Anna Lewis vivió tranquila como fueron pasando los años.
Después de que su acosador, Andrew Barnett muriera frente a sus ojos, ella continuo siempre con la frente en alto y no pensar en el pasado.
Había entrado en la universidad, había estudiado Diseño Industrial.
Actualmente con 26 años, vive con sus dos compañeras de piso, Kenya y su mejor amiga, Sara, en un departamento muy cómodo y muy hogareño.
Su relación con Caleb no resulto mientras pasaba el tiempo, pero siguen siendo muy buenos amigos.
Todo el pasado quedo en el olvido.
Para ella Andrew Barnett ya no tenia significado alguno.
Estaba en casa esperando a mis compañeras de piso, últimamente han llegado tarde a casa, a causa del trabajo, se supone que hoy iríamos a un antro cerca de aquí, pero así como no llegan, dudo mucho que se haga el plan, lo peor, ya estaba arreglada para la noche. Me acosté en el sillón con el celular en la mano y minutos después escuché las llaves. Sara hace un escandalo con las llaves, con ese sonido en particular, supe que eran ellas. Me levanté y vi entrando a Sara sonriendo. -Perdón la tardanza- dijo Sara, mientras que Kenya cerraba la puerta- me iré a cambiar y nos vamos. - ¿Si vamos a ir? - les pregunte. -Estoy esperando este viernes desde que inicio la semana y no pienso perdérmela por nada del mundo- dijo Kenya y Sara asintió con la cabeza. -Apúrense, si no me duermo- voltee a ver a Sara y la señale- en especial tú. Sara entro corriendo a su cuarto y después al baño, Kenya entro a su cuarto también y escuche la p
-Anna, despierta- abrí mis ojos y vi a Sara y a Kenya enfrente de mí- ¿Estas bien? Me senté, me agarre la cabeza y vi a mi alrededor, habían un par de chicos que tenían uniforme de doctor, estábamos en un cuarto; todavía se escuchaba la música del antro, pero muy leve. -¿Qué paso?- les pregunte. -Te desmayaste- me dijo uno de los chicos- parece que fue por el alcohol. -Pero, no tome mucho -Puede que te hayan puesto algo en la bebida o te engestaste. -Gracias- les dije y ellos sonrieron; uno de ellos me ayudo a pararme, puso su mano en mi espalda y me dio un vaso con agua, me lo tome y se lo entregue. -Cuídate. Salieron del cuarto y suspire profundamente. -Vamos a casa. Me dijo Sara mientras me daba un beso en la frente. Le dimos las gracias a Mari por ayudarnos a pasar y caminamos a casa. Iba en medio, veníamos agarradas del brazo,
Eran las 7 de la noche cuando llegue a mi casa. Me avisaron que el lunes dirían los resultados del concurso para tener el puesto. Ezequiel me aseguraba que si lo iba a conseguir, enserio lo quiero. Al llegar deje mis cosas en la mesa y entre a mi cuarto para quitarme los tacones y ponerme unas pantuflas. -¿Eres tu Anna? Reconocí la voz de Sara y salí a verla, tenía el pijama puesta, esta floja, sabía que no se iba a arreglar, es un mameluco morado y su cabello estaba sin desenredar. Kenya y yo teníamos uno igual, solo que los colores eran diferentes, el de Kenya es amarillo y el mío azul cielo. -¿Enserio no fuiste a trabajar?- nego con la cabeza. -Mande un correo, es obvio que no me iba a parar. -Con que no te regañen. Me acosté en el sillón y ella levantó mis piernas para sentarse y las puso encima de las suyas. -¿Cómo te fue?- me pregunto. -Bi
Me levanté en la madrugada, había tenido una horrible pesadilla, había regresado al pasado, vi cuando intentó violarme y la policía llego disparándole, cayendo a mi lado. Fui a la cocina por un vaso de agua, me lo tome y lo deje en el fregadero suspirando y al darme la vuelta, lo vi enfrente de mí. -Vine por ti Ann. Mi corazón estaba muy alarmado y me desperté de golpe por el sonido de la alarma, estaba sudando, era un sueño, solo fue un sueño. Me levante de la cama y me fui a bañar, en cuanto termine, me vestí y salí, Sara estaba lista, a lo que me sorprendí. -Me levanto más temprano- me dijo al verme- ¿Ya te vas a correr? -Si, para despejar mi mente un rato- le conteste- créeme que lo necesito. -Me parece excelente- me sonrió- aunque yo hubiera preferido descansar. -Ayer descansaste demasiado- le contesto Kenya mientras salía ya arreglada- tal vez te has puesto así porque tus
