Edgar
¿Desde cuándo soy tan considerado? ¿Cuándo dejé de ser quien soy para ser otra versión de mí sin darme cuenta?, no, esto no es normal. Pasaron muchas mujeres en mi vida y ninguna provocó lo que esta niña me causaba.
—Suficiente— detengo sus manos las cuales habían arrasado con todo mi escritorio—. No es algo que no te esperabas, era él o su hija, y gracias a ti decidí que fuera a él.
—No, ¿por qué eres tan inhumano?, ¿por qué siento que eres la persona más mala que existe y a la vez algo extraño me causas?
Observé cómo se expresaba sobre mí y esas lágrimas que caían sobre su rostro porque la había lastimado.
—Eres un asesino que no tiene corazón, eres alguien que m
ZoeExtrañé gritar, anhele el calor de las mantas al sentirme arropada, el frío y húmedo lugar cubrían mi anatomía, me sentía perdida y muy asustada, temía que este fuera el último día de mi vida, después que ordenarami castigo, los días fueron pasando y sin perder la noción del tiempotranscurrierondos difíciles días en los que no vi la luz. ¿Tan mal le sentó que le dijera que amaba a mi novio?Quise entender que tal vez me mortificaba por el hecho de que la policía llegó a casa por mi culpa, pero no. Todo lo contrario. Se calmó de una manera tan mágica que yo misma estaba a punto de caer en ella, pero recordé que no podía ser nada de él y mucho menos por la manera que llegó a mi vida.Sin embargo, quiero verlo, extraño sentirl
Edgar¿Tarde? ¿Qué era tarde para el ser humano?¿Era cuando el tiempo se acababa para rectificar y querer volver a empezar?,¿o era cuando ya no hay más oportunidades para ser otra persona?Creo y no solo eso, sino que incluso mi interior me grita que Zoe eslaquellenarámi soledad, ella y yo somos de alguna manera parecidos en algo y sin pensarlo solo la quiero para mí, solo la deseo en mi cama, en mis noches y sin hablarenmis días. Y me pregunto ¿me he enamorado? No, claro que no. Amar es igual a ser borracho sin poder mantener el equilibrio. No puedo ni quiero sentirme así con nadie, y a todo eso la única explicación que encuentro es que me encapriché como ella dijo, a tal punto que quiero vivi
ZoeMe sentí enferma por lo que mi corazón me decía, me hablaba y me pedía que dejara que ese hombre encendiera en mi estómago ese cosquilleo que Luis no hacía, ¿ciertamente amaba a Luis? ¿O ese es el consuelo que uso para hacer que lo nuestro funcionara en su momento? Pienso y pienso y llego a la conclusión ¿él estará preocupado por mi repentina desaparición? ¿Me estará buscando? Quisiera creer que sí, claro que quiero pensar así.—¿No dormirás? — esa pregunta llega a mis oídos mientras tomaba aún el aire.—Iré en un rato, me siento bien aquí afuera— le dije a Edgar y él tomó asiento a mi lado&m
EdgarApenas había dormido en todo lo que quedó de noche, tenerla tan cerca y lejos a la vez es lo que me torturó y me tenía alterado todo el tiempo que ya lo siento un problema. ¿Qué tan importante se volvió para mí que me tiene confuso? ¿Desde cuándo una mujer huye de mis brazos?—Zeus, prepara todo para alejarme unos días de esta casa.Necesitaba irme por unos días para sacármela de la cabeza y aprovechar para terminar unos asuntos que tenía pendientesen Italia.—¿Y qué hacemos con la chica?—Que Ana se quede con ella el
ZoeMe la paso buscando una simple razón para dejarme llevar por Edgar, el día que lo conocí temblé por miedo, por su mirada que estaba llena de terror sin perder su belleza, pero ayer cuando me besaba todo cambió y dio un giro en mi interior y quería más y más. Quería llegar con él a lo prohibido, pero la imagen de Luis y como me trató este peligroso hombre me hicieron parar causando en él un enfado evidente.—¡Buenos días! — saludé a Ana al bajar y entrar a la cocina. Mis ojos miraban a los lados, a mis espaldas con la esperanza de ver a Edgar, pero no estaba.—¡Buenos días!, ¿quieres desayunar?Asentí — ¿Edgar está en casa?—No, salió de viaje.Alcé las cejas y me sent&iacut
EdgarAun así, Zoesigue sin entenderque no se me escapa absolutamente nada, que cada uno de mis empleados los tengo controlados. No soy de fiarme a la ligera de los demás y para ver su lealtad primero deben demostrarlo.—¿Qué vamos a hacer? Solo da la orden y este tipo desaparece del mapa.Zeus me ve nervioso.—¿Qué cambiaría?Negué con la cabeza.—Sé que ella no lo ama, lo sé, joder—grité—. Regresamos a casa.De que me había servido alejarme estos días si han sido los más difíciles que he pasado sabiendo que la tenía lejos.—Busca información sobre ese hombre— le pedí a Zeus montando en el avión ymientras piensoque debo hacer con Zoe.<
ZoeAunque a ratos me siento en lo más profundo de las miserias, él mismo causante de esta es capaz de hacerme sentir en la gloria.Me había entregado a él, me hizo suya de una manera tan arrebatadora que ahora que lo tengo tan cerca, siento que no hay nada más delirante que tenerlo de este modo.—¿Qué cambió ahora que me entregué a ti?Este alzó su rostro mientras el mío descansaba sobre su pecho.—¿Qué debe cambiar?Lo sentí serio.—¿No cambiará nada?—No, Zoe. Y no te creas que esto me ha hecho olvidar lo que hiciste.—Era necesario, Edgar— lo busqué con la mirada.—No lo era.—No puedes poner un punto final entre dos
EdgarNo quiero asustarla ni mucho menos enfadarme con ella por no tomar su lugar y dejar de entrometerse en mis asuntos, pero pensándolo bien ella es ahora la testigo de mi día a día, por mucho que quiera ocultarle cosas tarde o temprano las descubriría.—Zoe, no quiero gritarte, es lo último que quiero hacer hoy. Por favor, no preguntes— me acerco a ella y paso la palma de mi mano por su mejilla y ella se estremeció.—Lo siento, ¿vale? Tienes razón no debería de hacer esas preguntas, no me importa a dónde vas y dejas de ir, ni mucho menos quién eres.Presioné los labios porque asegura que no debía de tener interés sobre mi persona—. Quiero que me preguntes sobre sí te extrañé, si he dejado de pensar en ti, y por lo demás no te preocupes.