Me desperté gracias a la alarma, me metí a bañar y después me vestí. Salí a desayunar y estaba Kenya desayunando, preparé el de Sara y también el mío.
-¿Y si estuvo bien el beso?- me pregunto moviendo sus cejas.
-Me preguntaron eso ayer.
-Vuelve a contestarlo, es demasiado interesante tu cambió de actitud- se recargó en su mano- antes decías que no y ahora le diste tremendo beso al ángel.
-No había dado un rotundo no, soló dije que aún- recalque esta palabra- no, no lo veía de esa forma.
-Pero esta bueno- vi a Sara entrando a la cocina.
-Ayer me lo dijiste.
-Ni lo niegues, por si es cierto
-No lo niego- le conteste algo sonrojada- pero ya cállate.
-Parece que si te gusta- dijo Kenya sonriendo.
-Hablando de eso- la vi fijamente a la castaña- ¿Has hablado con Mari? Ese día con ese beso, vi mucha química entre ustedes.
Se sorprendió ante lo que dije y se puso muy roja, desviando la mirada. Sara y yo nos volteamos a ver sonriendo.
-Parece que va a haber un encuentro.
-La voy a ver el sábado, me invito a comer.
Seguimos molestándola, cuando terminamos de desayunar, nos alistamos y salimos hacía el trabajo, me dejaron como siempre y entre al edificio después de despedirme de ellas, vi que alguien metió la mano para evitar que se cerrará.
Las puertas se volvieron a abrir y vi a Ezequiel sonriendo.
-Hola hermosa.
Me sonroje por el adjetivo y se cerró la puerta del elevador, se acercó a mi tomando mi cara con las manos y me beso.
Al separarnos los dos sonreímos, a lo que sentí bonito.
-Hola- le conteste mordiéndome el labio apenada.
-¿Qué te dijeron tus compañeras?- me pregunto viéndome divertido
-Me hicieron muchas preguntas, como un interrogatorio, ya sabes, cosas de chicas.
-Entonces iremos por un café ¿Verdad?
-Hasta que den los resultados.
-Solo espera unas horas- dijo sonriendo y me dio un beso rápido antes de que se abrieran las puertas.
Salimos los dos y él se fue a su oficina y yo me fui a mi lugar.
Este hombre si hace eso va a hacer que me muera, para mí su sonrisa es su mejor atributo.
Me puse el auricular esperando a que entrara alguna llamada.
Me levante de mi lugar y entre a la cafetería, compre un café y regrese a mi puesto, acomode algunas cosas y empezó a sonar el teléfono, conteste.
-Maybelline Cosmetics ¿En que lo puedo ayudar?
-Anna, ven a mi oficina, por favor.
Colgó, sentí nerviosismo porque no sabía para que me llamaba, se escuchaba muy serio, ademas que no me llama por mi nombre, siempre me tutea. Me levanté y fui a su oficina, al abrir la puerta vi al jefe de la compañia y a Ezequiel, al entrar ellos me voltearon a ver.
-Buenos días- los salude.
-Hola Anna ¿Cómo estás?- me pregunto el jefe.
-Muy bien, gracias.
-Me alegro mucho, tengo algo que anunciarte.
Mi corazón esta agitado, por favor que sean buenas noticias, mire a Ezequiel y el tenía la mirada puesta en sus pies, espero que no sea algo relacionado con nosotros o nos haya visto o algo similar.
-Vi tus modelos- sonrió- son fantásticos, así que, sin más preámbulos, felicidades Anna- sonreí al escuchar eso- tienes el puesto.
-Muchas gracias jefe- me acerque para estrechar su mano que me había tendido.
-Me gustaría que tomaras tu lugar de una vez, si no te molesta.
-No, para nada.
-Los dejare para que le muestres la oficina donde va a trabajar- le dijo a Ezequiel y salió de la oficina, no sin antes sonreírme.
Cuando cerró la puerta, no lo pude resistir y me arrojé a los brazos de Ezequiel que me estaba esperando ansioso.
-Muchas felicidades hermosa, te lo mereces- me beso la frente.
Nos separamos completamente y me dio un beso en los labios y lo volví a abrazar.
-Ahora si podemos salir ¿Verdad?
-Por supuesto que sí.
Escuchamos la puerta y nos separamos rápidamente, haciendo como si nada hubiera pasado.
