Me levanté en la madrugada, había tenido una horrible pesadilla, había regresado al pasado, vi cuando intentó violarme y la policía llego disparándole, cayendo a mi lado.
Fui a la cocina por un vaso de agua, me lo tome y lo deje en el fregadero suspirando y al darme la vuelta, lo vi enfrente de mí.
-Vine por ti Ann.
Mi corazón estaba muy alarmado y me desperté de golpe por el sonido de la alarma, estaba sudando, era un sueño, solo fue un sueño.
Me levante de la cama y me fui a bañar, en cuanto termine, me vestí y salí, Sara estaba lista, a lo que me sorprendí.
-Me levanto más temprano- me dijo al verme- ¿Ya te vas a correr?
-Si, para despejar mi mente un rato- le conteste- créeme que lo necesito.
-Me parece excelente- me sonrió- aunque yo hubiera preferido descansar.
-Ayer descansaste demasiado- le contesto Kenya mientras salía ya arreglada- tal vez te has puesto así porque tus trabajos están siendo evaluados.
-Puede ser, tuve una pesadilla.
-¿Sobre qué?- me pregunto Sara.
-Recordé cuando intentó violarme y le disparaban cayendo a mí lado.
-Deberías ir a ver a la psicóloga, te estas alterando mucho por lo visto.
-Lo sé- me rasque la nariz- regresando de correr iré a verla.
-Te vas con mucho cuidado, por favor.
Me dijo Kenya y se despidieron de mi con un abrazo y se fueron; aún seguía comiendo mi desayuno tranquila y cuando termine salí.
Empecé a trotar hacía el parque y empecé a correr cuando llegué; al pasar alado de un estanque con patos me detuve para descansar, me senté cerca y vi como los niños le daban de comer a ellos, mientras tomaba agua.
Uno de ellos me ofreció pan para aventárselo, lo acepte y los imite.
Sonreí.
Hace tiempo que no me paraba aquí y es algo que disfruto. Cuando recién llegue aquí, aún estaba tomando mis pastillas, todo este ambiente me ayudo a despejar mi mente y olvidarlo.
Vivimos aquí hace 7 años, yo tenía 19, conocí a Kenya en la universidad y ella encontró este lugar, Sara y yo teníamos pensado vivir juntas y con la oportunidad que nos mostró, la tomamos y fue increíble, porque ellas ya se conocían.
Mis papas estaban demasiado impresionados, porque mi hermana aún vivía con ellos y yo me iba.
Por un momento olvide la comida de mi hermana, creó que iré sola, porque mis amigas estarán trabajando.
Me levante y regrese a casa, me arregle para ir con la psicóloga y después iré a la casa de mi hermana.
Cuando llegue con Ofelia, esperé a que él recepcionista me pasara.
-Anna Lewis- me llamo después de un buen rato de espera- eres la siguiente.
-Gracias.
Me levanté y entre a su consultorio, cerré la puerta y me senté enfrente de ella.
-Hola Anna- al verme sonrió- hace tiempo que no te veía ¿Qué te trae por aquí?
-Hola- le sonreí- últimamente estoy volviendo a tener alucinaciones.
-¿Desde cuándo?
-Desde el viernes.
-¿Ya no tomaste tus pastillas?- me pregunto.
-Hace demasiado tiempo las deje.
-Mira- se enderezo- los recuerdos pueden volver a surgir y obviamente no fue algo fácil de digerir, así que ¿Qué te parece si te doy unas nuevas pastillas y vienes la próxima semana?
-Me parece muy bien.
Descolgó el teléfono fijo y le pidió al recepcionista que trajera unas pastillas.
-Y ¿Cómo te ha ido?
-Hasta ahora todo bien ¿Y a usted?
-Muy bien, gracias y bien ¿Hay algún chico?- movió sus cejas- recuerdo que Caleb ya no era tu novio.
-La última vez que vine se lo conté- le conteste sonriendo- No, por el momento no hay nadie.
-Vaya que te vez muy diferente, tu cabello lo tenías más largo.
-Demasiado- dije tocando mi cabello que estaba más arriba de los hombros- me gusta así, no se me hace tan estorboso.
