Mi obsesión es tal que sigo intentando con todas mis fuerzas llegar a su herida. Sigue escurriendo sangre, sin embargo, el dragón mueve su brazo de forma que el líquido rojizo no cae el suelo, se mantiene en su piel. Mis latidos son frenéticos, mis jadeos desesperados, suelto un sollozo debido al esfuerzo excesivo que hago por llegar a él y mis quejidos de impotencia suenan tan… Agudos que por momento siento que son más que nada gemidos. —Es suficiente —me dice en un ronroneo que parece querer ser convincente—. Ahora me debo curar, por favor.Si no estuviera como drogadicta que necesita una dosis de heroína, me sentiría satisfecha por el hecho de que al fin me ha pedido algo por favor, pero esta necesidad imperiosa de beber de él solo me recuerda a cuándo suplicaba y rogaba por una dosis más, por una mierda que estaba combinada con más mierdas y que me daría placer y calma por un breve momento para después volverse peor. El necesitar sacaba lo peor de mí, mis peores palabras, mis pe
Xiwtekuhtli es tan cálido, tan adictivo, me recuerda mucho a las escaleras que se siguen para llegar hasta la preciada heroína o peor, el fentanilo. Yo nunca probé fentanilo, Jossy siempre me dijo que eso era un extremo incluso peor que la heroína y que si ella no la probaba, entonces yo menos. Aunque no es como que la heroína fuera santa y pura.Generalmente, una persona entra a las drogas con la muy conocida y erróneamente considerada inofensiva marihuana, una planta fácil de cultivar y cosechar cuyo aroma es desagradable y marea incluso más que el consumo mismo. Ya sea por amigos, por querer probar, por la idea de que fumar hace a uno verlo atractivo o como chico / chica mala o malo o cualquier mierda que siempre se toma como justificación, pero al final uno termina fumando cuando en realidad no había razón coherente para hacerlo.Rigo solía decir que él empezó porque quería relajarse, porque le daba risa todo y se sentía mejor que estando sobrio, lo cual no debiera ser normal.A q
Me gustaría pensar que la mejoría de un día para otro se debe a que tengo una increíble habilidad para esto, pero algo me dice que se debe a que el dragón se conectó conmigo y que el hecho de poder discernir y encontrar tan rápido las esencias no es mérito propio. Pero es funcional porque en menos de diez minutos logro encontrar a Saúd.El vampiro está en medio del bosque, sentado tranquilamente junto al estanque lavando heridas negruzcas que se encuentran en su torso y cuya sangre escurriendo es casi del color del petróleo, se ve asqueroso y arrugo la nariz en un acto reflejo. Él me escucha, pues voltea rápidamente y al verme continúa con la tarea. Al tomar asiento junto a él, puedo notar más heridas en la parte de enfrente; son pequeñas en general, algunas se curan solas, pero la gran mayoría parece necesitar una pequeña ayuda.—No me dio tiempo de agradecerte —digo en un susurro—. Así que aprovecho para decir que gracias.Durante un rato nos quedamos callados; él limpiando; yo, esp
Ahora sí se va a armar un desmadre digno de redadas. Escapar no es opción, esconderme tampoco porque me encontrarían en menos de una hora y se verá demasiado infantil. Junto con Arlen, salgo del endemoniado laberinto y me encuentro con monteros corriendo de un lado para otro, algunos con armas, pero la mayoría sin nada.Las detonaciones no tardan en aparecer, suenan tres seguidas, gritos y un pesado candelabro cae del techo; aterriza sobre dos monteros cuya sangre vuela y unas gotas van a caer a mi rostro. Inconscientemente busco a Arlen, pero entre la masa de gente es difícil de verlo, cuando lo hallo, mi corazón da un vuelco. Está de rodillas y se aprieta el brazo; un líquido entre color morado y azulado corre entre sus dedos. Una alarma suena en mi mente y siento a mi estómago apretarse, sin embargo, no entro en pánico porque solo le dio en el brazo y tampoco es como que se pueda morir por eso, ¿cierto? Y entonces veo otra herida, esta es en el costado y está sangrando un poco má
