AlinaDespués de la fiesta de las razas, todo fue como en picada. Me di cuenta de que Lucian no había cambiado en lo absoluto, y es que ¿tratarme como si fuese un objeto de su propiedad? ¡Uish! Es que me hierve la sangre solo de recordarlo.Esa noche después de que se metió a la fuerza por la ventana, terminó por acorralarme contra la pared.Tengo que reconocer que me puse nerviosa y no fue precisamente porque le tuviese miedo, sino más bien por esa creciente agitación dentro de mi pecho y mis piernas de gelatina ante él. Tuve que obligar a mis pensamientos a alejar esa ridícula idea de que él me atrae de alguna manera.Lucian y yo jamás podríamos estar juntos, mucho menos después de lo que hizo… amenazar a Ulric con matarlo solo porque me estaba abrazando.—Es un tonto —digo en voz alta mientras riego algunas de las flores del invernadero.Por fortuna mi antigua manada había regresado esa misma madrugada a Grimstan. No supe qué quiso decir la insufrible de mi hermanastra con esas ame
LucianEs innegable el deseo que siento por ella. Todos estos días después del baile solo he estado desesperado buscando la forma de encontrar al vampiro del que me habló el príncipe Valard para poder hallar, aunque sea un rayo de esperanza para romper mi maldición.Nunca me había sentido tan imperioso como ahora para romperla. Anoche cuando la vi entrar a mi habitación estuvo a punto de descubrirme justo cuando mi cuerpo cambiaba a su forma humana.Por suerte la luz que emite el hechizo le impidió verme. Y no pude resistirme, debía tenerla en mis brazos, besarla y hacerla mía como he querido desde que he admitido que estoy loco por ella, pero Alina me sorprendió y debo decir que de forma grata.Pensaba que sería inútil seguir intentando conquistarla con mi forma lobuna, ella me volvió a mirar con esos ojos de odio después de la amenaza que le hice a su antiguo amor; y no es para menos. Me comporte una vez más como un animal que solo busca marcar territorio.Alina había estado tan dis
AlinaTenía que huir de Lucian, no podía dejar que se acercara más a mí. Encontrarlo con Circe en esas circunstancias me dolió mucho más de lo que alguna vez llegué a imaginar.Y pensar que justo anoche rechacé la oportunidad de pertenecerle a él, a mi caballero de la luna, todo por guardar un supuesto voto matrimonial que para él no significa nada.Sus palabras se repiten en mi mente sin cesar… “¿Estás celosa de Circe? ¿Quieres que te haga lo que crees que le hice a ella? ...”—¡Estúpido, estúpido Lucian!¿Celosa yo? ¡Jamás!Subo a mi habitación y me encierro con un portazo.—¡Ay, Dios!, ¡niña! ¿Qué pasó?No me había dado cuenta de que Rhea estaba en mi habitación.—¿Qué haces aquí?—Organizaba tu cuarto un poco, puedes ser muy desordenada a veces —dice con un tono recriminatorio—. ¿Por qué entraste así? ¿Ahora qué te hizo el amo que te ha hecho enojar?—¿Cómo sabes que es por él?Rhea se echa a reír, deja a un lado las sábanas que está doblando y se sienta en la cama. Su expresión d
LucianAlina me estuvo evitando todo el día después de nuestro pequeño encuentro en el pasillo y de lo que vio con Circe. Intento darle su espacio, pero ¡al diablo con eso! No puedo dormir sin saber qué es lo que piensa de mí.Desde el balcón de mi torre veo su ventana, de pronto la abre y las velas que la iluminaban se apagan. Me bastan unos pocos minutos para decidirme bajar a verla.Ya se ha vuelto un hábito en mí venir a mirarla dormir casi todas las noches. Esta en especial parece estar muy acalorada. Cae dormida plácidamente y la manzana que tiene en la mano rueda por la cama hasta caer al suelo.El sudor le chorrea por la frente, pero ni siquiera así es suficiente para que se vea mal. La belleza de Alina parece irreal. Su pecho sube y baja ligeramente agitado. De repente comienza a removerse en la cama y a murmurar. Parece que tiene una pesadilla.Me atrevo a entrar un poco más a la habitación, siempre me he limitado solo a mirarla desde el umbral, pero me da curiosidad saber q
LucianCamino de un lado a otro de mi habitación como una fiera enjaulada. Nuevamente han pasado varios días en los que Alina se rehúsa a verme. En el fondo presiento que su insistencia por poner distancia es porque no quiere admitir que está sintiendo cosas por mí, pero esta lejanía me está volviendo loco.Las cosas en el reino parecen estar tranquilas, de hecho, demasiado; y eso es algo que tampoco me gusta. El príncipe de los humanos quedó más tranquilo y satisfecho cuando le dije que ya no requeriría un sacrificio humano al mes para satisfacer la ofensa que me habían causado al extraer plata de la mina, pero eso no me ha dejado calmado.La respuesta de las brujas tampoco ha sido la mejor, deslindándose del problema, y en especial ahora que Circe ha estado desaparecida durante largos periodos de tiempo.Un toque en la puerta me saca de mi ensimismamiento. Entre Alina y todo lo demás que ocurre en el reino, voy a terminar perdiendo la cabeza.—Adelante.—Mi señor, tiene una visita.