-Dímelo a mí- su cabello estaba al ras de la cabeza.
Llego el chico y le entregó las pastillas, y seguido me las dio a mí.
-Te veo la próxima semana, es la misma dosis.
-Muchas gracias doctora...-me vio mal- Ofelia- le sonreí- hasta el próximo domingo, doctora- la voltee a ver- ¿Lo dejare de ver?
-Ya veras que si Anna- me sonrió de una forma muy calida.
Salí del consultorio y esperé en la esquina al autobús, mientras sacaba mi dinero.
Un auto rojo se estacionó enfrente de mí, me hice para atrás ignorándolo, pero este bajo la ventanilla, era Ezequiel.
-Hola Ann- dijo sonriendo- ¿A dónde vas?
-Hola Ezequiel- lo salude- voy a la casa de mi hermana, va a hacer una comida.
-Ven, te llevo.
-No, como crees, tú vas a hacer cosas, me imagino.
-Solo iba a casa, ven súbete- le quito el seguro y abrió la puerta- sabes que no acepto un no.
Me subí al auto negando con la cabeza, me puse el cinturón y arranco, le di la dirección y se volteó sonriendo triunfante.
-Vivo por ahí, se dónde es.
Se siguió y puso música, iba moviendo la cabeza mientras sonreía y yo lo imitaba.
-¿Fuiste a la oficina?
-Si, fui a revisar los trabajos, solo faltan unos pocos- abrí la boca- y no te voy a decir si estas en las finalistas.
-Eso es injusto- le reproche.
-No quisiste el café.
Seguíamos hablando de cosas y en cuanto llegamos al fraccionamiento donde vivía mi hermana, se detuvo enfrente de la casa.
-Entonces- empezó a hablar- te veré mañana.
-Por supuesto- le contesté.
Me iba a despedir de él, pero vi a mi mamá saliendo de la casa toda emocionada.
-Mi niña.
-Hola mamá- la saludé- él es Ezequiel, un compañero del trabajo.
-Un placer- saludo mi mama estrechando su mano- ¿Gustas pasar?
Ezequiel me volteo a ver y después a mi mamá.
-Será un verdadero placer- Sabía que iba a hacer eso.
Me hizo una seña para que saliéramos del coche, en cuanto lo hice abrace a mi mamá fuertemente.
Al separarnos, entro casi corriendo a la casa y yo entre junto a Ezequiel, tenía un presentimiento de que esto iba a pasar.
Al entrar vi a mi familia, los saludaba y presentaba a Ezequiel, en cuanto vi a mi papá casi lo tiro del abrazo que le di, él estaba aguantando las lágrimas, me guiño el ojo al ver a Ezequiel haciendo que me sonrojara.
Busque a mi hermana y en cuanto la vi, la saludé, nos abrazamos muy estrechamente e hizo lo mismo que mi papa, guiño el ojo por Ezequiel.
Vi a su novio y también lo salude, creo que llevan 5 años de relación. Se llama Brandon.
Sirvieron la comida en una mesa y todos empezamos a servirnos, nos sentamos cerca de mis papas, íbamos a empezar a comer, pero mi hermana alzó la voz.
-Hola, buenas tardes- nos saludó- quiero agradecerles por haber venido, tenemos unan noticia para ustedes- volteo a ver a Brandon y le tomó la mano- quiero decirles que no vamos a casar.
Seguido, Brandon le puso el anillo en el dedo anular, todos empezaron a aplaudir, yo me acerque a ellos y los abrace; Ezequiel y mis papas hicieron lo mismo. Mi mamá estaba aguantando las lagrimas.
Comimos y pusieron música, baile con Ezequiel porque insistió, también con mi papá y con otros familiares. Estaba oscureciendo y decidimos que debíamos irnos.
Me despedí de mi familia, volví a felicitar a mi hermana y a Brandon antes de irnos. Nos subimos al auto y Ezequiel me llevo a mi casa.
Íbamos todo el camino riendo, gracias a las caras que el hacía, me agrada demasiado, pero aún estoy dudosa en sí, tendría una relación con él, no quisiera que afectara en el ámbito laboral.
Subimos a mi piso y enfrente de la puerta me pare para despedir de él.
