El karma me ha llegado y al evadir a Xiwtekuhtli hace rato, se ha vengado y ahora me evade él. No tengo ni idea de en dónde está y por mucho que recorremos, no lo encontramos. Por alguna razón, posiblemente mi cansancio excesivo, no logro sentir su esencia. Siento varias y no logro diferenciarlas.Saúd no para de parlotear sobre lo hermoso de que dos seres se deseen, habla de la lujuria y del deseo como si fuera lo máximo a lo que aspirar. Pero difiero demasiado, lo máximo a lo que habría que aspirar es el amor. Así sea amor de hermanos, de padres e hijos o de pareja. No es como que los místicos sepan gran cosa de eso, claro. Ellos son el egoísmo en su máximo esplendor. Y entonces recuerdo algo que leí hace tiempo y que me hizo ruido en aquel entonces.—¿Cómo son tus hermanas?Tarde me doy cuenta de que tal vez no fue tan buena idea preguntarle, pues esa información estaba en los archivos confidenciales que nadie, más que la montera antigua, sabe que tengo.—¿Mis herma…? —se detiene e
Aparecemos en la habitación dónde está mi hermano. El pitido de las máquinas es lo primero que oigo incluso antes de ver que estamos ahí. Xiwtekuhtli me suelta y se acerca a Karim, lo mira durante un par de segundos y luego cierra los ojos. Aprovecho que parece muy concentrado en la tarea para usar todo el poder que tengo para llamar a Arlen. Saúd sabe que debe encontrarme, pero Arlen no.Ya estoy cansada, así que me siento desfallecer por el esfuerzo de dar con la esencia de Arlen. Intento golpearla para me sienta y entienda que debe venir, pero es complicado, siento que en cualquier momento podría perder el conocimiento. Observo la sábana blanca y me concentro en el color; nunca pensé en un color que caracterizara a Arlen, pero viendo la sábana, pienso que el blanco le quedaría bien. No por pureza o inocencia, pues quien mata para sobrevivir no es ni puro ni inocente, pero le queda debido a su quietud, su gelidez y su… Misterio.Ahora sí golpeo y lanzo un solo mensaje: << Te necesit
No sé cuánto tiempo ha pasado, la única razón por la que sé que sigo viva es debido a que el dolor y el suplicio están destinados al sufrimiento largo. Me agota tanto que no puedo gritar, maldecir, menos aún intentar defenderme, aunque sea por puro instinto. Mi ancla para mantenerme cuerda en este mundo de mierda son las lágrimas, pues me esfuerzo demasiado por no dejar que caiga una sola.Escucho las voces amortiguadas e inentendibles, son desesperadas, un tono sombrío pinta en ellas mientras el sonido del viento soplando agresivamente se lleva entre su rugido las palabras. Me siento satisfecha conmigo misma y con mi decisión, el frío gélido me devuelve los pensamientos sobre lo que acabo de hacer y me hace ver que di un gran paso para convertirme en una mejor persona; en alguien que puede preocuparse por los demás y ver el lado bueno de cada uno para encontrar una razón para no odiarlos. Para darme cuenta de que sí hay personas, situaciones y cosas (por muy escasas que sean), por la
Mi obsesión es tal que sigo intentando con todas mis fuerzas llegar a su herida. Sigue escurriendo sangre, sin embargo, el dragón mueve su brazo de forma que el líquido rojizo no cae el suelo, se mantiene en su piel. Mis latidos son frenéticos, mis jadeos desesperados, suelto un sollozo debido al esfuerzo excesivo que hago por llegar a él y mis quejidos de impotencia suenan tan… Agudos que por momento siento que son más que nada gemidos. —Es suficiente —me dice en un ronroneo que parece querer ser convincente—. Ahora me debo curar, por favor.Si no estuviera como drogadicta que necesita una dosis de heroína, me sentiría satisfecha por el hecho de que al fin me ha pedido algo por favor, pero esta necesidad imperiosa de beber de él solo me recuerda a cuándo suplicaba y rogaba por una dosis más, por una mierda que estaba combinada con más mierdas y que me daría placer y calma por un breve momento para después volverse peor. El necesitar sacaba lo peor de mí, mis peores palabras, mis pe
