecho con miedo y dolor, era demasiado para sus nervios. Se soltó de los brazos d
VILKANKLlegar a la cima de la montaña fue más complicado de lo que imaginó, Alisa iba conduciendo mientras todos los demás iban en la camioneta apretados. En la parte de la maleta habían conseguido poner a Josep en una posición lo suficientemente cómoda para viajar, Molly se había pegado al costado de su madre quien intentaba distraerla para que los temblores del pequeño cuerpo no siguieran sucediendo. La pequeña hembra lo miraba como si no pudiera comprender por qué su piel se veía distinta, sabía que sería extraño para ella y por lo visto también para todos los demás. De vez en cuando podía sentir la mirada de alguien sobre él, aunque se apresuraban a apartar la vista en el momento en que él volteaba.Llegaron a una pequeña llanura oculta donde tuvieron que dejar la camioneta debido a una gran ro
VILKANKÉl asintió y se levantó para salir, Alisa lo siguió y vieron como un cuadro de color negro aterrizaba en el campo abierto junto a la lanzadera. Revisaron las cosas, los medicamentos y todo lo necesario.-Ya podemos organizarnos- aseguró él cuando regresaron al interior.Su hermano parecía entretenido hablando con Tiana y la hembra enrojecía. Harry calmó a Alisa, quien lucía algo molesta hasta que Velkank terminó la comunicación.-¿Qué es lo que haremos?- Le preguntó el señor Oslo.-Primero debemos colocar las habitaciones portátiles- explicó él -luego debo revisar la condición de Josep, para confirmar su recuperación.-Manos a la obra- aceptó el macho anciano.Sacaron los pequeños cuadros del interior de la caja, había solo tres de ello
ALISADespertar con los brazos de Vilkank alrededor de su cuerpo era dulce y tan emocionante como pudiera imaginar. Una sonrisa inmensa cruzaba sus labios cada vez que se levantaba de aquel modo, no podía evitarlo. Se deleitó con la excitación de su cuerpo en el segundo en que su trasero chocó contra esa dureza que se sentía permanente mientras ella estaba cerca, se movió delicadamente sabiendo que su cuerpo disfrutaba de esas caricias robadas y se estremeció cuando él apretó sus dedos con fuerza en esa zona sensible de su cadera donde siempre la sostenía cuando dormían. No se movió mucho más, aunque deseaba hacerlo.Se dio media vuelta para mirar esos ojos bronces que tanto la hipnotizaban mientras la imagen exótica de Vilkank se mostraba para ella, lucía tan inocente con el pelo revuelto. Esa dureza que tanto le atraía se presion&o