Axel se puso el pantalón a medias, antes de entrar en el baño de la torre y buscar con qué limpiar lo mejor posible a Sasha, para su suerte, ahí había una ducha y eso le ayudaría a eliminar el olor a sexo que ambos desprendían.
— Ven, tenemos que ducharte —dijo antes de tomarla en sus brazos—. Veo que estás más radiante ahora que antes.
— Mucho mejor —el ángel le sonrió débilmente—. Gracias.
— Ahora suenas como si estuvieras borracha —mencionó el alfa con los ojos entrecerrados—. Te dejaré que te duches, tengo que hacer algo.
— No puedo caminar…
— Busc
Axel esperó a que todos esos estudiantes salieran de los vehículos para que entraran a la empresa y él poder escaparse en busca de un poco de liberación. La pobre de Sasha, a duras penas, podía caminar como se debía, sin embargo, él también la necesitaba mucho y las palabras que le dijeron sus amigos tenían mucho peso en sus hombros, puesto que él la estaba usando para su propia venganza que ya ni sentido tenía. — Buenos días, señor Becker —saludó el encargado de esa empresa—. Es bueno verlo por aquí luego de tantos meses. — De vez en cuando tengo que venir a ver cómo se está moviendo todo por aquí —ladeó la cabeza—. ¿Mis hermanos han venido en algún momento? — Se puede decir que solo la señorita Astrid ha venido seguido —informó y se hizo a un lado para que pasara—. Ella está en su oficina en estos momentos. Solicitó su presencia. — ¿Qué? — Sí, ella está ahí. Las cejas del alfa se dispararon hacia arriba al escuchar que su hermana se encontraba en Irlanda, la última vez que habl
El meterse en líos debía ser su nombre sin duda alguna. Eso de andar detrás de alguien no iba mucho con ella. Cuando vio que en esas hojas había un error, se lo dijo a la persona que les estaba sirviendo de guía, puesto que sus profesores se esfumaron cada quien por su lado y sus amigas por igual. Sus compañeros estaban en busca de pleitos sin sentido, y todos eran provocados por Emily, la cual ni debería de estar en la universidad, pero como sus padres tenían mucho dinero, se les permitía todo. La hermana de Axel era una alfa raza pura, muy pocas mujeres llegaban a ese rango tan alto y ella parecía estar hasta el mismo nivel que su alfa. — ¿Nos van a regresar otra vez a Londres? — No, eso no pasará —Axel dejó salir un suspiro—. Deja de estar nerviosa, mi hermana solo quiere hablar contigo y conocerte. No tienes
Axel arrugó la nariz con desagrado y más nervioso que nunca al ver la manera en la que Sasha se estaba moviendo a través de la pista de baile con sus compañeros de universidad. Ni porque obligó a Ares a quedarse en Londres, el malestar de que esos niños mimados tocaran lo que le pertenecía sobrepasaba sus límites.— Estás mirando con demasiado interés a tu alumna —dijo Nikolay pasándole una copa de vino—. Ella está disfrutando mucho el estar con sus amigas. Hasta se hizo otro peinado para pasar un buen rato y tú estás tomándote muchas atribuciones y eso es algo lamentable —le dio un sorbo a su bebida—. Ella se nota superfeliz, además, creo que ella en estos momentos sabe que las cosas irán mejor que nunca…&
Sasha despertó y todo le daba vueltas, sus muñecas estaban rojas, con marcas y su vagina estaba adolorida al igual que su trasero. Su cabello estaba hecho un lío y ni hablar de que su vestido estaba roto. No recordaba nada de lo que pasó la noche anterior, mucho menos de lo que hizo con Axel, no obstante, por el olor del alfa en la habitación, supo de inmediato que estuvieron juntos luego de su fiesta de cumpleaños.Bajó de la cama a pasos de tortuga, luego contó hasta diez y se metió en el baño en busca del botiquín de primeros auxilios. Tenía mordeduras en sus brazos, sus piernas estaban rojas y ella parecía estar en el limbo.Suspiró amargamente sin saber qué hacer.Tomó dos pastillas de las que s
Axel conducía por las calles de Dublín, hasta meterse de lleno en la carretera y llegar a su destino, el cual esperaba que fuera el último. Les dijo a sus amigos que mantuviera a todos esos chicos alejados, que les dijera que pueden tomarse el día libre para que no hiciera preguntas sobre si Sasha se estaba con él.La llevaría a una de las cabañas en el bosque a las afueras que su hermana había adquirido y que estaba bien oculta, puesto que en ese bosque era prohibido entrar por todas las muertes que han ocurrido a lo largo de los años ahí. La chica tenía una paleta en la boca qué lo estaba poniendo más nervioso. Todavía ella no le había hecho un oral y eso era algo que no podía dejar pasar.Sasha no era consciente de los cambios que tení
Sasha poco a poco fue recuperando la compostura luego de lo que sucedió antes. Estaba envuelta con una sábana, que supuso que era de uno de esos muebles o del sofá en el que se encontraba acostada. Miró sus manos, luego sus brazos, dándose cuenta de que estaba en su forma humana, lo cual era un alivio. Ella era una chica con muchos problemas encima, sin embargo, el simple hecho de que estuviera en ese preciso momento. — ¿Axel? —preguntó en un susurro al no verlo por ningún lado—. ¿En dónde estás? — Aquí estoy —él entró a la sala con el pantalón a medio abotonar—. ¿Qué tal dormiste? — Dormí bien, me siento relajada —murmuró la chica, mirando hacia otro lado—. ¿En dónde estabas? — ¿Preocupada por tu esposo? —preguntó en su típico tono burlón—. Me imagino que debes estar cansada por la actividad de anoche, ¿no es así? — Deja de burlarte de mí, es molesto —gimoteó sentándose en el sillón—. Esto aquí es grande, ¿por qué esta casa no está en malas condiciones? — Porque mi hermana vien
«Axel llevó a Sasha hasta la cabaña, después de que ella perdiera el conocimiento, le dio un baño rápido para sacar lo que quedó de su fogoso momento. Luego, fue en busca del padre de la chica, el cual tenía cara de pocos amigos.— Has profanado el cuerpo de mi hija, vil perro —Rowan tenía los puños apretados, mientras lo veía con deseos de querer matarlo—. Es una niña.— Una niña que es mi alma gemela y que salvé de ser asesinada para ser comida, de no sé qué ser mitológico —le apuntó con el dedo—. ¿Crees que con esta lluvia ibas a detenerme? ¿Tienes idea de lo que Sasha es en realidad?— Es una niña
Si ella se reía de ese momento tan chistoso, lo más seguro es que él se enojaría a tal punto de que la iba a matar lentamente, sí, eso haría Axel. Conociéndolo como lo hace, él le daría una zurra o la lanzaría del auto en movimiento. Él no podía estar celoso, menos de ella.— No es gracioso cuando dices esas cosas —dijo Sasha, seria—. Tú nunca me dirías esas cosas, en serio.— Pues ya te lo estoy diciendo en estos momentos, no quiero verte cerca de esos chicos, en serio —también se quitó el cinturón de seguridad—. Me pone nervioso.— Bueno, estoy casada contigo —dijo, tratando de alivianar la situación—. En estos momentos necesitas calmart