LucianSus pequeños ojos brillantes, observando maravillados todo el invernadero que he preparado para ella me llenan de emoción e incertidumbre. Alina cierra los ojos y aspira el aroma de las flores, estoy seguro de que le encanta, aun así, la miro con expectación, aguardando que me diga lo que piensa.—¡Me encanta! ¡Es perfecto!—Aquí podrás venir cuando quieras, es todo tuyo.—¡Gracias! —exclama con emoción y de pronto se arroja a mis brazos.Me quedo paralizado, me gusta la sensación de su abrazo en este cuerpo de bestia. Y es que ella no tiene idea de que me ha besado la noche anterior, de que su cuerpo temblaba bajo la firmeza de mis manos sobre su cintura y mis labios explorando su boca con pasión.Había intentado resistirme, desde aquel día en el reino de los humanos hace tan solo dos semanas, juro que hice todo lo posible por poner distancia entre los dos.La traté como una esclava más, casi evitaba verla durante el día, pero por las noches mientras ella dormía, me asomaba en
AlinaMe arrojo a la cama con un suspiro infantil. La enorme sonrisa que tengo en mi rostro se niega a irse, y a causa de eso ya mis cachetes están realmente acalambrados. Sin embargo, nada de eso me importa, porque no puedo ocultar la felicidad que anida en mi pecho.Jamás pensé que Lucian sería capaz de hacer algo tan lindo por mí, y aunque no entiendo su repentino cambio de actitud, no puedo negar que ha sido de lo más hermoso que alguien ha hecho para mí desde que tengo memoria.Me ha llenado tanto de alegría, que ni siquiera me ha importado lo que dijo Circe delante de mí. Esa bruja definitivamente no me hará las cosas más fáciles aquí. Me asomo a la ventana y, como por casualidades del destino, la veo salir del castillo en un caballo marrón. Cubre su cabeza con una capucha negra y arrea al animal hasta que inicia el trote.Su actitud parece un poco sospechosa, pero no me importa, ahora que soy de nuevo la esposa del rey, ella ya no podrá lastimarme.Escucho un toque en la puerta
LucianEl gran día ha llegado. Es el baile anual de las razas en el castillo lunar y es la primera vez en mi vida que me siento tan emocionado.Luego de aquel día que Alina y yo pasamos en el rosal del diablo en el territorio de los vampiros, siento que las cosas van mucho mejor entre los dos. Cuando me ve, me recibe con una sonrisa, y su comportamiento hacia mí se ha vuelto más amable.Le dije que la trataría como mi reina y eso es lo que he hecho estos dos días. Le dejo rosas en su cama al despertar y la acompaño a comer en la mesa e incluso he dejado que otros sirvientes se sienten con nosotros, pues me di cuenta de que a ella le molestaba que los echara.No sé si Alina llegue a enamorarse de mí versión licántropa tanto como de la humana, pero lo voy a intentar.Esperar a la próxima luna llena es una agonía, me muero por tenerla entre mis brazos, poder besar sus labios rosados de caramelo, no obstante, tendré que ser paciente. Ahora mismo lo que más me preocupa es decirle la verdad
AlinaNi siquiera sé cómo reaccionar. Mi padre, mi hermanastra, incluso Ulric está aquí junto al resto de la manada. La gente que me despreció y me trató como una escoria toda mi vida.Mi padre nunca había asistido a un baile y no pensé que mi presencia en el castillo fuese a influir en eso; estaba segura de que no vendría. No obstante, algo me dice que el hecho de haber llegado acompañado por Circe tiene mucho que ver.¿Será por esa razón que salió de forma misteriosa del castillo hace dos días? Ella no había vuelto en ese tiempo, y, a decir verdad, no le tomé importancia.Su sonrisa y mirada de suficiencia me responden esa duda sin tener que preguntar en voz alta, por supuesto que ella tuvo algo que ver.—Vaya, no creí que el Alfa Kindred iba a dar la cara por aquí. —Lucian es el primero en hablar.Mi padre traga en seco y se adelanta hasta quedar frente al rey, se agacha e hinca la rodilla ante su presencia imponente.—Quería disculparme con usted, su majestad, cometí un terrible e
