La noche cayó y Magnolia se durmió sobre su faldaNina acariciaba el cabello de la pequeña con angustia en su pecho- ¿Qué tendrá tan ocupado a Mauricio? – preguntó Daniela checando la hora en la pantalla de su teléfono- ¿Por qué no vas a buscarlo?- ¿Yo? ¿Andar por ahí, dando vueltas por la mansión Domoniccie? – preguntó con ironía – Ni loca- ¿Por qué no? Si tú te has puesto de acuerdo con él para mantenerme encerrada aquí- Nina, ven conmigo, acompáñame a encontrarlo - No puedo salir de aquí – se encogió de hombrosDaniela miró a Magnolia, que echa un bollito de esa manera, trasmitía… soledad- Ser la hija del General Domoniccie no debe ser fácil- Dani… Recordé algo…- ¿Recordaste algo más sobre esa tal Julieta?- Y más sobre Salvador… - susurró- ¿Conocías al General desde antes? Bueno… no debería sorprenderme, si conocías a Julieta ya habíamos pensado que conocías a Mauricio… y si lo conocías a él, de seguro también a todos los Domoniccie- Pero creo… que no es como imaginábamo
Mauricio estaba ocupado con asuntos del hospital en el estudio de su abueloDesde lo del hotel, se activó el protocolo para proteger a los integrantes de la familia Domoniccie y Nina, como prometida de Mauricio, también sería aislada en la mansión junto a ellosLe costó encontrar la manera de separarla de Mauricio una vez allí, pero se las arregló para enviar una orden a su gente más cercana: causar problemas en el hospital de su primo Y así se las arregló para mantenerlo ocupado Por otro lado, Daniela tenía a Magnolia y Marcos haría guardia en la puerta de esa habitación para que nadie más pudiera entrarEstaban solos… y estarían solos un buen rato másSalvador sabía que no había mucho que pudiera decir para convencerla de que las cosas no eran de la manera en que Nina parecía recordarlas, porque por mucho que le costara admitirlo, eran asíÉl la había lastimado tan profundamente, que Eva lo había borrado de su memoria por completoSalvador respiró profundo, pocas veces en su vida
Envolviendo ambas manos detrás de su cuello, Nina lo besóAnimado por ese beso, Salvador le quitó la remera y desprendió sus jeans con un solo movimientoNina, que conocía la firmeza del torso de ese hombre y la fuerza de sus brazos, estaba desesperada por su calor, con los pechos tensos y los pezones tan duros que, siendo tan sensibles, dolían al rozar la misma tela de su corpiño Colando las manos por entre sus cuerpos, Nina buscó los bordes de la camiseta de Salvador y tiró hacia arribaÉl se estremeció cuando la calidez de las manos de Nina toco su piel, al mismo tiempo que una ráfaga de aire frío los alcanzó Había un hormigueo en sus vientres, que pedía másY luego de tantas previas, los dos tenían urgenciaLa bajó con delicadeza para ella pudiera ambos pies en el piso para quitarle el pantalón y se agachó con una rodilla en el sueloDespués de quitarle las bragas, desde allí abajo, Salvador la miró con los ojos llenos de lujuriaNina sintió que su rostro hervíaEra demasiado ing
Recostada sobre el pecho de Salvador, Nina respiró hondo y echó un último vistazo a ese hombre antes de levantarse despacio, para no despertarloSalvador no tenía buen sueño, era un milagro que hubiera aguantado en la misma cama con ella más de una hora, luego de terminar sus "asuntos"Ella siempre creyó que tenía que ver con el estrés constante con el que ese hombre vivía. Él nunca le dio ninguna explicación, pero en los escasos encuentros con las esposas de otros militares del equipo del General, el insomnio, las pesadillas e incluso ciertos episodios violentos entre sueños, eran, aparentemente, comunes en ellosLevantando su ropa del suelo, checó la hora en su teléfono Se sobresaltó cuando sintió la respiración del hombre en su cuello- Vuelve a la cama – le susurró, abrazándola contra su cuerpo- No - ¿Quieres que te lleve? - General Domoniccie…- Salvador – la interrumpió – no tienes que llamarme General, me gusta que me llames por mi nombre- Cinco años atrás, me habrías golp
