Correr las vueltas al castillo se ha vuelto monótono, pero he mejorado, no creo aguantar las cuatro, pero al menos ya puedo decir que terminaré tres. Lucas se está conteniendo, pues dudo que su paso sea tan lento, va por delante de mí, pero tampoco me ha dejado tanto como para desaparecer de mi vista. Por momentos veo que voltea, que trota incluso de espaldas como para vigilar que no me detenga. Maldito idiota presumido, solo busca la forma de hacerme sentir más mal de lo que ya hago.Llevamos dos vueltas y media cuando mis piernas claman por no seguir más. Mis jadeos son desesperados, el sudor cae casi como cascada por mi frente y mi espalda. Me obligo a continuar, si cumplo tres vueltas y media estaré más que satisfecha.El castillo es gigante, solo el darle la vuelta deben de ser unos dos kilómetros, si estamos hablando de tres vueltas, son siete kilómetros. La última vez que corrí fue para escapar de la policía quienes estaban haciendo una ronda y al arrestar a un dealer, se fuero
Al otro que seguimos es al guerrero monstruo, su rastro nos lleva a un estanque en el jardín posterior del castillo. Seguramente fue a darse un baño, dado que es un cocodrilo (o una especie al menos), tiene sentido. No tendrá más de dos horas que salió, pues aún hay huellas frescas y la tierra se ve diferente en algunas partes.Para cuando llega mi turno, no se me dificulta, pues la gelidez del espectro hasta un humano sin entrenamiento podría notarla. Es mucho más frío, pero no uno que se curaría con una chamarra de piel caliente y un par de calcetines de lana. Es un frío que se mete por los poros y cala los huesos, es uno que te incita a darte por vencido.—Debes saber de quién es el rastro —explica mientras volvemos —. Debes aprender a seguirlo y no perderlo —su voz es un murmullo—. Y si lo pierdes, debes reencontrarlo.—Pero lo principal es saber de quién es.Lucas asiente.—No vas a seguir algo inútil o peor, no vas a seguir algo que te pueda matar si no tienes la ayuda adecuada.
Mi primer instinto es ponerme de pie y correr lejos de aquí lo más pronto posible, pero me vería como una niña asustada y sí lo soy, pero no por eso voy a demostrarlo. Me quedo tranquilamente sentada en mi lugar y me relajo como si solo fuera un espectador más de una obra teatral. Si pienso que todo es ficción, nada puede hacerme daño.Pienso en lo mucho que ha pasado desde que me drogué con hongos, recuerdo el lobo espectro y lo relativamente sencillo que fue superarlo, el entrenamiento con el espectro no puede ser tan malo, después de todo, solo es un fantasma. Un alma. Un místico.—Ha pasado mucho tiempo desde que sentí la sangre caliente correr por mis arterias —dice una voz de ultratumba que casi me hace gritar—. Desde que podía dar órdenes a mis extremidades y saborear como si fuera uno de ustedes.Los espectros son poseedores de cuerpos, una vez que se meten en alguien es imposible sacarlos, a menos que lo hagan a voluntad. A veces, durante los exorcismos logran salir, pero es
Los aplausos y vítores son incluso más fuertes que los que yo recibí cuando me convertí en una estúpida marioneta. Karim, quien está sentado al lado de mi madre se pone de pie, esboza una minúscula y casi imperceptible sonrisa mientras agacha la cabeza en un gesto de agradecimiento, luego vuelve a tomar asiento.—Y un niño como él logró evadir a los místicos que amenazaban con matar a su madre y a su hermana a punto de nacer —un viento gélido me hace temblar—. Con el primer rayo de luz, la bruja quien se mostraba más reacia a darse por vencida, vio su inminente derrota y se alejó. Entonces, de sangre y dolor, nació Viviana. Es verdad que durante luna de sangre las fuerzas de los místicos se ven diezmadas, pero Karim tenía seis años y mantuvo a raya a bruja, lobos y un guerrero monstruo.Es apenas, con esa última afirmación que me doy cuenta de que la voz de presentadora me va guiando en cuanto a movimientos. Ella habla y yo me muevo, estoy a su merced.—¿Y qué pasó con ella? —cuestion
