AzuraEl despliegue de poder que mi hermana libera me deja estupefacta por un momento. Su magia se ha fortalecido y ahora, me temo que es imparable. El viento se levanta como un vendaval, como si un huracán se hubiese metido en el lugar. Ahí, iluminada bajo los rayos de la luna roja, Marcella se ve más aterradora que nunca, parece como si la misma esencia de la naturaleza se inclinara ante su dominio.En el epicentro de esta tormenta sobrenatural, Marcella emerge, iluminada bajo los rayos de la luna roja. Su figura se contornea en sombras danzantes, y sus ojos destellan con una intensidad sobrenatural. La mezcla de asombro y terror se refleja en nuestros rostros, mientras Kaladdarius aprieta mi mano con fuerza, anclándome a la realidad. Belladaria y Dimitri, resguardados tras una gran roca, intercambian miradas preocupadas.Doy un paso hacia adelante, sintiendo la llamada de la conexión fraternal, pero Kal me atrae hacia su cuerpo con seguridad, negando con determinación.—No, no vaya
AzuraLa tensión en el aire es palpable, la decisión de Marcella se cierne sobre nosotros como una sombra oscura. Mi mente trabaja a toda velocidad, buscando desesperadamente una solución, alguna fisura en su armadura mágica que nos permita revertir esta pesadilla.Bella se acerca con sus ojos llenos de lágrimas y rabia. La impotencia nos consume a todos, mientras Marcella disfruta de su momento de poder. La luna roja es un testigo silencioso de nuestra tragedia mientras sigue iluminando el salón donde nos encontramos con su luz distorsionada.—¡Azura, haz algo! —grita Bella, desesperada.Mis ojos buscan desesperadamente una salida, y entonces, en medio del caos, algo llama mi atención. Una especie de vara de metal que se encuentra en el suelo, un escombro de lo que antes había sido alguna reja del castillo.Mi cabeza trabaja a toda velocidad, la idea es fugaz, pero se planta en mi cabeza y no está dispuesta a irse. Si quiero salvar a Kal, tengo que matar a mi hermana.—¡Bella, distrá
KaladdariusMientras nos alejamos del castillo, la luna llena por fin comienza a desplazarse en el cielo. Es como si por el hechizo se hubiera quedado estática en el tiempo, pero ahora, todo había regresado a la normalidad.Bella, Dimitri, Azura y yo avanzamos por el bosque rastreando si todo está bien de nuevo. Por el momento no hemos visto la destrucción total de lo que implicó la maldición que estuvo cernida sobre el reino, pero a medida que nos acercamos a la ciudad poblada, el aroma fresco de la sangre nos avisa que lo que encontraremos, no será para nada agradable.Dimitri se detiene y enseguida mi hermana regresa hacia donde él se encuentra.—¡Dimitri! ¿Qué te ocurre?Esta es la primera vez que la veo tan preocupada por alguien más que no es de nuestra especie. He de admitir que hay algo extraño entre esos dos, pero no puedo asegurar de qué se trata.—Es demasiada sangre, incluso aunque no sea de humano, el aroma es demasiado para mí. Necesito regresar a Nocturia ahora.—Está b
AzuraBajo la luz de la luna llena Kaladdarius y yo nos volvemos a unir. Mientras lo miro a los ojos y nuestras manos se enlazan como un perfecto engranaje, sonrío, dispuesta a entregarme a él como si fuera la última vez; y, tal vez… así sea.Pero por ahora, prefiero no pensar en nada más que en sus manos sobre mi cuerpo.Kal me recuesta con delicadeza sobre la arena suave frente al lago y desviste mi cuerpo con una delicadeza digna del que trata a una pieza extremadamente frágil. Cierro los ojos y disfruto de su tacto, ese que ansié tanto durante todo este tiempo y me negaba a aceptar.Cuando él se queda desnudo frente a mí, no puedo evitar suspirar. La visión de su cuerpo perfecto y esculpido me deja sin habla y sin aliento.Kal se acerca a mí con lentitud, alargando el momento en que nuestras bocas vuelven a fusionarse una con otra, como si toda la vida hubiese esperado este instante. Sus labios suaves rozan los míos y envían una corriente de placer por todo mi cuerpo, aumentando m