Xiwtekuhtli es tan cálido, tan adictivo, me recuerda mucho a las escaleras que se siguen para llegar hasta la preciada heroína o peor, el fentanilo. Yo nunca probé fentanilo, Jossy siempre me dijo que eso era un extremo incluso peor que la heroína y que si ella no la probaba, entonces yo menos. Aunque no es como que la heroína fuera santa y pura.Generalmente, una persona entra a las drogas con la muy conocida y erróneamente considerada inofensiva marihuana, una planta fácil de cultivar y cosechar cuyo aroma es desagradable y marea incluso más que el consumo mismo. Ya sea por amigos, por querer probar, por la idea de que fumar hace a uno verlo atractivo o como chico / chica mala o malo o cualquier mierda que siempre se toma como justificación, pero al final uno termina fumando cuando en realidad no había razón coherente para hacerlo.Rigo solía decir que él empezó porque quería relajarse, porque le daba risa todo y se sentía mejor que estando sobrio, lo cual no debiera ser normal.A q
Me gustaría pensar que la mejoría de un día para otro se debe a que tengo una increíble habilidad para esto, pero algo me dice que se debe a que el dragón se conectó conmigo y que el hecho de poder discernir y encontrar tan rápido las esencias no es mérito propio. Pero es funcional porque en menos de diez minutos logro encontrar a Saúd.El vampiro está en medio del bosque, sentado tranquilamente junto al estanque lavando heridas negruzcas que se encuentran en su torso y cuya sangre escurriendo es casi del color del petróleo, se ve asqueroso y arrugo la nariz en un acto reflejo. Él me escucha, pues voltea rápidamente y al verme continúa con la tarea. Al tomar asiento junto a él, puedo notar más heridas en la parte de enfrente; son pequeñas en general, algunas se curan solas, pero la gran mayoría parece necesitar una pequeña ayuda.—No me dio tiempo de agradecerte —digo en un susurro—. Así que aprovecho para decir que gracias.Durante un rato nos quedamos callados; él limpiando; yo, esp
Ahora sí se va a armar un desmadre digno de redadas. Escapar no es opción, esconderme tampoco porque me encontrarían en menos de una hora y se verá demasiado infantil. Junto con Arlen, salgo del endemoniado laberinto y me encuentro con monteros corriendo de un lado para otro, algunos con armas, pero la mayoría sin nada.Las detonaciones no tardan en aparecer, suenan tres seguidas, gritos y un pesado candelabro cae del techo; aterriza sobre dos monteros cuya sangre vuela y unas gotas van a caer a mi rostro. Inconscientemente busco a Arlen, pero entre la masa de gente es difícil de verlo, cuando lo hallo, mi corazón da un vuelco. Está de rodillas y se aprieta el brazo; un líquido entre color morado y azulado corre entre sus dedos. Una alarma suena en mi mente y siento a mi estómago apretarse, sin embargo, no entro en pánico porque solo le dio en el brazo y tampoco es como que se pueda morir por eso, ¿cierto? Y entonces veo otra herida, esta es en el costado y está sangrando un poco má
El resto de la pelea dura muy poco, con todos los místicos sometidos y solo unos gruñidos para nada amenazantes, la lucha se da por terminada. A pesar de mis gritos, amenazas e incluso un par de súplicas, me impiden ver el estado de los campeones que, si bien dudo que haya alguno muerto, deben de estar malheridos. No vi a Saúd durante la lucha, pero no lo estaba buscando; casi podría jurar que fue uno de los primeros si no es que el primero en ser sometido.Xiwtekuhtli tampoco estaba presente, por más que intento sentir su esencia, me es imposible a pesar de que puedo sentir a la perfección a los demás. Incluso antes podía sentirlo bastante bien, quiero pensar que por los nervios es que no logro encontrarlo. O tal vez es que lo mataron.La idea me aterra más de lo que pensé.Mientras me llevan a rastras hacia algún lugar desconocido para mí, encuentro la esencia de Arlen, es tenue, no al punto de desaparecer, pero la siento débil. Solo pido que no sea tan grave la herida y que encuent