El resto de la pelea dura muy poco, con todos los místicos sometidos y solo unos gruñidos para nada amenazantes, la lucha se da por terminada. A pesar de mis gritos, amenazas e incluso un par de súplicas, me impiden ver el estado de los campeones que, si bien dudo que haya alguno muerto, deben de estar malheridos. No vi a Saúd durante la lucha, pero no lo estaba buscando; casi podría jurar que fue uno de los primeros si no es que el primero en ser sometido.Xiwtekuhtli tampoco estaba presente, por más que intento sentir su esencia, me es imposible a pesar de que puedo sentir a la perfección a los demás. Incluso antes podía sentirlo bastante bien, quiero pensar que por los nervios es que no logro encontrarlo. O tal vez es que lo mataron.La idea me aterra más de lo que pensé.Mientras me llevan a rastras hacia algún lugar desconocido para mí, encuentro la esencia de Arlen, es tenue, no al punto de desaparecer, pero la siento débil. Solo pido que no sea tan grave la herida y que encuent
Llegar a los calabozos me devuelve a la vez que Humberto murió, aún no he hablado sobre ello con el Consejo, ni siquiera sé si ya están enterados, aunque me imagino que sí. No puedo creer que en dos días hayan ocurrido tantas cosas de mierda. Esto va demasiado rápido para mi gusto.Las celdas están vacías, el cuerpo de Humberto ha desaparecido y solo queda el vacío de un lugar desesperanzador, ni rastro de los místicos. Fui una tonta al dar por hecho que estarían ahí. Claro que deben estar en celdas diferentes, mucho más resistentes y a prueba de sus dones maquiavélicos. Me centro en sentir la esencia de Arlen y la sigo, sigue siendo débil, casi un pulso aferrándose a la vida.Tienen toda clase de defensa, desde monteros armados con lanzas y espadas hasta armas de fuego que desconocía que teníamos. Las grandes y pesadas puertas de bronce me dan la bienvenida junto con dos monteras de aspecto feroz y expresión de desagrado. Adoptan posiciones de ataque en cuanto me acerco, pero simplem
El camino al portal que da a plano terrenal en dónde se llevó a cabo la masacre es boscoso, largo y sinuoso. Es imposible pasar por alto el hecho de que no se escuchan insectos, que el roce con las plantas no hace ruido y que solo nuestras respiraciones son señal de vida.El miedo no se queda atrás, van tres veces que cualquier ruido, por minúsculo que sea, me saca un susto al pensar que se trata de un guerrero monstruo o espectro dispuesto a caer sobre nosotros y atacarnos con fiereza. Algo pasa volando sobre nuestra cabeza y se esconde entre las ramas de un árbol alejado de nosotros, está del lado contrario al que vamos.—¿Será un guerrero monstruo?Me encojo de hombros ante la duda externada por Josué, trato de vislumbrar entre las ramas, pero no tengo vista de halcón.—No es dragón y las brujas vuelan con escobas —sonrío—. Supongo que sí es guerrero monstruo.—Querida Viv, sabes que te acompaño con gusto, pero me da curiosidad saber el repentino interés en ayudar a los que tú cata
La súplica es apenas un susurro, pero es suficiente para hacer que dos chicas se acerquen y logren sacar a un gnomo mujer con un hilo de sangre plateada corriendo por su cabeza. El gnomo no logra mantenerse en pie y cae pesadamente, un crujido suena y el silencio cae con fuerza sobre nosotros.Josué toma su pulso, pero nos mira y niega con la cabeza. Miro el panorama, no se puede ver gran cosa, pero todo es destrucción, escombros, restos de vegetación y cadáveres tanto de animales como de… Seres. Debe haber miles si no es que decenas de miles enterrados bajo los escombros. El lugar del desastre ocupa al menos un kilómetro de diámetro y eso que ni siquiera alcanzo a ver dónde termina. Y es entonces cuando entiendo que no lograremos sacar a todos, no somos muchos, no somos fuertes y nos cansamos rápido.Una dragona se aparece frente a nosotros, no es la misma que estuvo durante la presentación en el laberinto, pero es igual de hermosa, sus ojos rojos me miran fijamente antes de que es