Capítulo 13 En serio crees que puedes quedarte con mi maridoInmediatamente que lo pensó, se arrepintió y cortó la llamada de Manuela. Ella no lo creería, pensaría que era un nuevo intento de sabotear su relación.La conversación fue breve. Diego quería salir de allí de inmediato. Estaba furioso y deseaba caerle a golpes a este desgraciado. Así que en cuanto pudo se largó con cualquier excusa. Debía ir a ver a su mujer. Todavía no sabía si contarle o no, ya lo decidiría después.Al marcharse Diego, la puerta del despacho se abrió y por allí entró una mujer, distinta a Sabrina—Les traigo café―observó con extrañeza a su alrededor― Supuse que tu inversionista seguía aquí―Estás perdiendo el tiempo, Lizeth. Nada de lo que hagas va a mejorar nuestra relación—Quiero ayudarte. Antes siempre colaboramos el uno con el otro—Eso fue antes. Por favor, déjame en paz. Sal de aquí, Si sigues estorbando pronto no tendrás los lujos de los cuales disfrutas—Recuerda, nadie podrá darte lo que yo te d
Capítulo 14 Luis, ¿Dónde te encuentras en este momento?—¿De qué hablas Manuela? ¡No te entiendo!—las frases surgieron de sus labios con una expresión inquieta—¡No te hagas el tonto! Ya comenzaron a llamar tus mujeres—¿Mis mujeres? ¿De qué hablas?—de inmediato se llenó de angustia, aquellas acusaciones eran tan familiares, intento respirar profundo para tratar de calmarse y entenderla mejor—¿Vas a seguir haciéndote el tonto? ¡Eso ya no te funciona Diego!—¡No entiendo! Y la razón es que aparte de ti no tengo ninguna mujer por allí. Además, nadie sabe que estoy aquí junto a ti. Deberías recordar que tienes un prometido. ¿Te has preguntado si él tiene algún cabo suelto por allí? ¿Acaso te dijo que está aquí en la ciudad y que nos hemos visto hoy? ¿Estás segura de que te lo dice todo? —su corazón se rompió en mil pedazos, esta escena de acusación sin medida era tan familiar y allí estaba él, nuevamente justificándose—No trates de ensuciar ante mí la imagen de Luis, él a diferencia de
Capítulo 15 ¿Por qué la trate así?—Hermosa mía, estoy en casa—la pantalla del teléfono ciertamente mostraba el apartamento de Luis, había estado allí algunas veces, por lo tanto, sabía como estaba decorado—Me pareció verte hoy aquí en mi ciudad —hubo un silencio largo del otro lado—Es posible mi hermosura, tuve una entrevista rápida con Diego Sánchez, tú sabes el inversionista que conociste en la reunión en casa de mis padres— ¿Lo viste hoy?—Si Sabrina y yo nos entrevistamos con el hoy, así que es posible que me hayas visto ¿Por qué no me saludaste?—No pensé que era cierto. Creí que mis ojos me engañaban. Pensé para mí misma. ¿Qué hace Luis aquí sin decírmelo?—Fue una reunión de última hora y un olvido lamentable de mi parte. No quiero agobiarte con los problemas de la empresa —sus palabras resultaron tener sentido y Manuela se sintió culpable por dudar de él. Luis nunca le dio motivos de hacerlo, nuevamente caía en la trampa de Diego, estaba comenzando a sembrar discordia en su
Capítulo 16 Mi cuñada es una hermosa mujer. Diego fulminaba a su asistente y cuando sus miradas se encontraron hubo un intercambio de antipatía mutua. Él, por lo que había escuchado, que en realidad no dejaba de ser la verdad, y Aarón, quién sabe qué le pasaría. Diego tenía las emociones revueltas, si lo que Aarón decía era cierto; él le debía una disculpa de rodillas a Manuela. Trataba de hacer memoria sobre esa época. Era el tiempo en que las empresas habían alcanzado un nivel muy delicado, casi ni dormía, debió encargarse de los negocios de los Sánchez y el de su familia. Tenía que multiplicarse para poder con todo. Las exigencias y las solicitudes sin fin de Manuela lo asfixiaba. Eso, por supuesto, no lo disculpaba de su atroz comportamiento con su esposa. Con mil demonios, ¡Era su esposa!, ¡debió actuar mejor! Ella quería más tiempo juntos. Más actividades conjuntas como pareja. Mayor atención. Y él no lo tenía. No obstante, Manuela no merecía un trato tan injusto como el qu
