LucianTres largas semanas han transcurrido desde la llegada de Kalium al castillo, y casi un mes desde que ella se fue. Mentiría si digo que no me he visto tentado a averiguar sobre Alina. Mi primera idea es que seguramente ha regresado con la manada de su padre, pero no puedo asegurarlo, después de todo, sé que ella lo odiaba y que él no la trataba nada bien.Aun así, me he contenido de hacerlo, le estoy dando su espacio, y, además, junto a Kalium, hemos estado investigando la forma de romper la maldición. Con la poca información que me ha dado de lo que conoce no hemos podido hacer mucho, pero es un primer paso.Si tuviese a Circe aquí ella podría ayudarnos, pero no ha regresado del reino de las brujas ni he tenido noticias sobre la plata y eso me está poniendo nervioso. Envié a uno de mis soldados más fieles a visitar a la princesa de las brujas hace unos días, y estoy esperando su respuesta, si no vuelve en un par de días más, tendré que ir personalmente a encargarme de la situac
AlinaSalir de esa pequeña cueva donde pasé encerrada tantos días se siente como un fresco respiro. Encaramada a la espalda de Ulric, no alcanzo a ver más allá de unos pocos metros, sin embargo, mi visión se aclara rápidamente y es ahí cuando me doy cuenta del verdadero caos que está sucediendo.Por un momento llegué a pensar que Ulric mentía, pero reconozco muy bien los uniformes del ejército real, además, incluso algunas caras se me hacen familiares, a pesar de la sangre que enmascara bastante bien a algunos de ellos.Miro horrorizada la masacre que están cometiendo contra mi antigua manada, y no es que sus muertes me inspiren un dolor profundo. Ninguno de esos lobos fue amable conmigo, ninguno me quiso y ni siquiera fueron capaces de reconocerme como parte de ellos, pero eso no quiere decir que sea indiferente a la horripilante escena que tengo en frente.Los lobos del rey parecen poseídos, los gritos, la sangre y los sesos esparcidos por todo el bosque no les causan ni el más míni
LucianPor lo regular, un viaje desde Dunwic hasta Grimstan suele demorar varias horas, pero la urgencia de llegar antes del anochecer me obliga a esforzarme el triple para acortar ese tiempo lo más que pueda.Rhea, Poppy y otros lobos más han venido conmigo, pero ya los he dejado muy atrás. Para ser honesto, no me importa, de hecho, lo prefiero, porque no quiero que se den cuenta de mi creciente angustia por Alina. Mil ideas se me pasan por la cabeza, y cada una es peor que la anterior.A pesar de haber reinado durante un siglo y medio entero en completa paz, sé bien que al reino no le faltan enemigos, el pensamiento de que quizá esto ha sido obra de alguno de ellos me pone los pelos de punta y obliga a la furia que me hace perder el control a surgir y apoderarse de mis acciones.A medida que el sol avanza implacable en el cielo comprendo que el atardecer se está acercando y, por consiguiente, la noche de luna llena. Jamás en mi vida habría corrido un riesgo tan grande por alguien. P
AlinaUn par de brazos cálidos y fuertes me llevan cargada hasta dentro de lo que queda de las ruinas de mi antigua casa. Mi cabeza duele y pulsa como si un árbol gigante me hubiera caído encima. Poco a poco mi vista se aclara y los recuerdos vuelven a mi memoria.El frío que siento en la parte de atrás de mi nuca es a causa de la sangre que escapa por la herida abierta que me hice al golpearme con la roca, también regresa la sensación de dolor en mi pierna por el puñal que extraje, pero todo eso deja de cobrar importancia para mí cuando abro los ojos y veo la silueta humana de mi caballero de la luna, de Lucian…Él me recuesta con sumo cuidado sobre un sillón mullido y se arrodilla a mi lado. Quiero gritarle, quiero abrazarlo y besarlo; quiero hacer demasiadas cosas; pero, sobre todo, quiero respuestas.—Perdóname Alina, todo esto es mi culpa —susurra sujetando mi mano con dulzura.Deslizo mi mano de las suyas y la apoyo en mi vientre, a la vez que intento incorporarme en el asiento.