-Perdón por interrumpir- escuchamos cuando abrieron la puerta y mis sentidos se sensibilizaron
-No se preocupe- le contesto Ezequiel- ¿En que lo puedo ayudar?
-Estoy buscando a Adam Sprouse- dio un paso hacía enfrente y le dio su mano- soy Andrew Barnett, creó que ya habíamos hablado por teléfono con anterioridad, su voz me es conocida.
-Soy Ezequiel Carmín, si en efecto- acepto su mano- si gusta lo puedo llevar con él.
-Muchas gracias, no me he presentado con usted- me volteó a ver y se acercó a mí- Andrew Barnett- me ofreció la mano, dudosa la acepte y un escalofrío me recorrió todo mi cuerpo.
-Anna- titubee y aclare mi garganta- Anna Lewis.
-Usted me atendió la llamada la otra vez- sonrió- reconocería su voz en cualquier lugar, espero trabajar pronto con usted, he escuchado cosas maravillosas.
-Claro, gracias.
Me soltó la mano y pude sentir que volví a respirar, Ezequiel se acercó a mí y me susurro.
-Ahora vuelvo hermosa.
Me dio la espalda y salieron, pero antes de hacer, Andrew me volvió a ver y me sonrió
Me esta dando un ataque. Me senté en el piso tratando de estabilizar mi respiración y mi pulso, sentía como mi cabeza me pulsaba y que no podía salir de este estado. Mi vista se nublaba a ratos y trataba de respirar con normalidad, pero no podía; cómo si el oxigeno de la habitación se hubiera ido en unos segundos. No puede ser él, es simplemente una coincidencia, un homónimo como me dijo Sara; vi cómo le disparaban, se desangro enfrente de mí, incluso tenía su sangre en mis manos. Sentía que algo me estaba escurriendo por la frente, me toque y al ver mi mano, tenía sangre en ella, tal cuál como esa vez, al levantar la vista. Lo ví -¿Recuerdas cuando me dispararon?- me dijo acercándose a mí- ¿Recuerdas esa sensación?- se puso de cuclillas enfrente de mí y toco mi mejilla- pero siempre has sido mi niña adorada, ¿Qué sientes que este de vuelta?- tomó mi mano y la puso en su abdomen, sentía los huecos donde le dispararon- me obligaron a
-Te llame la otra vez y me contesto Sara ¿No te dijo?- me pregunto sonriendo. -Si, si me dijo- sonreí- pasa, sabes que estás en tu casa. Lo dejé pasar y cerré la puerta. -¿Interrumpí algo?- pregunto Caleb y me di cuenta que me había olvidado de ese pequeño detalle. -No, para nada- camine hacía él- siéntate- me senté alado de Ezequiel, el cual estaba muy apenado- Ezequiel, él es Caleb, es...- me quede callada pensando en cómo lo iba a presentar. -Nos conocemos desde hace 16 años- sonrió Caleb- de echo, éramos novios en la preparatoria- dijo todo quitado de pena- pero a la mitad de la universidad terminamos, queríamos cosas muy diferentes, pero no te preocupes, eso paso hace mucho tiempo, de echo yo me voy a casar- sonrió al terminar de contar toda nuestra historia. Siempre tan directo, como siempre, Ezequiel empezó a reír. -Es un gusto conocerte Caleb, ¡Ay! Me encanto tu presentación, si
Intenté bloquear el número que me mando ese mensaje, pero por alguna extraña razón, me decía que el número no existía. ¿Cómo es posible que manden mensajes desde un número que no existe? Preferí no decirle a Sara y a Kenya esto. Posiblemente todo esto sea producto de mi imaginación, por todo lo que ha pasado los últimos días. Me arregle para ir al trabajo, Ezequiel me dijo que si aún me sentía mal, era mejor que no fuera y me quedara a descansar, pero estoy segura que si dejo de ir y Adam se da cuenta de eso, le puede dar mi puesto a otra persona y eso no sería para nada bueno, porque me esforcé mucho para estar en este puesto. Sara y Kenya no dejaban de molestarme con Ezequiel, estaban felices porque, al fin le había echo caso, después de casi dos años de insistencia de su parte. Al llegar al trabajo, entre al elevador y cuando las puertas se iban a cerrar, alguien metió la mano para impedir que estas se cerraran
Ezequiel era el hombre más increíble del mundo entero, era demasiado caballeroso y atento.Me acompaño hasta casa de nuevo, cuando estaba con él en la puerta para despedirme, podía escuchar los murmureos de Sara y Kenya del otro lado de la puerta; además, se veían las sombras.-¿Quieres pasar?- le guiñe el ojo y le di un beso en el cuello- sígueme la corriente- le susurre.-¿No están tus compañeras?- me contesto de igual manera, continuando con la broma.-No les va a molestar.-¿Qué no nos molesta?-susurro Sara-escucharemos todo.-Cállate, no hables tan fuerte- susurro Kenya.-¿Debemos comprar algo?- le pregunte mordiendo el labio tratando de aguantar la risa.-No, así está mejor, es más, podremos experimentar.
