ADAM—Lo más viable es regresar a Grecia—no había otra manera.—Pero… ¿Nicholas? ¿cómo vamos a encontrarlo?, no pienso dejar a mi hijo así.—No hemos tenido ninguna nota de rescate, eso me hace pensar en que deben conservarlo porque es valioso, pero si queremos contactar a ese tal Bonheur, debemos estar en Athenas.Mi madre se tomó la cabeza.—Esto es una gran mierda.Las pisadas de Eros nos hicieron esperarlo salir por el pasillo de la sala.—Los escucho discutir desde allá—protestó, se sostenía con dificultar por la muleta—. ¿Dónde están los demás?—Fueron al zoológico—mascullé.No estoy realmente feliz de sé que hayan ido, pero, era algo que no podía evitar, al final, ellos eran familia.—Oh, mi pequeño—Cherise corrió hacia él para abrazarlo y ayudarlo—, ahora sé por todo lo que tuviste que pasar.—¿Se lo dijiste? —chistó.—Tuve que, en cualquier momento debía enterarse—me dejé caer en el sofá—. Ya que están aquí, hay otra cosa de la que debo hablarles.Mi madre ayudó a Eros para s
HOLLY—¿Dónde estamos? —pregunté ya inquieta.Estaba alejándose cada vez más de la estación principal del zoológico.—Te pondré a salvo—recién me daba cuenta de su fuerte acento marcado. No le creas, me dijo mi cerebro.—No… quiero ir con mis hijos—intenté removerme, pero el pie me dolió.—Ellos estarán bien.Algo me decía que no estaba bien, no se escuchaba ninguna ambulancia ni alguna patrulla.—Este no es el lugar—protesté.—Debemos salir de aquí. Pasamos de largo el lugar donde estaba el auto con mis escoltas—¡Evan! —grité.—Sh, no hables—se asomó.Dentro estaban ambos hombres, pero no se movían, Dominic observó a los lados.—¿Qué está sucediendo? —exigí, él me puso en el suelo, abrió la puerta de Evan, quien cayó inerte, tenía una bala en la frente.Apreté mi boca para no gritar. Dominic hizo a un lado el cuerpo de Silas y me tomó para meterme al auto, me negué.—¡No! ¡suéltame!—Dije que te pondré a salvo—me empujó hacia dentro y cerró la puerta, encendió el auto y comenzó a
ADAM3 DÍAS ATRÁS.El policía continúo buscándola, di tantas vueltas alrededor que los rostros ya me parecían familiares.Vi a dos hombres dirigiéndose hacia James y los niños, no tenían buena pinta, regresé hasta ellos, pero los tipos comenzaban a alejar a James con los niños.—¡No, alto! —corrí hacia ellos y tomé a uno del hombro empujándolo—. Ni se les ocurra ponerle una mano encima a estos niños.—Hermano, calma…—dijo James.El otro tipo habló.—Señor West—mostró una placa—, agentes de Interpol, le pedimos que venga con nosotros, debemos salir ahora de aquí.—¿Por qué? —escupí—, no me iré hasta que Holly aparezca.—Holly Austen estará bien, pero debe venir aho…Disparo, se escuchó un disparo al aire, todo el mundo comenzó a gritar.—¡Ahora, vámonos!James tomó a Tony, y yo me apresuré a tomar a Alice, cubriéndola con mis brazos por sobre la marea de gente. El agente que empujé dirigía a James, mientras que el otro me dirigía a mí para escapar hacia el lado contrario de la muchedum
ADAMAyer, cuando salí del cuarto de interrogación, encontré a los niños solos, durmiendo en las sillas.Llamé al primer hombre que cruzó mi camino.—¿Dónde está el hombre que estaba aquí?—No lo sé, señor—contestó y se fue.Esperé unos minutos, para saber si ese bastardo había ido a la máquina expendedora, pero después de cinco minutos me rendí.Esperé a que llegara la detective Foreman.—¿Ha visto a James? —le pregunté en cuanto ella se acercó.Ella se acercó con semblante serio, le indicó a una oficial que se quedara vigilando a los niños y ella me llevó hacia un cubículo de seguridad.—Reprodúcelo—le indicó al hombre que estaba tras el monitor, este asintió.En la pantalla del centro de espera se veía a James mirando hacia todos lados, afligido, luego de un par de minutos, se levantó, observó a los niños y se marchó de la estación, desde el punto de vista de la salida y entrada de la estación lo vimos marcharse sin mirar atrás.Hijo de perra. ¿Por qué justamente hoy James pidió ve