-Gracias por traerme- le dije sonriendo.
-Me la pase muy bien- me contesto- tu familia es increíble.
-Gracias.
Nos quedamos viendo y él se acercó a mí, puso sus manos en mi cintura y me beso.
Fue tierno, demasiado tierno, sentí cosquillas si debo ser sincera.
Nos separamos y él empezó a reír.
-Entonces nos vemos mañana- me dijo y me beso la frente.
-Adiós.
Me soltó y se fue, entre a mi departamento y me encontré a Sara y Kenya con los brazos cruzados.
-Qué cara traes eh- dijo Sara sonriendo- parece que te beso un ángel, que sí parece uno.
-Cuenta que paso- dijo Kenya también sonriendo.
Me desperté gracias a la alarma, me metí a bañar y después me vestí. Salí a desayunar y estaba Kenya desayunando, preparé el de Sara y también el mío. -¿Y si estuvo bien el beso?- me pregunto moviendo sus cejas. -Me preguntaron eso ayer. -Vuelve a contestarlo, es demasiado interesante tu cambió de actitud- se recargó en su mano- antes decías que no y ahora le diste tremendo beso al ángel. -No había dado un rotundo no, soló dije que aún- recalque esta palabra- no, no lo veía de esa forma. -Pero esta bueno- vi a Sara entrando a la cocina. -Ayer me lo dijiste. -Ni lo niegues, por si es cierto -No lo niego- le conteste algo sonrojada- pero ya cállate. -Parece que si te gusta- dijo Kenya sonriendo. -Hablando de eso- la vi fijamente a la castaña- ¿Has hablado con Mari? Ese día con ese beso, vi mucha química entre ustedes. Se sorprendió a
Me esta dando un ataque. Me senté en el piso tratando de estabilizar mi respiración y mi pulso, sentía como mi cabeza me pulsaba y que no podía salir de este estado. Mi vista se nublaba a ratos y trataba de respirar con normalidad, pero no podía; cómo si el oxigeno de la habitación se hubiera ido en unos segundos. No puede ser él, es simplemente una coincidencia, un homónimo como me dijo Sara; vi cómo le disparaban, se desangro enfrente de mí, incluso tenía su sangre en mis manos. Sentía que algo me estaba escurriendo por la frente, me toque y al ver mi mano, tenía sangre en ella, tal cuál como esa vez, al levantar la vista. Lo ví -¿Recuerdas cuando me dispararon?- me dijo acercándose a mí- ¿Recuerdas esa sensación?- se puso de cuclillas enfrente de mí y toco mi mejilla- pero siempre has sido mi niña adorada, ¿Qué sientes que este de vuelta?- tomó mi mano y la puso en su abdomen, sentía los huecos donde le dispararon- me obligaron a
-Te llame la otra vez y me contesto Sara ¿No te dijo?- me pregunto sonriendo. -Si, si me dijo- sonreí- pasa, sabes que estás en tu casa. Lo dejé pasar y cerré la puerta. -¿Interrumpí algo?- pregunto Caleb y me di cuenta que me había olvidado de ese pequeño detalle. -No, para nada- camine hacía él- siéntate- me senté alado de Ezequiel, el cual estaba muy apenado- Ezequiel, él es Caleb, es...- me quede callada pensando en cómo lo iba a presentar. -Nos conocemos desde hace 16 años- sonrió Caleb- de echo, éramos novios en la preparatoria- dijo todo quitado de pena- pero a la mitad de la universidad terminamos, queríamos cosas muy diferentes, pero no te preocupes, eso paso hace mucho tiempo, de echo yo me voy a casar- sonrió al terminar de contar toda nuestra historia. Siempre tan directo, como siempre, Ezequiel empezó a reír. -Es un gusto conocerte Caleb, ¡Ay! Me encanto tu presentación, si