Sara me despertó, de una manera tan abrupta que hizo que me asustara.-Anna, despierta- me movía muy fuerte.-¿Qué pasa?- le conteste sentándome en mi cama, no sé que hora era.-Mira, encontré este tipo- empezó a manipular su celular y yo me froté los ojos.-¿Que quieres que vea?-Puse la foto del acosador en Google y me salió un perfil de Facebook, mira.Me enseño el perfil de un hombre, era igual a él, solo que sus ojos eran cafés, no azules.-Sara, él real tiene los ojos azules.-Pudo haber usado pupilentes.-Vive del otro lado del mundo.-Pudo haber tomado un avión y llego en unas horas, por eso está aquí.-Sara- la tomé de los hombros- me has pedido que no piense más en él, estoy convencida qu
Me desperté y me arreglé cómo siempre, la recepción era a las seis, así que tenía que ir a trabajar un rato, al menos hasta las cuatro. -¿Estas lista?- me pregunto Sara al verme- estoy emocionada. -Si, yo también estoy emocionada. -Ellos deben estar todavía más que nosotras. -Caleb me hablo ayer en la noche, esta bastante nervioso. -¿Eso se puede considerar como infidelidad?- me pregunto Kenya- imagínate, marcarle a su ex una noche antes de casarse, eso se puede mal interpretar. -No lo creó- empecé a reír- solo me dijo que estaba muy nervioso. -Va a ser una boda increíble. Terminamos de desayunar y nos fuimos a nuestros trabajos. Al llegar entré a la oficina de Ezequiel, estaba acomodando unas cosas. -Hermosa- me saludó- ¿Estas lista?- me pregunto- Porque yo estoy más que listo para brillar en esa pista de baile. -Ya estamos preparados entonces-
-¡DEBERÍAS ESTAR MUERTO, INFELIZ!- Caleb no dejaba de gritarle mientras trataban de separarlo- ¡LLAMARE A LA POLICÍA! Cuando lograron que se separara de él, se lo llevaron a un cuarto, mientras que atendían las heridas del otro. -¿Se encuentra bien, señor?- le pregunto Ezequiel dándole un vaso con agua. -Si, posiblemente me confundió con otra persona, Maddie me invitó, sólo que no pude asistir a la ceremonia religiosa. Voltee a ver a Sara, también estaba agitada, me acerque a ella y empezó a negar con la cabeza. -Anna, llama al oficial Philip, es ese maldito. -Sara, no es él- le conteste de la forma más tranquila posible. -¿Qué te pasa? ¿Estas ciega?- alzó la voz- es ese idiota, ¿Ya no recuerdas el infierno que te hizo pasar? -Tú más que nadie sabe todo el desprecio que tengo hacía ese ser- le conteste de la misma forma- él trabaja para la compañía, por eso Ezequiel y Maddie los
-Es el chico más increíble que he conocido- dijo Sara mientras íbamos de regreso a la casa- estaré ebria, pero enserio es un príncipe.Alzó la botella, ya vacía de Whisky que tenía en la mano y se la empino, pero no salió ni una gota, porque ya se lo había acabado hace un par de horas.-No quiero ver cómo va a despertar mañana- nos dijo Kenya- ahora si no me importa su estado en el que está, mañana la parare a trabajar, no pienso trabajar el domingo.-Si quieres- hablo Ezequiel- nos podemos dar él día mañana.-¡Ay no ángel!- volvió a hablar Sara, poniéndose en medio de los dos- no van a quedar solos en la casa, sucios.Los dos empezamos a reír.-Tranquila Sara- le contesto Ezequiel- no vamos a hacer nada.-¡TU!- me señalo- desde q