Capítulo 49 Diego, ¡Espero ansiosa nuestra salida!Diego no entendía bien lo que le pasaba últimamente. Estaba muy ansioso. Lo sucedido ayer, lo desestabilizo. Su mamá no acostumbraba a ser tan emotiva y no sabía que pensaba cuando dijo todo eso delante de Elías y Manuela. ¡Quizás no es como creía, y no la movía solo su interés personal, al parecer había en ella algo de su preocupación de madre! Tardó mucho en tranquilizarla. Paso la noche pendiente de ella. Aún dormida gemía un poco. Se notaba que seguía preocupada.Sé quedo sentado en el sofá de su habitación acompañándola. En la madrugada se había quedado medio dormido con la cabeza recostada en el sofá cuando entre dormido y despierto la observo mirándolo. —Lo lamento hijo ¡No quise hacer esa escena! ¡Ni siquiera fui allí por esa razón! Solo quería que Manuela hablara contigo sobre levantarle el castigo a Rosalía! Sin embargo, ¡no me pude contener! Al verla recordé lo mal que te ha tratado como te desprecio pidiéndote el divorcio
Capítulo 50 ¡Soy perfectamente capaz de hablar por mí mismo!—Por favor tomen asiento. Quisiera aclararles que mi madre no habla por mí. Soy perfectamente capaz de hablar por mí mismo y tomar mis propias decisiones.La voz de Diego Moran es de esas voces atrayentes que se pudiera escuchar en un drama, era una voz fuerte, profunda, donde la protagonista la escucha y se estremece y comienza a sentir palpitaciones.Así se sentía Manuela, estremecida desde la punta del pie hasta la raíz del último cabello. Se sintió así, sin embargo, no podía olvidar la despedida triunfal de Sabrina hace un momento. Aún estaba muy, reciente esa imagen, esa rabia, que le provoco el verla besándolo sin ningún recato, y el dejándose besar, eso le carcomía por dentro.Estaba clarísima en que ningún hombre se resistiría a esa mujer. Todo en ella exudaba sensualidad, no habría un hombre que no se sintiera atraído por ella. Sabrina había aprendido a manejar su belleza a su favor. Un hombre tenía que estar muerto
Capítulo 51 ¡Es posible que usted esté embarazada! Tres meses después… —Sabrina, ye he dicho que dejes de gastar así, no hay más dinero, estamos casi en la calle, solo tenemos lo indispensable! Usa el dinero que ganas —Eso no es suficiente para mi estilo de vida. Soy una figura pública, necesito representar lo que soy. Como voy a andas en harapos. ¡Inútil! Dejaste ir a nuestra futura fuente de ingresos. ¿Qué paso con la ayuda financiera? —Solo me dieron un anticipo y he tenido que invertir un porcentaje en nuestros gastos. Esos desgraciados harán la entrega por rembolsos mensuales. Ahora tenemos una deuda y estamos a un paso de la miseria — ¡Maldito imbécil, todo es tu culpa! ¡Mama tiene razón, eres débil!, ¡No tienes carácter! Desde el momento que descubrimos quién era Manuela debiste casarte de inmediato con ella. — ¡Cállate! ¡Maldita sea! ¿Y tú que has hecho? ¡Además de gastar un dinero que no tienes! ¡Quedamos en que enamorarías a Diego y no has podido hacer nada! ¡Mientras e
Capítulo 52 ¿Ya lo sabe el padre del bebe?—Si usted lo autoriza me gustaría hacerle de inmediato una prueba de embarazo—le anuncio el médico— es solo para confirmarlo, porque estoy seguro de que debe de estar embarazada, aunque debe ser reciente por la fecha de la última menstruación. Y los problemas en su periodo menstrual—Sí, he tenido problemas con la menstruación, incluso…— ¿Sí?—Mis dos últimas menstruaciones fueron muy escasas, pero tengo que decirle que eso no puede ser… Yo durante dos años estuve tratando de tener hijos y eso no fue posible, el médico me dijo que al parecer mi cuerpo estaba imposibilitado de concebir —ella se dijo a sí misma que aquel hombre tenía que estar equivocado…—Hagamos la prueba de sangre y aclaremos esto, porque estoy bastante seguro de que está embarazada, señora—le indico el médico confiado en su diagnóstico—Será inútil doctor, como le explique, lo intente durante algún tiempo y mi cuerpo se negó a concebir a pesar de no existir ningún problema
