Alivio inmediato… Zulema cerró la puerta tras de sí, dejando a Rania sumida en sus pensamientos. La habitación estaba llena de vapor por el baño, pero la mente de Rania estaba más nublada que nunca. Se secó rápidamente, se vistió con una bata y salió del baño hacia la habitación donde la esperaba Zulema. La expresión en el rostro de Zulema reflejaba una mezcla de curiosidad y preocupación. Rania se sentó en la cama y miró fijamente a la mujer, que a pesar de todo los que estaba pasando se veía como una roca, y ella deseó tener el mismo temple. —Antes de empezar, quiero que entienda que lo que te voy a contarle debe permanecer en secreto… Nadie debe saberlo, así las cosas, mejoren o no… —Rania buscó la mirada de Zulema, asegurándose de que la mujer entendiera la gravedad de sus palabras. Zulema asintió solemnemente, indicando su compromiso de guardar el secreto, y ella respiró hondo y comenzó a relatar la verdad que había mantenido oculta durante tanto tiempo. —Mi criada… Laya… no
Vivo. La espera había sido una prueba de resistencia emocional para Rania. Cada latido de su corazón era un eco de los días pasados en angustiosa espera, era como una mezcla de esperanza y temor. La mañana siguiente fue todo mecánico, Laya la acompañó en el auto, salieron con Omar pareciendo un paseo, mientras Samir dejaba la guardia a su alrededor, vigilándola como un halcón. Hizo todo al pie de la letra como lo había planeado, y por la tarde, retornaba al palacio, e iba a la oficina de Samir a comentarle sobre sus salidas y cosas de Omar, mientras él le sonreía. Lo hizo así un segundo día y un tercero, hasta que, en el cuarto día, se dio cuenta de que su chofer era otro y se detuvo mirando a Laya. —Entra con Omar… cualquier cosa, dices que se sentía indispuesto, y está un poco frío el clima… —Laya miró al hombre, y luego a ella asintiendo. —Si señora… Rania le dio un par de besos a su bebé que gagueaba y miró su ropa. Nunca había estado tan nerviosa en su vida. Esperó que La
Solo dime eso…El momento en que Rania y Hakim se reunieron entres sus bocas y lenguas entrelazadas, todo se transformó en una expresión pura de pasión y deseo largamente reprimido.Era como si hubiese mucha sed entre ellos, y eso se notó cuando en un impulso incontenible, Hakim la subió a una encimera sin soltar su boca, y restregó las manos en su cuerpo de forma desesperada. Incluso eso borró los pensamientos de Rania, ahora no podía pensar ni tener claridad, solo se quería fundir en su hombre, y que él se hundiera en ella quitándole todas las dudas.El beso fue un torbellino de emociones reprimidas durante tanto tiempo que Rania se sintió abrumada por la pasión y el deseo que ardían entre ellos. Sus manos exploraban con urgencia los cuerpos del otro, como si quisieran confirmar que esta reunión era real y no un sueño fugaz.Hakim la apretó aún más contra él, sus labios se movían con hambre sobre los suyos, y Rania respondía con la misma intensidad.La boca de Hakim se comía la de
Desde que la vio a ella…Rania miró a Hakim con preocupación cuando lo vio perder el control de sus emociones. La ira ardía en sus ojos y su voz temblaba de furia contenida. Temía que Hakim actuara impulsivamente y pusiera en peligro todo lo que habían planeado, así que se acercó a él…—Hakim, por favor, cálmate —suplicó Rania, acercándose a él y colocando una mano en su brazo—. Si Samir cree que estoy de su lado… él nunca me hará nada, y mucho menos a Omar… tienes que saber que ha dejado que Yassira se siente en la mesa, incluso después de que la llevarán a las celdas, ella se sentó en la mesa como si nada estuviera pasando.Hakim se giró para mirarla mientras la palabra “Yassira” explotaba en su mente. Nunca había odiado con tanta fuerza a alguien, y ella resumía todas sus desgracias…—Ni me la nombres… No quiero esperar el día en que ella pague por todo —Hakim respiró profundamente, intentando recuperar la compostura. Sus puños seguían apretados, pero asintió con la cabeza—. Pero e