Capítulo 17 ¡Debiste tratarme como tu esposa! La llegada de Diego las sorprendió a las dos, ninguna de ellas lo escuchó llegar, a Manuela en particular le extrañó que él hubiera vuelto tan temprano. —Diego—, lo observó Roxana, especulando— ¿Qué haces aquí? Ya debes saber que Manuela no te quiere ver ni en pintura —Te lo pregunté acaso, mejor dicho es problema tuyo lo que yo haga o deje de hacer en esta casa—le soltó estas palabras en un tono rudo y con desprecio. Se imaginó todo el veneno que esta mujer le habia soltado a Manuela con sus consejos de supuesta amiga — ¡Claro que sí! ¡Manuela es mi amiga y le has hecho mucho daño!—replico Roxana —¡No más que tú! ¿Ya le contaste que te me ofreciste en bandeja de plata?—las palabras sarcásticas salieron de su boca sin pensarlo, indudablemente tenía que desenmascarar a esta mujer, como amiga no valía la pena, no era para nada sincera, lastimosamente le tocaba desengañar a Manuela —¿Qué dices? —, le preguntó Manuela reaccionando al in
Capítulo 18 ¡Te enseñaré de lo que soy capaz!El corazón de Manuela se detuvo de golpe. Estaba emocionalmente desgastada, tuvo que esforzarse para articular otras palabras—Lo siento mucho, pero nuevamente me negaré, como ya te he dicho y te sostengo, no pienso volver a vivir la misma desilusión ¿Quién me garantiza que no volverás a ser como antes? Después que te acepte y caiga en tus brazos, cuando sientas que me tienes, que soy tuya, tu afán por mí pasará. No, puedo estar con alguien que ya me hizo sentir rota por dentro. No has hecho más que imponer tu voluntad, obligarme a hacer lo que te place, entraste a mi mundo a la fuerza, y no es así como se demuestra estar arrepentido.No creo que estoy siendo cruel por rechazarte, pero si así lo consideras, en realidad poco me importa, prefiero que piensen que soy lo peor, si eso implica que obtendré mi paz mental, quiero ser feliz, tener a un compañero a mi lado confiable, no a alguien que piense que dándome placer sexual es suficiente pa
Capítulo 19 ¡Sabrá de lo que soy capaz! Un poco tarde en la noche y observó luz por debajo de la puerta de la habitación de Diego. Manuela se atrevió a tocar. Todavía la invadía la rabia por la traición de Roxana, no quiso esperar hasta el día siguiente, quería pedirle ayuda a Diego de inmediato, mujeres como Roxana necesitaban una lección. Ya no era la misma Manuela y se lo demostraría a esa traidora. La puerta se abrió, el hombre estaba envuelto en una toalla de la cintura para abajo, su cabello todavía mojado y sin peinar y algunas gotas de agua escurrían desde su cuello hacia su torso desnudo. Recordó un tiempo en que a ella no le importaba, sino que le urgía ver lo que había debajo de la toalla. —Creo que vine en un mal momento—le comento comiéndoselo con los ojos sin poderlo evitar —Para mí el recibirte en mi habitación nunca es un mal momento cariño— le dijo él con intensidad —Parece que olvidaste lo que hablamos abajo. —le interrumpió Manuela. —Bueno, no pienso ponerme a
Capítulo 20 Diego, Manuela y los Macarrones con queso… — ¡Quiero una cena contigo! —le dijo presuroso, y con un alto nivel de entusiasmo — ¿Eso es todo?, no hay problema, cenaremos mañana en la noche, aquí en casa — ¡No es ese tipo de cena!—le aclaro con intención de explicarle y que aceptara — ¿Cuántos tipos hay? —Manuela sospechaba que vendría una petición ilógica de parte de Diego, todo lo que hacía últimamente no tenía lógica para dos personas divorciadas —Quiero una salida pública contigo, tú y yo, nosotros dos solos—le aclaró lanzando su propuesta en forma de súplica, quería conmoverla y ver si decía que si — ¡Ni lo sueñes! —le dijo ella de inmediato sin pensarlo— recuerda que estoy comprometida, Como se vería que me vieran en un sitio público a tu lado y se descubra que eres mi exmarido —Es que acaso las parejas divorciadas no pueden volverse a ver, en que sitio está escrito esa norma—para él esa reflexión no tenía lógica —Lo sabes bien, sé que tu intención es causar p