Me desperté gracias a la alarma, me metí a bañar y después me vestí. Salí a desayunar y estaba Kenya desayunando, preparé el de Sara y también el mío. -¿Y si estuvo bien el beso?- me pregunto moviendo sus cejas. -Me preguntaron eso ayer. -Vuelve a contestarlo, es demasiado interesante tu cambió de actitud- se recargó en su mano- antes decías que no y ahora le diste tremendo beso al ángel. -No había dado un rotundo no, soló dije que aún- recalque esta palabra- no, no lo veía de esa forma. -Pero esta bueno- vi a Sara entrando a la cocina. -Ayer me lo dijiste. -Ni lo niegues, por si es cierto -No lo niego- le conteste algo sonrojada- pero ya cállate. -Parece que si te gusta- dijo Kenya sonriendo. -Hablando de eso- la vi fijamente a la castaña- ¿Has hablado con Mari? Ese día con ese beso, vi mucha química entre ustedes. Se sorprendió a
Me esta dando un ataque. Me senté en el piso tratando de estabilizar mi respiración y mi pulso, sentía como mi cabeza me pulsaba y que no podía salir de este estado. Mi vista se nublaba a ratos y trataba de respirar con normalidad, pero no podía; cómo si el oxigeno de la habitación se hubiera ido en unos segundos. No puede ser él, es simplemente una coincidencia, un homónimo como me dijo Sara; vi cómo le disparaban, se desangro enfrente de mí, incluso tenía su sangre en mis manos. Sentía que algo me estaba escurriendo por la frente, me toque y al ver mi mano, tenía sangre en ella, tal cuál como esa vez, al levantar la vista. Lo ví -¿Recuerdas cuando me dispararon?- me dijo acercándose a mí- ¿Recuerdas esa sensación?- se puso de cuclillas enfrente de mí y toco mi mejilla- pero siempre has sido mi niña adorada, ¿Qué sientes que este de vuelta?- tomó mi mano y la puso en su abdomen, sentía los huecos donde le dispararon- me obligaron a
-Te llame la otra vez y me contesto Sara ¿No te dijo?- me pregunto sonriendo. -Si, si me dijo- sonreí- pasa, sabes que estás en tu casa. Lo dejé pasar y cerré la puerta. -¿Interrumpí algo?- pregunto Caleb y me di cuenta que me había olvidado de ese pequeño detalle. -No, para nada- camine hacía él- siéntate- me senté alado de Ezequiel, el cual estaba muy apenado- Ezequiel, él es Caleb, es...- me quede callada pensando en cómo lo iba a presentar. -Nos conocemos desde hace 16 años- sonrió Caleb- de echo, éramos novios en la preparatoria- dijo todo quitado de pena- pero a la mitad de la universidad terminamos, queríamos cosas muy diferentes, pero no te preocupes, eso paso hace mucho tiempo, de echo yo me voy a casar- sonrió al terminar de contar toda nuestra historia. Siempre tan directo, como siempre, Ezequiel empezó a reír. -Es un gusto conocerte Caleb, ¡Ay! Me encanto tu presentación, si
Intenté bloquear el número que me mando ese mensaje, pero por alguna extraña razón, me decía que el número no existía. ¿Cómo es posible que manden mensajes desde un número que no existe? Preferí no decirle a Sara y a Kenya esto. Posiblemente todo esto sea producto de mi imaginación, por todo lo que ha pasado los últimos días. Me arregle para ir al trabajo, Ezequiel me dijo que si aún me sentía mal, era mejor que no fuera y me quedara a descansar, pero estoy segura que si dejo de ir y Adam se da cuenta de eso, le puede dar mi puesto a otra persona y eso no sería para nada bueno, porque me esforcé mucho para estar en este puesto. Sara y Kenya no dejaban de molestarme con Ezequiel, estaban felices porque, al fin le había echo caso, después de casi dos años de insistencia de su parte. Al llegar al trabajo, entre al elevador y cuando las puertas se iban a cerrar, alguien metió la mano para impedir que estas se cerraran