DAKOTAPearce besaba mi cuello y aspiraba mi nuca.—El aroma de tu miedo es tan delicioso…Mi cuerpo no paraba de temblar, salté de sus piernas cuando el sonido de su celular me salvó por un momento.Atendió con un gruñido.—¿Qué?—Interpol—escuché del otro lado.¿Interpol? ¿eso qué significaba?Pearce no dijo nada, solo cortó la llamada, me aferró de la cintura.—Vamos a dar un paseo, paloma— le dijo algo en otro idioma a su chofer, este dio media vuelta.Sentí pánico.—No… no, espera, yo me tengo que ir.Pearce soltó un suspiro.—Ahora tienes que venir conmigo, preciosa—me tomó de la mano con delicadeza—. Será muy peligroso déjarte aquí.La respiración se me cortó.—¿Dónde vamos?Él solo sonrió.—Bebe un poco de agua, lo necesitarás—de un compartimiento entre los asientos extrajo una curiosa botellita de agua, el empaque estaba cerrado.Lo abrió frente a mí y me tendió la botella para beber.—No tengo sed—protesté.—Se buena, paloma, no quiero lastimarte—los vellos se me pusieron en
HOLLYMe vi una vez más en el espejo.Estaba nerviosa.Me dieron ropa muy formal, como si se tratara de alguna secretaria, un apretado sueter verde oscuro, falda negra, medias y tacones cortos (que agradecí), un larguísimo abrigo negro, si no llevara los tacones estoy segura de que lo arrastraría.No entiendo por qué me hacen vestir de esta manera, si veré a Adam aquí dentro de la casa.En fin, me acomodé la peluca bien y me coloqué las gafas, me sentía todo un cliché.Deje de lado el abrigo, definitivamente me sentía ridícula.Me paseé por la habitación varias veces hasta que decidí salir.Estaba impaciente, ansiosa, ya ha pasado casi una semana desde que no veo a mis hijos y tampoco sé nada de Adam, verlo me daba una esperanza.Terminé encerrándome en la biblioteca, luego me reí internamente porque eso era más cliché. Busqué el libro que estaba leyendo, pero no lo encontré, hasta que di con él en un estante superior.Boté las zapatillas y subí a la escalera deslizable, sujetándome f
HOLLYCuando bajamos del auto, el cielo ya estaba oscurecido. Caer en cuenta de que me encontraba todo este tiempo en una isla fue bastante impactante.Pero fue más impactante aun ver aquel impresionante barco.—Vamos, llegaremos a Atenas por la mañana—no me acostumbraba a la vista ridícula de Adam.—Es que…—me removí deteniéndome.—¿Qué pasa?—Jamás he estado en un barco.Adam sonrió con paciencia.—¿Por qué no entran? —Dominic pasó por delante de nosotros con su maleta—, o qué ¿se arrepintieron?—Es un maldito amargado—gruñí.—Como sea, nada puede ponerme más feliz que tenerte y haberle ganado a ese bastardo.Me mordí el labio.—E… ¿es seguro?Me tomó en brazos y me subió al barco.—No es un barco, es un yate, conejita.Adam me llevó hasta un… ¿habitación?, mientras él se encargó de darle indicaciones rápidas al capitán y luego regresó para conmigo.—No crees que es bastante… ¿exhibicionista? —le pregunté en cuanto regresó.Era una habitación cómoda, pero de solo una pared había un
EROS: SEMANA ATRÁS—¿Crees que estén bien? —preguntó mi madre inquieta.—¿Cuál es la probabilidad que suceda algo? ¿un diez por ciento?, es muy bajo.—Los números no son tan confiables.Una alarma se activó en mi tableta, la abrí: Incendio.Pulsé rápidamente la notificación para las autoridades.—Hay un incendio en el edificio—le dije rápidamente.Mi madre abrió los ojos con sorpresa.—¿Es grave?—No lo sé, debemos ir.Ella, aunque protestó, no podíamos interrumpir a Adam con su preocupación por Holly, así que nos encargamos del asunto. Por fortuna no hubo ningún herido, pero el departamento de archivos quedó afectado.—No creo que haya sido un error—le dije a mi madre.—Tampoco lo creo.El jefe de bomberos se acercó a nosotros.—Descubrimos la fuente del incendio—mostró varios productos de limpieza y un encendedor—, preguntamos sobre el encargado de la limpieza, pero hoy es su día libre.—Gracias por mostrarnos.El jefe de bomberos fue a hablar con un oficial de policía.—Es imposibl