LucianEn este instante, mi alma se retuerce en un nudo de emociones indomables. La envidia me devora desde adentro mientras las imágenes de Alina y ese idiota estando abrazados se reproducen en mi cabeza. Sus palabras resuenan en mis oídos como una melodía que me arranca el corazón; “y si así fuera, ¿qué?”.Alina es la única persona que ha logrado traspasar las murallas de mi corazón endurecido por siglos de soledad, y ahora me siento como un estúpido por abrirle la puerta a esos maldit0s sentimientos.Los celos arden en mí como un fuego inextinguible. Me miro en el espejo y veo a la bestia que soy, un ser de garras afiladas y colmillos feroces. ¿Cómo podría competir con ese hombre lobo, completo y apuesto? Él si puede transformarse, él sí puede darle lo que yo no puedo. Mientras que mi humanidad solo es visible una vez al mes, y mi forma lupina se ha convertido en una prisión eterna.Me pregunto si alguna vez podrá amarme como soy, si podrá ver más allá de mi apariencia monstruosa y
AlinaDespués de la fiesta de las razas, todo fue como en picada. Me di cuenta de que Lucian no había cambiado en lo absoluto, y es que ¿tratarme como si fuese un objeto de su propiedad? ¡Uish! Es que me hierve la sangre solo de recordarlo.Esa noche después de que se metió a la fuerza por la ventana, terminó por acorralarme contra la pared.Tengo que reconocer que me puse nerviosa y no fue precisamente porque le tuviese miedo, sino más bien por esa creciente agitación dentro de mi pecho y mis piernas de gelatina ante él. Tuve que obligar a mis pensamientos a alejar esa ridícula idea de que él me atrae de alguna manera.Lucian y yo jamás podríamos estar juntos, mucho menos después de lo que hizo… amenazar a Ulric con matarlo solo porque me estaba abrazando.—Es un tonto —digo en voz alta mientras riego algunas de las flores del invernadero.Por fortuna mi antigua manada había regresado esa misma madrugada a Grimstan. No supe qué quiso decir la insufrible de mi hermanastra con esas ame
LucianEs innegable el deseo que siento por ella. Todos estos días después del baile solo he estado desesperado buscando la forma de encontrar al vampiro del que me habló el príncipe Valard para poder hallar, aunque sea un rayo de esperanza para romper mi maldición.Nunca me había sentido tan imperioso como ahora para romperla. Anoche cuando la vi entrar a mi habitación estuvo a punto de descubrirme justo cuando mi cuerpo cambiaba a su forma humana.Por suerte la luz que emite el hechizo le impidió verme. Y no pude resistirme, debía tenerla en mis brazos, besarla y hacerla mía como he querido desde que he admitido que estoy loco por ella, pero Alina me sorprendió y debo decir que de forma grata.Pensaba que sería inútil seguir intentando conquistarla con mi forma lobuna, ella me volvió a mirar con esos ojos de odio después de la amenaza que le hice a su antiguo amor; y no es para menos. Me comporte una vez más como un animal que solo busca marcar territorio.Alina había estado tan dis
AlinaTenía que huir de Lucian, no podía dejar que se acercara más a mí. Encontrarlo con Circe en esas circunstancias me dolió mucho más de lo que alguna vez llegué a imaginar.Y pensar que justo anoche rechacé la oportunidad de pertenecerle a él, a mi caballero de la luna, todo por guardar un supuesto voto matrimonial que para él no significa nada.Sus palabras se repiten en mi mente sin cesar… “¿Estás celosa de Circe? ¿Quieres que te haga lo que crees que le hice a ella? ...”—¡Estúpido, estúpido Lucian!¿Celosa yo? ¡Jamás!Subo a mi habitación y me encierro con un portazo.—¡Ay, Dios!, ¡niña! ¿Qué pasó?No me había dado cuenta de que Rhea estaba en mi habitación.—¿Qué haces aquí?—Organizaba tu cuarto un poco, puedes ser muy desordenada a veces —dice con un tono recriminatorio—. ¿Por qué entraste así? ¿Ahora qué te hizo el amo que te ha hecho enojar?—¿Cómo sabes que es por él?Rhea se echa a reír, deja a un lado las sábanas que está doblando y se sienta en la cama. Su expresión d