LucianNo sé por qué tuve la idea de que cuando Alina supiese por medios propios acerca de la maldición, de alguna forma esta se rompería, pero es evidente que no funciona así.Descubrir que la maldit4 de Circe ha sido la causante de este estado eterno de bestia en mí, fue un shock bastante difícil de asimilar. Mas, ahora que las cosas se han calmado, realmente no debería ser una sorpresa para mí.Todos estos años se mantuvo lo más cerca del reino que pudo, controlando lo que hacía para mantener el poder en las sombras. Entre más lo pienso, más siento una intensa furia que se apodera de mí.Sin embargo, mi prioridad en este momento no es encontrarla a ella, sé que aparecerá pronto, pues las heridas que le causé fueron demasiado severas como para que pueda sobrevivir. No me sorprendería que encontrasen su cuerpo en alguna zanja, pero preferiría ser yo quien termine con su vida y asegurarme de que se quede así.Pienso en todo esto mientras le explico a Alina la situación. Hay tanta info
AlinaSoy incapaz de resistirme un segundo más. Dejo que Lucian me aprisione contra su cuerpo, el calor de su pecho calma la angustia de mi corazón; y es que todo está sucediendo tan rápido y los secretos parecen desvelarse como si se tratase de abrir la mismísima caja de pandora; que no soy capaz de procesarlo.Las palabras del vampiro calaron profundo en mí, pues es una tremenda casualidad que ahora que he descubierto que no soy hija biológica de Thorne, aparezca alguien que crea saber quién es en verdad mi padre.No sé cómo sentirme al respecto, estaba tan feliz de saber que no pertenezco realmente a los Kindred, que ni siquiera me había puesto a pensar sobre mi origen real.—¿Qué quieres decir con que no es tu verdadero padre? —pregunta Lucian en un susurro.Sus grandes manos acunan mi rostro, obligándome a mirarlo a los ojos.—Él me lo confesó antes de… bueno, asumo que ha muerto también.—No encontramos su cuerpo, tampoco hallamos a tu hermanastra —me aclara.Suspiro y cierro lo
Lucian—No importa lo que yo sienta, no deseo obligarte a estar con una bestia como yo.Alina da un paso seguro hacia mí. Mi corazón se agita dentro de mi pecho, porque de algún modo siento que la tensión que corta el aire entre los dos está a punto de explotar.—Lucian, debes saber, que yo me había arrepentido de irme aquella noche. De no ser por Circe, habría regresado a ti.Mi parte racional se negaba a creer que eso fuese verdad. Lo escuché la primera vez cuando ella me explicó lo que había sucedido, pero no quería creerlo; mas, oír la confirmación de su propia boca es todo lo que necesito para atreverme a hacer lo que más deseo en este momento.—Alina… —susurro y cierro el espacio que me separa de sus dulces labios. Aunque no es la primera vez que la beso, esta vez se siente diferente, es como si todo el deseo acumulado dentro de mí por fin se sintiese liberado. Estrecho su cuerpo entre mis brazos, ansiando sentirla mía. Nuestras bocas se funden en un beso apasionado y jadeante d
AlinaDespierto con los rayos del sol atravesando la ventana. La suave luz da de lleno en mi rostro, encandilando mi vista. Arrugo el entrecejo y me incorporo en la cama, el cabello se me viene hacia delante y me sirve como una cortina para cubrirme del sol.Me encuentro sola en la cama, envuelta en las sábanas y aún con las sensaciones de su tacto sobre todo mi cuerpo. Suspiro y una sonrisa involuntaria se forma en mis labios. Los recuerdos de la increíble noche que pasé con Lucian se sienten vivos sobre mi piel… sus besos, sus caricias, la forma en la que me hizo completamente suya…—¡Ah! —exhalo un suspiro y me arrojo sobre el colchón de nuevo.Nunca me habría imaginado que tener un mate se iba a sentir de esta manera. Lucian se convirtió de pronto en todo mi universo, lo que siento por él es lo más fuerte que he experimentado en mi vida.Es curioso que toda mi existencia la viví pensando que mi condición no era más que un error; descubrir que no se trataba de eso sino de una horri