DAKOTAPearce me llevó a desayunar, estaba desbordante de felicidad.Eh estado con muchos hombres, no me jacto de ello, pero, él al ser el hombre más terriblemente loco me haya conocido, en el sexo… me pareció ¿delicado?Mi mente está confundida, como adormilada.—¿Quieres algo en particular?—No… está bien.Hizo que sirvieran bastantes cosas en la mesa, todo era delicioso.—Entonces ¿Cuántos meses tienes?¿Puedo hablar con él sobre ello?—Cuatro meses—tragué lo que tenía en la boca.—¿Ya se puede saber lo que es?Cavilé.—Parece que todavía no, hasta el quinto o séptimo mes.Le dio un sorbo a su café.—Ahora que estás conmigo, debes saber que soy estéril.Asentí.—¿Te sometiste a alguna cirugía o es natural?—Me sometí a cirugía cuando tenía veinte años, no iba a interrumpir mi vida por tonterías paternales.Piqué algo de fruta.—¿Cuál es el cambio de opinión ahora?—También me pregunto lo mismo, después de años de ver tanta sangre, muerte y excesos, creo que un cambio de aires es lo
HOLLY—Holly—jadeó en mi oído, presionó sus dedos en mis costillas—, no… no dejes de moverte.Tiré de su cabello, con sus dientes arañó mi cuello.—Adam, ya casi—gemí.Continúe rebotando en sus piernas, él deslizó su mano por mi cadera hasta mis nalgas y comenzó a acariciar alrededor de mi…—¡No, Adam!—Sh, conejita, sabes que te gusta—me besó—, también me gusta hacerte esto—me mordió el labio—, será un momento.Presionó sus estocadas fueron más rápidas. Nuestros cuerpos hacían un escándalo como nunca, hasta que el tirón fuerte de mi vientre provocó las convulsiones. Colgué mi cabeza en su hombro, él continuó sus estocadas, su respiración era demasiado agitada, giró un poco mi cabeza para que mi nuca quedara en su boca soltándome una ligera mordida y terminó.Nuestros jadeos se mesclaron, mis espasmos solo envolvían su eyaculación.—No puedo vivir sin ti Holly—jadeó.Me tomó de las mejillas para besarme.—Te amo—dije con el pulso aceleradoAdam colocó una alarma de media hora antes de
DAKOTATiró de mí.—Ponte esto—me tendió un chaleco anti balas.Me encontré sin habla, contemplándolo, estaba ansioso, pero enfocado. Tiró de las hebillas del chaleco para ajustármelo.—Sígueme, no hagas nada estúpido, te sacaré de aquí.Asentí.Me condujo hacia la parte trasera de la cocina; jamás en mi remota existencia, me imaginé estar en algo parecido a esto, fuera, había fuego.Gritos y detonaciones, Nicholas estaba al pendiente de todo, observa alrededor, recorrimos la casa hacia atrás, llegamos a la parte de la piscina saltando por unos arbustos y luego los pinos.—Detrás de estos pinos hay una colina abajo, está un auto listo, necesito que corras—me retuvo de la mano.—¡Por ahí! —gritó alguien.Mi corazón se disparó, ¡nos encontraron!—¡Ahora!—¿Y tú?Estiró los brazos hacia donde provenía el grito y disparó, se llevó la mano hacia su bolsillo, tiró el cartucho de la pistola y luego encajó el otro en segundos—¡Corre ahora! —me gritó.Forcejeé con las ramas, sentí los arañazo
EROS—Mamá, traje un té de salvia—toqué la puerta de su habitación con mi bastón.Escuché sus pasos, me abrió la puerta.—Hay, tu siempre tan considerado.—Perdóname por haberte orillado a hablar de ello—aunque en el fondo no lo lamentaba.—Oh, sabes, conozco a mis cuernos mejor que nadie—se rio de mi—, eres resbaloso y manipulador—me pellizcó la mejilla—, pero agradezco tu buen gesto, eres todo un caballero.—¿Sabías que te preguntaría eso?Ella soltó un suspiro.—Sabía que algún día ustedes se enterarían y tendríamos una charla, no estaba lista cuando lo mencionaste.Cerró la puerta de su habitación y me indicó a que bajáramos las escaleras, intenté no quejarme, un rato más y ya me dolería la pierna.—Quiero hablar con los agentes—le dije.—¿Para qué?—Necesito ir a la empresa…—Eros… esas cosas pueden esperar, estamos esperando a que tu hermano y Holly regresen.—Ha pasado mucho tiempo sin hacer nada ahí, necesitamos delegar, hacer ajustes para nuestra ausencia.Ella hizo una mueca