- ¿Pudiste dormir bien? – Daniela daba golpecitos con el pie - ¿Tengo pinta de haber descansado? - Nina… ¿Me dirás que solo hablaron? ¡Fueron cuatro horas! – gritó por lo bajo - Algo así – se encogió de hombros, pasando su costado para acercarse a la niña que dormía- Claro… con las ganas que le traías al General Domoniccie, estoy segura de que se pusieron a… “Ejercitar”… y yo aquí, preocupada de nuevo…- Dani ¿Tenías un conocido que vivía por la costa? – buscó el calzado de la pequeña que se había dormido con vestido puesto- Sí… ¿Qué pasa con eso?- En el hotel no te alojaste con nosotros porque irías a su casa- Sí… Nina, ¿A dónde quieres llegar?- Si fuéramos ahora… ¿Crees que nos recibiría? Quiero salir de aquí- ¿Por qué iríamos a lo de alguien más? Sería incluso más cómodo buscar un cuarto de camino, y ya organizar mejor mañana…- Porque la familia Domoniccie nos encontrará en cuánto usemos nuestras identificaciones para registrarnos en cualquier lugar Nina abrigó a Magnoli
Nina, que no quería pasar vergüenza alguna delante de él, corrió la pierna con expresión neutra, dispuesta a colocar cualquier excusaAbrió la boca para hablar, pero Daniela cayó de cola al suelo y la fulminó con la mirada, así que, pensándolo mejor, Nina se tragó las palabras- Eso no se hace... – soltó Daniela, sobándose la cadera- Lo siento Dani, yo… Ignorando a Mauricio, Daniela corrió el ladrillo y le extendió una mano a Nina para ayudarla a subir por sobre el tronco- Si te llevas a Magnolia, Salvador no te dejará en paz- No pienso dejar a mi hija en este… manicomio…- ¿Tu hija? – Mauricio contuvo el alientoNina lo miró durante un largo segundo, antes de salir de allí corriendo, cubriendo a Magnolia con su abrigoNo había cámaras, ni sensores, esa tranquera estaba en un punto ciego para toda la seguridad electrónica, pero los guardias siempre recorrían el perímetro en intervalos de quince minutos, no tenían mucho tiempo para discutir allíTenían solo quince minutos para aleja
- No eres la única que la paso mal. La expresión de Mauricio se ensombreció -Mauricio... por favor... -Ninna sonrió cansada - ya basta -hice lo que tenía que hacer -hiciste lo que quisiste para joder a tu primo -pero jamás te dañé Ninna no quería seguir perdiendo el tiempo. Si bien Magnolia durmió toda la noche, Ninna dudaba mucho de que la pequeña hubiera descansado correctamente. Entre la lluvia y la mala postura con la que se sostenía de ella. Dándole la espalda al hombre ante ella, entro con Daniela a la casa que seguía exactamente igual a como la recordaba. Aunque era reacia a separarse de su hija, sabía que magnolia necesitaba una cama. Me niego a creer que esto es todo lo que quedo de nosotros. -Nosotros? -Ninna santo de una carcajada - para ti siempre fui un perro al que siempre herias porque disfrutabas al ver como te buscaba por consuelo. - ¿Recordaste un par de cosas y eso borra lo que hice por ti todo este tiempo? -Confíe en ti siempre -Luego de la noche con S
- Siendo honesto… ¿Qué te esperabas que ocurriera, Salvador? – Marcos estaba de pie ante élCon la cabeza entre las piernas, Salvador mantenía la cabeza gachaPero un hombre con su orgullo herido, era peor que un perro lastimado… ladraría- ¡¿Olvidaste a quién le estás hablando?! – gritó, a la defensiva- General Domoniccie… nos conocemos desde hace veinte años… ¿De verdad quiere que lo deje solo? Puedo hacerlo… al cabo que ni quería hacerme pasar por su amigo… con ser su subordinado ya tengo suficiente trabajo- Ya estamos grandes, Marcos… no me venga con eso a esta altura ¿Amistad? Salvador se reía por lo bajo, pero era una risa apagada- Salv… General Domoniccie – se corrigió, poniendo los ojos en blanco - usted arriesgó su vida por nosotros más de una decena de veces… no soy solo yo, todos en nuestro equipo querríamos hacer más por usted- ¿Qué demonios creen que pueden hacer? ¡Limítense a sus posiciones! Marcos corrió las cortinas de la habitaciónEntre el lío de los muebles vol