Intenté bloquear el número que me mando ese mensaje, pero por alguna extraña razón, me decía que el número no existía. ¿Cómo es posible que manden mensajes desde un número que no existe? Preferí no decirle a Sara y a Kenya esto. Posiblemente todo esto sea producto de mi imaginación, por todo lo que ha pasado los últimos días. Me arregle para ir al trabajo, Ezequiel me dijo que si aún me sentía mal, era mejor que no fuera y me quedara a descansar, pero estoy segura que si dejo de ir y Adam se da cuenta de eso, le puede dar mi puesto a otra persona y eso no sería para nada bueno, porque me esforcé mucho para estar en este puesto. Sara y Kenya no dejaban de molestarme con Ezequiel, estaban felices porque, al fin le había echo caso, después de casi dos años de insistencia de su parte. Al llegar al trabajo, entre al elevador y cuando las puertas se iban a cerrar, alguien metió la mano para impedir que estas se cerraran
Ezequiel era el hombre más increíble del mundo entero, era demasiado caballeroso y atento.Me acompaño hasta casa de nuevo, cuando estaba con él en la puerta para despedirme, podía escuchar los murmureos de Sara y Kenya del otro lado de la puerta; además, se veían las sombras.-¿Quieres pasar?- le guiñe el ojo y le di un beso en el cuello- sígueme la corriente- le susurre.-¿No están tus compañeras?- me contesto de igual manera, continuando con la broma.-No les va a molestar.-¿Qué no nos molesta?-susurro Sara-escucharemos todo.-Cállate, no hables tan fuerte- susurro Kenya.-¿Debemos comprar algo?- le pregunte mordiendo el labio tratando de aguantar la risa.-No, así está mejor, es más, podremos experimentar.
Sara me despertó, de una manera tan abrupta que hizo que me asustara.-Anna, despierta- me movía muy fuerte.-¿Qué pasa?- le conteste sentándome en mi cama, no sé que hora era.-Mira, encontré este tipo- empezó a manipular su celular y yo me froté los ojos.-¿Que quieres que vea?-Puse la foto del acosador en Google y me salió un perfil de Facebook, mira.Me enseño el perfil de un hombre, era igual a él, solo que sus ojos eran cafés, no azules.-Sara, él real tiene los ojos azules.-Pudo haber usado pupilentes.-Vive del otro lado del mundo.-Pudo haber tomado un avión y llego en unas horas, por eso está aquí.-Sara- la tomé de los hombros- me has pedido que no piense más en él, estoy convencida qu
Me desperté y me arreglé cómo siempre, la recepción era a las seis, así que tenía que ir a trabajar un rato, al menos hasta las cuatro. -¿Estas lista?- me pregunto Sara al verme- estoy emocionada. -Si, yo también estoy emocionada. -Ellos deben estar todavía más que nosotras. -Caleb me hablo ayer en la noche, esta bastante nervioso. -¿Eso se puede considerar como infidelidad?- me pregunto Kenya- imagínate, marcarle a su ex una noche antes de casarse, eso se puede mal interpretar. -No lo creó- empecé a reír- solo me dijo que estaba muy nervioso. -Va a ser una boda increíble. Terminamos de desayunar y nos fuimos a nuestros trabajos. Al llegar entré a la oficina de Ezequiel, estaba acomodando unas cosas. -Hermosa- me saludó- ¿Estas lista?- me pregunto- Porque yo estoy más que listo para brillar en esa pista de baile. -Ya estamos preparados entonces-
-¡DEBERÍAS ESTAR MUERTO, INFELIZ!- Caleb no dejaba de gritarle mientras trataban de separarlo- ¡LLAMARE A LA POLICÍA! Cuando lograron que se separara de él, se lo llevaron a un cuarto, mientras que atendían las heridas del otro. -¿Se encuentra bien, señor?- le pregunto Ezequiel dándole un vaso con agua. -Si, posiblemente me confundió con otra persona, Maddie me invitó, sólo que no pude asistir a la ceremonia religiosa. Voltee a ver a Sara, también estaba agitada, me acerque a ella y empezó a negar con la cabeza. -Anna, llama al oficial Philip, es ese maldito. -Sara, no es él- le conteste de la forma más tranquila posible. -¿Qué te pasa? ¿Estas ciega?- alzó la voz- es ese idiota, ¿Ya no recuerdas el infierno que te hizo pasar? -Tú más que nadie sabe todo el desprecio que tengo hacía ese ser- le conteste de la misma forma- él trabaja para la compañía, por eso Ezequiel y Maddie los