Sasha apretó el puente de su nariz, los dolores de cabeza se estaban volviendo constantes y recuerdos que ni ella entendía estaban llegando a su mente en cuestión de segundos. Eran como sueños de ella besándose con alguien más, no obstante, sentía que algo no andaba bien del todo.
— ¿Estás bien? —preguntó su madre pasándole unas pastillas—. No te has tomado tus medicamentos.
— Estoy bien o eso considero —susurró—. En estos días las cosas no han estado bien. Los profesores se la pasan molestándome con cosas estúpidas y no sé qué hacer en esos casos.
— Entiendo, tienes un punto —su madre tomó asiento a su lado en la cama—. Tengo algo que dec
Axel nunca se consideró un hombre que pudiera perder los estribos por una mujer, mucho menos por una mocosa que no sabía siquiera lo que era dar un beso decente. Recibió una carta del decano conforme avanzaban los días, diciéndole que se le presentó algo y el día que le tocaba regresar, ella entraba hablando con un chico de su misma edad…Conocía bien a ese chico, era el diablo en persona, una cosa que debía ser eliminada del mundo de ser necesario. El sábado sería su boda, su plan estaría en marcha y ni hablar de todas las cosas que haría una vez que tuviera a su alcance al pequeño ángel.— Bien, las clases por hoy van a finalizar —dijo Axel—. Pueden irse a sus casas —todos comenzaron a recoger sus pertenecías—. L
Sasha no quería casarse, pero su madre insistió tanto en que lo hiciera, que ya no había vuelta atrás en eso. Tenía puesto un hermoso vestido blanco, sus días como una mujer soltera estaban contados. Su padre le dio una especie de contrato a ella también para que no se acercara a ellos una vez que su matrimonio se efectuara.— Te ves muy hermosa, Sasha —dijo su madre poniéndole un velo—. ¿Te han picado los mosquitos estos días? —se le quedó viendo marcas en la espalda—. ¿Te ha picado algo aquí?— No, nada —respondió llena de sequedad—. ¿Es necesario que hagamos esto?— Sí —dijo Jade, mirándola con tristeza—. Me hubiese gustado que usa
Nuevamente, tenía el vestido puesto, el día de la boda había llegado y ella no paró de llorar desde que su madre fue horas antes a tenerla lista para la boda. Sin duda alguna no era el mejor momento de todos, mucho menos era algo digno o bueno que debía hacer. Su hermana tampoco estaría en la boda, sus amigas estaban mirándola llorar y su madre se encontraba recibiendo a los invitados.— Sasha —su amiga Liliana la abrazó—. No estés triste por esto, puedes matar al hombre mientras duerme si quieres.— Ese es el problema, no puedo hacerlo, y me siento mal por todo lo que me está pasando —susurró dolida—. ¿Cómo es posible que mi padre me haga este tipo de cosas? ¿Qué le hice?&mda
No era lo que él esperaba en ese momento, rechazarla siempre fue su objetivo, sin embargo, verla con sus ojos llorosos suplicándole con la mirada que no lo hiciera, fue mucho peor. Debía seguir con su plan, que todos pensaran que se debía a algo que esa familia había hecho y que él, por supuesto, manipuló a su antojo.— No puedo estar con una mujer que no es virgen —sacó del bolsillo de su saco un sobre—. Me dijeron que era pura, un pequeño ángel que no fue tocado por nadie y antes de venir a esta fiesta me entregan unas fotografías de ella y otro hombre teniendo sexo —Sasha tomó el sobre entre sus manos temblorosas.Se quedó mirando todos los cambios en su rostro, la forma en la que ella miraba esas fotos eran únicas y ni hablar de que su rostro era todo un poema andante.— Esto es mentira —susurró Sasha—. Yo nunca tuve sexo con otro hombre tú… — Yo nada, Sasha —se arregló el saco—. Querías tener tu libertad, ya la tienes. Te rechacé como mi luna, mi mate, destinada y todo lo relaci
Sasha entendió todo luego de que su madre la dejara en ese sitio. Era una bastarda asquerosa como le decía su padre siempre que la veía. No parecía siquiera estar con vida en esos momentos. Sin duda alguna, eso de ser alguien destinada a pasarla mal por culpa de un hombre, es algo crítico y asqueroso. No podía dormir, los recuerdos de ese día se repetían. No tenía idea de en dónde podían estar sus amigas, sin embargo, tenía que ser fuerte para seguir viviendo y no ser objeto de burla por parte de todos los presentes.— Hija, aquí tienes —su madre le pasó un vaso de chocolate caliente—. Lamento que no hayas podido ir a la universidad en estos días.— Si voy a la universidad, voy a morirme porque él está ahí dando clases como si nada —dijo llena de tristeza—. ¿Mi padre sigue enojado conmigo?— Sí, no le he dicho dónde te encuentras —Jade miró hacia el paisaje—. Todo esto es hermoso, aunque estés en la ciudad.— Lo sé, al menos mi padre no ha decidido sacarme de aquí luego de lo que pasó
Al día siguiente, se puso su mejor ropa. No tenía por qué seguir usando ese tipo de ropa. La universidad estaba cerca, y como no quería tomar un taxi caminó a pasos lentos hasta el campus. Las personas que la conocían se le quedaban viendo por el repentino cambio de ropa que tenía. Ella no era el tipo de chica que andaba por ahí mostrando de más, solo que esa vez ella decidió dejarse llevar por el buen gusto de su madre.— A la verga —dijo Liliana mirándola desde los escalones—. Estás hermosa, maldita.— Gracias, esto es obra de mi madre —dijo con una pequeña sonrisa y colocando la maqueta en uno de los bancos—. Me duelen los brazos.— Me lo imaginé —dijo Kira, y también le mostró la de ella—. Si el profesor Becker no hubiera puesto esta maqueta, tú no estarías aquí.— Lo sé, ella no quiere volver a la universidad bajo ninguna circunstancia —dijo Liliana y señaló la entrada—. Es hora de irnos, por el momento es mejor que vayamos ahí a pasar un buen rato, luego nos podemos ir a tomar
Antes de que ella cayera al piso, la sostuvo en sus brazos. Lo hizo a propósito y cómo suspendió sus clases de ese día para pasar más tiempo con ella. No tuvo más remedio que usar sus feromonas para que se callara. La recostó en su escritorio, antes de que pudiera cerrar la puerta con seguro, la madre de Sasha iba a tocar la puerta.— Entra antes de que alguien te vea —le ordenó a Jade—. Ella está durmiendo.— ¿Qué le hiciste? —Jade lo empujó hacia otro lado—. ¿Alguien la vio en este estado?— No, nadie sabe que ella es una Melek —dijo Axel aburrido—. Fue adrede que lo hice, todo esto.
— ¿Por qué estás aquí? —preguntó Sasha, y Axel no dijo nada—. Esta casa es privada, no es un lugar público.— Todo lo que ves aquí es mío, al igual que tú —el alfa se quitó la camisa, dejando ver su torso desnudo luego de unos segundos en silencio—. Si vives en este sitio es por algo, tu padre no podrá hacerte daño y mirándote ahora, necesitas mucho de mi ayuda para salir adelante por lo que veo.— No creo que te necesite para cosas sin sentido y la verdad es que prefiero estar sola…— Sola no se irán estas alas — dijo lleno de obviedad—. Lamento decirte, que me necesitas mucho y que yo estoy para cumplir todas tus fantasías —dijo el alfa, y