AlinaLa gran noticia de mi embarazo se esparce como esporas al viento en una tarde de polinización. Lucian está tan entusiasmado por saber que tendrá un heredero que incluso ha planeado un nuevo baile en honor a la celebración de nuestro futuro hijo o hija. Hace varios días que hemos enviado las invitaciones, esta vez esperamos a gente de todas partes para el festejo.Para los lobos es un misterio descubrir el sexo de los bebés hasta que nacen, pero nos gusta imaginar que será un pequeño Lucian igual de hermoso y fuerte que su padre. Aunque también fantaseo con la idea de que podría ser una linda y dulce niña.—¿No crees que deberíamos esperar un poco? —pregunto a Lucian mientras estamos en la biblioteca.—No voy a detenerme solo por la posible amenaza de una bruja que lleva más de un mes desaparecida. Si quiere intentar algo, que lo haga, la estaré esperando —dice con determinación.Me gustaría mostrar la misma valentía que él, pero la verdad es que no puedo ser tan fuerte; tengo mi
Lucian—¿No te parece extraño, Sorin?—¿Qué cosa, mi señor? —pregunta el viejo lobo mientras me acompaña en los jardines del reino.La fiesta de celebración por el embarazo de Alina ha sido un gran éxito, sin embargo, hay algo que me ha dejado incómodo y con muchas más sospechas de las habituales.—Esperaba ver a la princesa Jazmín y al príncipe Arthur aquí, algunos de sus súbditos también, pero no hay ni uno solo de ellos aquí. ¿No te parece extraño?—Sin duda, su alteza, es raro que no hayan asistido. Esta vez enviamos las invitaciones con tiempo —asegura.—Esto no me gusta nada Sorin, presiento que algo muy sospechoso está pasando aquí. ¿Dónde está Alina?—Creo que sigue en el salón del trono con los invitados.Levanto mi cabeza hacia el cielo nocturno, falta poco para la luna llena, la primera en toda mi existencia en la que no tendré que temer, en la que, de hecho, podré cambiar a una bestia como debió haber sido siempre.Decido regresar al salón para despedir a todos e irme a de
LucianNunca en mi vida me había sentido tan lento como esta noche. Cargo el cuerpo del lobo en mis brazos en un intento desesperado por llegar al castillo antes de que exhale el último suspiro de su vida, sin embargo, mis esfuerzos pierden todo el sentido cuando escucho el último latido de su corazón apagarse para siempre.Caigo de rodillas en el patio del castillo, todavía con el hombre lobo en mis brazos. Esto es una maldit4 pesadilla. Todos los esfuerzos que hago por luchar contra las conspiraciones que rodean mi reino parecen inútiles, pues cada vez que creo estar adelantado, las brujas van dos pasos más allá. Y al parecer, ahora los humanos también están involucrados en todo esto.Alina me viene pisando los talones, también aterriza en el patio del castillo a mi lado, con su respiración agitada. Vuelve a tomar su forma humana y se arrodilla frente al cuerpo sin vida del hombre lobo.—¿Está…?—Sí —respondo con un hilo de voz.—Lo último que dijo me dio escalofríos… mencionó a los
AlinaTal vez enojarme con Lucian no sea la mejor manera de sobrellevar las cosas, pero no sé de qué otro modo reaccionar cuando me siento tan frustrada por no poder hacer nada ante la situación. La tensión en el aire es palpable mientras observo a mi esposo, preparándose para partir en una misión que podría determinar el destino de nuestro reino; pero también el mío propio.Ya no solo se trata de mí, ahora mi hijo y el reino entero se encuentran en un gran peligro, y todo en lo que puedo pensar es en que me siento como una inútil. Mis manos tiemblan ligeramente mientras aprieto la tela de mi vestido, lucho contra las lágrimas que amenazan con emerger en mis ojos. La responsabilidad de liderar en su ausencia recae sobre mis hombros una vez más, pero no es eso lo que me preocupa sino su seguridad. Saber que hay la posibilidad de que la plata acabe con su vida es lo que me llena de incertidumbre y miedo.Me refugio en las sombras del castillo mientras lo veo partir, su figura se desvane