Capítulo 53 Unos celos incontrolables —Yo… Diego… yo estoy embarazada— lo dijo de una vez, no podía contenerse, tenía que decírselo rápido, quizás no compartiera su alegría dada su separación, pero él debía saber que ella estaba esperando a su hijo, era lo justo —No me había dado cuenta de lo que pasaba. Los síntomas del embarazo me pasaron desapercibidos. Nunca he tenido problemas de salud y estaba convencida de que las náuseas eran por un virus. —continuo ella diciendo al ver que él se quedaba callado. Diego se paralizó, ya no la estaba escuchando. No podía mirarla. No podía hacerlo. Una furia ciega se lo impedía. Dios… llevaba el hijo de otro hombre en su vientre. La mera idea lo llenaba de antipatía. Se había sumergido en un mundo de horror que lentamente se iba transformando en furia, hasta hervirle la sangre. Diego pensó que se estaba muriendo, se había dejado encandilar por un sueño, su sueño era reconquistarla, volver con ella, después que estuvieron juntos esa noche pensó
Capítulo 54 ¡Contigo quería hablar!— ¿Cómo dices le pregunto extrañada? —Pronuncio esas palabras cuando pudo hablar, su respiración se había alterado por un momento haciendo que su pulso también se alterase, logro calmarse para pedir que le aclarará su pregunta, — ¿De qué hablas Luis?Elías al escuchar quién era se fue a su habitación. No veía la hora en que ese tipejo desapareciera.— ¿Estás embarazada?Manuela se quedó pensativa, casi se atraganta cuando escucho sus palabras al otro lado del teléfono. Se quedó sin saber qué responderle a continuación. Aún no se acostumbraba a ese milagro y esa noticia era algo muy personal. ¿Cómo habría averiguado eso este hombre? ¿Acaso fue…? ¿Diego? Él seguía sin reaccionar, acaso sospechaba….— ¿Quién te dijo eso? —le pregunto para hacer algo de tiempo—Eso no es lo importante, dime que no es cierto y si es cierto ¿Quién es el padre? Sé que no es cierto, me dijiste que no podrías tener hijos Manuela ¿Qué es todo esto? ¡No te reconozco! ¡Tengo fe
Capítulo 55 ¡No quiero tener nada que ver con esa mujer!Aarón, que acababa de salir de la oficina de Diego para consultar algo e ir hasta la oficina de Manuela, la vio tratando de escabullirse y también vio a Margarita Moran atrapándola. Pensando en que hacer, se quedó parado como si fuera una estatua ¿Cómo ofender a esta gran dama, la madre de su jefe?— ¿A dónde crees que vas? ¡Detente allí mismo! ¡De aquí no te vas sin escucharme! —Margarita vivía jactándose de su clase y distinción, pero con cada alarido que pegaba comenzó a atraer a algunos empleados y se iban sumando cada vez más mirones.Manuela se sacudió del agarre de Margarita. — ¿Ahora que desea, señora? ¿Qué es lo que quiere?, su respuesta fue en un buen tono, sin perder la dignidad frente al personal.—su voz sonaba cansada— ¿Cómo es posible que te hayas encargado de los negocios de tus padres desde aquí mismo, tan cerca de Diego? ¡De verdad que eres astuta! ¿Quieren seguir cerca de él y tenerlo a su servicio, seguir exp
Capítulo 56 ¡No puedes volver con esa mujer! Para Diego el tiempo transcurrió lentamente en el pasillo del hospital, sin que nadie saliera a explicarle nada. Para su desgracia vio llegar a su madre con Rosalía. —¿Qué hacen ustedes dos aquí?—Es lo mismo que te pregunto yo hijo! ¡Esa mujer tiene a su padre! ¿Ya lo llamaste? ¡Tú no tienes por qué perder el tiempo aquí!— ¡Mama! ¡Váyanse de aquí! —suspiro con impotenciaLa expresión de Diego era un poco fría. Margarita se entristeció al ver el tono en que se dirigía a ella, su amado hijo.— ¡No me iré hasta que te vengas conmigo! Llama a Elías y habrás cumplido con ella—los ojos de Margarita se humedecieron y comenzó a llorar tratando de convencer a su hijo con sus lágrimasAarón, que se había apartado hacia un rincón en cuanto llegaron ellas, movió los ojos hacia arriba. Ese era el viejo truco de la Señora Moran ¡Otra vez!—Dime una cosa mamá que le hiciste o dijiste a Manuela para que ella se desmayara, ¿estaban peleando de nuevo?— ¿