KaladdariusDespierto con una extraña sensación de vacío en mi pecho, como si algo me faltara. Un dolor intenso se apodera de mí, provocando que me levante con la exaltación presente en mi cuerpo.—¡Azura! —exclamo. Anoche pasamos momentos maravillosos y excitantes, pero ahora me encuentro solo al lado del lago y sin señales de ella por ninguna parte.Miro a mi alrededor buscando una señal que me indique su presencia, y entonces veo la carta cuidadosamente doblada a un lado de donde estaba mi cabeza. El miedo se apodera de mí, como si de algún modo supiera lo que dice antes de leerla.Tomo la hoja con manos temblorosas y un nudo en mi estómago que no me deja respirar con tranquilidad, mientras abro el papel, siento el preámbulo de lo doloroso que será lo que leeré…“Mi amado Kal, mi lobo,Espero que cuando leas esto ya todo haya pasado y así no tengas que llevar la carga o la culpa de mi muerte. Sé que este no es el destino que esperabas para los dos, pero ambos sabemos que no hay otr
AzuraLa oscuridad de esta prisión es mi única compañía ahora. Eso junto con las lágrimas que se derraman hasta aterrizar en el suelo húmedo y frío. El rey no lo dudó ni un segundo. Esa mirada que me dio fue la certeza que necesitaba para saber que jamás me vería con buenos ojos después de lo que hice.Mi único remordimiento es haber dejado a Kaladdarius solo con una carta y la incertidumbre de lo que me ocurrirá, pero era necesario. No puedo seguir causándole más dolor, así que lo mejor es que yo muera a manos del rey, pagando por la atrocidad que cometí. Aun así, mi corazón agobiado siente una fuerte presión dentro de mi pecho. No sé si lo que estoy haciendo lo lastimará más de lo que podría ayudarlo.La confirmación me llega cuando escucho su voz. Al principio creo estar loca, pero no, es él. Lo escucho mucho antes de que siquiera se acerque a la celda donde me encuentro. Sin embargo, otro lobo le impide llegar hasta mí. No quiero que destruya su vida por mí, no quiero que se enfre
KaladdariusLa confesión de mi hermana deja a todos de piedra. ¿Es posible que ella también tenga un lazo de luna con otra especie? Hasta el momento nunca la he visto ni siquiera dar señales de que eso sea posible en ella; aunque… no olvido que andaba muy risueña con el vampiro ciego, pero… ¿será que es con él?Nuestro padre relaja sus facciones y cambia la expresión por una más… confundida. No hay otra palabra, lo que está ocurriendo lo está cambiando todo.—Lo que ese espejo diga es indiferente, aunque ella sea tu Mate, el pueblo nunca la aceptará después de lo que hizo —refuta mirándome a los ojos.Tomo la mano de Azura y la atraigo hacia mi cuerpo para protegerla. Entretanto, mi madre le hace una seña a los guardias reales para que se nos dejen a solas. Pronto, el jardín vuelve a estar en calma, solo agitado por el suave viento que mece las flores.—Pues no me importa, tendrán que aceptarla. Se darán cuenta de que ella se redimió por lo que hizo y nos salvó a todos.—Su majestad —
AzuraUn año entero ha transcurrido desde la terrible tragedia que mi hermana y yo provocamos. Ha sido un tiempo duro. Cuando el consejo aceptó la propuesta de Kal, sentí que todo iba a encausarse para bien, sin embargo, tuvimos que trabajar mucho para recuperar el reino.La devastación que provoqué tuvo serias consecuencias, la población de las sirenas, vampiros y lobos se redujo, pero no todo fue malo.Poco a poco conseguimos hacer que las brujas salieran de sus escondites, con la promesa de que les daríamos un futuro mejor donde todos pudiéramos vivir en paz.Kaladdarius y yo nos comprometimos, aunque al principio eso no le gustó a la mayoría de los lobos del reino. Comprender nuestro extraño vínculo lunar y aceptar que yo no solo era bruja sino mitad loba también fue arduo, no obstante, creo que eso ha mejorado mucho.Para nuestra sorpresa, al poco tiempo Belladaria reveló que su lazo de luna lo había conseguido con Dimitri, el vampiro ciego que nos había ayudado esa noche.Con la