Estaré esperando sus comentarios, todavía hay mucha tela que cortar y les advierto que van a odiar mucho a Axel.
Axel le envió otras fotos manipuladas a Sasha, la cual ni siquiera sabía que era él. Verla asustada moverse por los pasillos de la universidad fue aún mejor. Esa chiquilla ni siquiera sabía que su padre la andaba vendiendo al mejor postor. Las clases que tenía con ellas eran pocas en la semana, pero sus amigos hacían lo posible para que nada se saliera de sus manos. Al ser una raza pura, le era fácil manipular la consciencia de ese pequeño ángel que ni sabía lo que era. — Bien, chicos —Axel llamó la atención de los estudiantes—. Quiero que todos presten atención a lo que les diré —le dio un breve vistazo a Sasha—. Me di cuenta de que alguien anda subiendo mis clases ya realizadas en una página, por lo que uno por uno vendrá hasta aquí para hacer los ejercicios por sí solos. En dado caso de que vea algún tipo de trampa por parte de ustedes, sus notas bajaran al mínimo y les será difícil poder pasar esta asignatura —tomó las hojas con el listado. Uno por uno fue pasando a efectuar los
El alfa pasó el lapicero de un lado a otro, corrigiendo sin mucho ánimo todos los trabajos de sus alumnos. Sasha no era para nada como su madre en el pasado. Sasha es ese tipo de ángel que llama mucho la atención de todas las personas en el puto mundo. Verla moverse de un lado a otro usando las prendas que él le decía era exquisito. Ese día, se iba a reunir con los padres de Sasha para aceptar de una vez por todas eso de casarse con ella y lo más seguro es que haría un par de cosas más con ella antes de la boda.— Buenos días, señor Becker —dijo Gerald, poniéndose de pie para saludarlo—. Me alegro de haber decidido venir el día de hoy.— El placer es mío, señor —sonrió lleno de arrogancia—. Supe que le iba a dar este puesto a alguien más.— Sí, alguien está interesado en mi hija, es un chico joven que también la vio en fotos, pero usted puede darle muchas cosas a mi hija y hacer buenos negocios conmigo.— Por lo que veo, usted quiere casar a su hija con mucha rapidez —les indicó que
Sasha apretó el puente de su nariz, los dolores de cabeza se estaban volviendo constantes y recuerdos que ni ella entendía estaban llegando a su mente en cuestión de segundos. Eran como sueños de ella besándose con alguien más, no obstante, sentía que algo no andaba bien del todo.— ¿Estás bien? —preguntó su madre pasándole unas pastillas—. No te has tomado tus medicamentos.— Estoy bien o eso considero —susurró—. En estos días las cosas no han estado bien. Los profesores se la pasan molestándome con cosas estúpidas y no sé qué hacer en esos casos.— Entiendo, tienes un punto —su madre tomó asiento a su lado en la cama—. Tengo algo que dec
Axel nunca se consideró un hombre que pudiera perder los estribos por una mujer, mucho menos por una mocosa que no sabía siquiera lo que era dar un beso decente. Recibió una carta del decano conforme avanzaban los días, diciéndole que se le presentó algo y el día que le tocaba regresar, ella entraba hablando con un chico de su misma edad…Conocía bien a ese chico, era el diablo en persona, una cosa que debía ser eliminada del mundo de ser necesario. El sábado sería su boda, su plan estaría en marcha y ni hablar de todas las cosas que haría una vez que tuviera a su alcance al pequeño ángel.— Bien, las clases por hoy van a finalizar —dijo Axel—. Pueden irse a sus casas —todos comenzaron a recoger sus pertenecías—. L
Sasha no quería casarse, pero su madre insistió tanto en que lo hiciera, que ya no había vuelta atrás en eso. Tenía puesto un hermoso vestido blanco, sus días como una mujer soltera estaban contados. Su padre le dio una especie de contrato a ella también para que no se acercara a ellos una vez que su matrimonio se efectuara.— Te ves muy hermosa, Sasha —dijo su madre poniéndole un velo—. ¿Te han picado los mosquitos estos días? —se le quedó viendo marcas en la espalda—. ¿Te ha picado algo aquí?— No, nada —respondió llena de sequedad—. ¿Es necesario que hagamos esto?— Sí —dijo Jade, mirándola con tristeza—. Me hubiese gustado que usa
Nuevamente, tenía el vestido puesto, el día de la boda había llegado y ella no paró de llorar desde que su madre fue horas antes a tenerla lista para la boda. Sin duda alguna no era el mejor momento de todos, mucho menos era algo digno o bueno que debía hacer. Su hermana tampoco estaría en la boda, sus amigas estaban mirándola llorar y su madre se encontraba recibiendo a los invitados.— Sasha —su amiga Liliana la abrazó—. No estés triste por esto, puedes matar al hombre mientras duerme si quieres.— Ese es el problema, no puedo hacerlo, y me siento mal por todo lo que me está pasando —susurró dolida—. ¿Cómo es posible que mi padre me haga este tipo de cosas? ¿Qué le hice?&mda
No era lo que él esperaba en ese momento, rechazarla siempre fue su objetivo, sin embargo, verla con sus ojos llorosos suplicándole con la mirada que no lo hiciera, fue mucho peor. Debía seguir con su plan, que todos pensaran que se debía a algo que esa familia había hecho y que él, por supuesto, manipuló a su antojo.— No puedo estar con una mujer que no es virgen —sacó del bolsillo de su saco un sobre—. Me dijeron que era pura, un pequeño ángel que no fue tocado por nadie y antes de venir a esta fiesta me entregan unas fotografías de ella y otro hombre teniendo sexo —Sasha tomó el sobre entre sus manos temblorosas.Se quedó mirando todos los cambios en su rostro, la forma en la que ella miraba esas fotos eran únicas y ni hablar de que su rostro era todo un poema andante.— Esto es mentira —susurró Sasha—. Yo nunca tuve sexo con otro hombre tú… — Yo nada, Sasha —se arregló el saco—. Querías tener tu libertad, ya la tienes. Te rechacé como mi luna, mi mate, destinada y todo lo relaci
Sasha entendió todo luego de que su madre la dejara en ese sitio. Era una bastarda asquerosa como le decía su padre siempre que la veía. No parecía siquiera estar con vida en esos momentos. Sin duda alguna, eso de ser alguien destinada a pasarla mal por culpa de un hombre, es algo crítico y asqueroso. No podía dormir, los recuerdos de ese día se repetían. No tenía idea de en dónde podían estar sus amigas, sin embargo, tenía que ser fuerte para seguir viviendo y no ser objeto de burla por parte de todos los presentes.— Hija, aquí tienes —su madre le pasó un vaso de chocolate caliente—. Lamento que no hayas podido ir a la universidad en estos días.— Si voy a la universidad, voy a morirme porque él está ahí dando clases como si nada —dijo llena de tristeza—. ¿Mi padre sigue enojado conmigo?— Sí, no le he dicho dónde te encuentras —Jade miró hacia el paisaje—. Todo esto es hermoso, aunque estés en la ciudad.— Lo sé, al menos mi padre no ha decidido sacarme de aquí luego de lo que pasó