Capítulo 44 ¿Cómo harías con Lizeth, si nos casamos?Manuela se sentía dominada por una profunda irritación, la cual había ido en aumento desde que escucho la conversación de Luis por teléfono con su hermana Sabrina en el salón de reuniones.Muchas cosas habían sucedido desde que regresó a casa con su papá y abuelo. Además, sus sentimientos se habían aclarado desde que escucho esa conversación, algo se removió en su cuerpo en contra de él. No podía evitarlo. El hombre que creyó honesto, confiable y noble se cayó de su pedestal del modo más ruidoso, haciendo trizas su confianza en las personas.Miro la hora y apretó los dientes, decidió actuar copiando a Diego, él había perfeccionado el arte de la indiferencia hacia los sentimientos ajenos. Esa era su estrategia de negociación con sus competidores más cercanos.En este momento mantenerse fría eran la clave ante el caradura de Luis. Ni la rabia que sentía ante el engaño, ni las protestas o las súplicas que vinieran de parte de él podría
Capítulo 45 ¿Qué gano casándome contigo?—Lo que escuchas Luis, he recapacitado, tengo dinero, soy una mujer atractiva ¿Qué gano casándome contigo?—Manuela ¿Qué te ha pasado? ¿Es por Diego? ¿Has descubierto que quieres volver con él? —respondió con un gesto sorprendido—Tú crees que no hay más futuro para mí, es decir, o estoy contigo o con él ¿Qué soy? ¿Soy una marioneta? ¿No soy acaso una mujer independiente? ¿Por qué tengo que elegir o ser tu esposa o ser la de Diego? —musito ella—No quise decir eso—recapacito Luis, de inmediato tratando de ser más humilde, había mucho en juego, tenía que actuar metódicamente— ¡Estoy confundido!, ¡No entiendo nada!, ¡Hace poco todo estábamos bien! ¡Ahora me sales con eso! —le dijo mirándola de frente ocultado su temor, trato de tener más cuidado— ¡Tú mismo asumiste que todo estaba bien! —lo acuso— ¡Me diste una explicación que tú consideraste correcta y asumiste de inmediato que yo la aceptaría! En otras palabras, la buena de Manuela aceptaría u
Capítulo 46 ¡No te entrometas en mis asuntos! Diego estaba visiblemente malhumorado. ¡Tenía una semana de este modo! Aarón caminaba casi que en puntillas. En cualquier momento, él temía que el hombre iba a soltar una bocanada de fuego por la boca. Hoy nada de los trabajos que le había traído le parecían correcto, a todo le busco un defecto. Su jefe al parecer también estaba furioso con todo y con todos. La puerta se abrió y Diego miro hacia allí con ojos furiosos, ya iba a correr a quien se atreviera a entrar allí sin autorización, cuando vio entrar a la siempre elegante y altanera Margarita Moran, su madre seguida de su prima Rosalía, quien se escudaba detrás de ella. — ¿Qué quieres mama?, ¿no estabas de viajando disfrutando de la vida y porque te sigue ella?—le pregunto con cansancio, presentía un nuevo conflicto —¡Tuve que volver de inmediato! ¡Deja de ser tan grosero, recuerda que soy tu mamá! ¿Cómo es eso que relegaste a Rosalía a los sótanos a escanear carpetas sucias y malo
Capítulo 47¡Puedes vivir con todos estos lujos, gracias a Diego! — ¿Cómo se encuentra ella, Doctor? El médico había atendido a Margarita en el despacho de Diego. Ella aún demostraba estar débil e irritada —No se preocupe, es una tensión alta, ya la controlamos, está un poco alterada— le respondió el médico —Me voy a casa Diego. Voy a descansar allá. Te dejaré trabajar—le indico Margarita con desgano levantándose del sofá donde la habían colocado, había fingido un poco los síntomas y agradeció que la discusión le subiera un poco la tensión, eso nunca fallaba con Diego, a pesar de todo él la quería — ¡Espera un poco mama te enviaré con Aarón! ¡Te buscaré una enfermera! — ¡Enfermera no! Yo quiero que Rosalía venga conmigo hijo, ella sabe cómo cuidarme—le rogó con una voz muy dulce. En realidad esa fue su intención desde el principio —Si tía, iré contigo y te cuidaré, estaré contigo hasta que mejores. Diego, por favor, déjame estar con la tía. —le dijo Rosalía de inmediato con los oj