Estaba loco…Rania regresó al palacio con el corazón lleno de confusión, a pesar de que le había vuelto el alma al cuerpo al saber que Hakim estaba vivo. La revelación de que tenía una segunda esposa, Azahara, la había sacudido hasta lo más profundo de su ser.Y negaba de vez en cuando diciéndose a ella misma que no, ella tenía que creer y confiar.—Debo ser fuerte… debo ser… —se dijo a sí misma, y al ver que ya casi entraban al palacio, pasó un trago queriendo quitar el nudo de su garganta y colocando su mejor cara.Al llegar al palacio, mantuvo la compostura y se aseguró de que nadie notara su angustia. Mientras Samir siguiera en el poder, cualquier señal de debilidad o duda podría ser peligrosa. Así que se esforzó por actuar como siempre, cuidando de Omar y cumpliendo con su fachada intacta.Caminó por los pasillos, saludando a los sirvientes con una sonrisa forzada y antes de que llegara a su habitación, escuchó unos susurros y se detuvo de golpe.Entró muy despacio, y lo primero
Ella era igual o peor que él… Rania tenía a Omar en sus brazos, y lo besaba cada nada, aunque estuviera completamente dormido. —Debería descansar, mi señora… no ha dormido nada… Ella miró a Laya y negó. —No… estaré bien. —Está asustada, lo entiendo, pero no puede mostrar su miedo. Rania contuvo su sollozo. —Ese tipo está loco. Literalmente lanzó una amenaza contra Omar, pero te lo juro… —ella miró a Laya con determinación—. Nunca pondrá un dedo sobre Omar, primero tendrá que sacarme hasta la última gota de sangre… Laya sonrió a pesar de la situación. Esta era la chica que necesitaba el palacio y ella oraba todos los días para que la situación empeorara, porque eso solo quería decir que esta desgracia pronto llegaría a su fin. Rania miró a su bebé de nuevo, y luego pensó que debía reunirse con Zulema. Su mente estaba lejos de estar tranquila. La revelación de que Samir planeaba convertir a Omán en una dictadura y su evidente desequilibrio mental la aterraba y ella debía estar m
Sus ojos cambiaron…—Menos mal que no es tu madre de verdad… —Rania miró a su bebé que le sonreía mientras un pinchazo en su corazón se hacía más profundo.Zulema estaba muy preocupada por el rumbo de las cosas, y ella no había recibido otra notificación para encontrarse con Hakim, desde la última vez, había pasado una semana y a pesar de que no debía pensar en esa mujer, era algo que la martirizaba todo el tiempo.Observó a Zulema, «¿qué podía pensar ella cuando supiera que la segunda esposa estaba vivía? ¿Tenía algún lazo con ella? ¿La quería?»—Trataré de distanciarme de Hadara… ella es igual que Samir… —dijo en un susurro, y le sonrió a Omar cuando hizo otro sonido.Cada vez lo veía más grande.—Omar está precioso… y muy entendido —Zulema se acercó, mientras él movió sus manitas—. ¿Quién es el chico más hermoso de este palacio? Por supuesto, tú…Rania sonrió abiertamente y puso un dedo en su manita que él apretó de forma inmediata.—¿Señora Zulema? —comenzó ella con un atisbo de d
Estado de emergencia…El silencio se adueñó del espacio apenas iluminado, solo roto por el suave murmullo de Omar en brazos de Hakim. La revelación de Rania cayó como un mazo, aplastando el aire entre ellos. El rostro de Hakim, antes lleno de preocupación paternal, se transformó en una máscara de furia contenida.—No permitiré que eso suceda… —dijo con la voz apretada mientras su respiración se hacía pesada.Rania asintió, sintiendo un torbellino de emociones. El miedo, la incertidumbre, pero también una chispa de esperanza al ver la determinación en los ojos de Hakim.—Debemos actuar rápido, Hakim. Samir está perdiendo la razón cada día más. Si se proclama rey, será el fin de todo lo que conocemos… —sus palabras eran urgentes y apremiantes.Hakim asintió, colocando a Omar suavemente en un cojín cercano. Se acercó a Rania y tomó sus manos entre las suyas.—Tengo un plan, pero necesitaré tu ayuda. Debes seguir actuando como si nada, ganar tiempo. Mientras tanto, nosotros prepararemos e