HOLLYCuatro días, llevo cuatro días con los ojos y la cara hinchada.Me alimentan y me medican para los dolores de mi cuerpo, hay una enfermera que me ayuda para mi hora de baño. Tuve varias cortadas en el brazo izquierdo, quizá tres o dos son un poco profundas, el resto cicatrizarán rápido.Lo malo es que buscaron en todo mi cuerpo signos de algún rastreo y tuvieron que quitarme el implante. Desde entontes me siento más sensible que nunca.No me han dicho cuanto tiempo debo estar aquí, estoy a punto de volverme loca por no ver a mis hijos.Dominic me mostró una foto de ellos, están a salvo con mis padres, al menos es un alivio para mí.Pero tampoco han querido decirme algo sobre Adam, esta inexorable inquietud terminará siendo la ruina de mi cordura.—Es por su bien—me susurraba una y otra vez.Estiré y moví mi tobillo, era una fortuna que solo tuviera una leve lesión, ya casi no me dolía para caminar.No tengo la menor idea de donde estoy, no me han querido decir, pero sé que no es
DAKOTAPearce besaba mi cuello y aspiraba mi nuca.—El aroma de tu miedo es tan delicioso…Mi cuerpo no paraba de temblar, salté de sus piernas cuando el sonido de su celular me salvó por un momento.Atendió con un gruñido.—¿Qué?—Interpol—escuché del otro lado.¿Interpol? ¿eso qué significaba?Pearce no dijo nada, solo cortó la llamada, me aferró de la cintura.—Vamos a dar un paseo, paloma— le dijo algo en otro idioma a su chofer, este dio media vuelta.Sentí pánico.—No… no, espera, yo me tengo que ir.Pearce soltó un suspiro.—Ahora tienes que venir conmigo, preciosa—me tomó de la mano con delicadeza—. Será muy peligroso déjarte aquí.La respiración se me cortó.—¿Dónde vamos?Él solo sonrió.—Bebe un poco de agua, lo necesitarás—de un compartimiento entre los asientos extrajo una curiosa botellita de agua, el empaque estaba cerrado.Lo abrió frente a mí y me tendió la botella para beber.—No tengo sed—protesté.—Se buena, paloma, no quiero lastimarte—los vellos se me pusieron en
HOLLYMe vi una vez más en el espejo.Estaba nerviosa.Me dieron ropa muy formal, como si se tratara de alguna secretaria, un apretado sueter verde oscuro, falda negra, medias y tacones cortos (que agradecí), un larguísimo abrigo negro, si no llevara los tacones estoy segura de que lo arrastraría.No entiendo por qué me hacen vestir de esta manera, si veré a Adam aquí dentro de la casa.En fin, me acomodé la peluca bien y me coloqué las gafas, me sentía todo un cliché.Deje de lado el abrigo, definitivamente me sentía ridícula.Me paseé por la habitación varias veces hasta que decidí salir.Estaba impaciente, ansiosa, ya ha pasado casi una semana desde que no veo a mis hijos y tampoco sé nada de Adam, verlo me daba una esperanza.Terminé encerrándome en la biblioteca, luego me reí internamente porque eso era más cliché. Busqué el libro que estaba leyendo, pero no lo encontré, hasta que di con él en un estante superior.Boté las zapatillas y subí a la escalera deslizable, sujetándome f
HOLLYCuando bajamos del auto, el cielo ya estaba oscurecido. Caer en cuenta de que me encontraba todo este tiempo en una isla fue bastante impactante.Pero fue más impactante aun ver aquel impresionante barco.—Vamos, llegaremos a Atenas por la mañana—no me acostumbraba a la vista ridícula de Adam.—Es que…—me removí deteniéndome.—¿Qué pasa?—Jamás he estado en un barco.Adam sonrió con paciencia.—¿Por qué no entran? —Dominic pasó por delante de nosotros con su maleta—, o qué ¿se arrepintieron?—Es un maldito amargado—gruñí.—Como sea, nada puede ponerme más feliz que tenerte y haberle ganado a ese bastardo.Me mordí el labio.—E… ¿es seguro?Me tomó en brazos y me subió al barco.—No es un barco, es un yate, conejita.Adam me llevó hasta un… ¿habitación?, mientras él se encargó de darle indicaciones rápidas al capitán y luego regresó para conmigo.—No crees que es bastante… ¿exhibicionista? —le pregunté en cuanto regresó.Era una habitación cómoda, pero de solo una pared había un