Edgar
¿Tarde? ¿Qué era tarde para el ser humano? ¿Era cuando el tiempo se acababa para rectificar y querer volver a empezar?, ¿o era cuando ya no hay más oportunidades para ser otra persona?
Creo y no solo eso, sino que incluso mi interior me grita que Zoe es la que llenará mi soledad, ella y yo somos de alguna manera parecidos en algo y sin pensarlo solo la quiero para mí, solo la deseo en mi cama, en mis noches y sin hablar en mis días. Y me pregunto ¿me he enamorado? No, claro que no. Amar es igual a ser borracho sin poder mantener el equilibrio. No puedo ni quiero sentirme así con nadie, y a todo eso la única explicación que encuentro es que me encapriché como ella dijo, a tal punto que quiero vivi
ZoeMe sentí enferma por lo que mi corazón me decía, me hablaba y me pedía que dejara que ese hombre encendiera en mi estómago ese cosquilleo que Luis no hacía, ¿ciertamente amaba a Luis? ¿O ese es el consuelo que uso para hacer que lo nuestro funcionara en su momento? Pienso y pienso y llego a la conclusión ¿él estará preocupado por mi repentina desaparición? ¿Me estará buscando? Quisiera creer que sí, claro que quiero pensar así.—¿No dormirás? — esa pregunta llega a mis oídos mientras tomaba aún el aire.—Iré en un rato, me siento bien aquí afuera— le dije a Edgar y él tomó asiento a mi lado&m
EdgarApenas había dormido en todo lo que quedó de noche, tenerla tan cerca y lejos a la vez es lo que me torturó y me tenía alterado todo el tiempo que ya lo siento un problema. ¿Qué tan importante se volvió para mí que me tiene confuso? ¿Desde cuándo una mujer huye de mis brazos?—Zeus, prepara todo para alejarme unos días de esta casa.Necesitaba irme por unos días para sacármela de la cabeza y aprovechar para terminar unos asuntos que tenía pendientesen Italia.—¿Y qué hacemos con la chica?—Que Ana se quede con ella el
ZoeMe la paso buscando una simple razón para dejarme llevar por Edgar, el día que lo conocí temblé por miedo, por su mirada que estaba llena de terror sin perder su belleza, pero ayer cuando me besaba todo cambió y dio un giro en mi interior y quería más y más. Quería llegar con él a lo prohibido, pero la imagen de Luis y como me trató este peligroso hombre me hicieron parar causando en él un enfado evidente.—¡Buenos días! — saludé a Ana al bajar y entrar a la cocina. Mis ojos miraban a los lados, a mis espaldas con la esperanza de ver a Edgar, pero no estaba.—¡Buenos días!, ¿quieres desayunar?Asentí — ¿Edgar está en casa?—No, salió de viaje.Alcé las cejas y me sent&iacut
EdgarAun así, Zoesigue sin entenderque no se me escapa absolutamente nada, que cada uno de mis empleados los tengo controlados. No soy de fiarme a la ligera de los demás y para ver su lealtad primero deben demostrarlo.—¿Qué vamos a hacer? Solo da la orden y este tipo desaparece del mapa.Zeus me ve nervioso.—¿Qué cambiaría?Negué con la cabeza.—Sé que ella no lo ama, lo sé, joder—grité—. Regresamos a casa.De que me había servido alejarme estos días si han sido los más difíciles que he pasado sabiendo que la tenía lejos.—Busca información sobre ese hombre— le pedí a Zeus montando en el avión ymientras piensoque debo hacer con Zoe.<
ZoeAunque a ratos me siento en lo más profundo de las miserias, él mismo causante de esta es capaz de hacerme sentir en la gloria.Me había entregado a él, me hizo suya de una manera tan arrebatadora que ahora que lo tengo tan cerca, siento que no hay nada más delirante que tenerlo de este modo.—¿Qué cambió ahora que me entregué a ti?Este alzó su rostro mientras el mío descansaba sobre su pecho.—¿Qué debe cambiar?Lo sentí serio.—¿No cambiará nada?—No, Zoe. Y no te creas que esto me ha hecho olvidar lo que hiciste.—Era necesario, Edgar— lo busqué con la mirada.—No lo era.—No puedes poner un punto final entre dos
EdgarNo quiero asustarla ni mucho menos enfadarme con ella por no tomar su lugar y dejar de entrometerse en mis asuntos, pero pensándolo bien ella es ahora la testigo de mi día a día, por mucho que quiera ocultarle cosas tarde o temprano las descubriría.—Zoe, no quiero gritarte, es lo último que quiero hacer hoy. Por favor, no preguntes— me acerco a ella y paso la palma de mi mano por su mejilla y ella se estremeció.—Lo siento, ¿vale? Tienes razón no debería de hacer esas preguntas, no me importa a dónde vas y dejas de ir, ni mucho menos quién eres.Presioné los labios porque asegura que no debía de tener interés sobre mi persona—. Quiero que me preguntes sobre sí te extrañé, si he dejado de pensar en ti, y por lo demás no te preocupes.
Zoe¿Qué cómo me sentía al ver a Edgar junto a mí?, que decir a eso, me sentía como si hubiera nacido de nuevo y me había olvidado de que él me tenía encerrada y que solo estaba viviendo una historia de amor entre un criminal peligroso y yo.—Cuando tenía doce años,a lasalidade laescuela unos compañeros de clase me obligaron a entrar en los baños de los chicos, siempre sufrí bullying por el simple hecho de no tener padres y ellos aprovechabanpara recordarme la falta que me hacíansu presencia en mi vida— me emociono—. Bueno... como decía me llevaron dentro y unos chicos más grandes que yo, me acorralaron entre ellos y sus manos empezaron a tocarme el cuerpo, yo empecé a llorar porque no sabía cómo defenderme, no sabía cómo
EdgarTenía claro que no iba a confundir las cosas con Zoe, ella debe entender que no soy de los que caen a la ligera por el simple hecho de estarentresus piernas, por muy que sienta cosas increíbles por ella, primero estaba el ser inteligente ante cualquier situación, y para que pueda estar plenamente tranquilo primero se debe de ganar mi confianza la cual me demostró las dos veces que confié que no estaba dispuesta a conservarla. ¿Quién me dice a mí que no es una estrategia para hacerme creer que realmente quiere y está cómoda conmigo? Que yo sepa hace unos días y sin ir muy lejos aún sigue pidiendo que la libere.—¿Estás lista? — pregunté tocando la puerta de su habitación.—Dos minutos— escuché.—Te espero abajo.Al