Que Deirdre se apoderara de mi cuerpo me afectó de una mala forma. Me siento usada, tomada, incluso violada. El espectro de mierda no tenía ningún derecho de meterse en mí por más que se justifique con que me quiso ayudar. Porque lejos de hacerme un bien me ha hecho un mal. El saber que yo sola me puse el pie, ha sido de la peor que he pasado, me siento más destrozada que cuando supe que Lucas no me amaba y nunca lo haría.Porque significa que siempre me he puesto el pie y siempre lo haré.Aún siento el frío recorrer mi cuerpo, aún noto aquella sensación viscosa y desagradable cosquillear en mi mente mientras me mete ideas poco agradables en la cabeza. Es estresante.Miro hacia el cajón en el que guardo los regalos hechos por Siena poseída por un elemental. No me tragué el cuento de que fue poseída por un elemental y jamás quiso hacerme daño, pero no sé de qué manera probarlo. Además, me molesta que no se gane un castigo por ello, no quiero verla sufrir, pero tampoco estoy cómoda con
—Eres el místico más raro que he conocido.—¿Por qué nos llaman místicos? —abre los ojos y debo apartar la mirada.Me centro en ver los árboles mover las hojas de sus ramas debido al viento, en el cielo grisáceo con nubes extrañas y los últimos rayos de un sol que jamás dará calor como en plano terrenal.—Porque ustedes son mitos —respondo sin verlo—. Para la gran mayoría de los humanos, ustedes no existieron, no existen ni existirán. Se escriben novelas cuyos protagonistas se basan en vampiros, hombres lobo, magos… Niñas tonta a veces fantasean con tener un novio vampiro o un hombre lobo que las proteja y olvide sus instintos asesinos solo por amor —me atrevo a mirarlo, me observa con interés—. Un amor que ninguno de ustedes puede sentir.—¿Hay novelas con protagonistas dragones?He leído un par de cuentos y novelas en dónde se hace mención a dragones, sin embargo distan mucho de lo que puedo ver en Xiwtekuhtli, pues este tipo casi parece un ser humano.Simplemente niego con la cabez
Los toques me sobresaltan, pego un brinco y salgo de la cama, hay un segundo de silencio y luego tocan otra vez. Abro la puerta.La montera antigua me devuelve la mirada, su rostro serio y su mirada analítica son suficientes para saber que hoy no es mi día de suerte. O mi noche de suerte. Tengo entrenamiento con Arlen a primera hora de la mañana, necesito estar descansada para ya no ser tomada por sorpresa y resistir mejor. —Si no es noticia de que ya mandaron a Siena al cuartel, no me interesa —digo con un bostezo—¿No deberían dejar que descanse lo mejor posible?La montera esboza una pequeña sonrisa tranquilizadora.—Se irá de aquí por la mañana, no acató tan mal la petición —se encoge de hombros—. Pero no vine a buscarte por eso, creo que hay algo que te gustaría ver.Se da la media vuelta y se aleja por el pasillo. No puedo decir que la curiosidad me mate o algo por el estilo, pero sería descortés de mi parte no hacerle caso a la montera y encerrarme de nuevo en la habitación. G
Lo que me sorprende es que no vamos hacia un aula o alguna sala de entrenamiento, recorremos pasillos que parecen interminables hasta llegar a la parte de hasta arriba y salimos a una torre. El viento apenas sopla, el sol va saliendo casi tímido. Casi esperaría escuchar a las aves cantar o el sonido del agua correr. Pero no, aquí no hay animales o al menos no unos que haya visto. Mirar hacia abajo me daría vértigo, razón por la cual no pienso hacerlo a pesar de que Arlen se acerca los más posible hasta la orilla y se queda parado ahí, mirando hacia el frente.Los hechiceros no pueden volar. Si se cae, no habrá forma alguna de impedir que muera, eso sí lo tengo por seguro. Un vampiro podría sobrevivir, un dragón vuela y ya, los elementales le piden ayuda a la naturaleza y listo. Un espectro flota y los hombres lobo posiblemente puedan aterrizar sin problemas, con una pata rota o algún esguince, pero terminarían bien. Dependiendo del guerrero monstruo sería la probabilidad de sobrevivir