Capítulo 48 ¡Seremos amigos!—No prestes atención a lo que dice esta maldita bruja— ¿Cómo me llamaste ¿Qué dijiste viejo ridículo?—Bruja, urraca parlanchina, ya llame a Diego para venga a sacarte de aquí—le dijo con firmezaLa llamada bruja se sobresaltó, pero quiso aparentar que nada le importaba lo que hizo él —No puedes hacer nada sin Diego ¿Cierto? ¡Eres totalmente dependiente de él!—Él es tu hijo, es él quien debe lidiar contigo, no mi hija. A Manuela ¡Déjala en paz!—Y tu hija es quien debe ocuparse de tus negocios, no mi hijo, ya estoy cansada de que abuses de su lealtad— ¡Nunca le he pedido nada a Diego! —replico Elías, molesto con esta mujer que había venido a su casa a insultar a su hija—No lo necesitas, él es agradecido y pasaran los años y seguirá atendiendo tus cosas, cuanto crees que él aguantara esa presión. Tiene más de 30 años ¡Cuando podrá formar su propia familia, mientras siga pegado a aquí a Manuela! ¡Ustedes no pueden ser tan egoístas!— ¡Papa! —le dijo Manu
Capítulo 49 Diego, ¡Espero ansiosa nuestra salida!Diego no entendía bien lo que le pasaba últimamente. Estaba muy ansioso. Lo sucedido ayer, lo desestabilizo. Su mamá no acostumbraba a ser tan emotiva y no sabía que pensaba cuando dijo todo eso delante de Elías y Manuela. ¡Quizás no es como creía, y no la movía solo su interés personal, al parecer había en ella algo de su preocupación de madre! Tardó mucho en tranquilizarla. Paso la noche pendiente de ella. Aún dormida gemía un poco. Se notaba que seguía preocupada.Sé quedo sentado en el sofá de su habitación acompañándola. En la madrugada se había quedado medio dormido con la cabeza recostada en el sofá cuando entre dormido y despierto la observo mirándolo. —Lo lamento hijo ¡No quise hacer esa escena! ¡Ni siquiera fui allí por esa razón! Solo quería que Manuela hablara contigo sobre levantarle el castigo a Rosalía! Sin embargo, ¡no me pude contener! Al verla recordé lo mal que te ha tratado como te desprecio pidiéndote el divorcio
Capítulo 50 ¡Soy perfectamente capaz de hablar por mí mismo!—Por favor tomen asiento. Quisiera aclararles que mi madre no habla por mí. Soy perfectamente capaz de hablar por mí mismo y tomar mis propias decisiones.La voz de Diego Moran es de esas voces atrayentes que se pudiera escuchar en un drama, era una voz fuerte, profunda, donde la protagonista la escucha y se estremece y comienza a sentir palpitaciones.Así se sentía Manuela, estremecida desde la punta del pie hasta la raíz del último cabello. Se sintió así, sin embargo, no podía olvidar la despedida triunfal de Sabrina hace un momento. Aún estaba muy, reciente esa imagen, esa rabia, que le provoco el verla besándolo sin ningún recato, y el dejándose besar, eso le carcomía por dentro.Estaba clarísima en que ningún hombre se resistiría a esa mujer. Todo en ella exudaba sensualidad, no habría un hombre que no se sintiera atraído por ella. Sabrina había aprendido a manejar su belleza a su favor. Un hombre tenía que estar muerto
Capítulo 51 ¡Es posible que usted esté embarazada! Tres meses después… —Sabrina, ye he dicho que dejes de gastar así, no hay más dinero, estamos casi en la calle, solo tenemos lo indispensable! Usa el dinero que ganas —Eso no es suficiente para mi estilo de vida. Soy una figura pública, necesito representar lo que soy. Como voy a andas en harapos. ¡Inútil! Dejaste ir a nuestra futura fuente de ingresos. ¿Qué paso con la ayuda financiera? —Solo me dieron un anticipo y he tenido que invertir un porcentaje en nuestros gastos. Esos desgraciados harán la entrega por rembolsos mensuales. Ahora tenemos una deuda y estamos a un paso de la miseria — ¡Maldito imbécil, todo es tu culpa! ¡Mama tiene razón, eres débil!, ¡No tienes carácter! Desde el momento que descubrimos quién era Manuela debiste casarte de inmediato con ella. — ¡Cállate! ¡Maldita sea! ¿Y tú que has hecho? ¡Además de gastar un dinero que no tienes! ¡Quedamos en que enamorarías a Diego y no has podido hacer nada! ¡Mientras e