AlinaContengo mis lágrimas mientras me alejo una vez más de Lucian. Con todo lo que hablamos ni siquiera pude preguntarle acerca de la visita de mi padre. Los guardias del castillo me avisaron que lo habían visto. Una pequeña parte de mí esperaba encontrarlo y ver que había venido a visitarme, pero cuando llegué al salón del trono todo lo que encontré fue a la insoportable de Circe y a Lucian demasiado juntos otra vez.Sé que no quiero admitirlo en voz alta, pero me hierve la sangre cada vez que los veo juntos, no entiendo por qué si dice que ella lo manipuló para que la tocase, ¿qué diablos está esperando para echarla?Mis ojos están ligeramente empañados, así que no me doy cuenta de que tropiezo con Rhea en el camino.—¡Oh! Alina, ¿qué sucede?—Nada, solo deseo estar sola —respondo de forma escueta y salgo corriendo en la dirección opuesta.Termino encerrándome en un cuarto del castillo al que no había entrado nunca, pero ni siquiera me ocupo de ver dónde estoy. Recuesto mi frente
LucianTuve que mantener a Alina encerrada por su propio bien. Estoy seguro de que, si la dejaba salir, no dudaría en intentar volver a la habitación, y no podía arriesgarme a que me descubriese, no ahora.Los dos largos días habían pasado y esta noche nos volveríamos a encontrar. Falta poco para la luna llena, el sol parece ocultarse mucho más lento en el horizonte, como si tuviese vida propia y disfrutara de la tortura personal por alargar las horas para verla.Antes de que caiga la noche, Circe toca a mi puerta.—Mi señor —dice con voz solemne—. Ya todo está listo para partir al reino de las brujas.No he olvidado el gran problema de la plata, a estas alturas, no dudo que las brujas estén conspirando en mi contra, pero, después de lo que haré, ya nada importará.—Muy bien, me mantienes informado.Circe hace una reverencia y da media vuelta, pero se detiene en el umbral antes de salir.—Veo que recapacitó en cuanto a la… loba, la ha encerrado de nuevo.Me giro para enfrentarla, Circ
AlinaMe siento como envuelta en una nube etérea, donde todo es perfecto, donde mi caballero y yo nos hemos amado y entregado el uno al otro sin tabúes ni miedo. Él no lo sabía, pero esa fue mi primera vez.Jamás me había entregado a nadie, y la verdad es que tampoco nadie me deseaba como lo hace él. ¡Y fue maravilloso!Tengo mis ojos cerrados, pero he comenzado a despertar. Pienso que estoy sobre su pecho suave, pero a medida que recobro los sentidos me doy cuenta de que no es así, es el césped lo que me acuna.Nos quedamos dormidos la noche anterior luego de una intensa noche de pasión desenfrenada. Me entregué a él a pesar de Lucian, a pesar de que había dicho que no lo haría. De pronto siento un nudo en mi estómago. Abro los ojos de golpe y veo que ya el sol ha empezado a salir.Estoy envuelta en mi vestido roto y la manta negra del picnic, pero no hay rastros de él por ninguna parte.De pronto empiezo a sentir una creciente angustia en mi pecho que me dice que algo malo ha pasado