Ningún lobo del vasto reino habría podido sospechar lo que se maquinaba bajo las tierras de Dunwic. Desde aquella fatídica noche en la que Lucian estuvo a punto de acabar con la vida de Circe, la bruja rubia se había ocultado en su guarida, esperando y luchando por recuperarse de las heridas que amenazaban con ser mortales. En tiempos pasados, un zarpazo como el que el rey le había infligido habría sido un mero contratiempo para Circe, cuyos poderes mágicos la habrían sanado con relativa facilidad. Matar a una bruja, como bien sabía Lucian, no era una tarea sencilla. Sin embargo, esta vez, había una diferencia significativa. Circe no se encontraba en su apogeo, y la fatídica noche en que persiguió a Alina, había gastado la mayor parte de sus poderes y energía para llevar a cabo su venganza. Las cosas no le habían salido como ella esperaba. La poca magia que le quedaba tras su enfrentamiento se había empleado para mantenerla con vida, aunque de manera agonizante. Ahora, postrada en su
LucianPartir sin decirle adiós es lo más doloroso que he tenido que hacer desde que creí que se había ido para siempre. Quise regresar a ella, quise decirle que no me importaba si me odiase, porque todo esto lo estoy haciendo para salvaguardar su vida y la de nuestro hijo por nacer; pero al final no lo hice.Sé que ahora quizá me odie, pero cuando haya acabado con los insurgentes y recuperado la estabilidad de todo el reino, entonces ella me perdonará.Aun así, mis pensamientos intrusivos no me dejan en paz. En los dos días que llevo de camino hacia el reino de los humanos en Eldoria, no he podido dejar de pensar en Alina. Por esa razón me encuentro realmente distraído y la verdad es que una parte de mí solo desea regresar a su lado.No obstante, el pensamiento se disipa cuando veo a lo lejos las grandes murallas que separan a Eldoria del resto del bosque. Aparentemente todo está en calma, yo diría que demasiada.La general Ela y el resto de los lobos de su escuadrón han venido conmi
LucianEl frío viento de la noche me azota mientras contemplo la luna que se alza en el oscuro cielo de Eldoria. Mis pensamientos son turbios y mi corazón palpita errático dentro de mi pecho.Los gritos desesperados de los humanos que nos atacaron se han acallado de repente, dejando el castillo que alguna vez le perteneció a Arthur, sumido en un silencio sepulcral que le helaría los huesos a cualquiera.Alina… secuestrada, alejada del castillo lunar y llevada a quién sabe dónde. Circe ha traspasado la línea, y no descansaré hasta rescatarla y castigar a la bruja que osó arrebatármela. Si antes estaba dispuesto a mostrarle algún tipo de piedad, ahora eso queda absolutamente descartado.Escucho los pasos de Ela apresurados, la loba llega hasta donde me encuentro, entre los escombros de la pared hecha añicos por el cuerpo del humano que acabo de degollar.—Mi señor… —suspira aliviada—… está bien.—La han secuestrado.—¿Qué? —pregunta sin comprender mis palabras.—El maldit0 hermano gemel
AlinaTres días encerrada entre estas húmedas paredes. Tres días que se sienten como tres mil años. Al principio tenía la esperanza de que Lucian apareciese en cualquier momento y me rescatase de esta tortura, pero después del segundo día me di cuenta de que eso no iba a suceder.Él no tiene idea de que Nyssa me ha secuestrado, y aunque lo supiera, de todos modos, no llegaría a tiempo para salvar mi vida y la de nuestro hijo.Unos terribles calambres azotan mi cuerpo y me hacen retorcerme en suelo húmedo de la prisión. Sé que moriré pronto, pero ni siquiera por estos tres días ellos se han apiadado de mí. Mi estómago gruñe por el hambre y las piernas y los brazos me tiemblan por la falta de agua, ni tengo energía ni para defenderme a mí misma de este lastre.La poca luz que se cuela por la entrada es lo único que me deja saber el tiempo que pasa. Ahora mismo sé que está por anochecer, y por lo que le escuché decir a Circe, esta es mi última noche.Pronto, escucho los pasos apresurados